11.1. Estado Franquista.Apoyos.Etapas.Contexto Internacional..1. Estado Franquista.Apoyos.Etapas.Contexto Internacional PDF

Title 11.1. Estado Franquista.Apoyos.Etapas.Contexto Internacional..1. Estado Franquista.Apoyos.Etapas.Contexto Internacional
Author Clara de Pablo
Course Historia de España
Institution Bachillerato (España)
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HISTORIA DE ESPAÑA Bloque 11 Tema 11.1.

Curso 2º Bachillerato - C1718

La creación del Estado franquista. Grupos ideológicos y apoyos sociales. Etapas de la dictadura y principales características de cada una de ellas. El contexto internacional: del aislamiento al reconocimiento exterior.

La creación del Estado franquista El nuevo régimen autoritario (la Dictadura del general Franco) surgió ya durante la Guerra Civil y pudo consolidarse por el triunfo del bando nacional en la contienda bélica. Esta dictadura se desarrolla entre los años 1939-1975. A lo largo de este tiempo hay en el régimen franquista algunos aspectos políticos inamovibles como fueron la represión político-social y el poder personal y único de un dictador que tuvo en la Iglesia, en la Falange y en el Ejército los tres pilares fundamentales de su gobierno. No obstante, durante esta dictadura también se producen diferentes cambios ya que el “régimen” evolucionó impulsado por los cambios socio-económicos y la presión popular. El proceso de creación del nuevo régimen se inicia con la constitución de un primer gobierno a finales de 1938 y con la atribución al Jefe del Estado (Franco) de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, consolidando así su poder personal. Los primeros decretos aprobados por el nuevo gobierno supusieron la derogación de toda la obra legislativa de la II República y la depuración de responsabilidades y castigo, con la aplicación de la Ley de Responsabilidades Políticas de febrero de 1939, a todos los que habían apoyado a la república.

Grupos ideológicos y apoyos sociales. Antes del final del conflicto Franco, que carecía de ideas políticas definidas, fue aconsejado por su cuñado, el abogado Serrano Suñer, el cual era consciente de la importancia de crear un estado con unas instituciones, una legalidad y una ideología que los respaldase. Las ideas de Franco eran muy simples, derivadas del pensamiento militar del siglo XIX: unidad del estado (fin de separatismos), orden y jerarquía, a lo que se unía un intenso catolicismo y un fuerte rechazo del comunismo, de la masonería y de todo tipo de asociaciones de asociaciones y movimientos obreros de izquierda. Serrano Suñer, amigo de José Antonio Primo de Rivera, a pesar de no ser falangista compartía con él una serie de ideas como la de que el régimen democrático no era el adecuado para los valores tradicionales españoles (herederos según ellos de los del siglo XVI, momento de mayor esplendor de España), que el estado debía quedar en manos de un hombre fuerte (el líder o caudillo) y que debía existir un solo partido político. Estas ideas se adecuaban bien a las propias ideas de Franco y de los militares, por lo demás, poco inclinados a las teorías sociales de los falangistas. Se rehízo Falange Española (incorporando a los tradicionalistas), que quedó como partido único, aprovechando que José Antonio estaba encarcelado en Alicante. Falange se convirtió en un instrumento de la voluntad de Franco dando lugar a FET (Falange Española Tradicionalista) y de las JONS (Juntas Ofensivas Nacional Sindicalistas) (19 abril 1937). Por el mismo decreto, Franco reforzaba sus poderes al nombrarse jefe nacional del Movimiento. Hedilla, jefe falangista, no aceptó esta transformación y fue encarcelado; el resto de las camisas viejas fueron depurados y todos los militares y funcionarios quedaron automáticamente incorporados a la Falange. Los tradicionalistas, monárquicos, políticos liberales (CEDA) y muchos militares, tuvieron que aceptar la situación a pesar de algunas protestas, conformándose con que se mantuviera la unidad y se restableciera la religión católica como única permitida y se estableciera un estado confesional. A partir del nombramiento del general Franco como jefe político y militar de los rebeldes, en Burgos el 1 de octubre de 1936, el bando sublevado tuvo un mando único al frente de sus tropas. En el transcurso de la guerra, Franco supo acumular hábilmente una serie de títulos que simbolizaban la concentración del poder sobre el ejército (Generalísimo), el Gobierno y el Estado (Caudillo, Jefe del Gobierno y del Estado Español) y el partido único (Jefe Nacional del Movimiento, es decir, del partido de FET y de las JONS). Esta acumulación de poder permite, al propio Franco, tener plena libertad para nombrar y cesar al jefe del gobierno y a sus ministros. Los rasgos más significativos del régimen serán: Tema 11.1. – p. 1

- El Anticomunismo, extendido a todos los englobados bajo el término “rojos” y que abarcaba, según la óptica de la dictadura, desde la extrema izquierda revolucionaria, hasta la burguesía democrática, por moderada que fuese. A partir de 1950, la propaganda se concentró en el mensaje anticomunista, acorde con la guerra fría. Por ello se estableció una dura represión del socialismo, del comunismo y, en general, de todo movimiento obrero que fue sustituido por el sindicalismo vertical, al estilo fascista italiano, para acabar con la lucha de clases. - El rechazo de la sociedad burguesa contemporánea, oposición al liberalismo y negación del sistema de partidos. Para Franco las instituciones políticas liberales y la democracia parlamentaria, se identificaban con judíos y masones, a los que se hacía responsables de la decadencia nacional. A todos ellos se les culpaba del desorden y el caos en España anterior a la guerra. Con ellos existía el peligro de una alianza con el comunismo, lo que produciría un desastre revolucionario. - Tradicionalismo y nostalgia de etapas pasadas de la España “triunfante”, como la Reconquista y el reinado de los Reyes Católicos, cuyos símbolos, el yugo y las flechas, fueron asimilados por los falangistas [así como también la camisa azul y el saludo fascista]. También se resaltaron las épocas del Imperio de Carlos I y de los conquistadores. - Un exacerbado nacionalismo español y centralista que defendía la unidad de España frente a las autonomías, combinado con la xenofobia y el catolicismo conservador contrario al laicismo. Se puso un especial interés en destruir los elementos de identidad de las diferentes nacionalidades, se prohibió el uso de cualquier lengua, que no fuera el castellano, se abolieron los órganos de autogobierno, descalificando los sentimientos nacionalistas. - Identificación del régimen con el catolicismo (nacionalcatolicismo). Desde el inicio de la guerra la jerarquía católica se identificó con la sublevación, bautizando a la causa como CRUZADA. La Iglesia, durante la España franquista, ejerció un fuerte dominio sobre la vida social, los medios de comunicación y la educación, incluida la Universidad. Tuvo también plena competencia en materia de censura. - Concepción autoritaria del poder, fuertemente influida por el concepto de disciplina militar. Este es incuestionable y el ejecutor de la voluntad de todos. Los símbolos militares y la organización castrense, impregnaron muchas manifestaciones de la vida cotidiana. La vestimenta militar, o de Falange, los emblemas, los desfiles, la educación física convertida en instrucción militar, la exaltación de la bandera o del himno nacional. - La defensa de un orden social rígido basado en la protección de la familia, la propiedad privada y la imposición de una estricta moral católica, pública y privada, castigándose su incumplimiento en el Código Penal. - Un sistema político denominado “democracia orgánica”, que venía a significar un régimen no basado en el sufragio universal (donde cada votante defendía sus egoístas intereses), sino basado en instituciones representativas de la sociedad como los sindicatos verticales, los ayuntamientos y las asociaciones profesionales, que tenían su representación en las Cortes (la cual era una simple asamblea consultiva cuyos miembros eran designados por la administración). No obstante, a pesar de esta aparente rigidez ideológica también hay un marcado pragmatismo en el Franquismo, que supo evolucionar desde un régimen próximo al fascismo hacia una dictadura paternalista, recurriendo según las circunstancias, a la familia política que más le interesara según la coyuntura. A partir de los años sesenta la modernización del país y la llegada de ideas, comportamientos sociales y costumbres extranjeras, hicieron pasar a segundo plano este conjunto de valores; sobre todo entre las generaciones que no habían vivido la guerra. Aun así, las personas o grupos que cuestionaran alguno de estos planteamientos, aparte de sufrir las consecuencias penales que conllevaran, obtenían también la condena moral de ser considerados “antiespañoles”. Para sostener la ideología del régimen, Franco se sirvió de diversos grupos ideológicos y corporativos, a los que se denominó “las FAMILIAS DEL RÉGIMEN”: la Falange (FET de las JONS), el Ejército, los Monárquicos de la CEDA, etc. Tema 11.1. – p. 2

Junto a los grupos ideológicos del franquismo, existieron numerosos grupos sociales que apoyaron el régimen de Franco. Todos ellos deseaban recuperar los valores tradicionales, el orden y la autoridad que entendían habían sido quebrantados por el régimen republicano. Entre ellos destacan: * Las clases medias de las pequeñas y medianas ciudades y capitales de provincia que además de su mentalidad tradicional sienten la nostalgia de un orden público, especialmente alterado en las ciudades durante los años de la II República. * Los funcionarios, los cargos públicos o de libre designación de municipios, provincias o Estado, profesores universitarios y Sindicato Único de Estudiantes (SEU), miembros de la Reales Academias, organizaciones juveniles (Frente de Juventudes, OJE, Coros y Danzas), Agrupación General de Excombatientes, Sección Femenina, Auxilio Social, Educación y Descanso. etc. * Los pequeños y medianos propietarios rurales, especialmente al norte del Tajo, donde se localiza una mentalidad tradicional defensora de la familia, la propiedad privada y la religión. * La oligarquía agraria, industrial y financiera, así como numerosos pequeños y medianos empresarios, que sintonizaron con el régimen por fomentar el autoritarismo, el control social y la eliminación de la conflictividad laboral que consideraban dañaba sus intereses. * El ejército, cuya influencia se extendía a prácticamente todos los sectores de la vida. Los militares ocuparon puestos políticos de responsabilidad sobre todo en los comienzos de la nueva andadura, además de asegurar por la fuerza la supervivencia del régimen. * Asociaciones Católicas como la Acción Católica General (ACG), la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), la Juventud Obrera Cristiana (JOC), la Juventud Estudiante Católica (JEC), la Asociación Católica Nacional de Propagandistas (ACNP) el Opus Dei, etc. * El Clero, que había acusado al régimen republicano de anticlerical, gozó de todo tipo de prebendas por parte de un Estado que se declaró confesional católico y que asumió el mantenimiento de la religión como una prioridad. Como contrapartida la Iglesia desarrolló una permanente propaganda a favor del franquismo, no detectándose voces que se desmarcaran del régimen hasta el Concilio Vaticano II (1962-65). El Concilio generó en algunos sectores un espíritu más aperturista.

Etapas de la dictadura y principales características de cada una de ellas El régimen franquista puede dividirse en los siguientes momentos o etapas: 1- ”Construcción del nuevo régimen”. Se inicia con la victoria en el enfrentamiento civil en 1939 y alcanza hasta 1951 2- “Consolidación del régimen”. Abarca desde 1951 y llega hasta 1959, año en el que se pone en marcha el Plan de Estabilización económica. 3- “Segundo Franquismo”. Que a su vez puede subdividirse en “Desarrollismo” (1959-1969) y “Tardofranquismo” (1969-1973) 4- “Crisis del régimen” (1973-1975), que finaliza con la muerte de Franco y da paso a la Transición democrática.

1. La construcción del régimen (1939-51): Entre 1938-42 la figura más relevante del Régimen fue Serrano Súñer, ministro de Gobernación del primer Gobierno franquista encargado de diseñar un Estado con tintes nacionalsindicalistas. En política interior, durante el primer franquismo ya está presente la tendencia de Franco a rodearse de una facción o “familia” en función de las necesidades existentes en cada momento de su mandato. Inicialmente serán falangistas y militares los que ocupen los principales ministerios y a partir de 1945, coincidiendo con la derrota de los fascismos, se incrementó la influencia política de los católicos próximos a la Asociación Católica Nacional de Propagandistas (ACNP) y posteriormente al Opus Dei. Franco intenta así limar los rasgos claramente fascistas de su régimen y presentarse ante la opinión internacional como el defensor de un nacionalcatolicismo en el que destacarán figuras como Martín Artajo (ministro de Asuntos Exteriores) y Carrero Blanco (subsecretario de la Presidencia). Este lavado de imagen se completa además con una labor “constituyente” que pretendía legitimar el Estado. En los años previos al fin de la II GM se promulgan el Fuero del Trabajo (1938) y la Ley Constitutiva de Cortes (1942), que convierte a España en una Tema 11.1. – p. 3

“democracia orgánica”, dándole una apariencia de “estado de derecho”. No obstante, el impulso legislador más decidido llegará a partir de 1945 con: - El Fuero de los Españoles (1945), que recogía unos derechos y deberes fundamentales que no podían sobreponerse a los principios fundamentales del Estado. - La Ley de Referéndum Nacional (1945), que preveía la posibilidad de una consulta popular mediante plebiscito. - La Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado (1947), a través de la cual Franco incluye la promesa indeterminada de restauración monárquica tras su mandato. En esta etapa la política exterior está marcada por los acontecimientos de la II GM. El régimen franquista se mantuvo, inicialmente, en una postura de no beligerancia, aunque más tarde tuvo algunos acercamientos a favor de la Alemania nazi y de la Italia fascista [entrevistas de Franco con Hitler en Hendaya (noviembre, 1940) y con Mussolini en Bordighera (febrero, 1941)] que habían sido sus aliados en la Guerra Civil. A pesar de ello, España no entra en la guerra y a partir de 1942, cuando el eje italo-alemán comienza a mostrar importantes fisuras, el régimen franquista gira astutamente hacia una postura más neutral. Finalizada la contienda mundial la España franquista inicia en 1945 una etapa de ostracismo y aislamiento que durará hasta 1950 cuando Estados Unidos se aproxime al régimen de Franco para establecer alianzas militares y económicas. 2. La consolidación del régimen (1951-59): Durante este tiempo, la política interior se ve afectada por el aumento de la presencia católica en el gobierno, destacando especialmente la incorporación de una serie de tecnócratas del Opus Dei, sobre todo a partir de febrero de 1957. Los conflictos de diversa índole de 1956 habían convencido a Franco de la necesidad de un cambio que fue encomendado especialmente al equipo de López Rodó, diseñador de un Plan de Estabilización (el de 1959) que contribuirá a una mayor liberalización de la economía, no así de la política en la que persiste la línea represiva. Políticamente se continúa y completa la institucionalización del régimen a partir de leyes como: - La Ley de Procedimiento Administrativo (1958), para la organización de la burocracia. - La Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958), en la que se definía el régimen como una monarquía tradicional, católica, social y representativa. En el final de esta etapa tienen lugar, en el interior de España, una serie de protestas sociales y huelgas relevantes, especialmente a partir de 1956, que anunciaban la necesidad de emprender cambios que permitieran la continuidad del régimen, ya que la represión policial no era suficiente para contener el descontento social. 3. El segundo franquismo (1959-73) [Desarrollismo y Tardofranquismo]: La crisis política, derivada del inicio de las protestas estudiantiles en la universidad, las huelgas y el excesivo protagonismo anterior de Falange, condujeron a Franco a reforzar sus gobiernos con ministros procedentes del Opus Dei (tecnócratas) que procederán a realizar una profunda transformación económica en el país, especialmente en la década de los años 60. Se habla de desarrollismo o de años dorados del Franquismo para referirse a esta etapa en la que se produjo un vertiginoso, aunque desequilibrado, despegue económico que transformó totalmente la sociedad española y contribuyó a un notable aumento de la oposición al sistema. Franco supo adaptarse a algunos cambios y evolucionar desde un fascismo inicial hacia una Dictadura progresivamente más paternalista y aparentemente más moderna. Desde este punto de vista ejerció un gobierno pragmático; pero sus signos de apertura no serán suficientes, contrastando el inmovilismo político de la política interior con los acelerados cambios económico-sociales que estaban teniendo lugar en España desde la década de los años 60. Además, en su anhelo por continuar la legitimación del régimen a través de leyes, Franco procedió a promulgar: - Una nueva Ley Orgánica del Estado (1967), votada en referéndum en diciembre de 1966 (el segundo tras la aprobación de la Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado en 1947) y que diseñaba en líneas generales el devenir de España tras la muerte de Franco. Tema 11.1. – p. 4

- También se procede a la aprobación de la Ley de Prensa e Imprenta (1966), promovida por el entonces ministro de Información y Turismo Manuel Fraga. El nuevo texto suprimía la censura previa y la sustituía por multas y suspensión de las publicaciones que fueran críticas con el sistema. Para dar salida a la continuidad del régimen Franco, la Ley de Sucesión (aprobada en referéndum en 1947), había establecido que España era un reino, aunque sin rey efectivo y con un jefe de estado, Franco, en calidad de regente vitalicio. Franco no aceptaba a Don Juan de Borbón, el heredero de Alfonso XIII, demasiado liberal para su gusto, y, tras muchas dudas, pactó con Don Juan (1948) que la sucesión recayera en su hijo, el infante Juan Carlos, que debería trasladarse a Madrid donde sería educado bajo la dirección política del Caudillo. El 22 de julio de 1969 se concreta la sucesión cuando Franco proclamó sucesor oficial a D. Juan Carlos de Borbón y, al día siguiente, el príncipe prestó juramento de lealtad a Franco, a la Ley de Principios del Movimiento Nacional y a las leyes fundamentales del Estado. En el tardofranquismo, el impacto de la expansión económica en la mentalidad de los años sesenta y setenta, la apertura al exterior y el aumento del nivel de vida trajeron importantes consecuencias a la sociedad, poniendo al régimen en una crisis de valores para los sectores más conservadores. El régimen franquista endureció su represión a partir de 1967. Comenzaron a abundar los sectores del franquismo, conocidos como búnker [dentro del cual se encontraban los políticos más fieles a las ideas inmutables del Movimiento], que se mostraban temerosos de lo que pudiera ocurrir tras la muerte del dictador. Hubo una crisis gubernamental y se produjo el nombramiento de Carrero Blanco como vicepresidente. La “liberalización” del régimen se detuvo a partir de esta fecha, produciéndose un enfrentamiento entre los inmovilistas como Girón de Velasco, los aperturistas como Fraga Iribarne y los conservadores como Carrero Blanco. En 1969 salió a luz, gracias a la nueva Ley de Prensa de 1966, el escándalo MATESA, un caso de corrupción protagonizado por esta empresa de maquinaria textil que había recibido subvenciones del gobierno y tenía amplios apoyos políticos dentro del régimen. Este escándalo puso de relieve las luchas por el poder entre falangistas y tecnócratas, la inestabilidad del gobierno y la decadencia del régimen. 4. “Crisis y fin del régimen” (1973-1975) El franquismo a partir de 1970 (año en que se lleva a cabo el “proceso de Burgos” que condena a 16 miembros de ETA) ya demuestra su incapacidad de evolucionar. En junio de 1973, Franco separa la Jefatura del Gobierno de la del Estado y nombra a Luis Carrero Blanco presidente de gobierno. Entre 1973-1975, llega la crisis del régimen que trae una gran inestabilidad política y se frenan bruscamente las trasformaciones del régimen. A nivel internacional era un régimen caduco, y en el ámbito económico la crisis energética intern...


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