Universidades Argentina Aritz Recalde PDF

Title Universidades Argentina Aritz Recalde
Author Joha Guzmán
Course metodos y tecnicas para los estudios universitarios
Institution Universidad Nacional de Lanús
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LA UNIVERSIDAD ARGENTINA, DEL MODELO COLONIAL AL REFORMISMO Aritz Recalde – junio 2010 En el artículo vamos a hacer un breve análisis de la historia de las universidades argentinas en el periodo que va de la inauguración de la Universidad de Córdoba de 1 613, a la aparición del programa reformista del año 1918. En el recorrido tendremos en cuenta las vinculaciones existentes entre la institución educativa, el contexto histórico, el modelo productivo y la política. Vamos a trabajar sobre tres modelos diferenciados de universidad: -

La Universidad Colonial.

-

La Universidad Liberal o de los Abogados.

-

La Universidad Reformista.

I-

LA UNIVERSIDAD COLONIAL.

El origen de la universidad argentina se remonta a la fundación de la Universidad de 1

Córdoba en el año 1613 y fue producto de la política de ocupación colonial española. Es oportuno remarcar, que el territorio de nuestro actual país formaba parte del Virreinato del Perú hasta su desprendimiento con el Virreinato del Río de La Plata (1776). A partir de este último, se produce la separación de las actuales naciones de Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia. En este marco, la institución cordobesa coexistió con otras como la Universidad de Chuquisaca radicada en la actual Sucre -Bolivia- y en la cual se educaron muchos dirigentes que ocuparon lugares prominentes en la política del continente, como fue el caso de Mariano Moreno o de Bernardo Monteagudo. La creación de las universidades se organizó con la finalidad de garantizar la efectiva ocupación territorial y administrativa de los territorios. La ciudad de Córdoba donde se radicó la institución, formó parte fundamental del camino del Alto Perú y fue un nodo de desarrollo importante en su época. A la primera etapa de ocupación militar ejercida por España, le siguió la organización de un esquema institucional capaz de garantizar el ordenamiento político y la posesión económica. Con esta finalidad, se crearon las sedes de los futuros Cabildos que oficiaron

como

cabeceras

de

las

actuales

provincias

argentinas.

Dichas

ciudades

implementaron sus sistemas normativos a partir de la legislación de indias, del Derecho de Castilla y del Derecho Canónico (Korn 1936: 28) y organizaron su sistema político a partir de la llegada de dirigentes españoles (inmigración). Los primeros pobladores se ligaron estrechamente a las tareas de ocupación militar y a la organización del sistema de extracción de recursos hacia el gobierno central y es por eso, que los Cabildos fueron denominados de “Justicia y Regimiento”. Una vez consolidada la posesión 1 El obispo diocesano Fray Hernando Trejo y Sanabria realizó un aporte económico para financiar cátedras de latín, arte y teología sobre la base del Noviciado de los jesuitas existente desde 1607 en Córdoba. Gregorio XV le permitió a la Compañía de Jesús emitir grados universitarios con autorización papal en varias ciudades americanas en 1622 (Mignone, 1998: 11).

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territorial, España se aboco a formar gobiernos estables en sus colonias con el objetivo de sostener su programa económico y político. En este contexto, aparece la necesidad de abrir universidades para educar a un conjunto de individuos capaces de apuntalar la administración institucional y de aplicar la política española en América. Es importante remarcar, que los dirigentes que ocupaban las funciones de mando eran españoles de origen y que por mucho tiempo las universidades tenían las tareas de preparar a funcionarios de bajo nivel de responsabilidades de gobierno. Asimismo y dada la condición racista de la política colonial, no accedían a la educación los representantes de los pueblos originarios, los mulatos o los zambos y por mucho tiempo tampoco, los criollos americanos. La educación era impartida a grupos reducidos de personas que conformaban una elite política y cultural. Las universidades, las escuelas2 y conjuntamente a otras organizaciones ligadas a la imposición ideológica a las poblaciones originarias (encomiendas) o las estrictamente religiosas (iglesias) fueron prácticamente las primeras instituciones estables españolas abocadas a la producción y divulgación de la cultura. Lo que es más importante aun, las universidades fueron las instituciones más significativas en la tarea educativa de España en América. Dichas instituciones reprodujeron los esquemas de las universidades españolas caracterizadas por su impronta escolástica y religiosa. El tipo de formación se relacionó a que la religión era la doctrina política del imperio español y por intermedio de ella, los dirigentes y funcionarios de las colonias asimilaron la visión del mundo de la potencia metropolitana. Las instituciones impartían el cúmulo de saberes moral es de su tiempo y otros como matemáticas, historia o filosofía. La Universidad de Córdoba se dividió en dos Facultades: a- Facultad de Artes: aquí se estudiaba lógica, física y metafísica según Aristóteles. La duración de los estudios fue de cinco años. Se obtenía el título de bachiller, de licenciado y de maestro. b- Facultad de Teología: se impartía el conocimiento de Cánones, moral y teología y posteriormente, se sumó la escritura y la historia sagrada. A los tres títulos mencionados, ésta Facultad sumó el de doctor. Inicialmente, la universidad de Córdoba fue administrada por un sector de la Iglesia denominado Compañía de Jesús que fue creada por Ignacio de Loyola y los jesuitas. Posteriormente a la expulsión de los jesuitas por parte de Carlos III y a la creación del Virreinato del Río de La Plata (1776), la universidad fue controlada por los seguidores de Francisco de Asís (franciscanos). Luego de la expulsión de los jesuitas la Universidad se organizó en torno del gobernador de Buenos Aires y del Virrey, hasta que en el año 1808 fue refundada bajo la denominación de Real Universidad de San Carlos y de Nuestra señora de Monserrat. La 2

Adriana Puiggrós (2004: 34-35) reconoció la existencia de diversos modelos de Escuelas en América. Mencionó las Escuelas Pías que funcionaban en las parroquias para las poblaciones indígenas y mestizas; las Escuelas de los Conventos que eran preparatorias para el ingreso a la universidad; las Escuelas de los Ayuntamientos para la población pobre; las Escuelas del Rey controladas por los jesuitas hasta su expulsión; y las Escuelas Particulares que funcionaban con docentes costeados de manera individual, generalmente por comerciantes y que eran habilitadas previamente por el Cabildo.

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educación impartida por las universidades coloniales se relacionó estrechamente a la educación de sacerdotes y de administradores. Para perfeccionar la formación de éstos últimos, entre los años 1791 y 1793 se organizó la enseñanza de derecho civil (Del Bello, 2007: 20). La Universidad de Chuquisaca y a diferencia de la de Córdoba, impartió conocimientos jurídicos desde su origen y es por eso, que muchos intelectuales y políticos como Mariano Moreno, Bernardo Monteagudo o Juan José Castelli, pasaron por sus aulas. Educación y producción El atraso de España en relación a la revolución industrial y a los sistemas productivos ingleses, fue un factor fundamental para la formación de sus sistemas educativos. A diferencia de España y sus colonias, la nación europea se encontraba en pleno proceso de revolución industrial. El modelo institucional español fue el reflejo de un país que no producía mucho de lo que consumía y que importaba gran parte de las manufacturas desde Inglaterra . El exiguo desarrollo de las industrias de las colonias americanas y su condición de ser exportadoras de recursos naturales, generaron escasos incentivos a la educación productiva o técnica aplicada a la transformación económica del continente. En dicho marco, la universidad difundió el dogma religioso y la doctrina política del Estado imperial, que estuvo centrada en la exportación de los recursos de la colonia a la metrópoli y que no promovió las industrias en América. Esto no quiere decir que no se desarrolló la industria en América. Por el contrario, se produjo en el continente una considerable articulación de los modelos productivos precolombinos, con las nuevas formas de acumulación y de trabajo europeo. Ello permitió la producción de tejidos de lana y algodón, la fabricación de sandalias y de otros productos de cuero, la creación de pólvora, de artesanías en oro y plata, de carretas o la promoción de plantaciones en las haciendas y en las estancias. Un caso excepcional de articulación entre enseñanza y producción, fueron las Misiones Jesuíticas. En ellas se implementó un proyecto productivo y cultural en el cuál se impartieron conocimientos para la explotación agrícola y artesanal a los pueblos originarios. En estas experiencias de carácter comunal se construyeron grandes haciendas de yerba, se producían azúcar, cueros, tejidos y se promovió la formación técnica a los pueblos originarios para la construcción de artesanías en hierro, en madera o en plata (Astesano, 1986: 88-89). II- LA UNIVERSIDAD EN LA ETAPA INDEPENDENTISTA En el marco del proceso independentista argentino, coexistieron diversas tradiciones políticas e ideológicas a partir de los cuales se organizaron los proyectos educativos, incluyendo la universidad. Por un lado, existieron corrientes políticas y culturales que plantearon la importancia de promover la independencia de España recuperando territorialmente la unidad del Virreinato e

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impidiendo su fragmentación en varios países. Los promotores de dichos programas impulsaron el desarrollo de la economía y las formas de producción artesanal del interior del país y el continente y movilizaron detrás de estos fines, a los sectores sociales postergados (pueblos originarios, negros o mestizos). En términos culturales, estos grupos consideraron que la independencia política no implicaba la negación de las tradiciones culturales hispánicas y de aquellas provenientes de nuestro acervo histórico originario. Arturo Jauretche (2008) denominó a estos políticos e intelectuales como los impulsores de la “Patria Grande” y mencionó a figuras como José de San Martín, Manuel Dorrego o Juan Manuel de Rosas. Frente al programa político de la Patria Grande y siguiendo a Jauretche, se enfrentó el proyecto de la “Patria Chica”. Dicho modelo se caracterizó por permitir e incluso promover, la fragmentación del Virreinato en varios países e impulsó las políticas de apertura económica y de importación de manufacturas enfrentando a los productores locales. En el plano político, fueron promotores de modelos restrictivos para el acceso y la participación que quedó circunscripta a las elites y a los grupos de poder económico. En el plano cultural se caracterizaron por el intento de negar la identidad histórica del continente haciendo “tabla rasa” e impulsando el modelo de la “razón iluminista” (Chávez 1977). Dichos intelectuales y políticos fueron, generalmente, anti hispanistas y racistas bajo el lema de la “civilización y la barbarie” y promovieron los valores y formas de vida y trabajo británicos y franceses sobre los locales. Jauretche ubicó en este programa político y cultural a Bernardino Rivadavia y a Bartolomé Mitre. En este marco, es interesante rescatar la opinión de Adriana Puiggrós (2004) que se refirió a la existencia de diversos modelos educativos en las Provincias Unidas del Rio de La Plata luego de la independencia. La autora reconoció cinco modelos y los denominó como una “pedagogía liberal radicalizada” y citó a Mariano Moreno o a Simón Rodríguez; una “educación federalista popular” mencionando a Gervasio Artigas o a Francisco Solano López; una “pedagogía de la generación liberal del 37” con personajes como Domingo F. Sarmiento; una “pedagogía liberal oligárquica” citando a Bernardino Rivadavia y a Bartolomé Mitre; y una “pedagogía tradicionalista colonial anti independentista”. El esquema de la Patria Chica y retomando el modelo de Jauretche, fue el de la “pedagogía liberal oligárquica”. Puiggrós menciona un hecho poco difundido en la historia educativa argentina, que es el de la existencia de proyectos educativos entre los caudillos federales y por ejemplo, recupera las experiencias de Santa Fe (Estanislao López), de la Banda Oriental (Gervasio Artigas) o de Entre Ríos (Justo José de Urquiza).

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La Universidad liberal o de los Abogados: la Universidad de Buenos Aires (UBA)

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La Universidad de Buenos Aires se fundó en el año 1821 por decisión del gobernador de Buenos Aires Martín Rodríguez y por intermedio de las gestiones de su ministro Bernardino Rivadavia y del sacerdote y bachiller en letras, Antonio Sáenz. Éste último fue su primer Rector y uno de sus principales promotores. La institución dependía de la provincia de Buenos Aires y promovió principalmente y a diferencia de la Universidad de Córdoba, los estudios profesionales en jurisprudencia (abogados) desplazando la centralidad y pese a no suprimirlos, de conocimientos como teología. Tal cual expresó Puiggrós, Rivadavia era devoto de la “pedagogía liberal oligárquica” y dicho perfil profesional se vinculó al programa económico agroexportador dependiente y que Jauretche mencionó como parte de la “Patria Chica”. En el plano administrativo Rivadavia impulsó una centralización educativa repitiendo en el modelo de universidad napoleónico, que promovió que la institución sea el ámbito rector del 4

conjunto del sistema educativo . El Rector de la universidad y siguiendo el modelo de organización francés, dependía política y administrativamente del Estado (por intermedio de la provincia de Buenos Aires a través del Ministro). La formación en jurisprudencia era una competencia vinculada a la administración del programa de servicios y agroexportador, ligado al puerto porteño. En su modelo educativo, no se impulsaron las industrias nacionales y por el contrario, se promovieron las nociones liberales del libre cambio. Estas ideas eran difundidas por Inglaterra y en nuestro país ingresaron como políticas de Estado desde el año 1809. Se fomentaron modelos políticos propios de la tradición europea y se sentaron los principios ideológicos para justificar la acción de gobierno porteño en el resto del país. El modelo se desarrolló plenamente durante la gestión presidencia de Bartolomé Mitre (1862-68). Tal cual expresó Fermín Chávez “Europeizar significó, para ellos, liquidar valores hispánicos de América, para dar paso a los valores e ideales anglosajones, representativos de la encarnación iluminista” (Chávez 1977: 32). La organización institucional de la UBA en su proyecto original, constaba de los Departamentos de primeras letras, de estudios preparatorios, de ciencias exactas, de medicina, de jurisprudencia y de ciencias sagradas. Según Mignone (1998: 16) la UBA en sus inicios solamente alcanzó a dictar estudios preparatorios (latín, filosofía, física y matemáticas), de derecho y de medicina. La emisión oficial de estos dos últimos títulos, quedaba en manos de la Academia de Jurisprudencia y del Protomedicato creado en 1813. Se impartió una educación de contenido liberal y secular, apuntando a la formación de profesionales. 3 Entre las instituciones que antecedieron a la UBA se debe mencionar al Colegio Unión del Sud (1818) abierto sobre la base del Colegio de San Carlos (1783-1810). En él se desarrollaron estudios “preparatorios”. Se creó en este período la Escuela de Matemáticas (1810 – cierra ese mismo año-); la Escuela de dibujo (1815); la Academia de matemáticas y Arte militar (1816) y la Academia de Jurisprudencia (1814). (Mignone, 1998). 4 En temas educativos, Rivadavia impulsó el método lancasteriano en las escuelas de Buenos Aires y abrió el Colegio de Ciencias Morales sobre la base del Colegio de la Unión del Sud (Puiggrós, 2004: 58).

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La asunción de Bernardino Rivadavia al mando del gobierno nacional en el año 1826, implicó la aplicación de un paquete de medidas de gobierno que generaron un profundo malestar en las provincias argentinas. En particular, fue rechazada la Constitución centralista, elitista y extranjerizante del año 1826, su política de venta de yacimientos mineros de La Fátima en La Rioja, el inicio de la deuda externa con un empréstito y sus negociaciones con Brasil para separar la Banda Oriental (Scalabrini Ortiz, 2004). En este cuadro de inestabilidad permanente, Rivadavia es expulsado del gobierno y asumió Manuel Dorrego que fue asesinado un tiempo más tarde por Lavalle. En dicho complejo panorama, se tornó profundamente dificultosa la situación política nacional que entró en un estado de guerra civil y a partir de aquí, fue tumultuoso el funcionamiento de la UBA. La UBA y Juan Manuel de Rosas Rosas fue gobernador de la provincia de Buenos Aires y representante de las relaciones exteriores de la Confederación Argentina en dos oportunidades (1829-32 y 183552). Su gobierno intentó pacificar y unificar el país tras los fuertes conflictos políticos originados por el gobierno liberal y unitario de Bernardino Rivadavia. Con dicha finalidad firmó el Pacto Federal de 1831, que es una pieza constitucional clave para la organización política e institucional argentina. En el año 1832 se formó una Comisión que reorganizó el funcionamiento de la UBA y que constituyó un gobierno con un Consejo de la Enseñanza y Administración compuesto por el Rector y por un profesor de cada uno de los Departamentos y que entró en vigencia recién en 1834. En su primera gestión de gobierno, la UBA no conoció demasiadas modificaciones en su funcionamiento en relación a la etapa anterior (Ramallo, 1954: 6). El segundo gobierno de Rosas inició transformaciones en el país que marcaron el funcionamiento de la universidad. Por un lado y con la finalidad de proteger las industrias del interior, sancionó una Ley de Aduanas en el año 1835 sobre una propuesta del gobernador correntino Pedro Ferre. La protección aduanera le permitió mejorar las relaciones con los gobernadores y fomentar la producción artesanal, dando estabilidad al régimen político y crecimiento al modelo económico. Un tema crucial para la época, fue el enfrentamiento político y militar entre el gobierno argentino y el de Francia en el año 1838. El país europeo intentó imponer condicionamientos al 5

país y Rosas lo consideró un atropello a la soberanía nacional. Las potencias europeas iniciaron un fuerte bloqueo económico al país, cuestión que implicó una caída de la recaudación aduanera y de los presupuestos públicos. A dicho crucial enfrentamiento de política exterior, se le sumó la guerra con Bolivia y la agresión militar anglo francesa de 1845 (Rosa 1974). 5

Francia exigió privilegios de sus ciudadanos para evitar el servicio militar y quiso obtener por la fuerza la libertad de comercio para sus productos. En ese periodo las potencias ocupaban posiciones coloniales en África y en Asia. Inglaterra tomó por la fuerza las islas Malvinas en el año 1833.

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En este cuadro, Rosas redujo el presupuesto a la UBA para invertirlo en los gastos ocasionados por la guerra y por la defensa territorial. Para suplir los recursos públicos, implementó un impuesto especial a los estudiantes y propulsó un registro de suscriptores de altos recursos que destinaron dinero a la educación. En la etapa no se produjeron fuertes reducciones de la matrícula universitaria exceptuando en la Facultad de ciencias exactas que dejó de existir. Mientras tanto y pese a lo severo del conflicto militar, continuaron egresando Médicos y Abogados en gran cantidad tal cual documentó Fermín Chávez (1973) en su estudio de la cultura de la época. Durante su segundo gobierno, Rosas abrió el Colegio Republicano Federal, obligó a los egresados de la UBA a jurar a la causa federal, implementó un servicio social a los egresados de medicina y reivindicó en los programas de estudio los derechos del país sobre el Paraguay, las islas Malvinas y la Patagonia. La historia oficial y los colegios nacionales de Bartolomé Mitre Mitre fue un político que alcanzó el cargo de gobernador de Buenos Aires en 1861 y el de presidente en el año 1862. Se desenvolvió...


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