3. La restauración absolutista y las revoluciones liberales PDF

Title 3. La restauración absolutista y las revoluciones liberales
Author Libertad Sevilleja
Course Historia Contemporánea
Institution UNED
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III LA RESTAURACIÓN ABSOLUTISTA Y LAS REVOLUCIONES LIBERALES 1. LA SOCIEDAD DE LA RESTAURACIÓN La caída del Imperio napoleónico planteó la necesidad de replantear las relaciones internacionales sustituyendo la dirección de una potencia (Francia) por la de varias (sus vencedoras), que deseaban someter la vida internacional a un sistema de seguridad colectiva inspirado en el Antiguo Régimen y que amenazaba las recientes conquistas de diversos sectores sociales. Algunos de estos se adscribieron al liberalismo político, que postulaba necesidades de libertad de expresión y reunión y de determinadas instituciones. Otros se unieron a los nacionalismos emergentes, que reivindicaban la independencia de los países que no habían llegado a constituirse. En este contexto se produjo un choque de fuerzas entre conservadores y liberales.

2. LA EUROPA DE LA RESTAURACIÓN La Restauración fue elaborada por Gran Bretaña, Rusia, Austria, Prusia y Francia mediante el Congreso de Viena de 1815, que debía sentar las bases para una paz duradera y reorganizar el mapa europeo.

2.1 PRINCIPALES POTENCIAS Entre las principales potencias existían profundas diferencias en cuanto a modelos políticos y proyectos internacionales.

• RUSIA encarnaba el modelo político más afín al Antiguo Régimen, pues en su territorio no habían penetrado los principios revolucionarios, a la vez que contaba con el prestigio de su decisiva contribución a la derrota de Napoleón. • AUSTRIA contaba con una monarquía absoluta de gran severidad que cohesionaba sólo mediante el poder a numerosos y dispares pueblos. • GRAN BRETAÑA constituía el contramodelo con su monarquía parlamentaria. • PRUSIA era el socio más débil, si bien su papel como centinela del expansionismo ruso y francés aumentó su importancia sobre los Estados alemanes del Norte. • FRANCIA se valió de su situación geográfica y riqueza intelectual para recuperar el respeto como potencia y poder desempeñar un papel activo en el Congreso. Sin embargo, y pese al restablecimiento de los Borbones en el trono, una gran parte de la población continuaba apoyando las ideas revolucionarias.

2.2 EL CONGRESO DE VIENA DE 1815 Sus principales postulados fueron:

• LEGITIMIDAD: la paz sólo era posible si al frente de los Estados estaban sus soberanos legítimos, nunca frenados por la Constitución pues su poder emanaba de Dios. De esta forma la soberanía nacional se consideraba como una usurpación del poder real. • RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL DE LAS POTENCIAS: se consideraba la existencia de una relación directa entre el poder de una nación y su papel en el orden colectivo, comprometiéndose los monarcas a disuadir cualquier aspiración liberal, tanto en sus reinos como en otros Estados. • INTERVENCIÓN: era lícito y conveniente que el resto de potencias intervinieran para restablecer a un monarca depuesto de manera ilegítima. El derecho de intervención militar se decidía por el acuerdo de las potencias. • CONGRESOS: sustitución de la batalla por el congreso para la resolución de conflictos. El Congreso de Viena logró un nuevo orden europeo basado en un sistema de contrapesos bajo la primacía de las cinco grandes potencias. Sin embargo, los ideales revolucionarios continuaban latentes y numerosas fuerzas sociales se opusieron a restablecimiento del Antiguo Régimen en nombre de la libertad. De este modo la tradición revolucionaria sería continuada por el liberalismo que, junto al nacionalismo, iría minando los postulados de Viena.

2.3 EL NUEVO MAPA EUROPEO El principal objetivo de las grandes potencias consistió en reducir el número de Estados, siguiendo sus intereses y SIN TENER EN CUENTA LA VOLUNTAD DE SUS PUEBLOS, para constituir unas entidades nacionales de mayor volumen.

• FRANCIA volvió a sus fronteras anteriores a la Revolución, creándose a su vez el Estado-tapón de los Países Bajos (Bélgica, Holanda y Luxemburgo) para reforzar la frontera norte. • POLONIA fue repartida entre Prusia, Austria y Rusia. • INGLATERRA obtuvo bases navales y colonias que le permitieron crear un imperio colonial. • PRUSIA reforzó su influencia en Alemania con la anexión de parte de Sajonia. • AUSTRIA obtuvo un acceso al mar al incorporar el norte de Italia (Lombardía y Venecia) mientras mantiene su rivalidad con Prusia por el control de los Estados Alemanes. • ITALIA mantuvo su división y sometimiento a los Borbones de Nápoles, a los Estados Pontificios y, sobre todo, a Austria. • RUSIA,

además de su influencia sobre Centroeuropa, obtuvo la mayor parte de Polonia e incorporó

Finlandia.

Este reparto de Europa dejaba bastantes problemas sin resolver: mientras que en algunos casos se habían formado naciones artificiales, en otros se mantuvo la división política de pueblos como Italia o Alemania. Además, existían dos grandes Estados históricos plurinacionales: el Imperio austriaco y el Imperio otomano. Si las cinco grandes potencias ampliaron sus territorios no sucedió así para los países de segundo orden, que no obtuvieron ninguna compensación territorial por su intervención en la coalición contra Napoleón.

3. LA SANTA ALIANZA Y LA CUÁDRUPE ALIANZA Con el objetivo de combatir las ideas revolucionarias se formó la Santa Alianza en 1815 por iniciativa del zar Alejandro I, cuyas potencias integrantes decidían la intervención en aquellas naciones en las que el desorden pusiera en peligro el absolutismo monárquico. Sin embargo, se concedió mayor trascendencia a la Cuádrupe Alianza, creada en el mismo año por iniciativa del canciller austriaco Metternich, que ligaba a Inglaterra, Rusia, Austria y Prusia a mantener la paz y a sostener a Luis XVIII en el trono francés. Este sistema de contrapeso pronto sería desafiado por sucesivas olas revolucionarias europeas.

4. LAS REVOLUCIONES LIBERABLES DE 1820 Las revoluciones de 1820 fueron las primeras en cuestionar la Restauración. La agitación comenzó en Alemania, rápidamente reprimida por Metternich. En España las tropas de Riego empleadas para reprimir las insurrecciones coloniales se sublevaron contra el poder absolutista, obligando a Fernando VII a jurar la Constitución de Cádiz. Sin embargo, el Congreso de Verona autorizó a Francia a reprimir el levantamiento con la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis, en virtud de la Santa Alianza, para reponer en el trono a Fernando VII. Las sublevaciones militares de Nápoles y Piamonte, a su vez, fueron reprimidas por Austria en nombre de la Cuádruple Alianza. En Portugal se consiguió derribar la Regencia y que el rey jurara la Constitución liberal pero, como en España, un año después se volvía al absolutismo. A pesar de la eficacia de las medidas para sofocar las oleadas revolucionarias, no volvieron a celebrarse más congresos ante la evidencia de que las potencias no podían seguir sosteniendo gobiernos incapaces de sostenerse por sí mismos. La escisión, con el precedente de la oposición británica a la intervención de Francia en España, estallaría con la Cuestión de Oriente.

5. LA CUESTIÓN DE ORIENTE La debilidad del Imperio Otomano, alimentado por el sentimiento nacionalista de sus pueblos integrantes, alentaba las ambiciones de las potencias europeas. En este contexto se produce la independencia de Grecia en 1822 gracias al apoyo de Rusia, Francia y Gran Bretaña, siendo reconocida por el Imperio en 1830 al tiempo que concedía cierta autonomía al resto de pueblos sometidos para evitar más escisiones.

EL RECONOCIMIENTO DE LA INDEPENDENCIA GRIEGA POR PARTE DE LAS POTENCIAS CONSERVADORES FRENTE A SU SOBERANO LEGÍTIMO, EL SULTÁN, DESTROZÓ LA CUÁDRUPLE ALIANZA. Con el fallecimiento sin descendencia del zar Alejandro I se planteó un problema sucesorio entre sus hermanos, el liberal Constantino y el conservador Nicolás. Tras el alzamiento de algunas unidades del ejército

en favor a Constantino, y ante el temor de una guerra civil, éste renunció al trono en favor de su hermano, quien castigó duramente a los revolucionarios e inició un régimen marcadamente autocrático.

6. LAS REVOLUCIONES LIBERALES DE 1830 Las oleadas revolucionarias reaparecieron en 1830 en el centro y norte de Europa. A la pugna entre liberales y conservadores se une la crisis económica y el descontento social, situación aprovechada por la burguesía y las clases medias para atentar contra el poder político. El movimiento se inició en Francia, donde la burguesía y los republicanos se opusieron a Carlos X, quien disolvió la Cámara y convocó elecciones de las que, de nuevo, surgió una Asamblea liberal. En 1830 se suprimió la libertad de prensa, se modificó la ley electoral y se disolvió de nuevo la Cámara para celebrar nuevas elecciones. Al levantamiento burgués ante las Ordenanzas antiliberales se unió el apoyo del pueblo, declarándose París en rebeldía durante tres días en los que se produjeron violentos disturbios. Finalmente Carlos X abdicó y fue sustituido por Luis Felipe de Orleáns, monarca de signo liberal y burgués. Su entronización supuso el triunfo de la revolución burguesa y la aceptación de la soberanía nacional. La revolución pronto se extendió por Europa con unas características similares. La rebelión nacionalista de los belgas católicos, unidos en los Países Bajos a los holandeses protestantes, estalló con la política discriminatoria hacia los belgas por parte del rey Guillermo I, produciéndose el levantamiento de Bruselas, que formó un gobierno provisional y una asamblea constituyente que proclamó la independencia de Bélgica con un régimen monárquico constitucional, reconocida por las potencias europeas. En 1830 Polonia sería la nueva clase social de profesionales liberales quienes, estimulados por las revoluciones francesa y belga y confiando en estos apoyos, que no llegaron, prepararían la revolución. Sin embargo, la intervención rusa para sofocar la revolución fue seguida de una dura represión. En Italia la revolución se produciría contra Austria y los Papas, creándose las Provincias Unidas Italianas. La falta de apoyos, tanto de Francia como del pueblo, propició el fracaso. En la Confederación Germánica la revolución aspiró a la unificación nacional y a la elaboración de una Constitución, frenadas por la dura represión de Metternich. El resultado global fue la DIVISIÓN DEL CONTINENTE EN DOS GRUPOS: el occidente liberal, formado por Gran Bretaña, Francia, Bélgica, España y Portugal, y el centro y oriente conservador, constituido por Austria, Prusia y Rusia. En estos pueblos permanecería latente un sentimiento nacionalista que supondría nuevos procesos revolucionarios.

7. LAS REVOLUCIONES DEMOCRÁTICAS DE 1848 Aunque las revoluciones de 1848 fueron simultáneas e inspiradas por una ideología común constituyeron, no obstante, fenómenos aislados al no haber ninguna organización revolucionaria internacional. Entre 1845 y 1847 Europa padeció una profunda crisis agrícola que produjo una fuerte subida de los precios que, al suponer la mayor dedicación de la economía familiar a la alimentación, provocó la caída de la producción industrial. En torno a las urbes surgió una masa proletaria hacinada y en condiciones de vida y de trabajo extremadamente duras, dando lugar a una tensión social que presionó a la burguesía dominante. Los movimientos revolucionarios se iniciaron en Francia, produciendo la caída de Luis Felipe de Orleáns y la proclamación de la Segunda República (1848-1851), estableciendo el sufragio universal, la soberanía popular, la abolición de la esclavitud en las colonias y la garantía del régimen de liberades. Sin embargo, en poco tiempo acabaría derivando en una autocracia en manos de Luis Napoleón Bonaparte, tras cuyo golpe de Estado se proclamaría el II Imperio (1852-1870). Detrás del golpe se hallaba la burguesía, temerosa de una revolución social. La revolución de París estimuló la insurrección liberal de Viena, que provocó la caída de Metternich, seguida de la sublevación de los húngaros, que parecía presagiar la desintegración del Imperio. Mientras, el nacionalismo italiano contó en un primer momento con el respaldo de los gobernantes hasta que se vieron amenazados por la oleada democrática. En 1849 Austria se reafirmó sobre Italia. Alemania asistió a dos procesos: la revolución liberal de los Estados y el levantamiento nacional, democrático y unificador, fracasados ambos por el mutuo apoyo entre los absolutistas de los diversos Estados. Por tanto, las oleadas revolucionarias democráticas y nacionales se extendieron por toda Europa, pero fracasaron en todas partes. La crisis agrícola comenzó a resolverse con buenas cosechas y los campesinos se hallaban temerosos de que la revolución afectara a la propiedad. A pesar de la apariencia de fracaso, las revoluciones de 1848 serían la semilla de los acontecimientos acaecidos en la segunda mitad del XIX.

8. EL ARTE DEL PERIODO • ROMANTICISMO: con su apogeo entre 1815 y 1848, se caracteriza por su oposición a la Razón ilustrada mediante la exaltación de la intuición, del individuo y de los sentimientos, llegando a constituir una auténtica actitud vital que influyó en todos los campos. Aparece vinculado al nacionalismo. • REALISMO: desarrollada a partir de mediados del XIX, abandona las emociones románticas para reflejar situaciones cotidianas, dejando atrás el idealismo como reacción al fracaso de las revoluciones de 1848. Constituye, así pues, un movimiento artístico que pretende hacer visible la situación de los desamparados....


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