Teroias 2 - incluye la mayoria de la bibliografia de la cursada PDF

Title Teroias 2 - incluye la mayoria de la bibliografia de la cursada
Author Nadia Chile
Course Teorías Psicológicas II
Institution Universidad del Salvador
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Summary

Las estructuras elementales del parentesco. Lévi-Strauss.Naturaleza y cultura: Hoy en día comienza a comprenderse la distinción entre el estado de naturaleza y el estadode sociedad. El hombre es un ser biológico y al mismo tiempo un individuo social. El cual provee respuestas internas o externas que...


Description

Las estructuras elementales del parentesco. Lévi-Strauss. Naturaleza y cultura: Hoy en día comienza a comprenderse la distinción entre el estado de naturaleza y el estado de sociedad. El hombre es un ser biológico y al mismo tiempo un individuo social. El cual provee respuestas internas o externas que corresponden a la naturaleza y otras a su situación, pero no es tan simple distinguir unas de otras. Los estímulos psicobiologicos y psicosociales provocan reacciones del mismo tipo. Es fácil establecer esta distinción principal, pero se dificulta al querer analizar cada una. La ausencia de reglas aporta a establecer la distinción entre un proceso natural y uno cultural. No hay en la naturaleza reglas institucionales que supongan la cultura y su creación de un grupo no puede darse sin la intervención del lenguaje. Voltaire da un ejemplo: una abeja perdida y lejos de encontrarse con su colmena no se transforma en una abeja salvaje, simplemente es una abeja perdida. En cambio los niños salvajes pueden ser monstruosidades culturales, pero nunca testigos fieles de un estado anterior. Es por eso que no se puede encontrar en el hombre algo del orden del pre cultural. Pero en lo pre cultural ¿se puede encontrar algo del orden de lo social? La oposición entre el comportamiento humano y el animal es la que proporciona la más notable distinción entre la cultura y la naturaleza. En lo natural no hay nada de lo que podría denominarse cultural (en insectos como las hormigas) universal: lenguaje, herramientas, instituciones sociales y sistemas de valores estéticos, morales o religiosos, solo se ven actitudes que no niegan su instinto y que permiten la supervivencia del individuo y de la especie. Hay un extremo de la escala animal donde se ven comportamientos humanos: en mamíferos superiores, en especial los monos. Pero tampoco en ellos se observo algo del orden de lo social, donde su vida social no tiene norma alguna. Ningún análisis permite captar el punto en que se produce el pasaje de los hechos de la naturaleza a los de la cultura, ni su articulación. Reconocer las actitudes sociales va a depender de que existan o no reglas en los comportamientos, las cuales tienen como fin sustraer los instintos. Donde hay regla hay cultura. El criterio de la norma y de la universalidad proporcionan un análisis real, donde todo lo que es universal en el hombre corresponde al orden de la naturaleza y se caracteriza por la espontaneidad, mientras que todo lo que está sujeto a una norma pertenece a la cultura y presenta los atributos de lo relativo y de lo particular. La prohibición del incesto: conjunto de creencias, costumbres, estipulaciones e instituciones. Esta ley presenta los dos caracteres en los que reconocimos los atributos contradictorios entre los dos órdenes: constituye una regla y a la vez un carácter de universalidad. La prohibición entre parientes puede aplicarse de manera variable a lo que cada grupo defina como pariente próximo, pero siempre está presente en cualquier grupo social. La cuestión es saber la existencia de grupos que prohíban algún tipo de matrimonio. El problema de la prohibición del incesto explica el carácter sagrado de la prohibición misma, de la regla, que es social y al mismo tiempo presocial por su universalidad y por el tipo de relaciones a las que impone su norma: la vida sexual. Cuando se habla de vida sexual se expresa el grado máximo de la naturaleza animal del hombre, y donde sobreviven sus instintos, por otro lado, sus fines son esenciales, porque satisfacen deseos individuales y se encuentra entre los menos respetuosos de las convenciones sociales. El instinto sexual es el único que para satisfacerse necesita del estimulo del otro. La prohibición del incesto es la cultura misma y sus tentativas explicaciones pueden resumirse en tres tipos principales: 1- Para Lewis H. Morgan el origen de la prohibición del incesto es natural y social al mismo tiempo, pero en el sentido de ser el resultado de una reflexión social sobre un fenómeno natural. La prohibición sería una medida de protección destinada a proteger a la especie de los resultados nefastos de los matrimonios consanguíneos. 2- Un segundo tipo de explicación tiende a eliminar uno de los términos. Para muchos sociólogos y psicólogos la prohibición del incesto no es más que la proyección o el reflejo, sobre el plano social, de sentimientos o tendencias para cuya explicación solo es necesario considerar la naturaleza del hombre. Origen puramente natural y lo social es solo un reflejo. El psicoanálisis descubre un fenómeno universal no en la repulsión frente a relaciones incestuosas, sino en su búsqueda. Buscan reducir la prohibición del incesto a un fenómeno fisiológico o psicológico de carácter instintivo. 3- El tercer tipo también tiende a eliminar uno de los términos, donde adopta una posición inversa al anterior: ve a la prohibición del incesto como una regla de origen puramente social cuya expresión en términos biológicos es un rasgo accidental y secundario. Este tipo de prohibición, considerada como institución social, aparece bajo dos aspectos diferentes. Por un lado, a veces se está en presencia de la prohibición de la unión sexual entre consanguíneos próximos y colaterales; y otras donde la forma de prohibición tiene un aspecto mas amplio que carece de una base biológica: en muchas sociedades la regla de la exogamia prohíbe el matrimonio entre categorías de clases sociales, que incluye mas individuos que nada tienen que ver con relaciones consanguíneas.

Se comprobó que cada una de estas tres perspectivas conduce a contradicciones. Strauss propone pasar de un análisis estático a uno didáctico. La prohibición del incesto no tiene un origen puramente cultural, ni puramente natural, y tampoco es un compuesto de elementos tomados en parte de la naturaleza y en parte de la cultura. Constituye el movimiento fundamental gracias al cual se cumple el pasaje de la naturaleza a la cultura. Tiene el carácter universal de la naturaleza, pero es ya cultura porque impone una regla en el seno de fenómenos que no dependen en principio de ella. Une a una con otra, sin embargo no es una unión estática ni arbitraria. La prohibición del incesto es el proceso por el cual la naturaleza se supera a sí misma.

Simposio sobre análisis infantil – Melanie Klein Este texto se basa en el análisis de los niños. Melanie Klein critica la forma de pensar de Hug Hellmuth y Anna Freud; comparando sus teorías y contrastándolas con la de ella misma y la de Sigmund Freud. Ella le presta particular atención al libro de Anna Freud: Introducción a la técnica del análisis de los niños. El primer análisis de Freud a un niño, fue a uno llamado Juanito. Él se preguntaba cómo podía perjudicar a Juanito hacerle conscientes los complejos no solo reprimidos por los niños sino también temidos por padres. Finalmente, las únicas consecuencias que tuvo fueron que Juanito se recuperó (Dejo de tenerle miedo a los caballos), el análisis no anula los efectos de la represión, los instintos antes reprimidos siguen reprimidos, es solo que el mismo efecto es alcanzado por un camino distinto. El análisis sustituye el efecto de la represión, la reemplaza por condensación.

Diferencias con M. Klein y H.H-Hellmuth: Melanie Klein critica a H. Hug-Hellmuth y a Anna Freud por no querer penetrar profundamente el Complejo de Edipo en el análisis de los niños, lo cual ella dice que es perfectamente posible e incluso saludable, luego de analizar a un niño de cinco años y tres meses, y que en esta tarea se podían obtener resultados por lo menos iguales a los obtenidos en los análisis de adultos. H. Hug-Hellmuth también afirmaban que es imprescindible que el analista no solo haga el tratamiento analítico sino que también ejerza una influencia educativa definida, lo cual Klein rechaza, afirmando la incompatibilidad del análisis y la influencia educativa. Estos dos conceptos son los que M. Klein toma como guía para su trabajo en cuanto al análisis de los niños. Klein se pregunta: ¿Cómo se explica el hecho de que precisamente el análisis de niños haya sido mucho menos afortunado en su desarrollo? Ella responde que el análisis de niños, comparado con el de adultos, se ha desarrollado en el pasado de manera mucho menos favorable porque no fue encerrado con un espíritu de investigación libre y desprejuiciado, como fue el de adultos, y en cambio estuvo trabado y entorpecido por varios preconceptos. Como HHH, Anna piensa que al analizar niños no solo no podemos descubrir más sobre el primer periodo de la vida que cuando analizamos adultos, sino que incluso descubrimos menos. Se dice que la conducta del niño en el análisis es evidentemente distinta a la del adulto, y que por consiguiente es necesario emplear una técnica diferente. Klein piensa que este argumento es incorrecto. Ella dice que no es necesario imponer restricción alguna al análisis, tanto en lo que respecta a la profundidad de su penetración como en lo que respecta al método con el que trabajemos. Anna Freud tiene dos puntos de vista según Klein: 1) supone que no se puede establecer la situación analítica con los niños; y 2) encuentra inadecuado o discutible el análisis puro del niño, sin intervención pedagógica. Si comparamos esto con la técnica del análisis de adultos, vemos que establecemos incondicionalmente que una verdadera situación analítica solo puede darse con medios analíticos. Veríamos como grave error el asegurarnos una transferencia positiva por parte del paciente. Los pacientes quieren ver en nosotros una autoridad –ya sea odiada o amada- y que solo por el análisis de esta actitud ganamos acceso a estos estratos más profundos. Todos los medios que juzgaríamos incorrectos en el análisis de adultos son especialmente señalados por Anna Freud como valiosos en el análisis de niños; su objetivo es la introducción al tratamiento que estima necesaria y que llama la "entrada" en el análisis. Parecería obvio que después de esta "entrada" jamás logrará establecer una verdadera situación analítica. No es posible establecer una situación analítica con los niños, ni, por consiguiente, llevar a cabo un análisis puro en el sentido del análisis de adultos. Anna Freud le da importancia al yo en el análisis de los niños, el cual todavía no está completamente desarrollado, como en el caso de los adultos. M. Klein afirma que hay que darle importancia al inconsciente y no al yo, ya que este mismo es quien los domina, es por esto que se debe tomar como el punto central del análisis. Además en el inconsciente los niños no son de ninguna manera fundamentalmente distintos de los adultos. "El conocimiento de la enfermedad o del portarse mal" que ha logrado despertar en el niño emana de la angustia que para sus propios fines ha movilizado en él la angustia de castración y el sentimiento de culpa", dice M. Klein, quien luego agrega: "los sentimientos de angustia y culpa son indudablemente factores importantísimos para la posibilidad de trabajo". Su crítica hacia Anna Freud no es que ella active la angustia y el sentimiento de culpa, sino por lo contrario que no

los resuelva suficientemente. "El análisis no es en sí mismo un método suave; no puede ahorrarle al paciente ningún sufrimiento, y esto se aplica también a los niños. De hecho, debe forzar la entrada del sufrimiento en la conciencia e inducir la abreacción si ha de ahorrar al paciente un sufrimiento posterior permanente y más fatal" - M. Klein. La principal diferencia entre las actitudes de M.K. y A.F. en cuanto a la angustia y el sentimiento de culpa en los niños es que, mientras que A.F. utiliza estos sentimientos para que el niño se apegue a ella (transferencia positiva, descarta la negativa), M.K. los registra al servicio del trabajo analítico desde el comienzo (transferencia negativa + positiva). Para entender mejor de lo que se habla en este texto es necesario saber que es la transferencia, " el sujeto transfiere/revive inconscientemente sus antiguos sentimientos reprimidos", esta tanto la transferencia positiva como la negativa. Lo que Anna Freud buscaba en sus análisis con niños, como dictamos en el párrafo anterior, era lograr una transferencia positiva hacia ella, con el objeto de llenar la condición que ella considera necesaria para su trabajo y apegar el niño a ella. M.K. opina que podemos trabajar con más seguridad y eficacia utilizando puramente medios analíticos. Al resolver parte de la transferencia negativa obtendremos al igual que en los adultos, un incremento de la transferencia positiva. M.K y Anna F. afirman y concuerdan que los niños no pueden dar asociaciones de la misma forma que un adulto, por lo tanto no podemos obtener suficiente material únicamente por medio de la palabra; es por esto que para suplir esta falta de material se utilizan técnicas como por ej.; dibujo, relatos de fantasía, juegos, etc.

Interpretación simbólica y de sueños: "No hay nada más fácil que hacer comprender a niños la interpretación de los sueños" - Anna Freud Anna Freud critica el método de análisis y observación de M.K. en cuanto al juego del niño, por ejemplo: si un niño tumba un farol o una figura entonces M.K. va a relacionarlo con tendencias agresivas hacia el padre; y si el niño hace chocar dos autos entonces M.K. lo va a relacionar con el coito entre la madre y el padre. "Jamás aventuraría yo una interpretación simbólica tan "silvestre" del juego del niño", comenta Melanie Klein, marcando el error de comprensión de Anna Freud ante su técnica de análisis. "Los pequeños juguetes que uso son solo recursos que proveo (…) Están a disposición del niño para que los use si quieren y su finalidad es simplemente generar acceso a su fantasía y liberarla", aclara M.K. Según M.K. el análisis de los niños no es ni fácil ni de corto tiempo, es largo y difícil y tal es el nivel de resistencia que imponen los niños como en los adultos. Si llevamos hasta el fin el simbolismo que sus fantasías contienen, pronto veremos reaparecer la angustia y podremos así garantizar el progreso del trabajo. Sería algo así como la asociación libre aplicado al juego del niño. Pero este método no es perfecto, M.K. afirma que es posible interpretar erróneamente los símbolos. M.K. dice que tanto ella como todos los que trabajan en el análisis de niños están de acuerdo en que los niños no pueden asociar de la misma manera que los adultos. Esto ocurre no porque les falte capacidad si no que el problema es que la angustia se resiste a asociaciones verbales. Por lo cual, si se logra aliviar la angustia y obtener en primer lugar representaciones más indirectas entonces podemos despertar para el análisis toda la expresión verbal que es capaz el niño. En los momentos que la ansiedad se hace más marcada es entonces que las representaciones indirectas ocupan el primer plano. Para poner en un caso concreto lo que afirma M.K. en el párrafo anterior ella cuenta una historia de un paciente suyo: Luego de haber progresado bastante en el análisis de un niño de cinco años, este tuvo un sueño cuya interpretación fue muy profunda y provechosa (la sesión fue analítica y todas las asociaciones fueron verbales). Dos días después trajo nuevamente sueños que resultaron ser continuaciones del primero, pero el problema con estas secuelas del primer sueño era que en estos solo podían ser producidas con mucha dificultad y solamente una vez (la resistencia y la angustia eran evidentes). ¿Cuál fue la respuesta del niño al no poder expresarse con palabras de forma consciente? Lo que este hizo fue representar las asociaciones Icc mediante los juguetes, mientras que cada vez que vencía la resistencia se expresaba en palabras. Al tercer día la angustia era aún mayor, esto ocurrió debido al material que afloró el día anterior. Dando este ejemplo es que M.K. le critica a A.F. el decir: "De vez en cuando, también vienen en nuestra ayuda asociaciones intencionales e involuntarias". Ya que, según M.K. estas asociaciones dependen de ciertas actitudes precisas del analizado. La diferencia entre el análisis de los adultos y el de los niños es que en los niños encontramos que el Icc prevalece en mayor grado, es por esto que su modo de representaciones predomina más que en los adultos y, por ende, estos tienen mayor tendencia a angustiarse. Esto mismo se extiende hasta cierto punto de la pubertad de forma regrediente. A.F. ponía en duda: 1) que el juego sea el móvil principal del niño y 2) el considerar al juego como lo es la asociación verbal del adulto, ya que, el adulto tiene una predisposición a analizarse, a diferencia del niño, quien va por que "lo mandan". Si no queremos llegar al complejo de Edipo entonces no debemos utilizar la técnica del juego, afirma M.K.

A.F. describe ciertas diferencias entre las transferencias de los niños en contraste con la de los adultos. Afirma que puede ocurrir una transferencia satisfactoria sin la consecuencia de una neurosis de transferencia. Los niños no están capacitados como los adultos para comenzar una nueva edición de sus relaciones de amor, porque sus objetos de amor originales, los padres, todavía existen como objetos de los mismos. Para responder a esto M.K. habla del análisis de niños pequeños en los que han dejado atrás la parte más importante del desarrollo de su complejo de Edipo. Sus relaciones con ellos sufrieron distorsiones por lo que los objetos amorosos actuales son ahora transferencias de los originales. Para ella, contrariamente a lo que dice A.F., los niños están en una completa neurosis de transferencia. M.K. no permite que sus pacientes niños tengan ningún tipo de gratificación (regalos, caricias, encuentros fuera de la sesión, etc.). Mantiene todas las reglas situadas para el análisis de adultos. “Si no se produce una situación analítica con medios analíticos, si no se maneja lógicamente la transferencia positiva y la negativa, entonces ni causaremos una neurosis de transferencia ni podremos esperar que las reacciones del niño se efectúen en relación con el análisis y con el analista” Con el método de Anna Freud, de forzar una transferencia positiva a ella, provoca que la transferencia negativa se dirija contra aquellos con quienes el niño está vinculado en la vida diaria, por ejemplo: los padres.

Superyó: En relación al superyó, lo que opina M.K. contrariamente a A.F. es que este debe de suavizarse en vez de reforzarlo. M.K considera que el superyó del niño, se aproxima estrechamente al del adulto y no está influido radicalmente por el desarrollo posterior como lo está el yo; el superyó tiene una severidad que se encuentra en la más tajante contradicción con los objeto de amor reales. Anna F., por lo contrario, considera que el súper yo en el niño todavía no es maduro, no está completamente desarrollado, y esta también es una de las causas de los miedos que tiene A.F. para analizar a los niños. Tiene miedo de que al llegar al Edipo, el superyó no va a poder resistir y el niño va a terminar peor, incluso con mala relación con los padres. “Cuando las tendencias instintivas del niño se han hecho conscientes no se puede esperar que el superyó asuma por sí mismo la total responsabilidad de su dirección”. M.K. considera que la única diferencia es que el yo más maduro de los adultos está más capacitado para llegar a un acuerdo con el superyó. Observaciones de M.K. le enseñan que todos los mecanismos del superyó, ya están establecidos cuando surge el complejo de Edipo, y son activados con éste. Cuando el complejo de Edipo ha declinado, ya realizaron su tarea fundamental; los desarrollos y acciones subsiguientes son más bien la superestructura de un sustrato que ha tomado una forma fija y persiste inmodificado. El niño formará muchos “superyós” pero siempre mantendrá la original.

Doble moralidad: Esto lo observa A.F. en los niños, pero M.K. dice que no son solo los niños quienes tienen un código moral para el mundo de adultos y otro para ellos mismos y sus camaradas. Muchos adultos se comportan exactamente del mismo modo y adoptan una actitud cuando están solos o con sus iguales, y otro para superiores y extraños.

Neurosis: El complejo de Edipo es el complejo nuclear de las neurosis, por lo tanto si el análisis evita analizar este complejo, tampoco puede resolver la neurosis. A.F. siente que ella no debe intervenir entre el niño y sus padres, y que la educación del hogar peligraría y se crear...


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