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Title Autismo
Author Mariana Abreu
Course Práctica en Salud
Institution Universidad Santa María Venezuela
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Universidad Santa María Facultad de Odontología Cátedra: Soporte de Vida Cuarto Año Sección A

PSICOSIS INFANTIL AUTISMO INFANTIL

Integrantes: Abreu, Mariana. C.I: 25.369.238 Hernandez, Constanza. C.I: 25.663.196 Iglesias, Andrea. C.I: 24.933.521 Michelena, Valentina. C.I: 26.268.020

Caracas, 28 de noviembre de 2019 Introducción.

Dentro del ámbito de la psicopatología infantil, el autismo constituye una entidad que ha ido despertando interés progresivo entre los profesionales. En el presente trabajo, se buscar explicar o desarrollar brevemente lo que es el autismo infantil, causas (probables), características clínicas, posibles tratamientos, su manejo en la consulta odontológica entre otros; con el objetivo de instruir y proporcionar elementos para el diagnóstico y tratamiento de los niños con autismo.

Autismo infantil (trastorno del espectro autista)

El autismo infantil es un síndrome del comportamiento de disfunción neurológica, caracterizado por una alteración de las interacciones sociales recíprocas, anomalías de la comunicación verbal y no verbal, actividad imaginativa empobrecida y un repertorio de actividades e intereses característicamente restringidos. Fue descrito por primera vez por Leo Kanner en 1943 y descrito como Síndrome de Kanner. En el, describía a los niños que mostraban una extrema soledad, desviación o retraso en el desarrollo del lenguaje, con ecolalia e inversión del pronombre “tu” en vez de “yo”, monótonas repeticiones de ruidos o expresiones verbales, excelente memoria, limitada gama de actividades espontáneas, deseo por mantener la identidad y pavor ante el cambio; y anormales relaciones con las personas, con preferencias por imágenes o los objetos animados. Kanner sospechó que el síndrome era más frecuente de lo que parecía, y sugirió que al menos algunos de estos niños habían sido confundidos con retrasados mentales o niños esquizofrénicos.

Causas El factor de riesgo más importante para el TEA es el tener uno o más familiares con TEA. Así, el riesgo de tener otro hijo con TEA está en torno al 20%, entre 10 y 20 veces más que en la población general. Y esta posibilidad aumenta aún más, si ya hay más de un hermano afectado por TEA (hasta el 50%). En los casos de gemelos que comparten el mismo material genético (monocigotos), la posibilidad de que ambos tengan un TEA es del 60%, pero llegaría al 90% si se considera la existencia de alguna afectación significativa en la capacidad de interacción social. Factores ambientales: pueden intervenir antes y durante el parto. Los que tienen mayor evidencia de aumentar el riesgo de autismo son:      

Edad avanzada de los padres en el momento de la concepción (tanto de la madre como del padre). Enfermedades de la madre durante el embarazo que desencadenan importantes reacciones inmunológicas. Prematuridad extrema, con muy bajo peso al nacer. Dificultades durante el parto, en particular aquellas en las que hay privación del suministro de oxígeno al cerebro del bebé. Tratamiento para la epilepsia (tratamiento con ácido valproico durante la gestación). Exposición a altos niveles de pesticidas y contaminación del aire de las madres embarazadas.

Dentro de los factores ambientales, las vacunas se han descartado como factor de riesgo de autismo. Es importante tener en cuenta que estos factores, por sí solos, no causan autismo. Es con la combinación con factores de riesgo genéticos que pueden aumentar modestamente el riesgo.

Si bien las causas del autismo son complejas y aún no se conocen por completo, sí que se sabe con certeza que el autismo no lo causa una mala crianza, por lo que la comunidad médica entiende el autismo como un trastorno de origen biológico. Epidemiologia. -

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Prevalencia: el autismo infantil tiene lugar en 2 a 4 niños por cada 10.000 menores de 12 o 15 años. Empieza antes de los 30 meses de edad, pero los padres pueden no apreciarlo, según sea de agudo y según la gravedad. Distribución por sexos: el autismo infantil se encuentra más frecuentemente en los niños. En general, una estimulación razonable sería que es más de 3 a 5 veces más común en niños que en niñas. Clase social: muchos estudios indican una gran representación de clases superiores, pero trabajos más recientes no ha hallado una creciente proporción de casos en las clases sociales más bajas. Esto puede deberse a un mayor conocimiento del síndrome y a la mayor disponibilidad de personal de salud mental para las clases inferiores.

El Autismo en las grandes clasificaciones Internacionales Dentro de las últimas versiones de las dos clasificaciones internacionales de trastornos mentales más importantes (DSM IV y ICD-10), el autismo está incluído en la categoría de Trastornos Generalizados del Desarrollo, y se le denomina trastorno autista. Los TGD son lo que han sustituído al término de psicosis infantil, que en caso del DSM III ya había sido eliminado este término ya que el concepto de psicosis infantil era poco operativo e inducia confusión. Pero dentro de lo que podríamos denominar las escuelas psiquiatricas europeas clasicas (francesa y alemana), el término psicosis infantil sigue vigente y el autismo está englobado dentro del ámbito de las psicosis infantiles. Aunque el verdadero problema de esta clasificación es que no posee suficientes criterios diagnósticos para diferenciar un trastorno de otro claramente.

Criterios para el diagnóstico del autismo infantil: a. b. c. d.

Inicio antes de los 30 meses. Clara falta de respuesta ante los demás. Déficit grave en el desarrollo del lenguaje. Si hay lenguaje, sigue un patrón peculiar, como ecolalia inmediata o demorada, lenguaje metafórico o inversión de pronombres. e. Respuestas absurdas a diferentes aspectos del ambiente: resistencia al cambio, interés peculiar en/o vínculos con objetos animados o inanimados. f. Ausencia de ideas delirantes, alucinaciones, perdida de la capacidad asociativa e incoherencia como en la esquizofrenia. Criterios para el diagnostico del autismo infantil, estado residual: a. El niño ha presentado una enfermedad que reúne los criterios que definen el autismo infantil.

b. El cuadro clínico actual ya no reúne todos esos criterios, pero persisten signos de la enfermedad, como dificultades de comunicación y retraimiento social.

Descripción clínica Características físicas: -

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Aspecto: Kanner se sorprendió por la fisonomía de inteligencia de estos niños. Si bien hay excepciones, la gran mayoría de niños autistas no están estigmatizados y tienen un aspecto normal o mejor de lo normal. Altura y peso: entre los 2 y 7 años, los niños autistas suelen ser más bajos que la población general. Lateralidad: la mayoría de los niños autistas sufren de un trastorno de la lateralización que podría ser un retraso del desarrollo. Siguen siendo ambidiestros a una edad en la que se establece la dominancia cerebral. Enfermedades físicas intercurrentes: de las complicaciones neonatales y del inicio de la vida se han descrito frecuentes infecciones respiratorias superiores, eructación excesiva, convulsiones febriles, estreñimiento y movimientos intestinales anormales. Muchos niños autistas reaccionan de manera diferente cuando están enfermos que otros niños. Parte de ello puede deberse a un sistema nervioso autónomo inmaduro o anormal. Un rasgo chocante es que su conducta y relación pueden mejorar cuando están enfermos, y esto puede constituir en algunos casos una clave indicativa de la enfermedad.

Características conductuales -

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Ausencia de desarrollo de relaciones: todos los niños autistas dejan de desarrollar la relación normal con sus padres y otras personas en grados variables. En la lactancia pueden no mostrar la sonrisa social y la postura anticipatoria para ser recogidos por adultos. La ausencia de contacto visual, los contactos visuales fugaces son fenómenos comunes observados en los niños autistas. Durante los primeros años se observa una falta de vinculación con los padres, muchas veces estos niños no parecen reconocer o diferenciar a las personas más importantes en sus vidas. En la etapa escolar, se observa ausencia de juegos con los amigos, ausencia de amistades, problemas de relación social, ausencia de desarrollo de la empatía. Alteraciones de la comunicación y el lenguaje: en el primer año de vida la cantidad y el tipo de balbuceo pueden estar reducidos o anormales. En el vocabulario de un niño autista pueden entrar y salir palabras o incluso frases enteras que no comprenden. También se observa a menudo problemas de articulación. En muchos casos hay uso de una manera peculiar de la voz y ritmo del habla. Existen casos que muestran una especial fascinación por letras y números, algunos aprenden a leer por si solos en edad preescolar

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Anomalías en el juego: en los primeros años de vida suele estar ausente o ser mínimo el juego exploratorio Insistencia en la igualdad y resistencia al cambio: las actividades de juego, en caso de existir son repetitivas, a menudo giran, golpean y ponen en fila los objetos. Pueden desarrollarse vinculaciones con objetos inanimados. Los manierismos y muecas son mas frecuentes cuando se deja solo al niño. Los niños autistas son resistentes a las transiciones y cambios, estos pueden producir pánico o rabietas. Respuestas a estímulos sensoriales: los niños autistas pueden manifestar una respuesta excesiva o ausencia de respuesta a los estímulos sensoriales, por ejemplo, el sonido o el dolor. Pueden ignorar selectivamente el lenguaje hablado que se les dirige.

Los mejores suele corresponder a los niños con autismo infantil, tipo residual, (DSM-III) con dificultades de relación social y peculiaridades en el uso del lenguaje de carácter persistente. Las dos terceras partes, siguen siendo incapacitados y tendrán que llevar una vida completamente dependiente. Aunque en muchos casos se observa una disminución de los síntomas, en otros tiene lugar una grave automutilación y/o agresividad y regresión. Aproximadamente ente 4 y el 32% desarrollan crisis de gran mal al final de la infancia o la adolescencia, y esto afecta adversamente al pronóstico.

Tratamiento del autismo infantil Los objetivos del tratamiento de los niños autistas son disminuir los síntomas conductuales y fomentar el desarrollo de funciones retrasadas, rudimentarias o inexistentes, como el lenguaje y las facultades de autocuidado. Además, los padres, muchas veces abrumados, necesitan apoyo y asesoramiento. El entrenamiento en clases estructuradas, unido a métodos conductuales intrusivos, constituye el tratamiento más efectivo para los niños autistas y es superior a otros tipos de enfoques conductuales. Estudios bien controlados indican que con este método se consiguen ganancias en el área del lenguaje y conocimiento, así como la disminución de las conductas desadaptadas. La farmacoterapia, unida a los métodos educativos/conductuales, parece ser un valioso recurso auxiliar a los programas de tratamiento global de muchos niños autistas. La administración del potente antagonista de la dopamina, el haloperidol, produce significativas disminuciones de síntomas conductuales y aceleración importante del aprendizaje en el laboratorio. Los principales beneficios son:      

Disminución de la hiperactividad. Estereotipias. Retraimiento. Inquietud. Relaciones objetas normales. Irritabilidad y labilidad afectiva.

Hay pruebas de apoyo que dicen que, si el haloperidol se usa con precaución, tiene efectos a largo plazo. La fenfluramina, un fármaco con propiedades antiserotogénicas, produce una marcada disminución de los síntomas conductuales y una mejoría general de este trastorno, por lo que constituye una esperanzadora promesa como medio de tratamiento efectivo.

Manejo odontológico La Academia Americana de Odontopediatría (AAPD) reconoce que, hoy en día, el manejo del comportamiento en personas con necesidades especiales está cambiando. Estos pacientes pueden presentar un mayor riesgo de patología oral debido a su capacidad disminuida de entender o participar en su higiene diaria y cooperar con los programas preventivos. De esta manera, los niños autistas deberían acudir cuanto antes a la consulta odontopediatría para tratar de establecer una familiarización con la misma y crear una rutina en la higiene oral. Asimismo, se debe enfatizar la figura del educador como impulsor del mantenimiento de la correcta salud bucodental. Es fundamental recordar que con el niño autista no hay lugar para la improvisación. De esto se deriva la necesidad de recurrir a un protocolo de desensibilización sistemática que comenzará previamente antes de que el niño acuda a la consulta. Para ello, el dentista se reunirá con los padres, educadores y psicólogos si fuera necesario, sin la presencia del niño, para recoger en la historia clínica, toda la información relevante acerca de las características individuales del paciente con autismo. Se deberá prestar atención al estado de salud general, medicación, experiencias previas en consultas dentales, hábitos de cepillado. Para realizarlo de una forma más dinámica, se puede recurrir a formularios que incluirán preguntas como: ¿Presenta el niño algún tipo de fobia? ¿Se puede comunicar? ¿Utilizan algún tipo de refuerzo positivo? Con respecto a la medicación, se estima que un 50% de los niños con autismo está recibiendo tratamiento con fármacos. Una vez obtenida toda la información sobre los antecedentes médicos generales y odontológicos del niño, se pone en marcha el protocolo de desensibilización sistemática para el acceso del niño a la consulta dental. Se confecciona el material relativo a la desensibilización, que consiste en imágenes, vídeos o una combinación de ambas, realizado todo ello en base a una visita a la consulta dental, con exploración oral en situación real, se le presenta al niño a todo el equipo y personal de trabajo. Con ello conseguiremos que el niño pueda reconocer a todo el personal que lo asistirá en un futuro. Se puede proporcionar instrumental básico odontológico para el centro de educación, con la finalidad, igualmente, de que el niño lo conozca por adelantado. Todos estos materiales constituirán la base de las sesiones de clínica simulada, que estarán incluídas en el protocolo de la desensibilización sistemática. Éstas serán realizadas en el propio centro de educación especial, por parte de los educadores y óptimamente deberán realizarse lo más próximas posibles, en el tiempo, a la visita a la clínica dental. Tras la realización de estos protocolos en el centro de educación especial, el niño estará preparado para asistir al consultorio odontológico. La compañía de padres o educadores favorece la cooperación del niño en la consulta. Se utiliza en todo momento el decir – mostrar– hacer, enseñándole al niño los materiales con los que estará ya familiarizado gracias a las sesiones preparatorias del centro de educación. El uso de técnicas

restrictivas se limitará a los casos más graves, teniendo en cuenta que estos pacientes, en la mayoría de los casos, requerirán un mayor número de sesiones de desensibilización, usando como último recurso la anestesia general.

Conclusión.

Luego de haber realizado un estudio detallado de los puntos anteriormente mencionados, se puede concluir que, la atención bucal en este tipo de pacientes es difícil de llevar acabo por la falta de comunicación entre el paciente y el odontopediatra. Los tratamientos bucales en los niños autistas deben hacerse de manera preventiva y para realizarlo con éxito, el odontopediatra se debe de auxiliar de juegos dinámicos, imágenes atractivas de sus personajes favoritos, para poder tener una interacción armoniosa con el paciente, dando como resultado un tratamiento óptimo. Este tipo de dinámicas permiten en el paciente tener resultados favorables en el manejo de conducta. Una adecuada salud oral se verá reflejada en una adecuada salud general, lo cual promoverá el desarrollo social e integración en la comunidad del paciente con autismo. La participación de los padres o familiares es fundamental para una atención odontológica exitosa, antes de ésta, son los encargados de familiarizar al paciente con el ambiente clínico y en el momento de la atención pueden brindar seguridad y tranquilidad, además de ayudar en técnicas del comportamiento. Los profesionales de la odontología y su personal auxiliar deben capacitarse para la atención de pacientes con discapacidades cognitivas, físicas y sensoriales, pues son una población que requiere una atención y seguimiento especial.

Bibliografía.

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%20autismo.pdf

https://www.autisme.com/autisme/documentacio/documents/El...


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