TEMA 2. La lengua hablada y la lengua escrita. PDF

Title TEMA 2. La lengua hablada y la lengua escrita.
Author Beatriz Azorín Martínez
Course Comunicación Oral y Escrita en Lengua Española I
Institution UNED
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INTRODUCCIÓN A LA LENGUA ESPAÑOLA TEMA 2. LA LENGUA HABLADA Y LA LENGUA ESCRITA. El habla es natural, mientras que la escritura es artificial. Los seres humanos aprendemos a hablar de manera espontánea como consecuencia de convivir a diario con otros que ya hacen uso oral de la lengua. Hablar es algo a lo que estamos tan acostumbrados, que en ocasiones no somos conscientes de lo que decimos, por lo que es muy común escuchar la advertencia: “Piensa antes de hablar”. Escribir, en cambio, implica el estudio de ciertas reglas y convenciones, y una permanente elaboración. Por lo que hablar y escribir son modalidades del lenguaje que no desarrollamos de forma simultánea: ya que a los dos años, un niño posee una capacidad de expresión oral que no se equipara en la expresión escrita hasta los ocho aproximadamente. CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA LENGUA HABLADA Y DE LA LENGUA ESCRITA La lengua hablada La lengua hablada se transmite mediante la articulación de sonidos, los gestos, la mímica, las actitudes corporales e incluso la vestimenta de los participantes, el tiempo y el lugar (todos estos recursos, junto con el tono y las inflexiones de la voz, son clasificados como “paralingüísticos”), es instantánea y suele manifestar mayor carga emotiva que la lengua escrita, en ocasiones puede ser descuidada en la construcción de oraciones y en la pronunciación, además de presentar cierta pobreza léxica, repeticiones y abundancia de detalles, se expresa de forma inmediata y refleja el grado de cultura y la buena o mala educación de la persona. En la lengua hablada se identifican con facilidad los mensajes afectuosos, las amenazas, bromas, burlas, la alegría, tristeza, intención de agradar u ofender, entre otras cosas. Según la entonación con que se enuncia una oración, podemos reconocer si se nos hace una pregunta educada, arrogante o tímida. En caso de que un enunciado presente ambigüedad semántica, en la comunicación oral es posible aclarar de inmediato lo que se ha entendido mal o resulta confuso, pero aunque pueda rectificar su emisión, no puede borrar lo dicho, ya que el mensaje se elabora y se emite de manera casi simultánea al momento en que es comprendido. Por ello, la comunicación oral es efímera, no sólo porque el sonido se percibe de forma momentánea y luego desaparece, sino porque ni la memoria de los receptores ni la de los emisores es capaz de retener por mucho tiempo todo lo hablado al pie de la letra. Con frecuencia el marco extralingüístico es suficientemente informativo por sí mismo, no es necesario mencionarlo explícitamente en el mensaje para que este sea comprendido. La comunicación hablada es más susceptible de verse influida por el estado emocional del hablante ya que se produce estando presentes emisor y destinatario del mensaje. Otra peculiaridad es el uso de muletillas, las expresiones populares (que no se consideran aceptables en la escritura), la repetición de ideas y detalles, el dejar frases inacabadas (anacoluto), la expresión de la 1ª persona por medio de la 2ª (Tú te crees que…), discordancias (La gente piensan   poco), y en cuanto a la pronunciación, escuchamos realizaciones fonéticas descuidadas (todas ellas inaceptables en la escritura). La lengua escrita La lengua escrita se representa por medio de signos gráficos (alfabeto), es fruto de emociones elaboradas y un proceso de pensamiento, utiliza una selección de palabras más cuidada, culta y pulcra (ya que exige una rigurosa aplicación de normas ortográficas y

sintácticas), tiene el fin de transmitir y conservar la cultura de la comunidad, con un carácter material y perdurable (ya que permanece en el tiempo), requiere un mayor grado de formalidad y perfección (sin perder la frescura), y está regida por el principio de la economía (comunicar de forma clara y precisa con la menor cantidad de palabras). La escritura está indisolublemente relacionada con la utilización de herramientas (lápiz, papel, etc.), por lo que contamos estrictamente con medios lingüísticos, y además es un rasgo inherente a la escritura el hecho de que el emisor y el receptor del mensaje estén separados temporal y espacialmente. Los textos escritos pueden funcionar con autonomía respecto de la situación extralingüística específica en que se encuentra el autor en el momento de escribirlos y en la que se hallará el lector en el momento de leerlos, pero para su buena comprensión hay que hacer uso de los signos de puntuación (para hacer una pregunta, mostrar sorpresa, etc.) y de la acentuación. La escritura puede ser elaborada reflexivamente ya que, a pesar de que “lo escrito, escrito queda”, el emisor cuenta con un plazo decisivo para revisar, corregir o modificar su mensaje antes de que llegue al receptor sin que este se entere de los cambios o rectificaciones realizados. A su vez, el receptor tiene una percepción inmediata de las dimensiones del texto como un todo, y eso le permite programar el tiempo que le exigirá su lectura, además de que puede volver a él cuantas veces quiera y puede ratificar o rectificar la comprensión del mismo. Todo esto otorga a los textos escritos prestigio social. El uso de dos variedades de la misma lengua y por un único hablante en situaciones distintas se denomina diglosia: una variedad, más culta, se utiliza en situaciones serias o formales y otra, menos formal, para las conversaciones en situaciones distendidas. La distancia social que existe entre lengua oral y escrita podría entenderse como un tipo de diglosia entre estas dos formas. Hay dos razones para que exista la valoración de superioridad de la escritura: el efecto del sistema educativo y el efecto reforzador del sistema social. Quienes poseen el código de la escritura tienen más poder que los que no lo conocen en las sociedades en donde subsiste el analfabetismo, entre otras cosas porque los últimos no tienen acceso a la información que se transmite por vía escrita. Lengua hablada y lengua escrita, ¿dos lenguas distintas? Ambos discursos, hablado y escrito, manifiestan diferencias en lo que concierne a la construcción de los enunciados, al vocabulario y, sobre todo, al registro de expresión que la situación comunicativa exige. Pero ambos constituyen dos sistemas discursivos que, a pesar de su diferente valor social, se correlacionan. Si la escritura interpreta a la oralidad, ésta constituye también una interpretación de aquella. Por ello se las debe considerar partes de un todo en la enseñanza de la lengua materna. Radicando las diferencias en un mayor grado de elaboración de la lengua escrita. ¿QUÉ SE CONSIDERA HABLAR BIEN? Hablar bien es conseguir expresar con eficacia lo que nos hemos propuesto transmitir, de modo que el mensaje resulte adecuado teniendo en cuenta quién es el interlocutor y en qué situación comunicativa nos hallamos (ya que cada situación condiciona que los hablantes seleccionen unas determinadas formas de expresión verbal). Ante una situación comunicativa formal, el hablante siente la necesidad social de producir un discurso oral adecuado que no suscite rechazo o descrédito.

Por otra parte, muchas palabras y expresiones que aceptamos como normales al escribir o al leer nos parecen inadecuadas al hablar. En la vida cotidiana lo adecuado es comunicarnos mediante un registro familiar o coloquial. En el extremo opuesto, actualmente los hablantes más jóvenes tienden a limitarse al empleo casi exclusivo del registro vulgar, lo cual es valorado socialmente como una mala utilización del idioma. La adecuación Hablar bien una lengua no consiste, exclusivamente, en la habilidad para emitir enunciados gramaticales. Conocer una lengua implica saber escoger el término apropiado en el estilo adecuado, el tiempo y lugar correctos, implica un conocimiento complejo de cómo decir qué, a quién, cuándo y dónde; y este conocimiento se denomina «competencia comunicativa». Uno de los principios básicos de la sociolingüística es el de que no hay hablantes con un estilo único, es decir, todo el mundo es “pluriestilista”, en el sentido de que adapta su estilo de habla a la situación comunicativa en que se encuentra. Cuando un hablante usa únicamente el registro vulgar por carecer de recursos para alternarlo con otro más elaborado, coloquial o culto, manifiesta un síntoma de ignorancia e incultura. La corrección oral Por la inmediatez e impremeditación con que, generalmente, emitimos los mensajes orales, la lengua hablada no suele presentar el mismo grado de esmero que la escrita. Las incorrecciones que se advierten en la lengua hablada pueden ser tanto de pronunciación, como de morfología y sintaxis, así como de vocabulario inapropiado. La expresión “corrección oral” se asimila a menudo a la buena pronunciación y no al conjunto de reglas que organizan la lengua hablada. ¿Cómo mejorar el discurso oral? Observando y llevando a cabo actividades de comprensión y expresión. Las prácticas tienen la función de crear o afianzar la conciencia de qué acciones lingüísticas realizamos en la comunicación oral, con el fin de conseguir ser más eficaces en la expresión de nuestras necesidades comunicativas. Prácticas de comprensión oral Verificar que se captan las ideas principales y los detalles específicos, y que se comprende lo esencial de la información Prácticas de expresión oral Participar en conversaciones sobre temas de actualidad, hacer exposiciones en público persiguiendo la precisión y manteniendo la adecuación a la situación comunicativa, identificar actitudes, estados de ánimo e intencionalidad explícitamente expresados por sus interlocutores y reaccionar ante ellos de forma apropiada, expresar las propias ideas, sentimientos y necesidades de forma clara y sencilla, intercambiar, comprobar y confirmar información, resumir, dar instrucciones detalladas, realizar con la mayor fluidez posible narraciones y descripciones de cierta complejidad, participar en entrevistar preparadas, proporcionar la información concreta requerida y argumentar de forma clara y ordenada, expresarse sobre temas abstractos, y utilizar la lengua con adecuación. Acciones comunicativas del discurso oral

Las acciones comunicativas fundamentales que realizamos en la interacción social son establecer contacto, influir en el interlocutor, manifestar apreciación intelectual y afectiva, informar acerca de datos objetivos, acontecimientos, y descripciones, entre otros, y discutir. La conversación La conversación es el medio más eficaz para transmitir las ideas y los sentimientos, y de hacer más agradable y útil el trato con los seres humanos. Entre las normas más naturales y cotidianas de la lengua hablada está la conversación, la cual erróneamente se tiene hoy en día por una forma de discurso poco elaborada. Sin embargo, en la tradición retórica se la consideraba como un arte sujeto a normas estrictas. En la conversación intervienen de manera significativa la pronunciación, la elección del léxico, los registros y también otros elementos paralingüísticos (los gestos, las actitudes corporales, y la coherencia entre los gestos y las actitudes corporales). En ella se emplean estrategias estilísticas y retóricas. Para que la conversación tenga éxito, conviene tener presentes unas normas como respetar los turnos de palabra y los temas de conversación entablados, no exceder un periodo razonable en el uso de la palabra, prestar atención al que habla y, por supuesto, controlar la intensidad, el tono y el ritmo de la voz. Es un error considerar como texto únicamente el discurso escrito, ya que el discurso oral también desarrolla un tema y tiene una estructura determinada aunque flexible. La adecuación se pone de manifiesto sobre todo en la elección del léxico que puede resultar apropiado para una situación, pero no para otra. La relación existente entre los participantes en la comunicación determina también los usos adecuados de cortesía verbal. Según la relación existente entre los hablantes será preciso aumentar el grado de cortesía, eligiendo el tratamiento adecuado y cuidando la selección del vocabulario, así como el tema de conversación. Crear estilo es elegir, y en la lengua hablada el estilo le debe más al deseo de expresividad y eficacia que al deseo de perfección y belleza. En el registro coloquial las metáforas y el sentido figurado de las expresiones son mucho más abundantes de lo que se podría imaginar. Las relaciones humanas, además, se canalizan por medio del diálogo, y el éxito o el fracaso en la consecución de nuestros fines depende en gran parte de la habilidad conversacional....


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