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LA VIDA NOCTURNA EN BARRANQUILLA Siendo las 10 de la noche llame a Alejandro para ponernos de acuerdo en el punto donde nos encontraríamos a descubrir la vida nocturna de Barranquilla, ambos estábamos seguros que en nuestros cortos años de vida hemos pasado muchas rumbas donde logramos ver como es Barranquilla de noche, pero nunca nos habíamos puesto a detallar y conocer más a fondo que es lo que ocurre de noche en nuestra ciudad, porque mientras muchos nos divertimos, salimos con nuestros amigos, hay quienes trabajan para poder subsistir día a día y su momento es cuando cae la noche. A las 10:30 Alejandro paso por mí, el primer punto al que llegamos fue al bar Pley Club, un lugar muy popular en la ciudad por su antigüedad, este se encuentra ubicado en la calle 72 exactamente en frente de la Estación Joe Arroyo, así que en comparación con otros lugares que se dedican a lo mismo este lugar es muy reservado, afuera no es común ver mujeres esperándote para invitarte a entrar, sin embargo en sus puertas siempre es muy común ver carros estacionados esperando a los clientes que salen o dejando a los que van a ingresar. Llegando al lugar lo primero que hicimos fue cancelar nuestro cover para poder ingresar, en la puerta el vigilante encargado, nos hizo las respectivas requisas y nos dijo que de los 10.000 que cancelamos cada uno para poder entrar 5.000 podíamos usarlos para consumo en el establecimiento. Nos adentramos en el bar y vimos a las muchachas en las barras y en pequeñas tarimas que tiene el bar donde ellas hacen los “Shows” para los clientes, algunas estaban con clientes ya. Nos sentamos en una de las mesas cerca de la barra mientras observábamos a quien se veía más amigable para poder hacerle las múltiples preguntas que habíamos escrito el día anterior para que no se nos escapara ningún dato. A los pocos minutos de estar ahí una muchacha delgada, de ojos café claros y cabello rubio se nos acerca a la mesa, empieza a coquetear, ambos pensamos “Es su trabajo”, lo primero que piensa es que Alejandro y yo somos pareja y que buscamos divertirnos con alguna de ellas, sin embargo, en cuanto agarramos confianza le comentamos la verdadera razón por la que estamos ahí. Se presenta “Valery” dice mientras se acomoda en la silla, nos cuenta que trabaja en esto desde que llego a Barranquilla, que

al comienzo intento trabajar de mesera, en los locales como vendedora, hasta de impulsadora, pero el pago es muy poco y la carga laboral muy pesada, en su casa nadie sabe que trabaja de prostituta, creen que trabaja en un bar del norte de la ciudad donde le pagan muy bien y por eso lleva bastante dinero a su hogar, es madre soltera de una niña de 2 años y por eso nos dice que trabaja “por necesidad”, luego de charlar más de su vida nos confesó que al comienzo quien le comento del trabajo fue una amiga, ambas vinieron juntas de Venezuela buscando mejor futuro aquí para ellas y sus hijos, “Lorena empezó trabajando en este bar primero, pero luego conoció a un buen muchacho que trabaja y que la apoya, por lo que pudo conseguir un trabajo diferente, porque ahora se dividen los gastos, pero yo debo mantener a mi hija y a mi mama, porque solo nos tenemos nosotras, si dejo de trabajar aquí en ningún lugar me pagaran tanto dinero para poder llevar la vida que llevamos, tendríamos que pasar muchas necesidad y ya en Venezuela pasamos bastantes”. Cuando le preguntamos sobre su vida antes de esto y si se piensa dedicar por siempre a este trabajo nos dice que su sueño es ser médica, allá en Venezuela estaba en segundo semestre de medicina pero que aquí en Barranquilla eso no le sirve de nada, que si en algún momento consigue algún trabajo donde le paguen igual o mejor podría intentar estudiar en una corporación enfermería o algo similar donde lo pueda hacer de noche, pero mientras tanto su principal objetivo es sacar adelante a su hija. “No importa que tan horrible sea este trabajo, porque la gente por lo general cree que todas las que trabajamos aquí lo hacemos por placer y porque nos gusta la vida fácil, pero no saben verdaderamente todo el calvario que debemos aguantar, los malos tratos, hacer muchas veces cosas que no nos gustan, pero pensamos en nuestras familias y seguimos adelante, por noche me puedo estar haciendo hasta 300.000 pesos y aun ponemos que la noche este mala, cuando un día está bueno podemos hacernos hasta 600.000 o más, porque uno cobra por cliente 80.000, aunque las nuevas y que tienen menos experiencia cobran 60.000 y lo que duras con ese cliente solo son 20 minutos, nosotros nos encargamos de recibir el dinero y cancelamos la habitación, es un buen negocio, nosotras comenzamos a trabajar desde las 9 que abren el club hasta las 5 de la mañana”. Agradecimos a Valery por la información que nos dio y salimos del bar pasadas las 12, ambos pensábamos en cuanta necesidad debe pasar una persona

para preferir trabajar en un lugar de esos antes que volver a pasar hambre o a exponer a su hija a los peligros de la calle. Después de esto nos dirigimos a caminar hacia donde habíamos parqueado el carro y nos dispusimos a seguir recorriendo las calles de la ciudad, cuando íbamos por una calle del norte nos dimos cuenta que a lo lejos estaba un señor de las famosas “escobitas” los encargados de la Triple AAA de hacer la limpieza de las calles en los días y noches, nos acercamos a él aun en el carro, le dijimos que si podíamos hacerles algunas preguntas para un trabajo de la Universidad a lo que el accedió, la calle en la que nos encontrábamos era bastante solitaria, sin embargo y aunque teníamos bastante miedo por los peligros de inseguridad y delincuencia que azotan a nuestra ciudad sacamos nuestros celulares para recolectar la información, le preguntamos hace cuanto trabajaba en esta labor y nos comentó que desde hace 7 años eligió esta opción de trabajo, debido a que tiene a una hija en la Universidad y que debe costearle todo, más los transportes, además debe mantener a su otra hija que esta aun en el colegio y que el otro año también comienza su formación profesional, por lo que debe recurrir a lo que salga para poder llevar el sustento diario a su casa, es técnico electricista pero lo que gana en su profesión no le es suficiente para pagar los estudios de su hija, a sus 57 años aún se le ve firme, aunque el asegura que esto no ha sido suficiente para encontrar un trabajo en una empresa, porque a esa edad es difícil que alguna organización lo contrate, por eso accedió a trabajar de noche en la Triple AAA con la intensión de poder ganar el dinero necesario para todas las deudas de su casa “Mi familia me motiva a hacer esto, quiero darle a mis hijas lo que yo no pude tener, es mi deber apoyarlas”. Nos comenta que él tiene su bicicleta en la que se desplaza a su casa y de esta a los lugares que debe trabajar, sin embargo las personas que no tienen como irse deben esperar hasta las 6 de la mañana para el transporte que los lleva, afirma que esta no es la vida que querría tener, pero que uno por los hijos hace lo que sea solo por verlos felices, dice que muchas veces reciben malos tratos, porque las personas los discriminan, les tiran los carros o son groseros con ellos, en esos momentos libero toda su rabia mientras nos dejaba ver el resentimiento que sentía por las personas que viven en el sector del norte, ambos sentimos miedo de lo que podría hacer, la calle estaba sola y nosotros estábamos solos, sin embargo luego nos afirmó

una vez más que aguanta todo por sus hijas y que cuando estas terminen sus estudios se retirara de ese trabajo, porque es muy pesado y ha llegado a tener muchas enfermedades por las condiciones del clima o de los trabajos que deben realizar en los turnos. Por ultimo nos desplazamos a un lugar muy popular en la 84 con 52, llegamos a “Donde esta Javier”, un restaurante que sirve comida rápida en las horas de la noche, llegamos entramos y pedimos dos perros sencillos, estábamos bastante cansados de todo el tour que ya habíamos hecho, nos acercamos al dueño y le dijimos que si podíamos hacerle algunas preguntas a sus empleados para un trabajo de la U, este dijo que por no había ningún problema. Todo el que sale de las discotecas de la zona alguna vez ha llegado a comer a ese lugar le dijimos a los empleados, y uno de ellos nos afirmó que “aunque es buen negocio más de una vez han tenido que presenciar atracos y otras veces ha sido víctima de ellos”, Johanna nos dice “Barranquilla es un lugar bonito, de noche es una locura, la inseguridad se apodera hasta de las calles más concurridas de la ciudad, aquí muchas veces hemos visto como le roban los celulares a las peladas que transitan por aquí, como la gran mayoría van borrachos, algunos ni pueden reaccionar ante los que les quitan los bolsos” y las escenas de los mismo jóvenes que están en los bares cercas nunca se quedan atrás William uno de los meseros nos cuenta que aunque el negocio es prospero también es pesado, “Uno debe aguantar muchas veces los malos tratos de los pelaos pupis de aquí, que en medio de los tragos muchas veces lo intratan a uno, algunos hasta pelean entre ellos mismos” sin embargo una vez más todas estas personas aguantan esto con la intensión de poder sacar adelante a sus familias, “muchas veces hemos sido víctimas de atracos, es que como nos quedamos hasta tarde, cuando una noche es mala es normal tener horas donde esta esto solo y ahí aprovechan los amigos del ajeno para encañonarnos y llevársenos lo poquito que hemos ganado, queda uno con un sentimiento de tristeza y rabia, porque es lo que uno trabaja para sus familias” Luego de una charla amena y de terminar nuestras comidas nos dirigimos al carro para irnos a nuestras casas, en el carro ambos vamos en silencio, pensando en lo difícil que puede llegar a ser la vida de las personas que trabajan en la noche en nuestra ciudad y

recapacitando sobre que más allá del goce y la lujuria hay gente que debe pasar por situaciones difíciles para poder sobrevivir junto con su familia....