Amnioscopia Y Amniocentesis PDF

Title Amnioscopia Y Amniocentesis
Author Zully Herrera de Viña
Course Medicina
Institution Universidad de Guayaquil
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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS CARRERA DE OBSTETRICIA

CÁTEDRA: OBSTETRICIA FISIOLOGICA II

EXPOSICIÓN

TEMA: -AMNIOSCOPIA -AMNIOCENTESIS

ESTUDIANTE MOREIRA SILVA ANGIE VALERIA

DOCENTE: Obst. BETTY MORAN RIVAS. Msc

GRUPO N°3b / 4° SEMESTRE

Líquido Amniótico El líquido amniótico tiene generalmente un aspecto ligeramente turbio por contener en suspensión partículas sólidas derivadas de la piel y las mucosas fetales (material sebáceo, lanugo y células epiteliales descamadas y del epitelio amniótico (restos celulares). Aunque fisiológicamente es incoloro, en circunstancias anormales puede teñirse de marrón o de verde si ha sido contaminado por meconio. El volumen de líquido amniótico al término de la gestación es de alrededor de 800 ml, pero con una amplia variabilidad normal que va desde 400 a 1500 ml. Al final de la gestación el líquido amniótico tiene un pH de 7. Tiene constituyentes orgánicos, inorgánicos y celulares, algunos de los más importantes son: sodio, urea, proteínas, lecitina, alfa-feto proteína, hormonas, enzimas, entre otras. Algunas de sus funciones son que ayuda al feto a moverse en el útero, lo cual permite el crecimiento óseo apropiado, protege al feto y al cordón de traumatismos, mantiene una temperatura relativamente constante, constituye un medio de diagnóstico

Amnioscopia

La amnioscopia es una técnica incruenta destinada visualizar la coloración y la cantidad de líquido amniótico a través de las membranas ovulares, mediante la introducción de un instrumento llamado amnioscopio a través del cérvix uterino lo suficientemente abierto. La técnica fue descrita en (1962 por Safing con el fin fundamental de diagnosticar la presencia de meconio en el líquido amniótico.

Técnica Se puede llevar a cabo a partir de las 36-37 semanas, cuando el cuello está lo suficientemente abierto como para permitir el paso del amnioscopio más fino. Para la realización de la amnioscopia es necesario disponer de una luz blanca y del amnioscopio, que es un tubo con forma de tronco de cono. En la actualidad disponemos de amnioscopios metálicos, esterilizables, y de plástico, desechables, de diversos tamaños. Previamente a la introducción del amnioscopio se hace un tacto vaginal para evaluar las condiciones cervicales y la presentación. Es conveniente, aunque no imprescindible, salvo que sospechemos una infección, la realización de una limpieza vaginal. Efectuadas estas maniobras se introduce el amnioscopio en el canal endocervical, bien mediante la guía de los dedos del explorador, o bien mediante la visualización del cérvix con espéculo. En cualquier caso es conveniente no forzar la maniobra, puesto que podríamos romper la bolsa. Es posible percibir el momento en que se traspasa el orificio cervical interno cuando se han realizado varias amnioscopias. En ocasiones, tras la introducción del amnioscopio y la aplicación de la luz fría, se observa que los restos del tapó n mucoso u otras secreciones impiden ver el polo de las membranas amnióticas. En estas circunstancias se utiliza un porta torundas y se limpian delicadamente las membranas hasta poder observar con claridad el líquido amniótico.

Valoración El líquido amniótico normal visto por amnioscopia tiene un aspecto blanco grisáceo en ocasiones con floculos blancos y brillantes de vérnix caseosa flotando en él; esto es lo que se denomina amnioscopia negativa. Se dice que la amnioscopia es positiva cuando hay meconio, y el líquido teñido por el mismo tiene un color verdoso, más o menos oscuro según sea la cantidad de meconio liberado y la cantidad de líquido amniótico en que esté diluido.

También se describe como positiva cuando el líquido tiene un color amarillento, que casi siempre se debe a una isoinmunizacion Rh. Sin embargo esto es excepcional hoy en día. Por último se cataloga como positiva cuando el líquido está teñido de sangre y cuando hay oligoamnios. Para diagnosticar este último, un ayudante debe desplazar la cabeza fetal a través de las paredes abdominales maternas.

Riesgos y contraindicaciones Prácticamente el único riesgo de la amnioscopia es la rotura iatrogénica de la bolsa de las aguas, lo cual ocurre en u n 1 -2 % de los casos. Por ello, no es conveniente su realización en embarazos de menos de 36 semanas, salvo que alguna circunstancia especial lo aconseje. Es frecuente que tras la amnioscopia la paciente presente un pequeño sangrado, que puede hacer que acuda asustada a la clínica al cabo de unas horas. Por ello, es preciso advertir a la gestante de esta eventualidad. Otros riesgos descritos inicialmente, como la infección materna o fetal, son prácticamente inexistentes. Como contraindicaciones, además de los embarazos pretérmino y los cérvix totalmente cerrados/ cabe señalar la placenta previa en cualquiera de sus variedades, por la posibilidad de que se produzca una hemorragia.

Amniocentesis

La amniocentesis es una técnica ampliamente difundida que consiste en la punción de la cavidad amniótica a través de las pared es abdominales para obtener líquido. Según el momento de realización y los fines perseguidos, se distingue entre

amniocentesis de la primera mitad de la gestación (hasta la semana 18), cuyo fin fundamental es el diagnóstico genético, y amniocentesis de la segunda mitad de la gestación, cuyo fin es la determinación de la madurez pulmonar fetal También puede llevarse a cabo para la evaluación y tratamiento de un polihidramnios sintomático.

Técnica de la amniocentesis Las punciones se realizan por vía transabdominal, bajo constante control ecográfico, con lo cual se reducen las complicaciones. Una vez localizada mediante ecografía una zona con líquido amniótico y procurando evitar la placenta, se procede a la punción con una aguja del 20 o 22 G hasta que la punta se sitúa en la zona elegida. A continuación, se extra el líquido amniótico en una cantidad aproximada de 1 mL por semana de gestación. El proceso termina con la extracción de la aguja y la realización de una nueva ecografía para comprobar el bienestar fetal. En las amniocentesis muy precoces se ha propuesto la amniofiltración, que consiste en la extracción del líquido amniótico con un dispositivo que contiene un filtro donde las células quedan retenidas; a continuación el líquido se vuelve a inyectar en la cavidad amniótica. Aunque en teoría el procedimiento parece interesante, no ha supuesto el avance que se esperaba. Después de la punción hay que guardar repo so y abstenerse de relaciones sexuales al menos durante 24 o 48 horas, y proceder a la administración de gammaglobulina anti D cuando exista incompatibilidad Rh y la gestante no esté sensibilizada, con el fin de evitar la isoinmunización . El riesgo estimado de aborto atribuible a la técnica está alrededor del 1 %. Es excepcional la contaminación con células maternas, y el riesgo de error por tratarse de mosaicos verdaderos es inferior al 0.5 %, Otros peligros, como la punción del feto, la infección, la hemorragia o la sensibilización Rh , se consideran remotos.

Amniocentesis de la primera mitad de la gestación Desde que en 1960 se realizó el primer cariotipo fetal por amniocentesis, esta técnica ha experimentado una gran difusión y en la actualidad constituye el sistema más extendido y utilizado en el mundo para esta indicación. Puede ser precoz, cuando se realiza antes de las 1 5 semanas, y tardía, cuando se lleva a cabo entre las 15 y 18 semanas. En el líquido amniótico pueden hacerse estudios bioquímicos y celulares.

Estudios bioquímicos Se realizan a partir de enzimas , aminoácidos , hormonas y productos metabólicos, que , comparados con parámetros normales pueden poner de manifiesto alteraciones bioquímicas o estructurales del feto , Por ejemplo , la elevación de la alfafetoproteína y de la colinesterasa sugiere la presencia de anomalías del cierre del canal neural.

Estudios de las células del líquido amniótico En las células fetales presentes en el líquido amniótico se pueden realizar estudios, bien efectuando cultivos o bien sin necesidad de ellos. En general, las células fetales descamadas hacia el líquido amniótico se pueden cultivar fácilmente. Sin embargo, la amniocentesis tiene algunos inconvenientes, el mayor de los cuales es que se demora el diagnóstico de tres a cuatro semanas después de hacer la extracción, lo cual coloca a la embarazada, si es que desea acogerse a una posibilidad legal de

abortar, en una fase de la gestación en que la interrupción del embarazo es más complicada, y añade un componente emocional indeseable para la paciente, que a menudo ya ha comenzado a notar los movimientos fetales. Además , en ocasiones , los cultivos experimentan un escaso crecimiento, o bien fracasan por no tener un número suficiente de células viables, lo cual demora aún más el diagnóstico. La introducción de las técnicas de hibridación in situ y PCR suponen un avance considerable en este sentido, ya que permiten descartar las cromosomopatías más frecuentes en 48 -72 horas. Mediante el estudio de las células del líquido amniótico se pueden detectar anomalías cromosómicas, bien numéricas o bien estructurales, o alteraciones metabólicas, que se heredan de manera autosómica dominante o recesiva ligada al cromosoma X.

Indicaciones Esta técnica de diagnóstico prenatal no se puede efectuar de forma habitual a todas las gestantes por lo que queda reservado para las embarazadas con riesgo. Para seleccionar éstas, se emplean los marcadores que pueden ser: clínica bioquímicos o ecográficos.

Edad materna superior a 35 años En todas las series de la literatura, la gráfica que relaciona incidencia de mongolismo y edad materna presenta una clara inflexión a partir de los 35 años, punto crítico que depende en parte de que generalmente las madres se agrupan cohortes de 5 años. El riesgo de dar a luz a un niño con síndrome de Down en la población de menos de 30 años es de aproximadamente 1 de cada 2000 gestaciones. A los 35 años de edad este riesgo aumenta a 1 por cada 276 embarazos y posteriormente, se incrementa cada año, llegando a 1 de cada 12 gestaciones a los 49 años de edad. Presumiblemente, esta incidencia creciente del síndrome de Down

asociada a la edad materna está directamente relacionad a con el envejecimiento de los óvulo s. No se considera en general como indicación la edad paterna avanzad a, por cuanto que , aunque algunos autores defiendan que existe u n efecto {edad paterna» similar al de la madre en padres por encima de los 55 años, otros autores no lo han detectado, y la idea más común es que no existe relación. Pese a ello, en algunas series se menciona como indicación.

Progenitor con translocación cromosómica equilibrada En este caso hay que tener en cuenta que el riesgo real para la descendencia es muy distinto de unos tipos a otros, si bien diversos trabajos publicados demuestran, que en la actualidad, es posible predecir individualmente el riesgo que comporta una translocación concreta

Hijo anterior con anomalías cromosómicas El hecho de tener un hijo con síndrome de Down supone un riesgo de 1% de tener otro, independientemente de la edad de la madre.

Hijo Anterior con defecto del tubo neural Hoy se sabe que la mayoría de las malformaciones congénitas tiene como base un sistema poli génico, por lo que el análisis cromosómico no revela nada. Asimismo, le riesgo de recurrencia es conocido empíricamente, estando en general entre el 1 y el 5%. Un subgrupo especial dentro de esta categoría lo constituyen los llamados ´´trastornos del cierre del tubo neural´´, cuyo riesgo de repetición es aproximadamente de un 3% para su diagnóstico se dispone de sensibles marcadores bioquímicos( alfafetoproteiona y acetilcolinesterasa) que seleccionan la pacientes para el diagnóstico ecográfico

Hijo anterior malformado, o con retraso o tras abortos de repetición En todos estos casos se demuestran anomalías cromosómicas con gran frecuencia, incluso hasta un 20 % de las parejas estudiadas.

Familias con enfermedades recesivas, autosómicas o ligadas al sexo Se trata de familias bien etiquetadas, y cuyo diagnóstico sea disponible a partir del líquido amniótico (glucogénesis, lipodistrofias, etc.). Cada día son más numerosas las enfermedades que se pueden diagnosticar mediante la determinación de ciertas moléculas en el líquido amniótico, o mediante el cultivo de las células que contiene.

Ansiedad materna En si no sería una indicación médica, pero de hecho es uno de los motivos de realización de amniocentesis genéticas, y como tal aparece también en todas las series.

Amniocentesis de la segunda mitad de la gestación La técnica es similar a la ya descrita, y en la actualidad, la inmensa mayoría de este tipo de amniocentesis se efectúa para establecer si existe o no madurez pulmonar fetal. Tal es el caso de algunas afecciones maternas o fetales, o para estimar la madurez fetal en un parto pre término, inminente o inducido con finalidad terapéutica. Sus complicaciones son escasas y consisten fundamentalmente en el desencadenamiento del parto, rotura de membranas y hematomas. En ocasiones, se utiliza este tipo de amniocentesis para la evacuación de líquido amniótico en casos de polihidramnios sintomáticos (sobre todo disnea) Es una solución temporal porque rápidamente se recupera el volumen evacuado

Bibliografía Fuente, U. y. (2015). Obstetricia y Ginecologia. Madrid: Marban. T.W.Sadler, P. (2016). Embriologia Medica . Barcelona: Copyright....


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