4.2 arabismos del español PDF

Title 4.2 arabismos del español
Course Lingua e Traduzione Spagnola
Institution Università degli Studi di Parma
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Lingua e traduzione spagnola 1...


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Ls notas siguientes provienen en buena parte de José María García Martín, “Contacto de lenguas e historia: el caso de los arabismos en español”, XXVI CONGRESO DE LA AISPI (ASOCIACIÓN DE LOS HISPANISTAS ITALIANOS) Trento, 27-30 de octubre de 2010.

I. Posibles criterios de clasificación de los arabismos 1) Según la lengua de procedencia a. Árabe andalusí (contiene romancismos) b. Árabe norteafricano (contiene berberismos) c. Árabe oriental (contiene elementos de diversos orígenes) d. Árabe fus.h.ā (transmite elementos de origen libresco) 2) Según época y lugar a. Alandalús (Edad Media) b. Mediterráneo (sabir, lingua franca) c. Paneuropeos (otomanos, traducciones latinas, Cruzadas) d. Coloniales (siglos XIX-XX) e. Itálicos f. Balcánicos 3) Según la relación con la lengua prestadora a. Arabismos de adstrato (resultado del bilingüismo romance-árabe de los mozárabes en Alandalús y su emigración a los reinos cristianos septentrionales o integración en ellos como consecuencia de la conquista de las regiones en que vivían por aquéllos; en mucho menor medida, resultado también del trato, no tan frecuente como el anterior, entre cristianos y mudéjares no absorbidos lingüísticamente) b. Arabismos de superestrato (debidos a traducciones científicas, a la influencia literaria de determinados géneros y autores que tocan temas orientales y usan ocasionalmente léxico árabe transcrito o a la actividad comercial mediterránea que hace a veces lo mismo)

II. Evolución fonética y alteración gráfica A) al-hilāl > alfiler B) 1. ár. cl. yadu ljauzā’ ‘mano de Géminis’ > and. yad aljáwza > esp. Betelgeuse ‘estrella Alfa de Orión’ (Corriente 1999, s.v.) YĀ ‫ﻲ‬/BĀ ‫ﺏ‬ B) 2. ár. samt (arra’s) ‘dirección de la cabeza, o sea, la vertical’ > cénit: hay una mala lectura de la transcripción bajolatina de samt, donde m se transforma en ni.

III. Ejemplos de arabismos coloniales (XIX-XX): harca ‘partida o expedición de tropas irregulares o rebeldes’ < ár. marroquí h.әrka ‘campaña militar; escuadrón de caballería)’ < ár. clásico h.arakah ‘movimiento; gesto’ (en neoárabe tenía ya la acepción de ‘expedición militar’); es voz tomada ya durante las empresas norteafricanas jaique ‘especie de almalafa (= ‘toca de los musulmanes, de cabeza a pies’)’ < ár. norteafricano h.āyk, al parecer metonimia del ár. clásico h.ā’ik ‘tejedor’ (el canario jaique ‘vestido mal hecho’ es mera evolución semántica) razzia ‘incursión de pillaje’ < ár. norteafricano ġāzya < ár. clásico ġāziyah, a través del francés (Corriente lo considera un “galicismo inasimilable’, que no se justifica, pues existen algara e incursión) zagüía < ár. marroquí zāwyat ‘oratorio islámico en las afueras’ (según Corriente, arabismo innecesario, introducido probablemente a través del francés y mal acentuado)

IV. Sistema consonántico del árabe Sonoras Nasales Oclusivas

m

Sordas Orales

b

Bilabiales Fricativas

w

Labiodentales Fricativas Oclusivas

f n

d

d.

t.

t

d

z.

t

z

s.

Dentales Líquidas Alveolares

l, r

Fricativas

Alveolo-predorsales Fricativas Prepalatales

Africadas Fricativas

ğ y

š

Palato-velares Oclusivas

k

Úvulo-velares Oclusivas

q

Post-velares

Fricativas

ġ

ħ

Faringales

Fricativas

h.

Oclusivas

?

Fricativas

h ◄

Glotales ►Velarizadas

s

V. Arabismos del romandalusí (el romance de Al-Andalus) 1. Fonética: sistema de cinco vocales (independientemente del castellano). 2. Morfología: de los sufijos derivativos usados por el árabe antiguo ({-ān}, adjetivo y abstracto; {ūt}, abstracto; y {-ī}, atributivo), aunque todos se reflejan en los materiales del andalusí, sólo el último sigue siendo productivo y se refleja en los arabismos: Sufijo de adjetivos, sustantivados o no: cequí, jabalí, maravedí, muftí, muladí, baladí, hurí, etc. Sufijo de gentilicios y otros derivados de nombres propios árabes o islámicos: fatimí, yemení, marroquí. Nuevas formaciones en español: bengalí, iraní, iraquí, paquistaní, israelí, ceutí. Normalmente –í en singular e –íes en plural valen para masculino y femenino (hurí, huríes); pero hay ejemplos medievales de –ía (< ár –īyya), -ías: marroquía, ceptías, tortoxías. 3. Sintaxis: Aglutinación del artículo determinado al en los arabismos del español: alhelí, alacrán, alborotos; en derivación: alborotar, alcaldada, acemilero, alevoso. Asimilación árabe del lam del artículo a las llamadas “letras solares” aθ-θumn > azumbre, ad-darga > adarga, as-s.aut > azote, ar-rabád > arrabal, an-nafîr > anafil. Casos con /l/ no asimilada a la “solar” siguiente: al-d.ai‫؟‬ a > aldea, al-turmûs > altramuz, aunque también existe atramuz. Contagio: lat MENA > ant mena, mod almena –acaso ya mozárabe-; *MATERINĔA > madreña, almadreña; LIGUSTRU > ligustre, aligustre

Introducción de /l/ epentética en la sílaba inicial: AMĬDDŬLA > almendra Trueque de otra consonante implosiva por /l/ en sílaba inicial: *ADMORDIU > almuerzo, ARBUTĔU > alborzo (para Corriente, estos casos se deben a mozarabismo o a pseudocorrección, ante el gran número que comienzan por al-). Posible influencia del bereber: a. masc. lqayd ‘caíd’ < ár. ?al+qā?id, fem. lәbhimt ‘acémila’ < ár. ?al+bahīmah Casos de deglutinación del artículo: mezquita (cf. bereber tamәzgida) - Formas antiguas con aglutinación son sustituidas por otras sin ella: alguarismo > guarismo, aljofaina > jofaina. Artículo en un romance pero no en otro: cast. alcachofa, port. alcachofra / cat. carxofa; cat. albergina / esp. berenjena, port. beringela; esp, gall. alcanfor / cat. cámfora, port. cânfora. La optatividad está limitada a una lengua frente a otra: esp. y cat. (al)gerra / esp, port jarra, cat (al)mesc / esp. almizcle, port. almíscar, esp (al)mojábana / port. almojávena Falsa restitución del artículo a) parcial: cuando se añade una /l/ a la /a/ inicial, por ultracorrección en casos en los que se había perdido, fundamentalmente por disimilación, o donde nunca había existido, bien por asimilación en árabe (a(l)jorca, a(l)jarafe), bien por tratarse de voces donde nunca hubo artículo árabe aglutinado, que se restaura por un falso análisis (alcazuz, albarraz, almirante, incluso en voces no árabes, como almena, almendra…). b) total, cuando se añade al- íntegramente a palabras que no tenían artículo aglutinado, generalmente

fabricaciones cultas y tardías (albengala, almuecín, alminar).

Supuestos arabismos sintácticos 2. Paralelismo con la cuarta forma (voz causativa) de los verbos árabes, que se caracteriza por anteponer un álif a la raíz trilítera, cuya primera consonante toma posición implosiva: De ahí que se haya atribuido a influjo árabe el valor causativo frecuente en el prefijo español aaminorar, acalorar, ablandar, agravar, avivar, amenguar, ant abajar, agrandar, achicar, alargar, acortar, señaladamente en amatar frente a matar. 3. Semejante es el caso de los plurales hispanorrománicos los padres ‘el padre y la madre’, los reyes ‘el rey y la reina’, los duques ‘el duque y la duquesa’, los guardas ‘el guarda y la guardesa’, los hermanos, los hijos, etc., inclusivos de varones y hembras. 4. En el Calila e Dimna, en otras versiones medievales castellanas de textos árabes y en la literatura aljamiada, se dan profusamente fenómenos que, si bien están atestiguados casi todos en la sintaxis románica, no llegan a ser norma en ella y sí en la arábiga; véanse algunos: a) empleo de preposición + pronombre personal tónico en lugar de pronombre átono (“ayuntáronse las aves a él ”, “ya encontré a ellos” por ‘ayuntáronsele’, ‘ya los encontré’); b) de + pronombre personal en vez de posesivo (“las pisadas dellos”, “el cabdiello dellos”); posesivo pleonástico (“su vida del hermitanno”); c) introducción de frase relativa mediante un que cuya dependencia respecto al verbo introducido o respecto al antecedente se aclara después con una preposición + pronombre personal o con un posesivo (“la jarra que yaze en ella muerte supitaña” ‘en que yace, en que se oculta’; “la estrella que tú quisieres saber su lugar” ‘cuyo lugar quisieres saber’);

d) otros tipos de anacoluto (“el que quiere por su física aver gualardón en el otro siglo, non le mencua rriqueza en este mundo”; “et estos quatro tiempos, partiéronlos a manera de los quatro elementos”); e) sujeto impersonal indicado por las formas verbales de tercera persona, ya de plural (“quando vieren en la tierra árbol grande…, es la tierra buena” ‘cuando se viere’), ya de singular (“tuelga las fojas e eche en ellas de los cominos e del orégano”, ‘quítense’, ¡échese’) o, más aún, utilizando la segunda persona del singular (“quando esto conocieres, para mientes… al sennor de la faz”): f) abundantísima coordinación copulativa (“et detove mi mano de ferir e de aviltar e de rrobar et de furtar e falsar. El guardé el mio uerpo de las mujeres, e mi lengua de mentir…”); g) conjunción subordinativa que repetida tras inciso (“e non fue seguro que, si me dexassse del mudno e tomasse rreligión, que lo non pudiera complir”), etc.

VI. El léxico Arabismos en romance A) En el apartado de realidad física distinguimos: a) Individuo, donde es llamativa la casi total ausencia de términos anatómicos (cf aladar, nuca, este último de origen culto), mientras que son bastante abundantes las designaciones patológicas (abarraz, adivas, albarazo, algafacán, jaqueca, zaratán, etc.). b) Entorno inanimado, donde no escasean términos topográficos (ajarafe, albufera, algaida, moheda, albar , casi exclusivamente persistentes como topónimos); astronómicos (cénit, acimut, almanaque, pero son mayormente cultismos); y relativos a la vivienda y el poblado (adarve, alcaná, zaguán, azotea, alcoba, alhanía, alamud, aldaba, ajimez, alféizar,

arrabal, alfoz, barrio, aldea, alcantarilla, albollón), lo que indica una fuerte influencia del urbanismo islámico en la baja Edad Media, como len Medicina y Astronomía y, en general, manifestaciones de civilización técnica. c) Entorno biológico, donde son abundantes los arabismos en zoonimia (alcotán, alcaraván, adive, alacrán, jabalí ) y sobre todo en fitonimia (adelfa, alhelí, alerce, acebuche, acelga, acíbar, arroz, azafrán, algodón, jazmín, etc.) como testimonios de las aportaciones de fauna y flora que hizo a Occidente la civilización andalusí, algunas de ellas definitivas para la configuración física y económica de sus regiones. B) En cuanto a la realidad social, distinguiremos dentro de ella: a) Infraestructura, y dentro de ésta: α – Sociedad, en que el subapartado familia y parentesco está escasamente representado (alcurnia; alaroza parece mudejarismo; no hay intercomunicación islamo-cristiana de estructuras familiares) hay algunos términos de calificación social (baladí, horro, mezquino, elche, enaciado, aleve, alcahuete) y son muy abundantes los relativos a la milicia (adalid, almocadén, arráez, alférez, alarde, alborozo, aceifa, algara(da), atalaya, alcazaba, acitara, adarve, arrebato, alfanje, rehén) y no pocos los referentes a folklore y juegos (albricia, añacea, azar, ajedrez, alfil, jaque, mate, roque) o música (albogue, adufe, rabel, guitarra, laúd, zambra). β – En el apartado de economía son abundantes los préstamos en casi todos los subapartados: ajuar (alhaja, almohada, alfombra, acetre, ajuar, alcatifa, almadraque, almalafa, almanaca, atúd, candil, redoma, zurrón), indumentaria (aljuba, albornoz, alquicel, alcabtea, zaragüelles), metrología (arroba, azumbre, almud, arrelde, quintal, cahíz, adarme), y muy diversos oficios y tecnologías: agricultura: acequia, aljibe, alberca, azud, aceña, almáciga, almenara;

alfarería: alfar, alcaller, jarra, taza, alcarraza; transporte: acémila, ación, albarda, alforja, ataharre, jaez, jáquima, recua; joyería: ajorca, aljófar, alfiler, ataujía, arracada, balaj, marfil, taracea; comercio: albarán, arancel, alquiler, atijara, almacén, alcaiucería, tarifa, zoco, zocodover; construcción: albañil, alfarje, adobe, almojaya, alarife, almadana, ataurique, azulejo; cocina: albóndiga, alcuzcuz, almíbar, alcorza, alfeñique, arrope, almojábana, almorí, almirez, atalvina; navegación y pesca: almadraba, arrejaque, falúa, carraca, atún, albur; sustancias de aplicación técnica: aguajaque, alcohol, almártaga, azófar, azogue, alquitrán, añil, atíncar, etc. b) En supraestructura es llamativa la presencia de préstamos de significado religioso, en su mayor parte islámico (v. gr., almuédano, alminar, alcorán, mezquita, aljama, alfaquí, azalá, rábida; en algún caso de contenido más amplio como marrano), así como un considerable número de voces de relevancia política, v. gr. nombres de cargos y funciones públicas imitados de estructuras islámicas (alcalde, alcaide, zalmedina, alguacil, almojarife, amotacén, alamín), de instituciones políticoeconómicas (aduana, ceca) o jurídicas (albacea, azote, tazmía)....


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