Triangulos Amorosos PDF

Title Triangulos Amorosos
Course PSICOANÁLISIS
Institution Universidad del Norte Mexico
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TRIANGULOS AMOROSOS El drama de Edipo constituye el epítome de las relaciones tríadicas, tan ubicuas en las vidas de todos los seres humanos, donde quiera que éstos vivan. Las relaciones triangulares son una dimensión arquetípica de nuestra vida, representando parte integral de nuestro inconsciente colectivo como especie que somos de hábitos sociales. De una u otra forma, nunca escapamos de las influencias que con nuestros semejantes compartimos. De hecho tendemos a manejarlas con torpeza cuando nos sorprenden, ya que, antes de que Freud lo hiciera, nadie nos las había revelado. Para conocerlas tendremos que hacer frente a sentimientos desagradables como los celos, la humillación y las sensaciones de perfidia. Tendremos asimismo que aceptar el despertar la memoria de infracciones reprimidas que en el pasado hemos hecho de tabúes cargados con penalidades brutales (Véase: Tótem y Tabú por S. Freud). O tendremos que vivir con la sensación de ser traidores o deshonestos, o de estar haciendo daño a alguien --- aunque ese alguien sea uno mismo. Tendremos que encarar todos estos sentimientos a la vez de sufrir los efectos de la angustia reprimida, porque los triángulos son en efecto paradigmas universales que depositan sentimientos muy difíciles de admitir. (Véanse mis ponencias acerca de la Infidelidad). Nada acontece en nuestras vidas si no está conectado de alguna forma con nuestra trayectoria individual --- no hay coincidencias (véanse mis publicaciones al respecto). Esto no implica culpa o causalidad, pero sí un profundo significado que puede ser liberador para todo individuo dispuesto a encontrar ese sentido. Cuando un triángulo sobreviene en la vida propia, es por algo. Si elegimos reaccionar únicamente con negación, rabia y amargura, es nuestra alternativa, pero nunca es la mejor opción. En algunos triángulos amorosos adultos, las tres partes son fijas. Hay una pareja y una tercera persona involucrada con un miembro de la pareja, y no existe movimiento alguno fuera del triángulo. Es estático y puede durar muchos años, hasta que uno de los tres componentes comete una indiscreción o desliz. En otros triángulos amorosos, una de las partes cambia constantemente. Un individuo puede practicar adulterio en serie --- como fueran en los caso de John F. Kennedy, Bill Clinton u otros personajes cercanos, con un índice increíble de volubilidad. Pero en todas estas situaciones, siempre son triángulos, aunque tendamos a dar mayor valor romántico a las idealizadas, todas evocarán el mismo espectro de emociones atávicas por todos compartidas. Además de los triángulos en los que existe una extensión sexual con cualquier combinación de los dos sexos, hay otros tipos de triángulos. Los más importantes son los que entrañan a padres e hijos, y, en ocasión, hermanos. Todos pueden estar representados, porque en el subconsciente el simbolismo reina supremo. Los triángulos también pueden involucrar amistades. Más complejos son los triángulos que abarcan a protagonistas no humanos. Un miembro de la pareja puede sentirse celoso y traicionado por la dedicación del otro al trabajo, al compromiso artístico o al desarrolloespiritual. Estos triángulos pueden provocar exactamente el mismo sentimiento de celos que los de tipo romántico/sexual. Cuando uno se adentra en un espacio creativo, de alguna manera ha "abandonado" a la persona con la que vive, y esto puede crear celos enormes en el otro miembro de la pareja. El proceso creativo es un acto de pasión. Si uno siente pasión por su propio trabajo, esto puede ocasionar resentimientos

profundos. Hay incluso triángulos que involucran a mascotas. Esto puede parecer absurdo, pero una persona puede sentirse extremadamente celosa, herida, confusa y abandonada porque su amante está profundamente unido a su gato o perro --- aunque uno no desee admitir tales sentimientos con facilidad. Yo conozco a una señora a quienes todos, con alguna imparcialidad, consideran una latosa. Su marido suspira de este modo, "si mi mujer y Reyna --su terrier campeona --- se enferman al mismo tiempo.

CIRCULOS VICIOSOS O COMPULSIÓN A LA REPETICIÓN En el marco de referencia de la psicología del self, la compulsión a la repetición se puede entender como una transacción entre dos fuerzas: rehuir el contacto y también su contrario, buscarlo. Rehuirlo por miedo a la frustración de una nueva pérdida, y buscarlo, porque la repetición de una conducta con un objeto, tal como el autor la ve, aunque tiene riesgos, puede terminar llevando a un cambio favorable. Su argumento es que la compulsión a la repetición no es un intento de lograr el control sobre antiguas experiencias traumáticas sino que busca un nuevo y anhelado comienzo que no ha podido tener lugar en el desarrollo del sujeto. La "compulsión a la repetición" es un proceso que no puede ser reprimido y de origen inconsciente a través del cual una persona se sitúa constantemente en situaciones penosas. De esta manera, repite antiguas experiencias sin recordar que siempre termina sucediendo lo mismo. Para el gran Sigmund Freud, únicamente intervendría la interacción del principio del placer y el principio de realidad. Lo que se reitera son experiencias displacenteras, pero resulta difícil comprender en qué instancias la persona que pasa por esta situación encuentra placer, cuando en verdad se produce todo lo contrario. El «carácter conservador» de las pulsiones y su «indestructibilidad», ambas características también descritas por Freud, son indispensables para enmarcar y describir el fenómeno de la repetición. Una definición considerada estándar entre los psicoanalistas es la de J. Laplanche y J. B. Pontalis: A) A nivel de la psicopatología concreta, proceso incoercible y de origen inconsciente, en virtud del cual el sujeto se sitúa activamente en situaciones penosas, repitiendo así experiencias antiguas, sin recordar el prototipo de ellas, sino al contrario, con la impresión muy viva de que se trata de algo plenamente motivado enlo actual. B) En la elaboración teórica que Freud da de ella, la compulsión a la repetición se considera como un factor autónomo, irreductible, en último análisis, a una dinámica conflictual en la que sólo intervendría la interacción del principio del placer y el principio de realidad. Se atribuye fundamentalmente a la característica más general de las pulsiones: su carácter conservador. Jean Laplanche & Jean-Bertrand Pontalis. Diccionario de Psicoanálisis. El paciente, en un psicoanálisis, repite «sus inhibiciones y actitudes inviables, sus rasgos patológicos de carácter. Y además, durante el tratamiento repite todos su síntomas».

Así, la neurosis no podría ser concebida como un «episodio histórico» sino como un «poder actual», ya que: Esta condición patológica va entrando pieza por pieza dentro del horizonte y del campo de acción de la cura, y mientras el enfermo lo vivencia como algo real-objetivo y actual, tenemos nosotros que realizar el trabajo terapéutico, que en buena parte consiste en la reconducción al pasado. Se imagina al individuo en una oscilación entre la amenaza y la esperanza, y la compulsión a la repetición consiste entonces en una estructura devenida entre el deseo insatisfecho y la temida calamidad. En lugar de hablar de resistencia, Kohut se refiere a actitud autoprotectora del paciente para mantener su propio self libre de daños, y esto no es resistencia al progreso de la terapia. En otras palabras, esta escuela cree en la expectativa de un nuevo comienzo, que está suspendida hasta que las condiciones del medio sean experimentadas como seguras para arriesgar la esperanza del cambio. Después de estas consideraciones, el término “compulsión a la repetición” puede ser, de hecho, desafortunado, incluyendo connotaciones engañosas, porque lo compulsivo sugiere una fuerza interna que proviene exclusivamente del propio paciente, y en cambio, desde la psicología del self, el mecanismo ya no es contemplado como un fenómeno intrapsíquico sino como un efecto interpersonal, intersubjetivo.

El interés de la repetición residiría en lo que tiene de re-creativo, ya que lo que

se repite nunca

es exactamente lo mismo.

La

compulsión a la repetición como un fenómeno complejo, de tipo multifase, que engloba

elementos perpetuantes y estancados junto a fracturas de nuevo cuño, re-creativas, no traumáticas y autogenerativas. Paradójicamente, es la repetición la que abre la esperanza porque, frente a la situación insoportable, es la única vía para un nuevo comienzo. Sin repetición no se pueden afrontar los riesgos, y es ella la que abre un proceso gradual, algo frustrante, que inicia lentamente el cambio para un desarrollo potencial.

Bi bl i ogr af í a: Doing psychoanalysis of normal development. Forward edge transferences. Marian Tolpin. Este artículo está en: Psychology of the Self Online (www.psichologyoftheself.com) , con acceso libre, y es el capítulo 11 del libro Progress in Self Psychology, Vol 18, 2002 (The Analytic Press). Repetition, Compulsion and Self Psychology: Towards a reconciliation. David Kriton. International Journal of Psychoanalysis

MENTES CUADRADAS O CERRADAS

Se trata de esa expresión que empleamos cuando algún conocido presenta rigidez mental, es decir, no entiende o no quiere entender un punto de vista distinto al suyo. O por el contrario, aquel que con tal de llevar la razón, pierde un poco los nervios al intentar convencernos de nuestro error. Así que podríamos decir que, convencionalmente, cuando hablamos de alguien «cerrado de mente», pensamos en una persona que desecha planteamientos, ideas o perspectivas distintas, para acomodarse y «cerrarse» en sus ideas y esquemas mentales propios. En definitiva, aquel que intenta acoplar el mundo a su propia cabeza y no a la inversa. La Rigidez mental La rigidez mental implica una falta de flexibilidad y apertura mental para ver planteamientos desde diferentes perspectivas, para soportar la crítica sobre algo que tomamos como cierto y para vivir en vez de sobrevivir. Como término, ha sido utilizado frecuentemente en psicología clínica, ya fuese como fenómeno, síntoma o rasgo de personalidad. Estos son algunos ejemplos: • Como fenómeno clínico, el psicoanálisis empleó la rigidez mental como una resistencia del paciente al cambio o a algún contenido que desea evitar. Esta definición tiene mucho sentido y más relación aún con la expresión que empleamos a diario. Un ejemplo sería la rigidez mental del paciente ante el amor o el compromiso. Aunque, realmente, como más extendido está el concepto de rigidez mental es como «rasgo de personalidad». Esto quiere decir que generalmente en psicología clínica, se habla de la rigidez mental como un conjunto de características mentales, emocionales y conductuales (aunque fundamentalmente mentales) que se presentan juntos de manera estable. Así, podemos hablar de un continuo con dos polos opuestos: alta y baja rigidez. La necesidad de cierre cognitivo hace referencia a la necesidad de eliminar la incertidumbre que nos plantea algún pensamiento o situación. Esta necesidad se pondría en marcha motivando a la persona a dar una respuesta simple. A mayor necesidad de cierre, más energía se empleará en la aceptación de la respuesta y en su defensa. Ahora imaginemos que esta situación sí que implica emocionalmente a la persona. Digamos que un familiar ha fallecido. La persona con una alta necesidad de cierre -no olvidemos las diferencias individuales- intentará dar respuesta a esa gran incertidumbre que es la muerte de forma tajante y posiblemente más dolorosa si cabe. Culpará a los médicos, canalizando su odio o sentirá culpa por sus errores con el fallecido. Los escenarios posibles son muchos, pero todos comparten la característica de la inmediatez y el ímpetu, cuando hay momentos en los que esos factores no ayudan. Esta es la característica que comparte la necesidad de cierre cognitivo con la expresión

«ser cerrado de mente». Esta es la inmediatez y la baja tolerancia a la incertidumbre, lo que empuja a responder y no a buscar una nueva alterantiva de respuesta. . El psicorrígido sólo acepta una forma de hacer las cosas: la suya. Según la psicóloga Miguelina Pérez, “El niño o la niña que crece en una familia caracterizada por el exceso de disciplina, normas rígidas, exceso de límites y luego continúa su proceso de socialización en esta misma línea, en organizaciones como colegios, escuelas o iglesias, generalmente puede desarrollar este tipo de conductas”. Detectarlo Quizás usted se pregunte ¿cómo es posible reconocerlo? Es psicorrígido todo aquel que discute con frecuencia con los demás tratando de imponer su punto de vista o criterio, se disgusta cuando alguien no acepta sus ideas, que toma de forma personal cualquier oposición y sobre todo aquel cuya conducta sigue patrones rutinarios para realizar las cosas e intenta imponerlas de manera desafiante. Más detalles para reconocerlo Precio social: El psicorrígido muestra su oposición de modo altanero, dice la psicóloga Miguelina Pérez, quien cuenta con amplia experiencia en materia de Recursos Humanos. También explica que este tipo de persona puede “explotar” del mal humor si le quita las cosas de lugar. Es arrogante, discutidor, rutinario, egocéntrico y por su actitud paga un precio: suele tener problemas para relacionarse, así como frecuentes altercados familiares y laborales. La psicorrigidez tiene solución Una persona psicorrígida puede ser el resultado de familias caracterizadas por el exceso de control e hijos víctimas de la opresión. Cuando hay exceso de disciplina y resistencia al cambio, es común que este tipo de personalidad aflore. La psicóloga Miguelina Pérez, quien se desempeña como encargada de Reclutamiento en la Cancillería, advierte que este tipo de persona suele tener problemas para relacionarse. El problema puede venir con la persona, en su carácter, inclinaciones o perfeccionismo, pero el comportamiento suele ser modelado por los padres o por los límites del hogar. En general, el psicorrígido proviene de familias donde hay exceso de control, exceso de disciplina y resistencia al cambio. UN ASPECTO POSITIVO DEL PSICORRÍGIDO La psicorrigidez oculta una autoestima pobre. Es por eso que ese tipo de persona no tolera los desacuerdos, porque se siente frágil. Debe asumir su problema y buscar ayuda. Si no tiene dinero para terapia, busque libros de autoayuda Los modelos familiares están cambiando y las familias incluyen desde temprano a sus niños en una sociedad mucho más plural y participativa. el cambio en los modelos de crianza aleja la psicorrigidez Ser psicorrígido podría parecer terrible, pero hay profesiones que se ven beneficiadas con la presencia de este tipo de personas. “Policías, jueces, profesores, en cierto modo, personas que trabajan con los sistemas

de calidad en las organizaciones, inspectores, gerentes, y las personas que tienen que trabajar en la gestión de detalles, normas, procedimientos y sistemas organizacionales pueden ser psicorrígidas, y esto beneficiará su profesión”. Por suerte, los modelos familiares están cambiando y las familias incluyen a sus niños en una sociedad que se ha tornado mucho más plural y participativa. Estos cambios en los modelos de crianza pueden generar que en unos años el psicorrígido sea “una especie en extinción”, pero ese cambio se está dando desde hace unos 10 ó 15 años, por ende todavía hay que trabajar con jóvenes que provienen de familias muy tradicionales, jerárquicas y severas....


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