UMU. FACULTAD DE LETRAS. GEOGRAFÍA BELMONTE. Resumen Práctica Ciclos de Milankovitch (Portafolios). PDF

Title UMU. FACULTAD DE LETRAS. GEOGRAFÍA BELMONTE. Resumen Práctica Ciclos de Milankovitch (Portafolios).
Course Fundamentos De Geografía Física
Institution Universidad de Murcia
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UNIVERSIDAD DE MURCIA. FACULTAD DE LETRAS. GRADO DE HISTORIA. FUNDAMENTOS DE GEOGRAFÍA FÍSICA. PORTAFOLIOS PACO BELMONTE: RESUMEN CICLOS DE MILANHOVITCH: ’Ciclos de Milankovitch, cambio climático’’ y ‘’Cambios en la inclinación terrestre rigen el fin de las edades de hielo’’....


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CICLOS DE MILANKOVITCH PRÁCTICA 2: RESÚMENES PRIMERA PARTE: ‘’Ciclos de Milankovitch, cambio climático’’. INTRODUCCIÓN Además de la rotación y la traslación, el planeta Tierra ejerce otros movimientos menores, que si bien imperceptibles, son de consecuencias importantes en los cambios climáticos que ha sufrido durante el pasado geológico. La conexión entre los movimientos de precesión, oblicuidad y excentricidad, con los grandes cambios climáticos y las glaciaciones fue presentada por Milankovitch en 1941. Cada uno de los movimientos orbitales presenta una periodicidad que es detectable a partir de datos geológicos y geoquímicos. Sin embargo, procesos posteriores en el sedimento, tales como diagénesis, patrones cíclicos superpuestos, y el llamado ruido litológico, interfieren en la detección precisa de los ciclos de Milankovitch. Una vez establecidos los patrones orbitales en un registro sedimentario, esta herramienta cicloestratigráfica es muy eficaz en correlaciones litológicas, temporales, y se demuestra además su utilidad en el análisis de rocas madre y rocas reservorio de hidrocarburos dentro del sistema petrolero. DESARROLLO El modelo de Milankovitch se basa en tres parámetros que varían a lo largo del tiempo debido a las interacciones gravitatorias entre los objetos del Sistema Solar: la excentricidad de la órbita, la oblicuidad y la precesión. La primera mide la forma de la órbita terrestre en torno al Sol; es casi circular, pero no del todo. Esta ligera deformación, que la asemeja a una elipse, aumenta y disminuye a lo largo de dos ciclos superpuestos, uno con una duración de 100.000 años y otro de 413.000. Por su parte, la oblicuidad se refiere al ángulo que forma el eje de la rotación terrestre con una línea perpendicular al plano de la órbita, y que varía de 22,1° a 24,5° a lo largo de 41.000 años. Finalmente, la precesión describe el giro del eje de rotación alrededor de la perpendicular al plano de la órbita, describiendo un cono; es similar al bamboleo de una peonza. El eje da una vuelta completa cada 25.771,5 años. Dado que su dirección señala el norte, este movimiento implica que no siempre apunta hacia la estrella Polar, como sucede ahora; hace unos 13.000 años, el norte lo marcaba Vega.

TRABAJO: GISELA ESCARABAJAL

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La consecuencia de estos ciclos de Milankovitch es que el clima global terrestre varía a lo largo de los milenios. Ahora nos encontramos en una excentricidad decreciente, con una oblicuidad media, y la precesión hace que actualmente el hemisferio norte esté inclinado hacia el Sol (verano boreal) cuando la Tierra está en su máximo alejamiento (afelio), y al contrario, lo que suaviza tanto las temperaturas estivales como las invernales en las latitudes septentrionales.

CONCLUSIÓN El efecto de los ciclos de Milankovitch en la periodicidad del clima fue recibido con recelo en su día; sin embargo, desde los años 70 diversos estudios han venido a avalar el modelo y las predicciones del serbio, mostrando que tanto los datos geológicos de estratos antiguos como los registros fósiles de ciertos organismos son compatibles con fluctuaciones en el clima que pueden explicar la periodicidad de las glaciaciones cada 100.000 años. Un estudio reciente ha confirmado la huella de los ciclos climáticos en los sedimentos de roca de hasta hace 215 millones de años, en el amanecer de la era de los dinosaurios. También los humanos podríamos ser, en cierto modo, hijos de Milankovitch. Estudios recientes han propuesto que los ciclos climáticos impusieron una alternancia de periodos de inundación y sequía en el este de África, cuya consecuencia fue, hace 1,9 millones de años, la aparición del Homo erectus, el primer humano con un cerebro de gran tamaño. Según otra investigación, también estos ciclos impulsaron la migración de los Homo sapiens fuera de África; un viaje que nos lleva por el espacio y el tiempo al ritmo de los ciclos de Milankovitch. REFERENCIAS https://www.researchgate.net/publication/ 321933296_Los_Ciclos_de_Milankovitch_Origen_Reconocimiento_Aplicaciones_en_Cicloe stratigrafia_y_el_estudio_de_Sistemas_Petroleros https://fjferrer.webs.ull.es/Apuntes3/Leccion02/21_ciclos_de_milankonvitch.html https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/grandes-personajes/la-historia-de-la-tierra-alritmo-de-los-ciclos-de-milankovitch/ https://www.monografias.com/trabajos68/ciclos-milankovitch-forzamiento-orbitalclima/ciclos-milankovitch-forzamiento-orbital-clima2.shtml

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https://blogthinkbig.com/ciclos-milankovitch-cambio-clima-tierra

SEGUNDA PARTE: ‘’Cambios en la inclinación terrestre rigen el fin de las edades de hielo’’. INTRODUCCIÓN Tanto los cambios de temperatura como el impacto de meteoritos han originado cinco extinciones masivas de la vida terrestre, durante las cuales desapareció hasta el 90% de todas las especies. En lo tocante a las glaciaciones, estas tendría lugar, sobre todo, debido a la inclinación de nuestro planeta, según revela un nuevo estudio de la Universidad de Melbourne. DESARROLLO Los ciclos de Milankovitch explican cómo las variaciones orbitales son causantes del cambio climático del planeta. Así podemos resumir que: - Glaciaciones: alta excentricidad, baja inclinación y una distancia grande entre la Tierra y el Sol. Esto provoca estaciones con poco contraste. - Interglaciares: baja excentricidad, gran inclinación, y distancia menor entre la Tierra y el Sol. Esto ocasiona estaciones contrastadas. En las fases en que la órbita es casi circular, la distancia de la Tierra al Sol apenas cambia a lo largo del año, pero cuando es elíptica se produce una mayor proximidad en determinadas épocas. En la actualidad la órbita es elíptica, aunque no se halla en su máxima excentricidad, y el perihelio –el punto orbital más cercano al Sol– se produce a principios de enero, cuando es invierno en el hemisferio norte y verano en el sur, mientras que el afelio –el punto más lejano– ocurre a principios de julio. El ciclo, sin embargo, cambia esta disposición, de manera que al cabo de un largo tiempo el perihelio se produce coincidiendo con el invierno austral en vez de en el boreal. No obstante, la clave de la influencia de los cambios orbitales en la aparición de eras glaciales, de acuerdo con el modelo de Milankovitch, parece estar relacionada con el período en que la órbita es circular y la distancia de la Tierra al Sol apenas varía, rondando los 148 millones de kilómetros. En esta situación no se producen veranos cálidos como los actuales o los de las etapas en que la órbita se transforma en una elipse de máxima excentricidad, lo cual impide que se derrita la nieve caída en el invierno precedente, que se va acumulando paulatinamente año tras año e introduce a la Tierra en el camino hacia una nueva era glacial.

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Es decir, que de acuerdo con el modelo de Milankovitch, lo que determina las glaciaciones no son los inviernos más duros, sino los veranos frescos en los que, en contra de lo que sucede ahora, no retrocede la superficie helada y cada año aumenta el grosor de los casquetes polares. En los ciclos de Milankovitch, a los cambios orbitales se suma el efecto combinado de las alteraciones de la posición del eje terrestre debido al movimiento de bamboleo y a las oscilaciones de su inclinación, que modifican el balance energético que recibe cada hemisferio terrestre en las diferentes épocas del año. De hecho, las estaciones astronómicas no se deben a la mayor o menor proximidad al Sol, sino a la inclinación del eje respecto al plano orbital de la Tierra, que a lo largo del año sitúa a cada uno de los dos hemisferios en la posición opuesta a los rayos solares (invierno) y en la que los reciben directamente (verano). Estos tres movimientos originan ciclos que se rigen por milenios y que están claramente protagonizados por las glaciaciones. Sin embargo, las principales incertidumbres actuales sobre el clima se centran en los cambios a una escala temporal más corta, ya que la humanidad únicamente dispone de registros meteorológicos desde mediados del siglo XIX y los datos sobre el pasado se han tenido que obtener mediante investigaciones paleoclimatológicas cuya precisión, evidentemente, no es la misma. Sabemos que las décadas de los años ochenta y noventa del siglo XX fueron las más cálidas desde que se inició la medición sistemática de temperaturas en el siglo XIX, pero no existe unanimidad entre la comunidad científica sobre si el calentamiento actual carece de precedentes en siglos anteriores. El calentamiento que actualmente parece tocar techo comenzó con el siglo XX y se consolidó a mediados del mismo, pero hasta bien entrado el siglo XIX, Europa y el resto del hemisferio norte vivieron un período frío de varios siglos –probablemente desde 1450– al que los investigadores han denominado Pequeña Edad del Hielo (PEH), algo así como una miniglaciación. Uno de los elementos más destacados que ha permitido atestiguar la existencia de la PEH es la celebración periódica de ferias del hielo en el río Támesis, que se congelaba muchos inviernos, especialmente en los siglos XVII y XVIII. La última de ellas se celebró en 1814, pero el Támesis aún se heló varias veces más hasta 1890, año tras el cual no ha vuelto a suceder este fenómeno. Pero la congelación de ríos no fue una excepción inglesa. En 1891, un año después de que se helara por última vez el Támesis en Londres, el río Ebro se congeló en Tortosa, junto al Mediterráneo. No era la primera vez que ocurría, ya que existen crónicas que atestiguan que ya sucedió en los inviernos de 1503, 1506, 1572 y 1573, entre otros. Durante la Pequeña Edad del Hielo también se helaron en diversas ocasiones el Tajo, el Tormes y otros muchos ríos de la España interior, y en 1624 ocurrió con el río Turia en Valencia. La fase más intensa de la PEH ocurrió en la segunda mitad del siglo XVII y la primera del XVIII, coincidiendo con un período en el que el Sol mostró una actividad prácticamente nula. Entre 1645 y 1715 no se observaron manchas en la superficie solar y no existen registros de auroras boreales, lo que concuerda con una etapa en la que la energía solar

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disminuyó en un pequeño porcentaje, que pudo favorecer un enfriamiento en la Tierra. A este período se le ha llamado el mínimo de Maunder, en honor de Walter Maunder (1851-1928), el astrónomo inglés que lo descubrió a finales del siglo xix. Desde entonces no sólo no se ha vuelto a producir un descenso tan acusado de la actividad solar, sino que a lo largo del siglo xx se han alcanzado máximos históricos. Según los estudios sobre el ciclo solar, entre los años 1000 y 1900 el promedio de manchas fue de unas treinta al año, pero entre 1900 y la actualidad –lo que coincide con el período de calentamiento de la temperatura de la Tierra–, la media se ha duplicado y ronda las sesenta.

CONCLUSIÓN Dado que hoy gozamos de un período interglacial, es de esperar una nueva glaciación. La progresiva ola de frío supondría la pérdida de numerosa masa boscosa y la migración y extinción de variada fauna. Pero las constantes y elevadas emisiones de dióxido de carbono podrían frenar este proceso, tal vez incluso revertirlo. Esta es una de las crecientes preocupaciones relacionadas con el progresivo calentamiento global. Si la Tierra empezara lenta e inexorablemente a calentarse, los casquetes de hielo de Groenlandia y la Antártida se fundirían por completo y, en consecuencia, el nivel del mar se elevaría, comprometiendo el futuro de las zonas costeras. El clima terrestre es cambiante, sensible y poco dado a hacer amigos. De nosotros depende entender y cuidar su equilibrio para evitar una catástrofe. REFERENCIAS https://es.wikipedia.org/wiki/Glaciación_cuaternaria https://www.google.com/url? sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&cad=rja&uact=8&ved=2ahUKEwiH56SCoMb0 AhXliv0HHV_XDDcQFnoECC4QAQ&url=https%3A%2F%2Fmetode.es%2Frevistasmetode%2Fsecciones%2Fhistorias-clima%2Fglaciaciones-calentamiento-global-yoscilaciones-naturales-del-clima.html&usg=AOvVaw38evZ1jUxLR0eGVfr7TdS0 https://www.google.com/url? sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&cad=rja&uact=8&ved=2ahUKEwiH56SCoMb0 AhXliv0HHV_XDDcQFnoECBQQAQ&url=https%3A%2F%2Fwww.divulgameteo.es%2Ff otos%2Flecturas%2FEvoluci%25C3%25B3n-climaTierra.pdf&usg=AOvVaw0iSwHJHUZSYmyw11PwDvMd https://www.google.com/url? sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&cad=rja&uact=8&ved=2ahUKEwiH56SCoMb0 AhXliv0HHV_XDDcQFnoECBIQAQ&url=http%3A%2F%2Fwww.scielo.org.mx%2Fscielo .php%3Fscript%3Dsci_arttext%26pid%3DS1665-44202012000100006&usg=AOvVaw3yEWPYPR2kQ18rjNtojHY

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