1 ejemplo de un comentario bueno PDF

Title 1 ejemplo de un comentario bueno
Author Juan Federico
Course Didáctica de la Lengua y la Literatura
Institution Universidad de Oviedo
Pages 14
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Dayoub, el criado del rico mercader Análisis del cuento “Dayoub, el criado del rico mercader” que está incluido en el libro Obabakoak, (1988) I.

ANÁLISIS DEL TEXTO

1. Resumen El texto narra la lucha por la vida de un criado que, habiéndose encontrado con la muerte en un mercado, interpreta un gesto de esta como amenaza y huye inmediatamente para escapar hasta conseguir burlarla con ayuda de un hombre al que conoce en su huida. Es una interpretación diferente de un relato con varias muestras dentro de la literatura universal, puesto que al final, gracias al ingenio de un desconocido, el criado sobrevive. 2. Estructura Estamos ante un texto narrativo, es decir, un relato de los sucesos que les ocurren a unos personajes en un lugar o en un tiempo determinado. Entre los elementos propios del género tenemos al narrador, en este caso tenemos un narrador omnisciente múltiple, es externo a la historia, no forma parte de ella, pero conoce todos los detalles con una precisión mayor que si se tratase de un mero testigo. Llegamos a esa conclusión analizando diferentes fragmentos del texto, como, por ejemplo, que el que narra la historia conoce el pasado de los personajes, es decir, tiene acceso a su situación y a su identidad antes de que ellos lo mencionen (“un criado que servía a un rico mercader.”, “llegó a la casa de un hombre que se llamaba Kalbum Dahabin.”). También es capaz de penetrar en sus sentimientos y pensamientos, es conocedor de que el criado está dominado por el miedo (“Aterrado, el criado volvió a la casa del mercader.”), de que el amo lo ayuda llevado por la compasión (“El mercader se compadeció de él”), de que el motivo que impulsa a los habitantes de Ispahán a cerrarle la puerta era el temor (“Pero aquella gente se atemorizaba al oír mencionar a la Muerte y le cerraban las puertas.”) e incluso puede acceder a lo que piensa y siente la Muerte (“La aurora llegará de un momento a otro -pensó.”, “sus ojos se llenaron de desconcierto”). Nos sitúa en la historia y nos guía en ella, pero al final cede el testigo al vecino, es por él por el que conocemos el desenlace de la historia, son las palabras de este las que nos cuentan lo que en realidad ha pasado. La estructura se compone de las tres partes habituales en la narración. La introducción (“Érase una vez…por la noche en Ispahán”) nos proporciona todos los datos necesarios para meternos en la historia: da información sobre quién es el protagonista de la historia y sobre cuáles son sus motivos para emprender un largo viaje a caballo. Situar el planteamiento resulta más complejo y creo que podrían hacerse diferentes divisiones, pero considero que una propuesta 1

aceptable sería la siguiente (“El caballo era….del mundo”). Aquí podríamos diferenciar dos etapas: en la primera (“El caballo…la puerta de la casa.”) nos explica lo que hace el criado, su viaje hasta Ispahán, su experiencia con los habitantes y el encuentro con Kalbum, que resulta tan decisivo para él; en la segunda (“Mientras tanto…adueñarse del mundo.”) la focalización del narrador cambia y se centra en lo que está haciendo la Muerte y en su forma de localizar a su presa. Finalmente, el desenlace de la historia (“La Muerte llegó…el fabricante de espejos!”) resuelve la trama de forma positiva para el protagonista. Aquí también detecto dos subdivisiones: el relato de los hechos (“La Muerte llegó…inundaba todo el cielo.”) y la interpretación o explicación final, para lo cual el narrador utiliza a un vecino como portavoz (“Aquel día…el fabricante de espejos!”). II. COMENTARIO CRÍTICO DEL TEXTO 3. Contextualización Bernardo Atxaga, seudónimo de Joseba Irazu Garmedia, nació en Guipúzcoa en 1951 y antes de llegar a dedicarse en exclusiva a la literatura ejerció profesiones muy diferentes, como maestro, guionista radiofónico o economista. Ha cultivado diferentes géneros literarios: narrativa, poesía, ensayo, literatura infantil e incluso teatro, además algunas de sus obras han tenido adaptaciones al cine. Formó parte del grupo literario Pott Banda, de trayectoria breve, pero que supuso una revolución para la literatura vasca, llegando a publicar seis números de una revista literaria que fue bautizada con el mismo nombre de sus fundadores. El cuento que nos ocupa forma parte de su obra Obabakoak, publicada en 1988 y galardonada con el Permiso Nacional de Narrativa en 1989. Obabakoak sigue el modelo de relato marco como Las mil y una noches (s.IX) o El conde Lucanor (1335), usando la localidad imaginaria de Obaba como fondo para intercalar cuentos en los que se mezcla la realidad con la fantasía. El argumento de “Dayoub, el criado del rico mercader” no es original del autor, sino que está basado en el apólogo “El gesto de la Muerte”, un relato breve que ha sido reescrito en infinidad de ocasiones a lo largo de la historia de la literatura. John Howard Sobel sostiene que el original, o la versión más antigua que se conoce, es la que figura en el Tratado Sukka 53ª del Talmud de Babilonia (s.VI) y al que los expertos titularon “Cita en Luz”. Además de este, existen ejemplos de esta historia en la tradición sufí de Oriente Medio ( HikayatI-Naqshia s.IX), en la persa (Masnavi-I Ma'navi s. XIII y otra versión atribuida a Abdallah ibn Omar Beidhavi también en el s.XIII y recogida por Edmundo Valadés en El libro de la imaginación, 1976). Con posterioridad el mismo apólogo ha sido recreado por diferentes autores con algunas variaciones en los personajes, por ejemplo, el ángel de la muerte, el rey Salomón, el rey de Israel, un jardinero, un príncipe etc; en el lugar de los hechos (Luz, Bagdad, Samarcanda, India, Ispahán, Samarra), o incluso en el desplazamiento (a caballo, o hasta transportado por el viento), pero manteniendo un argumento muy similar y ha tenido versiones muy variadas en diferentes idiomas e incluso en cómic. 2

Volviendo al texto, intentaré centrarme ahora en los aspectos que comparte con los apólogos. En primer lugar, cumple las características de longitud y finalidad: es un relato breve y de fin didáctico, puesto que, aunque carece de moraleja, el desenlace demuestra que con ingenio y ayuda se puede vencer lo que parece inevitable. También personifica a un ser abstracto, la Muerte es corpórea y visible para la gente que aparece en el relato, tiene características humanas, puede gesticular (“la Muerte le hizo un gesto.”), pensar (“La aurora llegará de un momento a otro -pensó-“), posee sentido del olfato (“husmeó entre los miles de olores de la ciudad buscando el del criado”) y hasta corre (“corría hacia el lugar”). Además, sitúa la historia en una cultura oriental (Bagdad está en lo que era la antigua Persia) y hay bastantes partes dialogadas entre los personajes. Tampoco abundan las descripciones, que únicamente se ocupan de caracterizar al caballo en el que el criado huye (“El caballo era fuerte y rápido”) y como indicadores temporales para señalar la hora en la que suceden los hechos (“El cielo de la ciudad comenzaba a clarear”, “En el horizonte empezó a levantarse una débil neblina”, “Los primeros rayos del sol brillaban ya en la cortina blanca.”). Lo que lo diferencia de “El gesto de la Muerte” es, sin duda, el final. En los demás relatos de la misma temática el desenlace es el fallecimiento del personaje al que la Muerte ha señalado, ya sea de forma explícita (“Novena” Juan Benet, Trece fábulas y media 1981) o implícita (“Cita en Samarra”, Tim Sale, Black and White 2005), pero en este cuento Dayoub se las arregla para sobrevivir, más bien gracias al ingenio de Kalbum que al suyo propio, aunque no se le puede negar el esfuerzo que ha hecho por superar su miedo y emprender la huida pidiendo ayuda. También es una innovación el hecho de que, según Kalbum, si sobrevive a la salida del sol, eso lo hará inmortal para siempre, Dayoub no solo consigue librarse de su destino en esa noche, sino que alcanza la inmortalidad, esa variación no aparece en ninguna de las demás versiones. El final mantiene el suspense hasta el último momento y es necesaria la intervención de un testigo para aclararnos lo que realmente ha ocurrido y a quién, o más bien qué, se ha llevado la Muerte. Con respecto a las características de la narración, además del narrador, que ya hemos mencionado en el apartado 2 de este comentario, también están los personajes que forman parte de la historia. El protagonista indudable es el criado, su caracterización nos muestra a un hombre cuyo miedo a la muerte le sirve de estímulo para luchar por su vida. El miedo es su principal característica (“Aterrado, el criado volvió a la casa”, “Entonces, ¡estoy perdido! -exclamó el criado.”). La Muerte actúa de antagonista, le hace un gesto para asustarlo y después se lanza a por él en una carrera contrarreloj (“Tengo que darme prisa. De lo contrario, perderé al criado.”). Como secundarios están el mercader para el que trabaja Dayoub y Kalbum Dahabin, ambos tienen un papel crucial en la consecución del objetivo del criado: el primero le presta el caballo para la huida y el segundo es el que tiene la idea final que lo llevará a la salvación. Más al fondo están los habitantes de la ciudad que le cierran la puerta cuando escuchan que huye de la Muerte y, más destacado, el vecino que nos ayuda a comprender qué es lo que pasado en realidad. Los personajes son planos, como es habitual en este tipo de relato, aunque se aprecian pequeños matices. 3

Por ejemplo, el criado está aterrado, pero ese miedo no es obstáculo para encontrar la fortaleza necesaria para luchar hasta el final y la Muerte, habitualmente presentada como inteligente, fría y certera, muestra cierta vulnerabilidad a su llegada a Ispahán, tiene miedo de no poder hacerse con su objetivo, se siente confusa al entrar en la tienda y, sin duda, demuestra poca inteligencia el hecho de que confunda algo tan cotidiano como un espejo con una persona. También es importante la figura de Kalbum, ingenioso y tremendamente bondadoso, hasta el punto de ser capaz de salir en plena noche para ayudar a alguien a quien no conocía de nada. De hecho, por si esa característica no ha quedado lo suficientemente clara en el relato, el vecino se encarga de señalarla al final (“un hombre tan bueno como Kalbum”). En cuanto al tiempo y el espacio, el primero es el típico de los cuentos (“Érase una vez”) que nos sitúa en una época lejana a la nuestra. El tiempo que transcurre durante la historia es de aproximadamente un día, desde el momento en el que el criado se encuentra con la Muerte en el mercado (“Un día, muy de mañana,”) hasta que esta coge un espejo y sale huyendo, después de amanecer (“La luz inundaba todo el cielo.”). El espacio se divide entre Bagdad, donde empieza la historia (“en la ciudad de Bagdad”) e Ispahán, donde termina (“el criado llegó a Ispahán con las primeras estrellas.”) y apenas hay menciones al camino intermedio, excepto para mencionar las características del caballo que lo lleva (“El caballo era fuerte y rápido,”). El lenguaje del relato es sencillo, aunque adaptado a cómo se supone que hablaban en la época lejana en la que se sitúa el cuento. Los personajes usan un lenguaje supuestamente coloquial para la época (“¡estoy perdido!”,”¡Maldito sea mil veces!”), pero bastante alejado de nuestra forma actual de hablar (“os pido asilo”, “dame refugio”, “nunca más podrá arrebatarte”, “la aurora llegará”). No faltan las fórmulas típicas de los cuentos (“Érase una vez”, “Un día”) ni las repeticiones que indican que alguien está contando el relato (“Pero esa mañana no fue como todas las demás, porque esa mañana vio allí a la Muerte y porque la Muerte le hizo un gesto.”). 4. Juicio crítico Me ha parecido un buen ejemplo de la manera en que los apólogos tradicionales perviven en el tiempo y siguen vigentes en la literatura de nuestros días. Una vieja historia que se reinventa y, a pesar de mantener las coordenadas espacio-temporales, consigue innovar e incorporar nuevos giros. En primer lugar, encuentro interesante la manera que tiene el autor de coger algo conocido y conseguir algo completamente nuevo a través de él. La lucha contra la muerte ha sido desde siempre uno de los temas más tratados en la literatura de todas las culturas y la búsqueda de la inmortalidad ha ocupado el pensamiento de muchos a lo largo de la historia. Presentar un relato en el que la muerte resulta derrotada por la ayuda y el ingenio de un desconocido y no por el del propio interesado constituye sin duda una innovación.

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Además, desde el punto de vista del estudio del cuento tradicional, el autor cumple con todos los parámetros que se le suponen a este: situación en un tiempo y en un lugar lejanos, personajes principales y secundarios, estructuración en las tres partes imprescindibles, una dosis importante de hechos fantásticos, lenguaje sencillo y una moraleja que puede ser válida para cualquier generación. Por otro lado, el desenlace podría llegar a considerarse engañoso: resulta evidente, y más en estos tiempos tan insólitos que nos ha tocado vivir, que no hay nada que podamos hacer para vencer a la muerte. Se supone que la muerte es inexorable y lo único que podemos dar por seguro desde el mismo momento de nuestro nacimiento. Aun así, la enseñanza que transmite puede interpretarse en otro sentido, en el de que si luchamos por aquello que deseamos con todas nuestras fuerzas, es posible triunfar o incluso en el valor que una persona a la que apenas conocemos puede aportar a nuestras vidas en algún momento determinado. Como curiosidad, destacaría que, aunque haya sido escrito en nuestra época, aporta mucha más fantasía que ninguno de las anteriores versiones: esas terminaban en muerte, mientras que este termina en vida. En resumen, creo que es un ejemplo interesante para demostrar la vigencia del apólogo en esta época, en particular si tenemos en cuenta que el libro en el que se encuentra este relato contiene varios textos similares y fue un éxito en su momento, llegando a tener incluso una adaptación cinematográfica (Obaba, Montxo Armendáriz, 2005).

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Bibliografíía y webgrafía Bernardo Atxaga. Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Bernardo_Atxaga Obabakoak, Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Obabakoak Adem´ Sitio oficial de. Bernardo Atxaga. Disponible en: https://www.atxaga.eus/es https://www.monografias.com/trabajos-pdf4/gesto-muerteDisponible en: aproximacion-famoso-apologo/gesto-muerte-aproximacion-famoso-apologo.pdf

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Cantar de Mio Cid Estamos ante varias estrofas del Cantar de Mio Cid, que pertenecen al “Cantar del Destierro”, el primero de los tres que conforman la obra y que corresponden, más concretamente, al inicio de dicho cantar. I. Aná álisis del texto 1. Resumen: El Cid, acompañado por su gente, abandona Vivar con destino a Burgos después de haber sido desterrado por el rey. Además del dolor que siente en la partida, al llegar a la ciudad se entera de que el rey ha amenazado a todo aquel que le dé posada o cobijo.

2. Estructura 2.1.

Métrica:

Al tratarse de un cantar de gesta, las estrofas son irregulares. El cantar se organiza en agrupaciones de un número de indeterminado de versos de arte mayor llamadas tiradas. El número de versos de cada tirada varía de estrofa a estrofa, en el fragmento que estamos analizando las tiradas van desde los 5 versos de la (2) a los 29 de la (4), cada cambio en la rima supone un cambio de tirada. Los versos no tienen el mismo número de sílabas y están divididos en dos hemistiquios, es decir, dos partes, separados por una cesura o pausa central. Esto se debía a que los cantares de gesta estaban hechos para ser cantados y recitados en público, de esa forma la pausa intermedia ayudaba al juglar a respirar, aunque también se ha afirmado que era la música la que marcaba el ritmo. El carácter narrativo de los cantares de gesta obligaba a un verso de arte mayor que permitiera contar la historia de manera más cómoda, en cualquier caso, la cesura no siempre divide los versos de forma equitativa: e sin falcones (5 sílabas) e sin adtores mudados. (8 sílabas) La rima es asonante en los versos pares con estructura AAAA…, aunque en algunos versos se pueden ver ejemplos de rima interna entre los primeros hemistiquios: tornava la cabeça

e estávalos catando 7

vio puertas abiertas e uços sin cañados, Allí piensan de aguiiar; A la exida de Bivar

allí sueltan las riendas. ovieron la corneia diestra

Analizaremos la rima de los dos versos iniciales de la cuarta tirada para dar una idea de la métrica del cantar. (Profesor, disculpe que realice esta división en sílabas de forma diferente a la que nos ha dado en el ejemplo, pero al estar en castellano antiguo, las líneas rojas del corrector me impiden hacerlo de esa forma y que se vea claramente.) Con - bi -dar - le - yen - de -gra -do, mas - nin - gu - no - non - o - sa va: (16 A) el - rey - don - Al - fon - sso-

tan - toa - vié - la - grand - sa - ña; (13

A) Se puede apreciar la diferencia de sílabas de ambos versos, que se mantendría incluso en el caso de que no se acepte como sinalefa la unión de las vocales fuertes o y a (“tan -toa- vié), en cuyo caso los versos medirían 16 y 14 sílabas respectivamente. También se ve en el segundo verso analizado que los hemistiquios no tienen la misma medida, el primero tiene seis sílabas y el segundo, siete. En cuanto a la rima, que ya hemos dicho que es asonante, encuentro algunas particularidades en el fragmento: Los dos primeros versos de la tirada (3) no coinciden en la rima con el resto. Myo Cid Ruy Díaz en su conpaña IX pendones burgeses e burgesas plorando de los oios

por Burgos entrava, evítenlo ver mugieres e varones, por las finiestras son; tanto avyén el dolor;

Me llama la atención, especialmente porque en este caso creo que habría sido sencillo lograr la asonancia. En el caso del primer verso el pretérito imperfecto “entrava” podría haber sido sustituido por el pretérito perfecto simple “entró” que, de hecho, ya se empleaba en la época, puesto que aparece un ejemplo en el tercer verso de la cuarta tirada: antes de la noche

en Burgos d’él entró su carta,

Y con respecto a varones, habría sido suficiente con utilizar el singular con significado colectivo “toda mugier e varón”, por ejemplo. La rima también se pierde en el verso 14 de la tirada (4): que, si non la quebrantás por fuerça, que non ge la abriesse nadi.

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Con esas excepciones, la rima asonante se mantienen en el resto del fragmento.

2.2.

Partes:

En cuanto a la estructura, una división posible para este análisis sería considerar las dos primeras tiradas como la parte inicial, en la que el Cid emprende el camino y abandona su hogar y la tercera y la cuarta constituirían la segunda parte: la llegada a Burgos y las noticias con respecto a las órdenes del rey. Aun así, en estas divisiones me atrevería a realizar otras subdivisiones: En la primera parte, correspondiente a las tiradas (1) y (2): La primera tirada (“De los sos oios… enemigos malos”), se centra en el Cid, sus sentimientos (va llorando “De los sos oios tan fuertemietre llorando” y está preocupado “Sospiró Myo Cid ca mucho avié grandes cuydados”), lo que contempla en su despedida, que es un espectáculo de tristeza, vacío y sin movimiento ( “vio puertas abiertas… e sin adtores mudados”), y sus sentimientos cristianos, incluso a pesar de los momentos duros que atraviesa (“¡Grado a ti, Señor Padre que estás en alto”). En la segunda tirada se emplea la forma plural, lo que nos indica que el Cid no se va solo (“piensan”, “sueltan”, “ovieron”) y al hablar menciona a Álbar Fáñez, que lo acompaña en su destierro. La mención a la corneja tiene un tinte de augurio: la corneja a la derecha era señal de buena suerte y lo contrario a la izquierda. También aquí queda claro que el viaje que emprenden es por un destierro (“Ca echados somos de tierra!”). En la segunda parte, las tiradas (3) y (4): La tercera tirada corresponde a la entrada en Burgos, la gente lo observa desde las ventanas (“burgueses e burguesas por las finiestras son”), comparten su dolor (“plorando…el dolor”) y culpan al rey de que ha suc...


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