TEMA 11. Nueva Visión Sobre EL Origen DEL SER Humano PDF

Title TEMA 11. Nueva Visión Sobre EL Origen DEL SER Humano
Course Antropología Filosófica I
Institution UNED
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TEMA 11. LA NUEVA VISIÓN SOBRE EL SER HUMANOObjetivos de este temaSe tratará el estudio de tres grupos de animales: el grupo de los primates actuales no humanos; el de los animales, los homínidos antes de ser plenamente humanos; y el de la especie actual.En los últimos 20 años la teoría sobre la hom...


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TEMA 11. LA NUEVA VISIÓN SOBRE EL SER HUMANO Objetivos de este tema Se tratará el estudio de tres grupos de animales: el grupo de los primates actuales no humanos; el de los animales, los homínidos antes de ser plenamente humanos; y el de la especie actual. En los últimos 20 años la teoría sobre la hominización ha variado sustantivamente, por lo que hay que verlo desde una nueva óptica. EL COMPORTAMIENTO DE LOS PRIMATES ACTUALES Razones para el estudio de los primates Decía Ortega que “el simio se parece tanto a nosotros que nos invita a afinar el parangón, a descubrir diferencias más concretas y más fértiles” Si somos primates, es imprescindible conocer cómo se comportan los otros primates. Así sabremos cómo nos comportábamos cuando éramos como los primates, es decir, desde hace unos seis millones de años hasta que se empieza a usar herramientas hace dos millones de años. Desde aquí podremos deducir cómo evolucionaron nuestros antepasados hasta la emergencia de la actual especie humana, que muestra considerables diferencias: no sólo anatómico-fisiológicas y genéticas, sino también de comportamiento y capacidades. Los trabajos de Frans de Waal (en especial, El mono que llevamos dentro) son aquí decisivos. Plantea la discusión de cuál de los tres primates más cercanos a nosotros (chimpancé común, bonobo y gorila) es el más adecuado para comprendernos. Hay que tener en cuenta que la sociabilidad es un rasgo que compartimos con los primates. Bolk y Silk plantean el conocimiento de cómo se forman los grupos en otras especies de primates para analizar la evolución de la sociabilidad humana. Parten de la conveniencia de utilizar dos tipos de argumentos: por “homología”, si tenemos morfologías semejantes, nos comportaremos de modo semejante; por “analogía”, la evolución moldea la adaptación en respuesta a presiones selectivas diferentes. Aquí nos interesa centrarnos en el grupo de los primates antropoides, al que pertenecemos. Este grupo abarca: a los platirrinos (nariz plana), y a los catarrinos (nariz hacia abajo), a los que pertenecemos. Los catarrinos se subdividen en dos superfamilias: los cercopitécidos (monos del viejo mundo), y los hominoides, a la que pertenecemos los antropomorfos y nosotros.

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Si utilizamos la taxonomía cladista (basada en el análisis genético), pertenecemos a la familia de los póngidos (chimpancé, gorila). Si utilizamos la taxonomía tradicional (evolutiva), pertenecemos a la familia de los homínidos (una familia propia). De momento, las semejanzas en el ADN entre el chimpancé, el bonobo y nosotros, pueden llevar a clasificarnos en el género Homo, que tendría tres especies: chimpancé, Homo paniscus; bonobo, Homo arboreus; y nosotros, Homo sylvestris u Homo sapiens. Parece correcto mantener la exclusiva del género Homo para el actual Homo sapiens, junto con todos los antepasados después de los australopitecos.

Comportamientos sociales entre los primates Entre los primates, los grupos sociales pueden ser de todo tipo: solitarios, monógamos, poliándricos, de muchas hembras y machos, y un macho dominante y muchas hembras. Pero lo más llamativo es que en casi todos, excepto en los grupos monogámicos y poliándricos, hay dimorfismo sexual. Otra cuestión importante es la relación del establecimiento de jerarquías entre las hembras con la situación de los recursos. Si son limitados y fácilmente controlables, se generan jerarquías que impiden el acceso a los recursos a las más débiles; si los recursos están dispersos, no se establecen estas jerarquías y las hembras pueden abandonar el grupo con más facilidad. También hay una relación directa entre la formación de grupos y la defensa de los depredadores. Dado que en un grupo grande es más fácil la detección, el miedo a ser uno mismo, la víctima se diluye, es más fácil disuadir al depredador. Otra cuestión se refiere a los sistemas de apareamiento. Como ha visto Campillo Álvarez, la mayor parte de los estudios ha centrado su relato en el macho de la especie. Él se inclina por situarse en el estudio de la evolución de la hembra de la especie, hasta el punto de que lo más diferencial de la especie humana no sería ni la inteligencia, ni el bipedismo, ni la capacidad de utilizar instrumentos, ni la visión tridimensional en color, sino la diferencia en la sexualidad, que centra en siete características: constante receptividad; postura ventral para la cópula; orgasmo femenino; menstruación; parto difícil; crías prematuras; y menopausia. A partir de aquí, todo depende del complejo al que lleva la postura erguida, por el cambio que esa postura en la hembra conlleva en la práctica de la sexualidad. El cambio de postura lleva a la hembra a la cripsis ovulatoria, lo que cambia las estrategias de apareamiento e inicia una línea evolutiva decisiva que lleva a la vida humana actual. Este es el gran cambio de perspectiva en la actualidad: el cambio del paradigma de la dieta (boca) por el de la reproducción. Y por ello, el estudio de las estrategias de apareamiento se ha convertido en un capítulo importante en la primatología. J.A. Benito y Ana Noguera

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Por eso es importante también distinguir en la selección natural la categoría de selección sexual, que favorece los caracteres que mejoran el éxito en la competencia por encontrar pareja y se expresan más intensamente en el sexo que tenga el acceso más limitado a los miembros del sexo opuesto. Dentro de esta categoría hay dos posibilidades, con efectos diferentes: la selección intrasexual, dentro del mismo sexo, generalmente cuando los machos compiten por las hembras; la selección intersexual, la selección está en función de las preferencias del otro sexo.

La evolución del altruismo: la ley de Hamilton La teoría de la evolución establece que son seleccionados los genes más beneficiosos de cara al individuo. ¿cómo puede ser, entonces, que en las relaciones entre dos sujetos se den conductas que perjudican al actor y benefician al otro? Estas relaciones pueden ser: egoístas, si benefician a uno mismo; altruistas, si tienen costes para uno pero beneficios para otro; mutualistas, si tiene beneficios para ambos; y maliciosas, si perjudican a los dos. La cuestión es, ¿cómo se pueden explicar evolutivamente tanto las relaciones altruistas como las maliciosas? las relaciones maliciosas son raras, pero las altruistas no. Fue Hamilton quien dio solución a esta cuestión. Lo hace introduciendo la regla de selección de parientes, una selección mediada por los parientes que comparten genes. La regla afirma que la suma de beneficios multiplicada por el factor de parentesco tiene que ser mayor que los costos. Si un grupo dispone de un gen altruista, es más probable que ese gen sea predominante entre el grupo de parientes, y, como es favorecido por esa conducta, será seleccionado frente a los que no tienen ese gen que conlleva una conducta que desfavorece al grupo. Y, por tanto, no será favorecido por la selección, lo mismo pasará con el resto de las conductas altruistas (compartir comida con las crías, defender a las crías de ataques, el grooming, etc ) Hay que entender bien por qué es seleccionado el gen altruista. Debe estar presente por una mutación aleatoria y ser seleccionado. La dificultad estriba en explicar por qué es seleccionado si perjudica al individuo que lo porta. Si el gen altruista no está asentado en el grupo, es decir, si el grupo es de no parientes, se pierde sin más (el que da la alarma tiene alta probabilidad de ser capturado). Si está asentado en el grupo porque es un grupo de parientes, se mantiene con el sacrificio del que da la alerta, pero el grupo es seleccionado frente al que no tiene el gen altruista, y para que el gen esté presente en el grupo, basta que ese grupo sea de parientes. Esto es lo que Hamilton llamó selección de parentesco.

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Las capacidades cognitivas de los primates Cuando hablamos de conocimiento, conciencia, percepción, etc. no podemos centrarnos sólo en el modo en que se dan en los humanos, porque en todos ellos hay un modo animal prehumano. También en los animales hay conciencia. Debemos asumir un tipo de conciencia primaria de la realidad, que consiste en estar abierto a lo real en términos suficientes para ejecutar operaciones como la búsqueda, obtención y procesamiento de alimentos. Por eso es necesario tener clara la idea de las capacidades cognitivas de los primates. La vida en grupos, con todas las estrategias necesarias para vida grupal, ha seleccionado competencias cognitivas muy superiores a las de otros mamíferos. Guillén-Salazar busca probar esta capacidad de los primates, en especial en los antropoides. En ellos ve desarrollos cognitivos de una incipiente teoría de la mente: capacidad de conocer las intenciones de los otros, y autorreconocimiento en un espejo. Serrallonga, por su parte, muestra hasta qué punto los chimpancés fabrican instrumentos, y cómo existe en ellos una capacidad de previsión, de proyecto de futuro. Por eso el estudio de los chimpancés puede ayudarnos a reconstruir los mapas cognitivos de los primeros homínidos.

EL COMPORTAMIENTO EN NUESTROS ANCESTROS La evolución de la vida humana ha sido en gran medida el desarrollo de instrumentos corporales y técnicas para el mantenimiento de la vida. En este contexto, el mantenimiento de la vida es biológico. Al servicio de ese mantenimiento se han puesto todas las competencias cognitivas, afectivas y prácticas de la vida biológica, esto quiere decir que la biografía de un animal, si es que se puede llamar así, o de los ancestros de los humanos era mantener su vida. En este objetivo estaba también mantener la vida de los próximos, en especial de los hijos. Esta estrategia de cuidado de la prole va a ser decisiva en la vida humana. Hace seis millones de años empieza un cambio decisivo en esa cuestión. Cambia radicalmente l ciclo vital del humano hacia una forma que le lleva a estrategizar el sexo para garantizar el cuidado de los hijos: -

la cripsis ovulatoria tiene inmensas consecuencias para la familia homínida que hemos heredado. el celo de la hembra deja de ser estímulo directo para el macho, lo que permite a la hembra ofrecerse a los machos que mejor le pueden garantizar el cuidado de la prole

Así, el sexo queda desligado de la reproducción, con lo que se convierte en placer al quedar desligado de la ovulación. J.A. Benito y Ana Noguera

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Este cambio es importante porque introduce en la vida homínida un criterio de calidad de vida, aunque, de momento, biológica. Porque el sexo deja de estar unido a las necesidades biológicas y se incorpora a la vida de un modo más amplio. Introduce la biografía en la biología, aunque sea todavía de modo rudimentario. La biografía se introduce como planificación del cuidado de los hijos y como garantía para el macho de su satisfacción. Durante estos seis millones de años la vida humana se va haciendo una biografía para garantizar la biología. Al final de esta trayectoria la biografía se irá enriqueciendo y dando posibilidades diversas. La calidad de vida referida a la vida biológica consiste en la satisfacción de las necesidades: alimentación, higiene, resguardo contra la intemperie, seguridad física, satisfacción del sexo y cuidado médico del cuerpo. Todos estos conceptos son históricos y varían drásticamente a lo largo de la historia. A la calidad de vida individual se une, como elemento fundamental, el cuidado de la prole, que pasará, así, como plan estratégico, a integrar la biografía de los padres. Así, su biografía implica, además del cuidado del propio cuerpo, el cuidado y bienestar de la familia, lo que aumenta considerablemente el concepto de calidad humana y su máximo, la vida plena.

Las tres etapas de la evolución de los homínidos El Ardipithecus, primer eslabón en la línea humana: del agonismo a la cooperación. Se descubren restos en 1992. Nos basaremos en los cuadros de Owen Lovejoy sobre estudios referidos al Ardipithecus ramidus (sus especímenes se sitúan en torno a los 4,5 millones de años) y al Ardipithecus kadabba, fechado más de un millón de años antes. La postura erguida podría estar ya consolidada. Ya con Lucy (Australopithecus afarensis) se había constatado que esta postura es muy anterior al aumento del cerebro, con lo que el cambio de la sexualidad, con todo lo que conlleva, es muy anterior al aumento del cerebro. Esta cuestión es clave: la postura erguida oculta el celo, lo que constituye la trinidad de la sexualidad humana. ovulación oculta; continua receptividad de la hembra homínida; y sexo recreativo al margen de la reproducción. La postura erguida conlleva, pues, un cambio en el estilo de vida y fundamentalmente en la sexualidad humana. La pérdida de los caninos en los machos significa que las hembras prefieren machos que no peleen por ellas, machos no agonísticos, lo que lleva a la reducción del dimorfismo sexual.

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Por tanto, la importancia del Ardipithecus es máxima, porque el hecho de la pérdida de los caninos en los machos indica que se ha cambiado el estilo de vida: del agonismo a una situación de cooperación. Los machos ya no se pelean por el acceso a las hembras, ni se defiende con sus propias armas contra los depredadores, así nace un individuo sin armas y que tampoco usa armas a distancia. Para sustituir el agonismo se crean patrullas de machos cooperativos que defienden el territorio, y cambia la estrategia reproductiva: de machos no inversores se cambia a machos inversores, es decir, que para acceder a las hembras tienen que aprovisionarlas y contribuir al cuidado de las crías. Así empieza la línea homínida que llevará al humano. Es muy posible que esta línea se hubiera afianzado en este momento o más adelante con el aislamiento genético que supone la pérdida de un par de cromosomas, creándose así una línea incompatible con el UAC, que tenía que tener 48 cromosomas frente a nuestros 46. La postura erguida, más que con las armas está relacionada con el trasporte de alimentos y la salida a la sabana, en la que esa postura es muy importante para la alerta. El bipedismo habitual se desarrolla millones de años antes que cualquier evidencia de herramientas de piedra.

Los australopitecos: una etapa exitosa de la evolución El grueso de los australopitecos provienen de hace tres millones de años, aunque el A. anamnesis tiene una antigüedad parecida a la del Ardipithecus ramidus. El caso más conocido es el del A. afarensis (la conocida Lucy), que vino a confirmar que los australopitecos constituían el principio del linaje humano (cubierto después por el Ardipithecus), y quedaba asentada la certeza de que el bipedismo es muy anterior a la cerebralización. El bipedismo de los australopitecos venía asociado con un escaso dimorfismo, lo que indicaba una estrategia reproductiva muy diferente de la del resto de los antropomorfos. La triada formada por el bipedismo, la pérdida del complejo sectorial de los caninos, y el ocultamiento del periodo de celo (ver cuadro pág 325) constituyen la primera base de la humanidad. De las tres características, dos están relacionadas con la sexualidad.

El problema del Homo habilis y el autor de las primeras técnicas Hasta ahora los australopitecos son unos simios bípedos, que ya tienen un ciclo vital parecido al nuestro, pero no dejan de ser simios.

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Por esa época, hace más de dos millones de años, aparecen herramientas de piedra pertenecientes a la llamada cultura olduvayense (modo técnico 1, cultura de cantos tallados). Hasta hace poco se le atribuían al Homo habilis, pero hay dudas sobre si atribuírselas a él o al australopithecus gahri. Lo cierto es que hace dos millones de años y medio, la época que dominan los australopitecos, hay herramientas de piedra y distribuidas por todos los lugares en que se encuentran australopitecos. Esas primeras herramientas indican la presencia de una técnica. Las herramientas fueron utilizadas para adquirir alimentos de manera extractiva y procesar cadáveres. Este tipo de alimentación en una especie bípeda sólo es posible bajo condiciones importantes: buen conocimiento del medio y aprendizaje en un largo periodo de formación; considerable inversión parental en los hijos; una consecuente división del trabajo; y la distribución de los alimentos en el grupo. Estábamos ante la presencia de homínidos que llevaban una vida muy cercana a la de los humanos.

La tercera etapa: Homo ergaster (y Homo erectus), los primeros humanos Dubois descubre en 1891 restos fósiles de lo que denominó pitecántropo erectus, como eslabón entre el humano y el mono, y porque por la posición del fémur era claramente bípeda. Koenigswald descubre en 1935 un cráneo de pitecántropo. También en China se realizan descubrimientos similares. Tiene una capacidad craneal en torno a 900 cc. De acuerdo con Teilhard de Chardin no hay duda de que es un ser inteligente, marcha de pie y se vale de las manos. Fue Dobzhansky el que los denominó Homo erectus. Su presencia ya estaba probada en Asia y en Europa, pero hasta los años 60 no se probó su presencia en África. A partir de los 60 ya se tiene plena conciencia de que la evolución del humano se da en África. En los erectus de los diversos continentes había diferencias importantes; los asiáticos parecían tener los huesos más robustos, por lo que parecía que no estaban en la línea del sapiens, de huesos más gráciles. Estaban puestas las bases para una especie de eslabón entre los erectus conocidos para seguir la línea evolutiva hasta un homínido que tuviera huesos no tan robustos pero con un cerebro del mismo nivel. Este eslabón será el Homo ergaster. Al Homo erectus se vincula el Modo técnico 2 o industria Achelense, que implica una elaboración muy premeditada desde un diseño nada azaroso. En 1984 Kimeu descubre el esqueleto completo de un niño, el niño de Turkana, que ha valido como prototipo de la especie. Las proporciones de los brazos y piernas son semejantes a los humanos modernos que viven en las sabanas, por eso se piensa que se mueve por el suelo y que ya no es en absoluto arbóreo. También es importante el descubrimiento de un esqueleto de mujer (por Kimeu) con malformaciones en los huesos, atribuidos a una intoxicación por vitamina A por exceso de alimentación con hígado. Este caso demuestra que el ergaster era con seguridad carroñero, pero

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además, los huesos indican que la mujer tuvo que ser cuidada durante un tiempo, lo que prueba una conducta del cuidado. El ergaster emigró de África hace 1,7 millones de años. Lo prueba unos fósiles encontrados en Georgia, lo que indica también que el ergaster habitaba en ambientes alejados de los trópicos. El ergaster sale de África y coloniza nuevos nichos ecológicos, para ello debe llevar un implemento de herramientas y, sobre todo, debe controlar el fuego. Hace 400.000 años aparece en África un Homo con un cráneo ya más parecido al moderno. Se trata del Homo heildelbergensis. Seguramente una evolución ocurrida en África desde el ergaster. En Europa y centro de Asia este Homo evolucionó hacia el neanderthalensis. El heidelbergensis se dedicaba ya a la caza mayor. Hasta hace poco, el heildelbergensis y el neandertal eran clasificados en la categoría Homo sapiens, basándose en su industria de rasgos muy avanzados. El neandertal alcanzó una industria de Modo técnico 3. La capacidad craneal del neandertal era incluso mayor que la nuestra. Hay evidencias del cuidado y del enterramiento de muertos. Es razonable pensar que desde África emigraran de nuevo poblaciones en los periodos cálidos. Esto es lo que explicaría la distribución de los Modos técnic...


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