Apuntes Literatura de Tradición Europea I (Unidad 2: El Cancionero de Petrarca) PDF

Title Apuntes Literatura de Tradición Europea I (Unidad 2: El Cancionero de Petrarca)
Author Paula Sala Llamazares
Course Literatura de Tradición Europea I
Institution Universitat Pompeu Fabra
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Profesor: Josep Maria Micó...


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2. DE DANTE A PETRARCA: EL CANCIONERO

FRANCESCO PETRARCA Parece que, aunque tuvieran muchas cosas en común (como gozar de una educación bilingüe), Dante y Petrarca solamente se encontraron una vez, durante la disputa de güelfos y gibelinos. Petrarca es llamado muchas veces como “El primer hombre moderno”, aunque estos enunciados son, si no mentira, exageraciones. Lo que sí es cierto es que Petrarca se adelantó a muchas cosas de su tiempo. La idea que Petrarca tuvo para componer un libro lleno de poesías es digna de una enorme modernidad. También fue el primer particular que quiso tener una biblioteca propia: fue el primer propietario de una enorme biblioteca, que cuidó y cultivó durante toda su vida. También fue el primero que se adelantó al excursionismo moderno (aunque esto también es una exageración), visto en sus descripciones de paisajes. Sin saberlo, es un hombre eslabón: un hombre entre una tradición muy arraigada y una tradición nueva, que se fiará hasta nuestra cultura.

BIOGRAFÍA 1304 – 1374. Nació en el exilio, pues su padre había sido desterrado de Florencia por los güelfos negros en 1302 a causa de sus relaciones políticas con Dante, que era güelfo blanco. El notario y su familia marcharon luego a Pisa y a Marsella. Más tarde como niño se mudó a Aviñón con su padre, en donde se educó. También amplió estudios en Montpellier, Boloña, etc. Pero a la muerte de su padre, decidió abandonar los estudios de leyes, “hastiado de la condición que veía en los hombres de leyes”, que representaban todo aquello que no le gustaba. Su verdadera vocación eran los estudios de humanidades, aunque no se sabía todavía qué era. Como no existía el Humanismo, se le considera un proto-humanista. El 6 de abril de 1327 se produjo el encuentro con Laura, en una iglesia de la ciudad de Aviñón, uno de los únicos sitios en donde hombres y mujeres podían compartir contacto visual, un sitio “para ligar”. Llevó a cabo también una vida eclesiástica, entró como capellán, y con esto viajó por toda Europa (Francia, Alemania y otras partes). Pero esto era una argucia muy habitual en los hombres, el fingir la condición de hombre religioso. Las únicas salidas que tenían los hombres eran la iglesia o las leyes. En 1336 tuvo lugar la ascensión al monte Ventoso, del cual escribió un texto muy bonito, uno de los textos inaugurales del humanismo. Una vieja tradición trovadoresca le coronó “poeta” por este poema. Otro momento importante fue en torno a 1342-1343, por varios desengaños, uno de ellos la muerte de su hermano. Petrarca atravesó una crisis espiritual, que es algo que los antiguos solían tener. A partir de este punto de inflexión en su vida, Petrarca decidió retirarse, donde se dedicó a escribir textos personales. El 1348 señala otro año importante, la fecha de la muerte de Laura y de un tercio de la población europea: la gran peste. En los años siguientes implicó un nuevo retiro. Durante los años 50 se dedicó a visitar algunas ciudades dotadas de un gran prestigio cultural, como Venecia. Y durante los últimos años de su vida se retiró a Padua, y murió cuidado por una de sus hijas el año 1374 en Arquà, tras cumplir sus 70 años. Des de un punto de vista literario es difícil concebir la figura de Petrarca, hay muchas cosas que tienen a ver con él. Se adelantó a una concepción del conocimiento más moderno. En el terreno de la literatura se asemeja más a Goethe: escribió un tratado de óptica, se interesó por la técnica,

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la ciencia, etc. Leopardi también podría ser un perfil parecido. Tanto en Dante como en Petrarca, su condición de hombres de letras los hacía bilingües, seguían usando el latín como lengua de cultura y comunicación. Este uso del latín los llevó a la posición de figura internacional. La literatura también se veía como una misión individual. Era fundamental para Petrarca el conocimiento histórico, conocer y clasificar los autores antiguos y superiores como Ovidio o Virgilio. Hizo un estudio directo de los manuscritos de obras antiguas.

OBRA Sus obras son difíciles de clasificar, pero se puede hacer una organización. Existen divisiones por género y por lengua, pues utilizó lengua vulgar y lengua latina. Tiene una parte es la obra histórica, pues escribió sobre personajes y acciones célebres. Otro apartado son las obras polémicas, obras de debate político. La parte más importante son las obras morales: De vita solitaria (1341), De oto religioso (1347), Secretum (o De secreto conflictu mearum curaum 1347-1353) es el más importante. El último narra diálogos y conversaciones entre él mismo y San Agustín sobre temas que le apasionaron durante toda su existencia. Otra obra moral es el De remediis utriusque fortunae, un libro consolatorio frente las adversidades de la fortuna; también es un libro de escarmiento a todos los que se escarnecen de la buena fortuna. Son capítulos que se compensan en un diálogo interesante, personajes alegóricos que hablan entre sí. Tiene una un epistolario de 500 cartas conservadas, divididas en varias colecciones: Familiares (Rerum familiarium libri), Sin nombre, Métricas, A la posteridad, Seniles, Varias. Estas epístolas, marcadas por un género y tradición sólida, son importantes porque tiene forma de ensayo, aunque el concepto ensayo todavía no se había “inventado” (lo hará Montaigne). Petrarca no las consideraba epístolas del todo, sino obras de creación y experimentación, de imaginación. Además de toda esta prosa, escribió una obra en verso: el poema Africa, cuyos referentes son los mismos de Dante, Estafio y Virgilio, que Petrarca concibió como su obra principal, pues era un gran poema épico en latín. Sus obras en lengua vulgar son las que Dante consideraba menor es. Son poemas alegóricos con estructura del terceto dantesco. En este grupo destacan el Canzionere y Los triunfos.

EL CANCIONERO Antes del Cancionero había muchas obras poéticas, pero se clasificaban y estructuraban usando criterios diferentes. Estaban la Eneida y la Odisea, pero no el libro compuesto por poemas breves, como lo es el Cancionero. Luego también estaban los cancioneros de los trovadores, algunos colectivos y otros individuales, pero no son libros sino recopilaciones. Sin embargo, el Cancionero es otra cosa, es una reunión de textos que forman una unidad concebida orgánicamente, y que tiene una estructura narrativa en la cual el orden y la distribución son importantes. No solo se reúnen en un objeto como es el texto o manuscrito, sino que su contenido tiene una configuración particular. La paradoja es que Petrarca no lo dotó de ningún título, y ahora lo llamamos Cancionero para aclararnos nosotros. El autor lo llamó “fragmentos de cosas vulgares”. Es un libro orgánico, que, como otros libros en latín, recoge poemas de Petrarca escritos durante toda su vida, pero integrados en un proyecto estructural que fue configurando durante 40 años, hasta el mismísimo final de su vida. 366 poemas son el resultado del Cancionero, número que tampoco parece casual. Ese era el número de días que tenía el año de su redacción, año bisiesto. Este número es largamente querido por Petrarca, a pesar de que las primeras recopilaciones son de unos pocos textos: el Cancionero fue creciendo poco a poco, des de las primeras recopilaciones hasta sus 366 poemas.

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Se divide además en dos partes: in vita e in mortem (de Laura). Pero esto no quiere decir que la obra siga un ciclo cronológico, no todos los poemas de la segunda parte fueron escritos tras la muerte de Laura; por esto es orgánico. Muchos estudiosos han querido fijar en fecha los 366 poemas de la obra, y han establecido cuatro clasificaciones. Este estudio se ha podido llevar a cabo gracias a los autógrafos del autor, uno de los primeros en firmar su obra tan regularmente. En estos 366 hay variedad métrica: 317 sonetos, 29 canciones, como 9 sextinas, 7 baladas y 4 madrigales. Debemos tener en cuenta que esto no era poesía simplemente para leer, pues aparecen canciones, baladas y madrigales, con grandes connotaciones musicales. De hecho, a partir de la canción de Petrarca, la métrica de la canción tradicional cambiará. Todo esto forma una especie de diario amorosa, en el cual se narra la relación monógama entre Petrarca y Laura. Es importante ver esta condición monogámica de la historia: posteriormente las mujeres de los poetas “se multiplicarán”. Otra cosa importante es la condición de este libro como libro espiritual, que va del pecado y confesión hasta la conversión y redención final. En este itinerario religioso, la sombra de Dante se hace enormemente visible: la condición de pecador al inicio del poema, con el poema final dedicado a la Virgen. Este aspecto espiritual, religioso y cristiano es otra de las cosas que la prosperidad no aceptó (Garcilaso de la Vega, su cancionero es absolutamente laico). Hay dos monosílabos elementales que en Petrarca adquieren una dimensión particular: el yo y el tú. Esta subjetividad y análisis de la pasión personal del sentimiento amoroso tiene más mérito teniendo en cuenta que no se habla de sexo en ningún momento. Es una poesía amorosa muy poco erótica, se mueve en un plano muy simbólica. Y este simbolismo del yo está muy presente en el tú, en el cual el poeta entrega un estatuto especial. El nombre de Laura es algo más que el nombre de una mujer de carne y hueso. Laura es el laurel, símbolo de la poesía. Laura es el aire, en su sentido más natural de la palabra. Laura es el aura, el espíritu. Laura es el oro. De manera que el nombre de la chica cubre el mundo simbólico, espiritual, material, físico, metafísico, etc. Esto hace que los distintos tipos de nombre de Laura cree todo un personaje complejo y muy vasto, que adquiere presencia en muchos ámbitos. Se convertirá en el centro temático.

SONETO I El primer soneto del Cancionero es definido como el prólogo, pero tiene que ver con muchas cosas de la tradición literaria moderna. Es difícil concentrar más cosas en catorce versos; el Cancionero se resume con este primer soneto. En este aparecen la conciencia del error juvenil, hasta la necesidad de su redención, hacia ese final moralizante, casi un aforismo, casi una sentencia, que no deja de ser un tópico. Existen ciertas cosas que son importantes de destacar: -

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Apelación al público des del primer momento: “Vosotros que escucháis”, y este es un público enamorado. Conciencia propia de ser libro “Esto que tengo aquí”, acompañada de un toque de humildad que bañarán los versos del Cancionero. Sentimiento amoroso juvenil como error. Conciencia de un proceso: “cuando yo era un hombre diferente del que soy ahora”. Esta conciencia del paso del tiempo y de la evolución humana es parte de la organicidad del Cancionero como libro. El texto se escribe des de la experiencia de la conversión; es un texto recapitulativo: es un texto de arrepentimiento. Conciencia de la variedad del libro: “del vari estile”, y esta variedad estará después y no sólo en métrica, pues hay llanto y hay risa. El autor espera encontrar piedad y perdón por sus errores, está confundido y arrepentido. Vinculación con la música, tiene en cuenta el elemento oral.

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SONETO III* Se podría llamar el soneto del encuentro y del “flechazo”. El poeta habla de la primera vez que ve a Laura en la Iglesia de Santa Clara de Aviñón. Si bien es cierto que existen distintos textos que hablan de este mismo momento, en este soneto es en el único en que se da una recreación en términos metafóricos y religiosos. Hay que tener en cuenta que esta primera visión se da en Semana Santa, concretamente en el viernes santo, el momento más importante del año litúrgico cristiano. Con esto, el poeta establece una comparación entre el dolor de la pasión de Cristo con el dolor de enamorarse en un día en el que el cristiano creyente tendría que estar totalmente centrado y entregado a Dios y no fijándose en una dama. Este es un día de sufrimiento y tristeza para la comunidad, pues se está recordando la pasión y muerte de Jesucristo. Por este motivo, se dice: “Era il giorno ch'al sol sin scoloraro: dolce mia enemica”. Era el día en que el Sol palideció sus rayos por compasión a Dios, ya que él es su creador. Por otra parte, nos encontramos con una personificación del amor a través de la figura de Cupido y sus flechas. También aparece el tópico del amor como guerra. Se trata, además, de un soneto de musicalidad ligera, en el sentido melódico, en el cual se emplea una lengua mucho más refinada. Encontramos también una experimentación con la estructura empleando ya los tercetos y cuartetos típicos de Petrarca. Los dolores de amor del poeta empezaron el día en que todo el mundo sufría por la Pasión de Cristo. Hay expresiones estil-novistas como cuando dice “per fli occhi al core”; con este verso aparece la idea de que la vía de entrada al corazón son los ojos. Estaba desarmado porque tenía los ojos abiertos (estaba llorando por Dios) y entonces entró el amor. Los ojos se vuelven puerta de entrada y salida, entrada del amor y salida de las lágrimas. La amada es descrita como una cazadora que lanza flechas invisibles al amado. En el último terceto hay una queja irónica contra el amor y la amada acusándola de poco honrada por aprovechar este momento de baja guardia.

SONETO V En este soneto el nombre de Laura se convierte en emblema. Hay un breve ciclo de 4-5 poemas que empiezan todos con el nombre de la amada y este es uno de ellos. Sin embargo, recuperando una de las fórmulas del amor cortés, el nombre de “Laura” aparece como un criptograma con tal de respetar su anonimato. El nombre está escondido entre algunas de las palabras de distintos versos, como Laurado, Real, Taci, Laureta. Por otra parte, aparece la idea de que el nombre recoge y presagia los signos positivos del individuo; Laura es la personificación de distintas virtudes. Cuando el poeta empieza a pronunciar su nombre la gente empieza a reconocer los signos positivos de esa mujer. Sin embargo, cuando quiere pronunciar su nombre, su conciencia le dice: ¡calla! La conciencia le pide silencio porque hacer honor a ese nombre es de otros hombres. La deben alabar otros hombres más valiosos. El propio nombre enseña a alabar y reverenciar. En el último terceto hay un giro mitológico pues nombra al “laurel”, el cual remite directamente al mito de Apolo y Dafne, mito recogido en las Metamorfosis de Ovidio. En este mito Dafne es convertida en laurel. En el poema Laura está representada en las “verdes ramas”. También se nos dice que nadie es digno de pronunciar el nombre de Laura y menos en lengua mortal. Si alguien lo hace, Apolo (dios de la poesía) se enfadará.

SONETO XVI

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Aquí Petrarca habla de una peregrinación a Roma y la compara con la suya intentando conseguir el amor de Laura. No nos detendremos en este poema.

SONETO XXII Esta es una de las 9 sextinas del Cancionero. La sextina es una forma medieval que Petrarca tomará y hará que continúe hasta medianos del siglo XVI. Se trata de una forma que proviene de la tradición trovadoresca y es invención de Arnau Daniel. Es una forma que tiene rima, pero sin rimar, es decir, se toman 6 palabras “difíciles” del momento y se repiten a final de verso combinadas de forma peculiar y, en cada estrofa, con posiciones diferentes. En este soneto las palabras serán: terra, sole, giorno, stella, selva y alba. Como vemos, se trata de una composición muy compleja pues hay una retrogradación cíclica. Sin embargo, no es la más difícil que Petrarca escribió. El soneto 632 es una doble sextina, una composición increíble y casi imposible. El poema tiene 6 estrofas de 6 versos a las que se le añade una estrofa final (parecida a la canción) en la cual el poeta recoge los 6 términos, a razón de 2 por verso para terminar el poema. Tiene un ritmo compulsivo y, a pesar de la poca variedad léxica, hay una alta densidad semántica. El soneto habla sobre el sufrimiento amoroso y todos los tópicos que lo acompañan como el dolor, la separación durante el alba... Al final del poema, en el último sexteto, se encuentra una de las pocas expresiones de deseo (en el cancionero el amor es altamente reprimido y en términos espirituales). Hay una expresión explícita del deseo de pasar una noche de amor con la amada. También se habla del mundo natural, los animales duermen, pero él no puede. También aparece la “verde selva” que vuelve a conectar con el mito de Apolo y Dafne. También hay una expresión desilusionada por la imposibilidad de pasar una noche y vivir eternamente con la amada.

SONETO XXIII** Posiblemente el poema más crucial del Cancionero. Como ya comentamos en la clase pasada, Petrarca reescribió gran parte de su obra y, por supuesto, también sus poemas. Concretamente este poema fue revisado unas 4 o 5 veces, por lo tanto, esto es totalmente representativo de la transcendencia que Petrarca dio a esta composición. Se la conoce como “la canción de las transformaciones”. Gracias a los autógrafos y manuscritos del proceso de redacción del cancionero, sabemos que lo empezó en fechas tempranas y que lo revisó 4-5 veces. Una primera versión es de 1336 (solo hay la mitad de los versos). Entre el 3638 añade algunas correcciones que ya se estaban integrando en las primeras recopilaciones del Cancionero. En 1350 añade 80 versos más y, finalmente, un año después escribe los últimos versos. Además, 5 años después reescribirá los versos de la primera versión. Por lo tanto, vemos que es un poema individual que escribe durante toda la vida. Las canciones (como forma compositiva) cumplen unas normas fijas. Se combinan versos de entre 7 y 11 sílabas. Las estrofas tienen 2 partes: la fronte y la sirma. Además, la fronte está dividida en dos partes más: los pies. Hay un dominio del arte mayor y de los versos largos. Los esquemas que creó Petrarca se convertirán en un canon durante los siglos siguientes. En este caso, el poema tiene 8 estrofas de 20 versos más el commiato o estrofa final. Hay un claro dominio del arte mayor con versos endecasílabos.

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En el soneto Petrarca convierte los mitos de la Metamorfosis de Ovidio en fuente poética. En este caso el mito de Apolo y Dafne tendrá un gran protagonismo puesto que para conseguir el amor de Laura el poeta tendrá que experimentar una serie de transformaciones. Estas son las siguientes: 1. El cisne: Remite al mito de Tesalia, el cual fue transformado en cisne. Al final de la estrofa el río Peneo toma color de cisne. 1. El laurel: Laura y el amor lo convirtieron en un Lauro verde de hoja perenne. Alude al mito de Apolo y Dafne 2. La piedra: remite al mito de Batulo, quien hizo enfadar a dios y lo convirtió en piedra. Alude al mismo tiempo a la crueldad de la amada. Aparece la antítesis entre la dulzura del amor y la crueldad del sufrimiento. 3. La fuente: Remite al mito de Biblis, una ninfa que lloraba buscando a catalmo y fue convertida en fuente. 4. El sílex: se refiere a la ninfa Eco, convertida en piedra, pero conservó la voz. La voz se relaciona con la recitación y la expresión lírica y poética. 5. El ciervo: El ciervo herido como el enamorado. Finalmente tenemos el commiato donde encontramos un elemento metapoético pues alude a la misma composición. Lo hace nombrando otras transformaciones como la de Júpiter para hablar de las transformaciones del poema.

SONETO LXX Este es un soneto muy interesante para ver la conciencia que tenía Petrarca de formar parte de una tradición de la que él se sentía una culminación. Formaba parte del sexteto de poetas importantes de la antigüedad. Está formado por 10 versos. Hay una mayor presencia de los versos decasílabos. Tiene un inicio trovadoresco y una condición más lírica. No tiene commiato, no era obligatorio, aunque sí frecuente. Combina endecasílabos con heptasílabos, sin commiato, pero con una peculiaridad, todas las estrofas terminan con un verso (puesto en cursiva), característico en la tradición que Petrarca cree insertarse. Él se presenta como la culminación de esa tradición. La fronte es muy corta, tiene solo 4 versos (A-B-B-A). Pies de dos versos. Se pierde un poco de forma clara la división entre fronte y sirma. Parece que hace un recorrido a la historia de la poesía introduciendo versos de distintos poetas. Verso atribuido en la antigüedad a Arnau Daniel, aunque parece que ...


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