Reseña de Atenea Negra de Martín Bernal PDF

Title Reseña de Atenea Negra de Martín Bernal
Author Daniel Andres Cabrera Losada
Course Historia Antigua II
Institution Universidad Nacional de Colombia
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Universidad Nacional De Colombia Departamento de Historia Daniel Andres Cabrera Losada Reseña de: Martín Bernal, Atenea negra. Las raíces afroasiáticas de la civilización clásica. CRÍTICA, Barcelona (España). 1993, 503 páginas.

Martín Bernal fue un estadounidense nacido en Londres para el año de 1937. Historiador de raíces judías y académicas, cursó estudios en Cambridge, Berkeley y Harvard, siendo profesor posteriormente de la Universidad Cornell ubicada en Estados Unidos. Se destacó por sus estudios de la Grecia Clásica y de otras sociedades antiguas. El primer volumen de su investigación plasmada en tres volúmenes sobre la Grecia Clásica es el texto que abordará el presente escrito. Atenea Negra es el texto inaugural de toda una investigación publicada por Bernal, el cual tiene como tesis central que la Grecia Clásica fue formada a partir de la influencia cultural de Egipto y de los Fenicios. Dicho texto se encuentra dividido en más de dieciséis apartados, estando entre los cuatro primeros la introducción (dividida a su vez en cinco partes), una descripción de la transcripción y fonética empleadas para la investigación, un cuadro cronológico y un apartado dedicado a los mapas y cuadros mencionados en el texto. Este volumen consta de diez capítulos, a saber: “El modelo antiguo en la Antigüedad”; “La sabiduría egipcia y la transmisión griega desde comienzos de la Edad Media hasta el Renacimiento”; “El triunfo de Egipto durante los siglos XVII y XVIII”; “La hostilidad hacia Egipto durante el siglo XVIII”; “La lingüística romántica: ascenso de la India y caída de Egipto, 1740-1880”; “Helenomanía, I. La caída del modelo antiguo, 1790-1830”; “Helenomanía, II. La transmisión de los nuevos estudios a Inglaterra y el ascenso del modelo ario, 1830-1860”; “Ascenso y caída de los fenicios, 1830-1885”; “La solución final del problema fenicio, 1885-1945”; y, finalmente, “La situación de posguerra. La vuelta al modelo ario moderado, 1945-1985”. El capítulo 1 de este texto aborda los lazos lingüísticos y genéticos entre los egipcios y los griegos, retomando lo postulado por la mitología y las leyendas griegas, además de algunas obras clásicas de la misma civilización. El autor argumenta que, a pesar de que dichas obras fueron alteradas para exaltar el nacionalismo griego, su difusión y el acto en sí mismo de incluirlas en la cultura griega es algo significante para su tesis, pues estas afirman un origen

egipcio de los griegos. Asimismo se aborda que los griegos y los romanos estuvieron en una búsqueda constante de los orígenes de su mitología, siendo en sí misma la egipcia, siendo plasmado en las relaciones rituales con los egipcios e incluso en algunos rasgos característicos previos a la instauración del cristianismo en el Mediterráneo. El capítulo 2, por su parte, nos habla de la apropiación filosófica de los egipcios ejercida por los griegos. El autor argumenta que se hace una especie de transmisión desde Thot hasta Hermes Trismegisto, siendo el segundo abordado por varios clérigos católicos para el desarrollo de su filosofía. Del mismo modo se aborda la imposición de la tradición cristiana sobre otras tradiciones paganas, a la vez que la mitología egipcia se transmitió a través de algunos textos traducidos al latín durante el Renacimiento y la Ilustración, influyendo en el desarrollo científico y cultural de dichos periodos. Posteriormente, en el capítulo 3 aborda los orígenes de la religión griega, postulando dicho origen en la mitología egipcia. Así se afirma que las sucesoras de la religión griega, entre ellas la cristiana, son en realidad sucesoras de la egipcia, por lo que estas cuentan con apropiaciones de la misma. Por otro lado, se explica cómo esta influencia perduró a través del tiempo en tradiciones y movimientos filosóficos, estando entre ellos los masones, quienes terminaron por estudiar y apropiar la religión egipcia. El capítulo 4 nos habla de los ataques realizados a la cultura egipcia y a su sociedad en sí misma, desplazando toda postulación de una teoría fundacional de Grecia basada en la colonización egipcia y en la mezcla con los pueblos llegados desde el norte de Europa. Se abordan los estudios académicos realizados en el siglo XVIII, argumentando que en estos se postuló que para el desarrollo de la civilización era fundamental la presencia de una raza pura con características físicas y mentales inherentes a su pureza, por lo que para sostener la existencia de una supremacía de la raza europea era necesario también garantizar la pureza de la sangre griega, volviendo inadmisible la existencia de una colonización africana y fenicia que terminó por mezclarse con los indígenas del Mediterráneo Oriental y con los pueblos del norte. Continuando con el desarrollo de su tesis, Bernal habla en el capítulo 5 acerca de un despojo de la reputación de civilizados, cultos y filosóficos a China y Egipto a causa de las disputas entre los europeos y Asia. Al mismo tiempo se puso en tela de juicio el color de la piel de los egipcios, pues hasta el momento eran concebidos como blancos; determinar que su piel fuera negra causó que fuesen calificados de incultos e incivilizados, estando dentro de la misma

categoría necesitada para que Europa pudiese justificar la esclavización de los negros. Esto provocó que estudiar y exaltar a la cultura egipcia constituyera una ofensa a lo racial y civilizado, causando a su vez que estudios como los de François Champollion fuesen marginados, al igual que algunas corrientes dedicadas al estudio de su mitología y piramidaes. Por otro lado, el capítulo 6 está dedicado al desarrollo de la tesis de que fue el racismo el factor dominante a la hora de debatir y refutar el modelo antiguo a principios del Siglo XIX, por lo que, según el autor, la confluencia realizada entre la concepción de Grecia como cuna de la civilización europea, el cristianismo y la reacción al racionalismo masónico causaron el desplazamiento de toda teoría postulante de una colonización egipcia y fenicia sobre la Grecia Continental. El capítulo 7 nos habla del desarrollo de la construcción histórica de la conformación de la sociedad europea, estando estrechamente ligada con la historia de los pueblos vencidos y los pueblos vencedores, así como con los paradigmas propios de civilización y progreso. Al desarrollarse la historia de los vencedores, era necesario argumentar que estos estaban destinados a gobernar sobre otros pueblos debido a las características inherentes a la raza pura de la que eran parte, por lo que la presencia de una teoría que afirmara una procedencia negra desde Egipto y la mezcla con otras razas se volvía algo indeseable, desplazando así el modelo antiguo. En el capítulo 8 se habla de cómo el desplazamiento de Egipto dentro del modelo ario permitió consigo una oportunidad para los fenicios (semitas), siendo estos los precursores de la religión y la poesía. Así, se aborda la concepción positiva victoriana de los semitas, siendo esto algo reducido; la concepción negativa, por el contrario, era algo más generalizada y los tachaba como un pueblo corrupto moralmente en comparación con los europeos, predominando a la vez que ascendía un antisemitismo racial fundamentado también en características propias de la geografía oriental. El capítulo 9 sitúa el ascenso de un modelo ario radical, el cual se caracterizó por rechazar cualquier postulación de una influencia cultural de los fenicios a los griegos, así como cualquier apropiación realizada por los últimos. Sobre esto se habla de la presencia de una colonia griega en Siria, la cual llevó el alfabeto a Grecia, negando de este modo cualquier influencia pasiva sobre la misma. Se habla también del rechazo a cualquier raíz lingüística de procedencia fenicia, permitiendo que los antisemitas instauraran unos paradigmas que

condenaban cualquier apunte sobre una mezcla cultural o racial con los fenicios. Finalmente, el capítulo 10 expone algunos estudios (mayormente semitas) que ponían en tela de juicio el modelo ario radical, argumentado consigo la existencia de préstamos culturales de los fenicios a los griegos e incluso afirmando la presencia de una civilización fenicia en Creta durante el periodo Minoico. El autor explica cómo fueron atacadas estas postulaciones debido a sus ataques heréticos a la originalidad y singularidad de la civilización griega, cuna de Europa. No obstante, se resalta el papel de estas investigaciones en la influencia ejercida sobre nuevos investigadores de la época e incluso sobre la periferia académica, provocando el retroceso a un modelo ario moderado que admitía la influencia fenicia sobre la civilización griega. Pese a que las postulaciones del autor son bastante plausibles (cumpliendo con su propuesta de modelo de investigación sobre los silencios existentes en los modelos históricos), no es posible afirmar que la construcción de la historia en sí misma sea posible sobre supuestos y no sobre hechos y objetos tangibles. La investigación e indagación histórica, si bien está sujeta a interpretaciones propias inherentes a la época propia del investigador, debe ser acompañada de objetos tangibles que permitan la comprobación de la teoría interpretativa del periodo y/o problema en cuestión. Por otro lado, pese a que el investigador ataca enérgicamente los postulados eurocentristas y aunque su postulación del modelo antiguo revisado es harto más probable que el modelo ario, su modelo puede estar sujeto a una corrupción de imparcialidad por las características propias del investigador y de su época, hallándose enmarcado en una tradición familiar semita y una época de postguerra centrada en legitimar un naciente Estado inventando con motivo del holocausto, condenando consigo cualquier rastro de antisemitismo....


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