Resúmenes Capitulo 5 Historia, libro imperio y la globalizacion PDF

Title Resúmenes Capitulo 5 Historia, libro imperio y la globalizacion
Author Isabel Vergara
Course Historia Económica Mundial y de España. S. XIX y XX
Institution Universidad de Alicante
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libro imperio y la globalizacion, apuntes del capitulo 5 del libro...


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5.LA ECONOMÍA ESPAÑOLA ENTRE GUERRAS (1914-1936) 1. EL IMPACTO DE LA GUERRA SOBRE UNA ECONOMÍA NEUTRAL La Gran Guerra trastornó profundamente la economía mundial. Las economías de los estados neutrales tampoco escaparon de los efectos del conflicto. Para un país como España, el impacto económico de la guerra se produjo por la vía del comercio exterior. Provoco grandes cambios en las transiciones. En primer lugar, aumento la demanda externa. En según lugar, disminuyo la oferta de muchos de los productos industriales y por último en tercer lugar se contrajo la demanda exterior de dos tipos de bienes: los que solían comprar las naciones contendientes y que ahora serian bienes superiores prescindibles o los productos que eran mas sensibles a las dificultades de transporte derivadas del bloqueo naval y de la guerra submarina. Los embarques se dispararon por el riesgo de hundimiento, incluso prohibido para mercancías caras de transportar. El declive de los intercambios exteriores hizo que la apertura comercial española se redujera. La escasez de todo tipo de bienes importados, significó que España gozó de una ‘protección espontánea automática’ es decir tenía la oportunidad de fabricar todo aquello que antes importaba. La primera guerra mundial fue el impulsor de la sustitución de importaciones. La falta o encarecimiento de las materias primas y bienes intermedios trastornó el proceso productivo de numerosos sectores. Las actividades productivas no podían equiparse con nueva maquinaria ya que no podían adquirirla del exterior. Algunas ramas productivas que aprovecharon la desaparición de la competencia extranjera para ocupar su lugar, diversificarse y crecer. Esto fue lo que pasó en España en la industria química y en el sector de transformados metálicos. En la fabricación de pequeños bienes de equipo, maquinaria eléctrica como no eléctrica, los primeros electrodomésticos. La industria nacional encontró terreno para desarrollarse. No se consiguió el mismo progreso en conocimientos científicos y en competencia técnica, al carecer de capital Humano (know how). Incluso en los sectores textiles y el calzado no experimentaron un gran crecimiento. Los empresarios entendieron que ese auge de demanda extranjera era pasajero. La oferta creció y con lo cual también la demanda aumentó, pero en mayor medida, los precios y los beneficios se incrementaron. La agitación del comercio exterior supuso un efecto transformador del tejido industrial. La aceleración industrial después de la guerra mundial, estuvo originada por cambios radicales en los precios relativos de los factores productivos (encarecimiento del trabajo) y recursos energéticos (la subida de los precios del carbón). La subida del precio del carbón se debe a que no se podía importar el mineral, ya que la mitad provenía del extranjero y el carbón suponía el 90% de la energía primaria moderna, por eso el corte en el suministro provocó un estrangulamiento en el mercado energético. La carencia del combustible, hizo que se elevara el precio de este. La electricidad se convirtió en un bien sustitutivo del carbón, es decir, aquellas empresas que puedan adaptar sus actividades a la tecnología eléctrica, podían reemplazar el carbón por la electricidad. En 1920 la industria básica (minera, siderúrgica, química…) ya utilizaba más electricidad que carbón. Las condiciones económicas creadas por la guerra mundial no fueron iguales en todos los sectores. Industrias como la minería no energética y la industria de construcción, desplomaron. Actividades como la agricultura, servicios de mercado, se expandieron con fuerza, aunque la agricultura permaneció dinámica por el cierre de mercados exteriores. La producción agraria creció entre 1913-1918 a un 3% anual. La gran banca se lanzó con la expansión territorial de su red de oficinas. ¿Cómo se desenvolvió globalmente la economía española en el ciclo bélico? Su actuación macroeconómica fue decepcionante. El PIB creció a una TM 0,8% anual. El avance menor se convierte en un leve retroceso = no hay crecimiento económico. Esto contradice la percepción de una época de prosperidad, ya que estaba desigualmente repartida. Esta percepción tiene sentido si hablamos en términos del PIB nominal que creció hasta llegar a tener una tasa del 11% anual. La producción agregada aumentó muy poco. La producción en valores nominales creció a pesar de la subida de precios.

Los ingresos reales de ciertos sectores económicos y sociales aumentaron. La economía española acumuló un superávit en la balanza de pagos en 1914-1919 que procedía de la balanza comercial. Las entradas netas en la balanza por cuenta corriente también aumentaron, engordando la posición acreedora de la balanza de pagos. La balanza de servicios, los ingresos netos corresponden a los embarques, servicios de transportista para otros países realizados por la flota española. Desde el punto de vista del sector exterior, la economía española gozó de un periodo que le fue favorable. La neutralidad aportó estos dividendos. Toma mayor dimensión macroeconómica cuando las naciones beligerantes imponen a las naciones vecinas las cargas bélicas. La guerra les infligió un duro castigo, pero fue un resultado positivo para España mantenerse en la neutralidad, ya que nuestro PIB pc mejoró y pasamos a ser acreedores. 2.LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA: LA PUGNA DISTRIBUTIVA La España de entreguerras estuvo dominada por tensiones sociales y políticas, con trasfondo de crisis económica ya que era deudor en términos económicos internacionales. La Gran Guerra desembocó en una crisis económica internacional. No fue muy larga, pero fue muy grave. España estuvo afectada por la conflictividad social y por la descomposición del sistema político. El desorden facilitó la imposición de una dictadura militar. La neutralidad le proporcionó a España beneficios, un superávit extraordinario en su balanza de pagos. Se logró sin aumentar apenas la producción agregada de bienes y servicios. Los excedentes empresariales crecieron espectacularmente. Las empresas españolas no fueron tan rentables como en este periodo, gracias a la inflación. Con la Gran Guerra entró en escena la inflación. La inflación resulto nueva para los contemporáneos. España como país no beligerante (no entró en guerra) sufrió subidas en los precios menos violentas que los países que participaron en la guerra. Los salarios nominales (nómina de un trabajador) aumentaron, pero no tanto como los precios. La redistribución de la renta nacional a favor de los excedentes empresariales y en contra de los ingresos del trabajo = movilizaciones obreras. El malestar social se estaba incubando durante años. Desde la Restauración hasta 1918 el consumo pc se mantuvo estancado, pese que el PIBpc fue progresando lentamente pero poco a poco. La NO mejora de condiciones de vida de los sectores sociales = elevación de la desigualdad en la distribución de los ingresos. La primera huelga general en España se convocó en 1917. Hasta principios de 1920 las movilizaciones de los trabajadores fueron continuas. Ni en los años de la Segunda República la conflictividad laboral alcanzó su máximo tanto como en la guerra mundial. En esta época marca el momento de mayor contestación obrera registrado en el último siglo y en toda la historia. Factores que se reunieron para inflamar el espíritu reivindicativo: 1º El recorte en el poder de compra de los salarios por la fuerte inflación 2º El espejismo del éxito de una supuesta revolución proletaria en Rusia y la inminencia de este fenómeno en otros países. Numerosas sociedades fueron sacudidas por estos movimientos revolucionarios. 3º En España el descontento popular y la radicalización obrera se nutrieron del despecho que provocaba en los grupos sociales de ingresos bajos no participar en la oleada de prosperidad.

El desenlace de la pugna distributiva fue favorable a los trabajadores. Lograron aumentos en sus salarios desde 1918. Pero el aumento salarial no implicó una redistribución de la renta que restaurara la situación antes de la guerra. El crecimiento económico hizo compatibles ambas cosas, no sin grandes tensiones sociales. Las mejoras salariales arrancadas a los empresarios se hicieron a costa de empujar el régimen parlamentario al abismo. Los empresarios consideraron estos movimientos huelguísticos como una amenaza, tanto en el campo como en la industria. Las organizaciones patronales emprendieron una acción ofensiva contra las organizaciones sindicales más radicales, haciendo una campaña de presión al gobierno para que aplastasen las movilizaciones obreras. La violencia deterioró el clima social en ciertas áreas industriales y urbanas (Barcelona), hasta tal punto que Primo de Rivera, capital general de Cataluña, con el permiso del empresario local y del monarca, pronunciase un golpe de estado e imponer una dictadura militar en septiembre de 1923. 3.CRECIMIENTO Y CAMBIOS ESTRUCTURALES DURANTE LOS AÑOS VEINTE Durante el decenio de 1920 el país vivió una etapa de prosperidad y bienestar, y esto se debe a la evolución de los diferentes sectores económicos. Es preciso distinguir entre agricultura e industria. El sector agrario mostro un escasísimo dinamismo. Sin embargo, hizo una importante contribución al crecimiento económico. Una gran cantidad de trabajadores agrícolas abandonaron el sector y se fueron al centro urbano, con el auge de la construcción y de la industria. El desempleo y el subempleo, que eran algunos de los males tradicionales de la agricultura española, se atenuaron. La industria fue el principal protagonista del boom económico del decenio de 1920. No toda la industria, sino la industria básica, o sea la productora de bienes intermedios y de bienes de producción. Los sectores industriales avanzaban a velocidades muy diferentes. La más rápida correspondía a las industrias de bienes de capital. Las industrias de bienes de consumo eran impulsadas a una velocidad mucho mas lenta. Van ganando importancia las industrias productoras de bienes intermedios y mas aun las de bienes de producción. Lo pierden la minería no energética y las industrias de bienes de consumo. Podemos decir que España dio un salto en la industrialización. ¿A que se debe atribuir este salto histórico en la industrialización? -Primer factor: La inversión en nueva maquinaria e instalaciones fue de gran envergadura debido a que las empresas han tenido que aplazarla durante años. Se acumuló una demanda insatisfecha, que se materializó en compras masivas de maquinaria a partir de 1919. -Segundo factor: El auge de la construcción tuvo como principal motor la acelerada urbanización de la población española registrada esos años. -Tercer factor: La electrificación fue el mas importante. Desde la finalización de la primera guerra mundial hasta la Guerra Civil, el país se vio inmenso en una oleada de construcción de grandes centrales hidroeléctricas. La rápida ampliación de la producción de la electricidad y de la potencia instalada exigió un esfuerzo inversor en obra civil y en bienes de equipo. -Cuarto factor: El crecimiento industrial que se había ido produciendo se debió a la sustitución de las importaciones que brindo el arancel de 1906. Esto genero un nivel de especialización industrial que permitió autoalimentar el crecimiento de la industria. -Ultimo factor: Fue el programa de obras publicas de la dictadura de Primo de Rivera. El estado tenia que asumir la ampliación y modernización de las estructuras de transporte y comunicaciones. La inversión se concentro en los ferrocarriles, las carreteras, los embalses y los puertos. Las mayores sumas se invirtieron en el ferrocarril. La ampliación de la red fue modesta, pero en cambio, la mejora de la existente fue sustantiva. El plan de construcción y renovación de carreteras deparo resultados mas espectaculares. España paso de tener una red viaria muy deficiente a disponer de otra mas extensa y de alta calidad. Esta nueva estimulo el crecimiento del automóvil. También se llevo a cabo una inversión publica vinculada a las confederaciones hidrográficas, con el objetivo de incrementar la generación de energía eléctrica y de extender el regadío. 4. LA DEPRESION DE LOS AÑOS TREINTA EN ESPAÑA

El modelo de crecimiento económico de los años veinte, se agoto al final de la década. Confluyeron diversos elementos, uno de ellos fue el cambio en el contexto internacional. La economía mundial fue sacudida en 1929 por una crisis extremadamente grave (La Gran Depresión) que se manifestó y transmitió a través del hundimiento de la demanda y los precios. El ciclo inversor se agotó porque la renovación y modernización tecnológica se había ido completando, exigiéndose una de las fuentes primordiales de la aceleración industrial. Las compañías eléctricas fueron las únicas que no interrumpieron sus planes inversores. El Gobierno canceló su programa inversor y esto tuvo un impacto negativo en las expectativas de los industriales. La caída de la dictadura de Primo de Rivera como jede de Gobierno, entro en quiebra que estuvo provocada por el descrédito de su política económica.

La política expansiva del gasto público se hizo incompatible con la política tributaria y monetaria defendida por el régimen. Los objetivos: el presupuesto equilibrado y la estabilidad del tipo de cambio de la peseta en torno a la paridad teórica con el oro establecida en 1868. Atender a los dos objetivos exigía una política restrictiva y contradictoria al carácter del programa de obras. Los gobernantes evitaron financiarlo por la emisión de dinero, camuflaron el déficit publico mediante un artificio contable que permitió emitir deuda a organismos públicos. Confiaban en que esa deuda absorbería el ahorro cumulado que se mantenía ocioso y no se produciría el efecto expulsión de la inversión privada ni tensiones inflacionistas. Los bancos suscribieron gran parte de esos prestamos públicos. El gobierno tuvo que cancelar el programa inversor público cuando la opinión publica descubrió el engaño y escandalizo por el endeudamiento masivo. El descrédito de la política económica de la dictadura fue ocasionado por la política cambiaria. La balanza comercial presentaba un saldo desfavorable de gran cuantía. El Gobierno renuncio a la depreciación de la peseta, solo podía equilibrarse con entradas netas de capital exterior. Se genero una crisis de confianza cuando se evidencio que había perdido apoyos políticos. La dimisión del dictador dio paso a un periodo de interinidad del sistema político, en el mismo momento en que la economía española recibía el impacto de la Gran Depresión. El ciclo político abierto con régimen dictatorial se cerró con la proclamación de la Segunda República a raíz de la derrota de los partidos monárquicos en las elecciones municipales de abril de 1931. La crisis económica del 29 se manifestó en España a través del hundimiento de las exportaciones y de la inversión. El hundimiento de la demanda exterior llevo a una aguda represión a los sectores que la servían. Las dificultades de los sectores se extendieron al resto de la economía por los canales de consumo e inversión. Las importaciones disminuyeron y se planteaba un déficit cuantioso de la balanza comercial. La inversión pública después del gran paso atrás de 1930 recupero altos niveles de los años finales de la década de 1920.Durante años se ha discutido sobre si la Segunda República fracasó por culpa de la crisis económica internacional. Analizamos los cauces de difusión: -En primer lugar, la gran depresión comenzó con el hundimiento de la bolsa de NY. España no estuvo en absoluto afectada por este mecanismo de difusión de la crisis. España salió de la guerra mundial no solo sin deudas, sino con una sólida posición frente al resto del mundo. -El segundo canal de difusión de la crisis fue el comercio exterior, de la crisis bursátil se derivo un sentimiento de empobrecimiento general en EE. UU. que se acabó materializando en la destrucción de puestos de trabajo. La crisis bursátil convenció a los estadounidenses de que debían aferrarse al arancel protector para conservar sus puestos de trabajo. El endurecimiento comercial de la primera potencia mundial dio lugar a un encadenamiento de represalias comerciales en un ambiente de reducción del comercio internacional. La crisis internacional si afecto duramente a la economía española, en particular sus sectores exportadores.

El cambio de régimen político fue visto con gran apresión por parte del empresariado que había estado mas vinculado a la dictadura. Las empresas productoras de bienes intermedios y de bienes de equipo

acogieron muy mal el régimen republicano. Los banqueros no estaban muy seguros de no correr el riesgo de una nacionalización. Todo ello, originó una verdadera crisis económica con evidentes analogías con la crisis bursátil de NY. Los valores bursátiles y las rentabilidades empresariales cayeron. Los salarios tuvieron un comportamiento totalmente contra cíclico desde los inicios de 1930 hasta el final de 1933 las retribuciones salariales registraron alzas continuas y muy fuertes en términos de salario-hora, tanto en el sector industrial como en el agrario. Esta notable elevación tuvo un efecto macroeconómico positivo, ya que aumento la propensión a consumir en un momento en que esta corría peligro de caer en una depresión a causa del derrumbamiento de la demanda. La subida salarial no pudo evitar que la demanda agregada se redujera y fue capaz de reactivarla ya que el colapso de la inversión y las exportaciones provoco un aumento del paro. Debido a la disminución del empleo, el valor agregado de las rentas del trabajo se incremento bastante menos que los salarios. El alza salarial fue suficiente para dar impulso a la industria de bienes de consumo. La relativa bonanza del consumo privado de bienes manufacturados se extendió también a los productos agrarios. La agricultura y la ganadería española que estaba orientada al mercado interior gozó de un incremento de la demanda. LA mayor demanda de productos agrarios estuvo acompañada por la meteorología favorable, por una sucesión de buenas cosechas. Durante la república se vivió en un clima de permanente y creciente conflictividad que derivo en un enfrentamiento entre diversos sectores de la sociedad. Este ambiente de confrontación suscitó una falta de confianza entre empresarios e inversores que no tuvieron una actitud neutral o pasiva, sino que mostraron una abierta hostilidad hacia las políticas públicas. Con el advenimiento de la república, depreciación de la peseta, se intensificó. Al desbordamiento del déficit comercial se sumaron las exportaciones masivas de capital, tanto por la fuga de los inversores extranjeros como por la evasión clandestina de capital de nacionales, provocadas por la desconfianza que levantaba en los círculos de negocios la llegada al poder de fuerzas políticas de izquierdas. Las autoridades económicas republicanas estuvieron tan obsesionadas con la estabilidad del valor exterior de la peseta como los gobiernos procedentes. El temor dio lugar al grave error de perseguir el mantenimiento de un cambio de la peseta sobrevaluado, frente al déficit de la balanza de pagos y la evolución de los precios relativos. El endurecimiento de la política monetaria, en 1931, se concreto en un alza sucesiva del tipo de interés. Se busco atraer el capital del exterior para equilibrar la balanza de pagos, y estabilizar así el cambio. Las cuentas exteriores no se equilibrarían mientras que el alza de los tipos de interés tendría el efecto de deprimir la inversión al encarecer el coste de capital. El fracaso hizo desistir a las autoridades de continuar endureciendo las condiciones crediticias, pero mantuvieron como objetivo la defensa de valor exterior de la peseta. En 1933, quedo estabilizada de facto al vincularse al bloque de oro. España paso a formar parte del último reducto de países fieles al patrón oro sin haber adoptado dicho régimen monetario. Las rebajas en los tipos de interés fueron descartadas. Efectos mas graves se derivaron de la excesiva cotización de la peseta. Las exportaciones no dejaron de caer entre 1933 y 1935. La política laboral ejecutada por el Gobierno de coalición de fuerzas de izquierdas nos muestra una cara diferente de la política económica. Las medidas fueron innovadoras, por no decir rupturistas; la fijación del salario mínimo, regulación de la jornada má...


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