Reseña - Ramón y Cajal - Reglas y consejos sobre la investigación biológica PDF

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Comentario del libro de Santiago Ramón y Cajal titulado ​Reglas y consejos sobre la investigación biológica - Los tónicos de la voluntad. (Madrid, Imprenta Fortanet, 1899) El autor de este libro es el humanista, científico y premio nobel de medicina (1906) Santiago Ramón y Cajal, especialista en his...

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Comentario del libro de Santiago Ramón y Cajal titulado Reglas y consejos sobre la investigación biológica - Los tónicos de la voluntad. (Madrid, Imprenta Fortanet, 1899)

El autor de este libro es el humanista, científico y premio nobel de medicina (1906) Santiago Ramón y Cajal, especialista en histología, anatomía patológica y neuroanatomía. Este libro deriva del discurso que leyó Ramón y Cajal el 5 de diciembre de 1897 con motivo de su inclusión como miembro en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España. Esta obra se divide en 11 capítulos, en los que pretende inspirar a una nueva generación de investigadores haciendo hincapié en los diferentes aspectos de la investigación, del investigador y, como el propio título muestra, de las reglas y consejos a seguir para poder realizar grandes investigaciones y poder contribuir con ellas a un mejor futuro. En los primeros ocho capítulos se centra en la juventud, en los estudiantes y futuros investigadores. Comenzando en el primer capítulo con un análisis de los diferentes métodos de investigación científicos y el culmina, con una frase bastante alentadora. “A la voluntad, más que a la inteligencia, se enderezan nuestros consejos, porque tenemos la convicción de que aquélla [...] es tan educable como ésta, y creemos que toda obra grande, [...]es el resultado de una gran pasión puesta al servicio de una gran idea.” En el segundo capítulo, sobre las “preocupaciones enervadoras del principiante” analiza los cuatro grandes problemas que, a su criterio, ve en las nuevas generaciones de investigadores como son: la admiración excesiva a la obra de los talentos consagrados, la creencia en el agotamiento de los temas científicos menospreciando las pequeñas aportaciones que puedan dar a descubrimientos ya realizados y no por ello culminados, el excesivo culto a la ciencia práctica y el consiguiente menosprecio a la ciencia teórica, y la “pretendida cortedad de luces” donde desecha las excusas de falta de capacidad o aptitudes y ofrece unos pocos consejos bastante prácticos para que los jóvenes comprueben si realmente son o no aptos para la labor científica. En los capítulos tres, cuatro y cinco, aborda las características morales e intelectuales que deben tener como investigadores y una pequeña clasificación de estos según sus comportamientos. Entre las virtudes que menciona me gustaría destacar la independencia de juicio y la perseverancia en el estudio, así como la cultura general, el dominio del método o la necesidad de buscar inspiración en la naturaleza.

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El capítulo seis se puede dividir en tres puntos, las condiciones socioeconómicas favorables para el desarrollo de la labor científica, la compatibilidad entre el trabajo profesional y la investigación, y la relación entre científico y familia. En este último punto da algunos consejos sobre la necesidad del científico de tener una familia, pero saber separar trabajo y amor. Del mismo modo aconseja sobre que tipo de compañera es más apropiada o conveniente para poder llevar a cabo la labor de investigación sin contratiempos. En este capítulo hay que tener en cuenta que Ramón y Cajal es un hombre de su tiempo puesto que este punto puede llegar a ser mal interpretado en nuestros días. En los siguientes capítulos, siete y ocho, Ramón y Cajal da una serie de pautas para el buen desarrollo de la investigación, correcta datación y redacción de las investigaciones. Recalcando la importancia de la observación y de la realización de hipótesis, donde da a ver que incluso las hipótesis erradas no deben ser descartadas, pues contienen enseñanzas que pueden ayudar en el desarrollo de la investigación, o en palabras de Thomas A. Edison “No he fracasado. He encontrado diez mil maneras que no funcionan”. Los tres últimos capítulos están enfocados principalmente a los maestros, en concreto, el capítulo nueve se centra en la etapa docente consiguiente a la finalización del aprendizaje; donde recomienda el recogimiento de discípulos que puedan continuar la labor del investigador cuando este ya no esté. En los capítulos diez y once enumera diferentes hipótesis sobre por qué en España existe tal desfase cultural con respecto al resto de Europa, al mismo tiempo que propone una serie de soluciones políticas y estructurales para intentar salvar ese desfase y conseguir igualar a España con el resto de países vecinos en el campo de las ciencias. Desde mi punto de vista el doctor Ramón y Cajal consiguió su objetivo, incluso a largo plazo, pues no solo inspiró a esa nueva generación de investigadores sino que consigue inspirar a las nuevas generaciones de universitarios, en la cual me incluyo, teniendo en cuenta el cambio del contexto social, ya que el capítulo seis a que entenderlo en el contexto del siglo XIX.

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