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Relaciones interpersonales

Psicología Social

Relaciones interpersonales La especie humana es sociable por naturaleza. Esto significa que, a lo largo de la vida, una persona establecerá muchas relaciones interpersonales que involucrarán al menos dos personas adultas. Será la atracción, en primer lugar, un determinante para que algunas relaciones se vuelvan más estrechas o cercanas que otras e ingresen al espacio íntimo de la persona. Cuando una relación interpersonal accede al espacio de intimidad, el individuo experimenta a la otra persona como parte de sí mismo y la incluye en su auto-concepto (Marín Sánchez y Martínez-Pecino, 2012). Se considera relaciones interpersonales íntimas a las relaciones familiares, de pareja y de amistad.

Figura 1. Relaciones interpersonales

Fuente: [Imagen sin título sobre amistad]. (s. f.). Recuperado de https://goo.gl/R3ejT8

Moya y Expósito (2007) distinguen cuatro características que definen a las relaciones íntimas y las diferencian de aquellas denominadas superficiales. Estas son: auto-revelación, intimidad, intensidad emocional e interdependencia. A medida que una relación se desarrolla, los que participan en ella se revelan información personal (sentimientos, experiencias, hechos, etc.). Esto se conoce como auto-revelación y es lo que permitirá que la relación se cimiente con el tiempo. “Serán mucho más positivos los efectos para la relación cuando se revelan sentimientos y emociones que cuando se revelan hechos” (Moya, y Expósito, 2007, p. 365).

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La teoría de la penetración social de Altman y Taylor expone en detalle este proceso. La auto-revelación no dura mucho tiempo en una relación, ya que con el tiempo, aunque haya intimidad, las conversaciones difícilmente se orientan hacia temas profundos. Otro fenómeno que puede observarse es la despenetración o retirada de la relación, que consiste en que cuando se dan problemas en la relación disminuye tanto los temas de conversación como la información personal aportada (Marín Sánchez y Martínez-Pecino, 2012). La intimidad puede ser considerada como “la percepción mutua de tres cuestiones: comprensión o entendimiento, respaldo y cuidado” (Moya, y Expósito, 2007, p. 369). La comprensión o entendimiento hace referencia a la congruencia en la autopercepción de ambos miembros de una relación, el respaldo es el respeto por las cualidades del otro miembro y el cuidado hace referencia a la teoría del apego, es decir, la necesidad de sentirse cuidado y protegido, que es propia de todo ser humano. En tercer lugar, podemos considerar a la emoción como determinante de una relación íntima por tres motivos: las relaciones pueden generar emociones positivas, pero también negativas y, además, permiten regular las emociones en general. En cuarto lugar, encontramos la interdependencia como característica de las relaciones íntimas. Toda relación requiere de cierta dependencia mutua, ya que implica realizar actividades en conjunto o compartidas y, además, tener objetivos e intereses compartidos.

Amistad Las relaciones familiares se fundan en aspectos no voluntarios. En cambio, las relaciones de amistad están determinadas por aspectos voluntarios. Dentro de estas últimas, se puede distinguir entre las amistades superficiales, que se basan en el intercambio, y las íntimas, en las cuales se da un interés mutuo acerca del bienestar del otro (Marín Sánchez, y Martínez-Pecino, 2012). Diversos estudios permitieron identificar ciertas diferencias de género en la manera de establecer las relaciones de amistad. Marín Sánchez y MartínezPecino (2012) rescatan algunas de ellas:  las mujeres son más íntimas y más expresivas emocionalmente que los hombres;

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 las mujeres priorizan más que los hombres la auto-revelación en una relación;  el contacto físico, como los abrazos, son considerados más apropiados entre mujeres que entre hombres;  el concepto de la media de la población hace referencia a que los hombres se muestran más íntimos con una amistad femenina que con una amistad masculina.

Amor Existen muchas concepciones diferentes sobre qué es el amor y se realizaron muchos estudios que intentaron clasificarlo y caracterizarlo. A partir de los años setenta, aparecieron los primeros estudios de psicología social sobre los tipos de amor, que se centraron en dos ideas: el amor apasionado y el amor de compañía (Marín Sánchez y Martínez-Pecino, 2012). El amor apasionado se define como un afecto intenso, que idealiza al otro y guarda relación con la supervivencia de la especie humana. Por el contrario, el amor de compañía se vive como una experiencia tranquila y “surge de la sensación de seguridad, de comprensión mutua y de respeto hacia la pareja” (Marín Sánchez y Martínez-Pecino, 2012, p. 153). El amor de compañía es realista y guarda relación con la supervivencia de los individuos. Otra clasificación de amor muy conocida es la de Sternberg (como se cita en Moya y Expósito, 2007) según la cual el amor posee tres componentes básicos o dimensiones: “la intimidad, la pasión y el compromiso” (p. 353). Moya y Expósito (2007) definen la intimidad como “sentimiento de cercanía, unión y afecto hacia el otro, la preocupación por promover su bienestar, dar y recibir apoyo emocional y compartir las propias posesiones y la propia persona con el otro” (p. 353). Bajo este concepto, se considera la autorrevelación de información o datos personales, la compresión empática entre los miembros de la relación, una actitud positiva y de afecto hacia el otro, una motivación para favorecerlo o beneficiarlo y la comunicación verbal y no verbal del afecto hacia el otro. La pasión se puede definir como un estado de excitación mental y físico. Baumeister y Bratslavsky definen la pasión como “el conjunto de intensos sentimientos de atracción hacia la otra persona, que se caracterizan por la activación fisiológica y el deseo de estar unido a ella en múltiples sentidos” (como se citan en Moya y Expósito, 2007, p. 354).

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El compromiso hace referencia a la decisión de mantener en el tiempo esa relación. En el caso de matrimonios convenidos por las familias, este compromiso es el que une la relación desde un inicio, aunque no se descarta la posibilidad de que en el futuro esta relación incluya las demás dimensiones. Sternberg sostienen que la combinación de las tres dimensiones (intimidad, pasión y compromiso) definen diferentes tipos de relaciones de amor como se muestra en la figura a continuación.

Figura 2. Combinación que se da en la realidad entre las dimensiones del amor.

Fuente: Moya, 2007, p. 354.

Cada una de estas dimensiones es independiente de las demás y variable dentro de una relación. Puede ocurrir que a lo largo del tiempo una dimensión crezca, decrezca o tenga vaivenes. En el caso de los matrimonios acordados por familias, en los que los protagonistas de la relación no se conocen previamente, esta es sostenida en sus inicios solamente por un compromiso (amor vacío). Con el tiempo puede ocurrir que surja la pasión y la intimidad, solo uno de estos componentes o ninguno.

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Referencias [Imagen sin título sobre amistad]. (s. f.). Recuperado de http://2.bp.blogspot.com/RFrV4SfiChw/UMUHKsNmOKI/AAAAAAAAADE/eVUgJHxf0wg/s1600/much o_amor_pocos_amigos_articulo_landscape.jpg Marín Sánchez, M. y Martínez-Pecino, R.(Coords.). (2012). Introducción a la psicología social. España: Pirámide. Moya, M. y Expósito, F. (2007). Relaciones interpersonales íntimas. En F. Morales Domínguez, M. Moya, E. Gaviria, eI. Cuadrado (Coords.). Psicología social (pp. 359-386). España: McGraw-Hill.

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