Seminario 6 relato ficticio The Body Shop PDF

Title Seminario 6 relato ficticio The Body Shop
Author Pablo Flores Martínez
Course Teoría de la Organización y Burocracia Pública
Institution Universidad Autónoma de Madrid
Pages 3
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Description

Seminario 6. Teoría y Organización de la Burocracia pública Pablo Flores Martínez grupo 2411

Estudio de caso The Body Shop. Narración con tintes ficticios basado en el caso real de Anita Roddick En 1976 la activista Dame Anita Lucia Roddick decidió abrir una tienda con el fin de mantener a su familia. Bajo el nombre de The Body Shop, Roddick fundó una línea de cosméticos con la idea de que la cadena promoviese un impacto positivo en el desarrollo sostenible. Todo comenzó en un pequeño local inglés que ofrecía productos de cuidado de la piel de origen natural y ecológico, orientado a todo tipo de público femenino, y que creía en la posibilidad de prosperar económicamente sin dejar de lado los principios éticos por los que se caracterizaba.

Podemos imaginar un proceso en el que la originalidad y lo novedoso de su idea de negocio hizo que su propuesta tuviera éxito y pronto se corriera la voz, lo que provocó que Anita necesitase aumentar el personal para satisfacer a los clientes debido a la creciente demanda que hubo de su tienda. Comenzó dándole trabajo a una joven que vivía cerca, con la que se repartió el trabajo. Las diferencias de carga y modo de trabajo no fueron significativas en un principio. Las tareas no se repartieron de manera estricta y se iban turnando según fuera surgiendo, ya fuera la propia fabricación de los productos, la atención al cliente, el control de inventario…. La nueva trabajadora se adaptó bien y el proyecto de Roddick seguía siendo comparable con el de cualquier otro comercio local.

Sin embargo, con el tiempo, la repercusión de la pequeña empresa de Anita fue en aumento, y con ella también crecieron las propuestas de clientes que le sugerían ofrecer nuevos productos. A Anita le pareció buena idea aumentar su producción y añadir nuevos cosméticos, apostar por ofrecer también productos de maquillaje, perfumería... Esto supuso la necesidad, de nuevo, de aumentar la plantilla, y no solo eso, sino también de informarse y mejorar su propio aprendizaje acerca de cómo poder producir esos productos con los requisitos que ella y los principios de su empresa exigían.

Roddick fue consciente de que, a pesar de su experiencia, sus nociones sobre cosmética eran algo limitados como para permitirse elaborar un plan de producción desde cero para estos nuevos productos, que no eran tan sencillos como con los que empezó. El aumento de la variedad de productos de su tienda supuso que la fabricación de los mismos requiriese de conocimientos específicos que no todo el mundo tiene.

Así pues, decidió ser realista, y, sabiendo que los métodos de trabajo improvisados que había seguido hasta ahora no podrían ser viables si quería seguir aumentando el tamaño de su compañía, se convenció para contratar a un asesor de empresa que le ayudase a continuar organizando su proyecto.

El trabajo de la empresa se hizo cada vez más complejo, y tras adquirir un nuevo local para expandir su tienda, Anita, a sugerencia de su asesor, empezó a exigir determinadas cualidades y nociones necesarias a la hora de contratar nuevos empleados y comenzó a dividir la producción de los nuevos cosméticos en distintas especialidades. Delegó el mando a unos encargados que dirigirían de manera exclusiva la manufacturación de un producto o de una línea de productos concreta que se les asignaba. Todo esto bajo la supervisión de Anita y de su asesor, el cual elaboró una guía procedimental general que cada encargado debía asegurarse de aplicar a la línea de producción de la que estuviera a cargo.

Así pues, Anita dejo de lado las tareas de fabricación, que fue delegada a un equipo de expertos en la fabricación de cada producto. Cada línea de producción acabaría contando con su propio grupo de consejeros en materias específicas de dermatología, botánica, química, belleza… con el fin de garantizar la máxima calidad del producto. Al principio eran grupos muy pequeños, pero se fueron haciendo más grandes a medida que crecía la empresa y abría más tiendas.

Con la ayuda del marido de Roddick, la empresa siguió creciendo. Se creó un departamento de contabilidad que medía los beneficios y realizaba un análisis de la eficiencia de cada una de las líneas de producción para anticipar posibles cambios o medidas que fueran a ser necesarios.

Tras continuar el éxito, la empresa salió a bolsa. Anita continuó siendo la directora de la empresa a la par que continuaba ejerciendo su activismo. Fue integrante de Demos, Amnistía Internacional, y fundó Children On the Edge, de ayuda a la población infantil de Europa y Asia. Finalmente, decidió crear el Departamento de Proyectos Medioambientales, dentro de la empresa. La creación de este departamento tenía como fin engrandecer el papel activista de la empresa, así como sus principios ecológicos y sostenibles de producción, de tal manera que no se dejara de dar relevancia a los valores que respaldaban la idea de Anita y que estos siguieran siendo la principal imagen de The Body Shop. Así, la compañía se consolidó cada vez más como una referencia del desarrollo sostenible, el comercio justo y el empoderamiento femenino. Empezó en entre 1980 y el 2000 a sumarse a distintas campañas, todas ellas de temáticas similares a las defendidas por la compañía. Acabó uniéndose con distintas ONGs como Amnistía Internacional o Greenpeace, en 2002. La creación de este nuevo departamento no debió ser fácil. Las decisiones no estarían exentas de discrepancias internas en la empresa, y como es de esperar, entre la propia Roddick y sus inversores. El departamento debía contar con una plataforma de expertos en ONGs y causas sociales, así como consultores de asuntos de actualidad para evitar que la empresa se introdujera en asuntos polémicos o en movimientos que pudieran parecer concordantes con los valores de la compañía, pero que pudieran encerrar otros motivos menos lícitos que manchasen la imagen de The Body Shop. Aunque seguía tomando decisiones importantes dentro de la compañía, poco a poco Anita pasó a encargarse fundamentalmente de las funciones de cara al público, que le sirvieran para promocionar su empresa y su activismo, así como para fomentar sus ideales y bajo el ejemplo del éxito de su propio proyecto, demostrar que se puede producir a gran escala de manera sostenible, dando charlas y conferencias contando su propia experiencia y ejerciendo de divulgadora....


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