8- Cómo Pagar Menos Impuestos Sin Evadir- Mariano Otálora PDF

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Reservados todos los derechos, incluso el de reproducción en todo o en parte, en cualquier forma.

Libro editado en mayo de 2009.

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Cómo pagar menos impuesto sin evadir

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Mariano Otálora

Cómo pagar menos impuesto sin evadir Guía definitiva para pagar lo justo y obtener importantes beneficios

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Agradecimientos

Quiero agradecer a todas aquellas personas que colaboraron en este libro: CP Marcela Conde (Gerente de impuestos Grupo BBVA Consolidar; gracias por toda tu colaboración), Lic. Sergio Drucaroff (un gran economista y amigo), Lic. Marina Dalmau (Docente, analista Senior grupo BBVA Consolidar; sos una genia, aprendí mucho), Lic. Néstor Orozco (Jefe de RR.HH. del Laboratorio POEN; gracias por tus sugerencias), Lic. Eugenia Fefer (gracias por darme confianza), Lic. Patricia Oszi de Cammi (gracias por toda tu ayuda), Lic. Mariano Agustín Rodríguez (gracias por los consejos justo a tiempo), Lic. Gastón Schisano (gracias por escucharme y dejarme “hacer”), Lic. Fernando Isoardi (gracias, fueron miles de horas de charlas y de momentos muy buenos). A mi equipo de trabajo durante tantos años, un especial agradecimiento (Raquel de Azevedo, Mirta Vacatello, Graciela Raimondo, Graciela Castoriano, Antonieta Quiroga Castillo, Silvia Espeche, Miguel Moore, María Esther Siracusa, Ana Victoria Martin, Mario Garcia, María Bessan y Ana Bonaventura). 7

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A mi editor Fernando De Leonardis: muchas gracias por todo tu apoyo, tu confianza y colaboración. En especial a mi hermano Gonzalo Otálora quien me ayudó en todo lo necesario para realizar este libro y gracias por el consejo “si te lo proponés, lo hacés”. Viejo, Viejita, ¿qué les puedo decir?… ¡Gracias! Son lo más importante, me dieron todo y mucho más. Lic. Julieta Otálora (no te pongas celosa porque te dejé para el final, el orden no es importante) gracias por toda la ayuda, por toda la comprensión diaria. Ethel Dikes (Mi Bobe): Me ayudaste y estuviste siempre, gracias (¿Viste? ¡Tenés otro nieto que escribe!).

Un poco de historia

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Comentar la historia de los impuestos nos llevaría mucho tiempo, tal vez requiera de un libro aparte. Las sociedades, la economía y cualquier aspecto sociológico están amenazados por las modificaciones impositivas. Es muy difícil determinar qué tipo de impuesto es justo, lógico y a quiénes debería incluir o excluir. Nuestro país es una muestra clara de metodologías impositivas desactualizadas con impactos no analizados, no previstos. La importancia de los impuestos es vital en el crecimiento de una nación, todo gasto del estado se sustenta en la recaudación para cubrir las necesidades de toda la comunidad y, si nos remontamos tiempo atrás, encontraremos muchas similitudes, las mismas sensaciones y los mismos conflictos y necesidades relacionados con los impuestos; conjuntamente con el malestar de los sectores afectados inmerecidamente. Durante el Virreinato del Rio de la Plata, la recaudación de impuestos estaba dividida en 2 regiones, en el norte la Caja de Potosí y en el Sur la Caja de Buenos Aires. 9

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Cada región contaba con medios de recaudación y sustento totalmente diferentes. Las grandes cantidades de oro y plata sustraídas de las minas en la región Norte generaban una sobrada recaudación, en cambio en la región sur, el sustento se basaba en impuestos a la producción y a la venta de productos agrícolas; aunque esta última era pobre por no estar tecnológicamente desarrollada colaboraba en el aumento de los ingresos. Otras formas de recaudación para ambas regiones fueron los denominados “tributos a los indígenas” y el “impuesto a las ventas y a las importaciones”, entre otros. Por los altos gastos en defensa, es especial con la banda Oriental y los portugueses, Buenos Aires tuvo que ser subsidiada continuamente por la Caja de Potosí. Desde la fundación del Cabildo de Buenos aires el cobro de impuestos fue una prioridad, ya que las arcas del Estado tenían un gasto militar muy elevado y necesitaban fondearse en forma permanente. No crean que encontrar información sobre los primeros impuestos en la Argentina es una tarea sencilla; existen tantos documentos e información que es muy difícil seguir el hilo cronológico.

“abastecimiento de carne”, “por la apertura de Pulperías”… En sus comienzos la recaudación fue moderada y contribuyó a hacer importantes mejoras en la ciudad. La educación, seguridad, defensa, la salud y las mejoras edilicias y de infraestructura fueron desarrolladas generando un avance de la ciudad nunca visto hasta el momento. Es dable destacar que las primeras contribuciones fueron equitativas, incluían a toda la población, pero conociendo la capacidad de cada sector. En un extremo los comerciantes y españoles y en el otro los indios, negros y mulatos. Los primeros impuestos registrados corresponden a 4 pulperías por un valor de 80 pesos, sumado a lo recaudado por el anclaje de navíos e ingreso de vino a la ciudad, generaba un ingreso anual aproximadamente de 300 pesos. Para poder comparar el gasto vs. lo recaudado, en el año 1638 algunas obras públicas, arreglo de partes del Cabildo y puertas costaron unos 67,4 pesos. Con el paso del tiempo, Buenos Aires se vio obligada a modificar su estructura recaudatoria, con la Revolución de Mayo de 1810 ya no recibía ningún subsidio desde la Caja del Potosí y la Aduana de Buenos Aires tuvo que afrontar el protagonismo recaudador. Entre el 50% y el 70% de los recursos tributarios eran provistos por la Aduana, gracias al importante y creciente comercio internacional.

Algunos impuestos de la época “Anclaje de Navíos”, “guarda de ganado”, “impuestos a algunos oficios”, “por tráfico de carretas en la ciudad”, 10

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Impuestos cotidianos en la ciudad de Buenos Aires a partir de 1840

da como velocípedo) tenían que pagar patente de aproximadamente 4 pesos, si no pagaban eran multados con 20 pesos y les retenían la bicicleta hasta saldar la deuda. El costo de vida de Buenos Aires era alto y ganar dinero no era una tarea fácil: los historiadores estiman que la diferencia que había entre los ricos y la clase trabajadora era el equivalente a 15 sueldos. Desde el siglo XIX hasta la actualidad vamos a encontrar infinitos casos de impuestos, muchos abandonados y olvidados, pero siempre con una misma razón: recaudar más, según las urgencias, necesidades, exigencias y desesperación de los administradores de turno.

La ciudad se fue transformando al ritmo de los impuestos, los serenos eran los encargados de vigilar mientras anunciaban el tiempo “las 5 han dado y nublado”. En el año 1851, en momentos en que la ciudad se iluminaba con velas de cebo, faroles a querosén o a gas, se abonaba el impuesto al sereno. Este impuesto se fue adaptando y modificando hasta nuestros días y hoy es conocido como ABL (Alumbrado, Barrido y Limpieza). En el edificio de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Hipólito Yrigoyen 370, Capital Federal, se puede visitar el museo histórico de la AFIP, en donde se presentan documentos históricos sobre los primeros impuestos en la ciudad. Otros ejemplos de impuestos, más graciosos e insólitos, es el que se cobraba en 1845 por tenencia de perros. Según la distancia que existía entre la Plaza Victoria (actual Plaza de Mayo) y la “casa del perro” el dueño pagaba un determinado importe: a menos de seis cuadras 15 pesos de la época, a más de seis cuadras 6 pesos y otras zonas aproximadamente 3 pesos. Entonces, ya en esa época, por contar con una mascota, tenías que pagar importantes impuestos… Esperen que continúa. Desde 1901 hasta la década del 60, fueron muchos los cambios en el transporte, comunicaciones y tecnología.Todos los porteños que utilizaban la bicicleta (antes conoci12

Los impuestos en el mundo Luego de una guerra o por cuestiones de emergencia siempre nacen nuevos o rigurosos impuestos. El primer antecedente de cálculos y proyecciones fiscales se pueden encontrar en el código de Hammurabi (3800 a.C.), en esa época a pedido del gobierno se realizaban diferentes tipos de censos para poder realizar un cálculo aproximado de los ingresos que contarán a través de la recaudación de impuestos. Los encargados de recaudar los impuestos puerta a puerta contaban con privilegios muy importantes. En los tiempos de los Reinos Cristianos, los impuestos eran determinados según la necesidad del Rey y en cualquier momento podía sorprender con un nuevo plan 13

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impositivo; sin la necesidad de contar con ningún documento, ni planificación podían crear mecanismos de recaudación más exigentes o simplemente aumentar los vigentes. Si se necesitaba realizar un puente, una guerra, un viaje, una construcción, en ese momento se creaba el impuesto, muchas veces por castigo a diferentes sectores opositores o problemáticos. En el antiguo Egipto, mantener los altos gastos del estado requería de impuestos muy altos. Los campesinos fueron el sector más presionado, en donde debían pagar en especies; en muchos casos alcanzaban al 50% de las cosechas. La producción agrícola fue el motor de la recaudación. Entre los cultivos destacados a orillas del Río Nilo eran el trigo, legumbres, hortalizas y la cebada. Las tasas de impuestos eran fijadas en forma anual según los rendimientos proyectados de las cosechas. Para determinar las riquezas personales de cada propietario, los escribas reales, tomaban nota de las cantidades de campos, ganado y cantidad de oro. En la antigua Grecia, el orden y prolijidad de los registros era admirable, los contadores fiscales eran los encargados de llevar el control de las cuentas públicas. En la época de Pericles —conocida como la Edad de Oro de Atenas— el desarrollo comercial y financiero convirtieron a Grecia en una potencia sin igual. Los impuestos directos que gravaban la renta y el patrimonio de los ciudadanos, los impuestos indirectos so-

bre el consumo y el mercado, sumado a los derechos de aduana fueron los ingresos más importantes del imperio. Como característica única de Grecia cuando imponía un impuesto de emergencia por una guerra, al tiempo de finalizarla rescindía la obligación y en caso de existir un sobrante, muchas veces el impuesto era devuelto. El Imperio Romano estableció tributos sobre los territorios conquistados y sobre las personas. Era tan importante el poderío económico, que el excedente nunca pudo ser administrado correctamente, ni distribuido en forma equitativa ya que todo el dinero era destinado a los lujos de la minoría. Sin duda alguna el gran ingreso de Roma estaba constituido por los botines y tributos que debían pagar los países vencidos (dinero, joyas y muchas veces con sus cosechas); el pueblo romano colaboraba en la recaudación a través de los derechos de importación, exportación, los originales impuestos a la herencia del 5% y sobre las ventas del 1% de las ganancias. Los impuestos eran establecidos por partes iguales, pero también se clasificaban a los contribuyentes según la importancia de sus ganados y de sus patrimonios. Eran muy comunes los impuestos al “paso”, derechos para entrar a las ciudades, para pasar por los puentes. Nadie podía dejar de pagar impuestos, los censores e inspectores recorrían todo el territorio con frecuencia con el afán de encontrar algo nuevo sin declarar, se enumeraban los árboles, se registraban los animales y lo mismo hacían con las personas.

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Los aztecas tenían diferentes impuestos: los de guerra y por ocasiones religiosas. A los pueblos dominados y sometidos implementaron diferentes tributos en especies, mercancía y servicios tan exigentes que generaban la destrucción paulatina de la sociedad vencida; ya que todos los alimentos, el comercio, eran apropiados por el vencedor de cada enfrentamiento. Los incas contaban con leyes estrictas y con castigos muy severos para quienes las incumplían, el funcionamiento del aparato del Estado estaba influenciado en la recaudación de impuestos. Todo lo recaudado se destinaba a sostener el culto religioso y sus templos, mantenimiento de la nobleza y el pueblo en general. Los impuestos deben entenderse como el pago o esfuerzo que realizan las personas para obtener una mejor sociedad, como se administre el dinero recaudado nos demostrara el tipo de sociedad que somos o que queremos ser. El sistema tributario argentino viene arrastrando terribles deudas con la sociedad, aún no pudo generar una devolución que permita el desarrollo de su pueblo y una mejor organización del país, por la inexistencia de tasas equitativas, proporcionales y en algunos casos incumpliendo el principio de no confiscatoriedad de los bienes atentando contra la propiedad de las personas. En presencia de impuestos nace automáticamente el malestar. En los países desarrollados el termómetro más utilizado pero poco preciso, para poder medir la aceptación o rechazo de la comunidad es la evasión.

Se supone que la evasión es la respuesta hacia lo “justo” e “injusto”, al no sentirme parte o partícipe de ese impuesto, al vivirlo como un castigo que limita mi crecimiento, la evasión como respuesta de la sociedad permite proyectar e ir midiendo para los recaudadores si un tributo puede o no prosperar en el tiempo. En nuestro país sucede algo totalmente diferente: las respuestas individuales no siempre responden a las voluntades de las masas. En la Argentina cada uno hace la suya, se corta solo. En otras sociedades encontramos muchos ejemplos en donde en comunidad se organiza y frena aumentos en los alimentos o servicios “no compramos más leche”, “no cargamos combustible de determinado establecimiento”, “hoy no utilizamos el celular”; todas estas respuestas tienen un fuerte impacto en quienes toman las decisiones. En el caso de los impuestos en el país a un gran número de contribuyentes le encantaría encontrar alguna manera que le permita reducir el impuesto al mínimo, algo mágico que al despertarse al día siguiente todo se haya solucionado; generalmente del impacto del impuesto se habla mucho, quejas entre los compañeros cercanos de trabajo, con su jefe, con su familia, con el contador, pero nunca nos organizamos. Desde el análisis sociológico, no todas son malas para la evasión, en muchos casos funciona de escapes de rebelión, de violencia en la sociedad. La evasión sirve de atenuante, en donde los estados

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saben que aplican tasas exigentes o exorbitantes y el ciudadano utiliza esta escapatoria como contraofensiva hacia lo injusto y pensando en el ámbito privado que le ganó la batalla al Estado, que uno es más vivo. Al margen de esta reflexión relativa, es claro que la evasión no es la solución a nuestros problemas: al contrario, empeora cualquier situación pensada. Por lo tanto, ¡OJO!

“Evitar impuestos es una de las pocas actividades intelectuales que producen beneficios económicos.” JOHN MAYNARD KEYNES, economista estadounidense (1883-1946).

“Los capitalistas consiguen el dinero necesario comerciando. Los políticos, tomándolo por la fuerza mediante la promulgación de impuestos.” DAVID FRIEDMAN, economista estadounidense (1945- ).

Los impuestos en el mundo, según los grandes pensadores “En este mundo no hay nada cierto, excepto la muerte y los impuestos.” BENJAMÍN FRANKLIN, filósofo, político y científico estadounidense (1706-1790).

“Los impuestos no solamente nos empobrecen (quitándonos una parte sustancial del producto de nuestro esfuerzo). También nos hacen menos libres, ya que son el mecanismo que el Estado emplea para hacernos consumir esto y no aquello o comportarnos económicamente de una u otra manera. Gravando y desgravando a su antojo, el Estado nos induce a actuar como él cree conveniente. Así, los impuestos nos convierten en marionetas del ministro de hacienda.” W ILLIAM TAYLOR, filósofo británico (1887-1961).

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“La gente se muere de hambre porque el Estado los machaca con sus impuestos.” LAO TSE, filósofo chino (siglo IV a.C.).

“Gravar con impuestos los beneficios del trabajo es igual que el trabajo forzado. Apoderarse de los resultados del trabajo de alguien es equivalente a apoderarse de sus horas y ordenarle realizar actividades varias.” ROBERT NOZICK, filósofo estadounidense (1938-2002).

“El arte de gobernar generalmente consiste en despojar de la mayor cantidad posible de dinero a una clase de ciudadanos para transferirla a otra.” VOLTAIRE (FRANÇOIS MARIE AROUET), filósofo y escritor francés (1694-1778).

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Ingresá a www.salirdelcolchon.com.ar “El pensamiento está libre de impuestos.” MARTÍN LUTERO, teólogo y reformador alemán (1483-1546).

“Cada día se hace más palpable la necesidad de establecer sólidamente las contribuciones directas. El gobierno, por su parte, se prepara a dar una nueva forma al modo de su recaudación.” MANUEL DORREGO, político y militar argentino, gobernador de Buenos Aires (1787-1828).

“No había nada más cruel e inhumano que obligar a una persona que diera cuenta de sus riquezas privadas.” JUAN MANUEL DE ROSAS, político y militar argentino, gobernador de Buenos Aires (1793-1877).

Ingresá a www.salirdelcolchon.com.ar “Agradar cuando se recaudan impuestos y ser sabio cuando se ama son virtudes que no han sido concedidas a los hombres.” EDMUND BURKE, político y escritor irlandés (1729-1797).

“Aquí está mi principio: Los impuestos se percibirán de acuerdo a la capacidad de pago. Ese es el único principio americano.” FRANKLIN ROOSEVELT, ex presidente de Estados Unidos de América (1882-1945).

“Los impuestos son el precio que pagamos por una sociedad civilizada.” OLIVER W ENDELL HOLMES, médico y escritor estadounidense (1809–1894).

“Un gobierno democrático es el único en el que los que votan por un impuesto puede escapar a la obligación de pagar.” ALEXIS DE TOCQUEVILLE, pensador, jurista y político francés (1805-1859).

“Reforma fiscal es cuando prometen reducir los impuestos sobre las cosas que se gravan desde hace tiempo y para ello crean nuevos sobre las cosas que aún no estaban gravadas.” EDGAR FAURE, político, escritor y ensayista francés (1908-1988).

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El impuesto a las ganancias

La República Argentina no tiene un código impositivo. Las distintas categorías de impuestos se encuentran reguladas por leyes separadas que se modifican constantemente. En el año 1974 fue sancionada la Ley 20.628, dando inicio a este inevitable impuesto que en sus años sucesivos recibió innumerables modificaciones. Este impuesto grava las ganancias de las personas. Aquí estaremos analizando exclusivamente la cuarta categoría: empleados en relación de dependencia. Esta categoría se encuentra enunciada en el artículo 79 de la ley. Se trata de ganancias vinculadas al trabajo personal. Comprende las ganancias del trabajo personal en relación de dependencia, jubilaciones, pensiones, retiros, subsidios, beneficios derivados de planes de seguro de retiro privado, etcétera.

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Ingresá a www.salirdelcolchon.com.ar Algunas características y consideraciones para empleados en relación de dependencia Tributan ganancias los empleados en relación de dependencia que luego de los descuentos de ley (Jubilación y Obra Social) perciban $4.015 (solteros) y $5.553 (casados con 2 hij...