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Transcripcions en espanyol i català

¿Quién eres en realidad? El enigma de la personalidad Brian Little: Qué intrigante grupo de individuos son ustedes para los psicólogos. He tenido la oportunidad en los últimos días de escuchar algunas de sus conversaciones y de verlos interactuar entre sí. Y creo que es justo decir, ya, que hay 47 personas en esta audiencia, en este momento, que presentan síntomas psicológicos que me gustaría discutir hoy. Y pensé que podría interesarles saber quiénes son. Pero en vez de ponerlos en evidencia, lo cual sería injustificado e invasivo, pensé en contarles unos cuantos hechos e historias, sobre los cuales podrían tener una noción de sí mismos. Estoy en un campo de estudio conocido como “psicología de la personalidad”, el cual es parte de una ciencia más amplia que abarca toda un área, desde las neuronas hasta los discursos. Y lo que intentamos hacer, a nuestro modo, es descubrir cómo cada uno de nosotros, cada uno de ustedes es, en ciertos aspectos, como el resto de las personas, o como algunas de ellas, pero no es igual a otro. Puede que se digan de sí mismos: “Yo no soy interesante. Soy la persona más aburrida número 46 en el hemisferio occidental”. O podrían decir de ustedes: “Soy interesante, aunque sea considerado por la mayoría como un magnífico idiota”. Pero es su aburrimiento autodiagnosticado y su idiotez innata lo que me hace, como psicólogo, estar interesado en ustedes. Así que les explicaré por qué esto es así. Uno de los enfoques más influyentes en la ciencia de la personalidad es la psicología de los rasgos. Esta nos alinea a través de cinco dimensiones que están distribuidas regularmente, y describen aspectos diferenciales adoptados universalmente entre la gente. Tales aspectos forman el acrónimo OCEAN en inglés. Así, “O” (open) es la “apertura a la experiencia”, frente a aquellos que son más cerrados. “C” proviene de “compromiso”, frente a aquellos con un enfoque de la vida más indiferente. “E”, “extroversión”, en contraste con los más introvertidos. “A” de “agradabilidad”, en contraste con aquellos no tan agradables y “N” de “neuróticos”, a diferencia de aquellos más estables. Todas estas dimensiones tienen repercusiones en el bienestar, en nuestras vidas. Y así sabemos que, por ejemplo, la apertura y el compromiso son muy buenas señales del éxito en la vida, pero la gente abierta logra ese éxito siendo audaz y, ocasionalmente, original. Las personas comprometidas lo logran cumpliendo los plazos, perseverando, así como teniendo algo de pasión. La extroversión y el ser agradable conllevan ambos a trabajar bien con las personas. Los extrovertidos, por ejemplo, me parecen intrigantes. A mis alumnos, a veces les propongo un hecho fundamental que puede ser revelador con respecto a su personalidad: les digo que es prácticamente imposible para los adultos lamerse la superficie de sus codos. ¿Sabían ustedes eso? Algunos ya han intentado lamerse la superficie de sus propios codos. Pero los extrovertidos entre ustedes son quizás aquellos que no solo lo han intentado, sino que además han lamido, con éxito, el codo de la persona sentada a su ¿Quién eres en realidad? El enigma de la personalidad

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lado. Esos son los extrovertidos. Permítanme tratar con más detalle la extroversión por sus repercusiones, porque es intrigante y nos ayuda a entender lo que yo llamo nuestras tres naturalezas. Primero, la naturaleza biogénetica, nuestra neurofisiología. Segundo, la sociogenética o segunda naturaleza, la cual tiene que ver con el aspecto sociocultural de nuestra vida. Y tercero, lo que te hace un individuo, la idiosincrasia, a lo que llamo “naturaleza idiogenética”. Permítanme explicar. Una de las cosas que caracterizan a los extrovertidos son los estímulos. Y esa estimulación puede lograrse hallando cosas emocionantes: ruidos sonoros, fiestas y eventos sociales como en TED, ven a los extrovertidos formando un centro magnético. Se reúnen todos juntos. Los he visto. A los introvertidos les gusta más pasar el tiempo en espacios tranquilos allí en el segundo piso, donde pueden reducir la estimulación, y pueden ser considerados por error como antisociales, pero no lo son necesariamente. Solo podría ser que se den cuenta que son mejores cuando pueden reducir el nivel de la estimulación. A veces es un estímulo interno, de su cuerpo. La cafeína, por ejemplo, funciona mejor en extrovertidos que en introvertidos. Cuando los extrovertidos llegan a la oficina a las 9 a. m. y dicen: “En verdad necesito una taza de café”, no están bromeando, sí la necesitan. En los introvertidos no es igual, particularmente si la tarea a la que se dedican, y si han bebido algo de café, si esas tareas son urgentes, y si ellos son cuantitativos, los introvertidos no pueden parecer particularmente cuantitativos. Pero eso es una idea errónea. Así que estos son los efectos que resultan ser muy intrigantes: que no siempre somos lo que parecemos ser, y eso me lleva al siguiente punto. Pero debería decir, antes de esto, algo sobre las relaciones sexuales, aunque pueda que no tenga tiempo. Así que, si quisieran que yo... ¿sí, les gustaría? Bien. Hay estudios hechos sobre la frecuencia en la que se practica el acto conyugal, en grupos de hombres, mujeres, introvertidos, extrovertidos. Así que les pregunto: Cuántas veces por minuto… Oh, perdón, ese fue un estudio en ratas. ¿Cuántas veces al mes los hombres introvertidos participan del acto? 3.0. ¿Y los hombres extrovertidos? ¿Más o menos? Sí, más. 5.5, casi el doble. Mujeres introvertidas: 3.1. ¿Mujeres extrovertidas? Honestamente, hablando como hombre introvertido, lo cual explicaré luego, ellas son heroicas: 7.5. Ellas no solo tratan con hombres extrovertidos; también eligen a algunos introvertidos. Nos comunicamos de forma diferente, los extrovertidos y los introvertidos. Un extrovertido, al interactuar, desea tener mucho contacto social afianzado por la cercanía. Le agrada pararse muy de cerca para una buena comunicación. Les gusta mucho el contacto visual, o las miradas mutuas. Hallamos en un estudio que usan más diminutivos cuando conocen a alguien. Así, cuando un extrovertido conoce a un Charles, rápidamente se convierte en “Charlie”, después “Chuck” y luego “Pequeño Chuck”. Pero para el introvertido, se mantiene en “Charles” hasta que tenga el permiso y la confianza de la persona a la que se dirige. Hablamos en modos diferentes. El extrovertido prefiere un lenguaje sencillo y en “blanco y negro”. El introvertido prefiere, y debo repetirles que soy un introvertido tan extremo como no se lo pueden imaginar, hablamos de forma diferente; preferimos oraciones complejas, analogías y frases ingeniosas. Más o menos. O como fuese. Por no decirlo de otra forma, o algo así. Cuando hablamos, a veces, lo hacemos sin escucharnos. Yo tuve un proyecto que lo ¿Quién eres en realidad? El enigma de la personalidad

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compartí con un colega tan distinto a mí como dos personas lo pueden llegar a ser. Primero, su nombre es Tom. El mío, no. Segundo, él mide 1,80 m. Yo no tengo esa tendencia. Y tercero, él es una persona tan extrovertida como ninguno. Yo soy bastante introvertido. Yo me sobrecargo mucho, ni siquiera puedo beber una taza de café después de las 3 p. m. si espero dormir por la noche. Nosotros derivamos este proyecto a un colega llamado Michael. Y Michael casi llevó el proyecto al precipicio. Así que la persona que lo asistía nos preguntó a Tom y a mí: “¿Qué opinan de Michael?”. Bueno, les diré lo que Tom dijo en un minuto. Habló en un clásico “extrovertiano”. Y he aquí cómo se oyó para unos oídos extrovertidos, que es, de hecho, más acertado. Dije, “Bueno, Michael tiene a veces una tendencia de actuar en un modo que algunos podrían ver quizás como más enérgico de lo normalmente requerido”. Tom giró sus ojos y dijo: “Brian, eso es lo que dije: ¡él es un imbécil!”. Como introvertido, podría aludir sutilmente ciertas cualidades de “imbécil” a la conducta de este tipo, pero no voy a usar la palabra con “I”. Pero el extrovertido dice: “Si él camina como uno y habla como tal, lo llamaré así.” Y así nos diferenciamos. ¿Esto es algo a lo que deberíamos prestar atención? Por supuesto. Es importante que sepamos esto. ¿Eso es todo lo que somos? ¿Solo somos un conjunto de rasgos? No, no lo somos. Recuerden, ustedes son como otras personas, pero no igual a otra. ¿Qué hay de esa parte idiosincrática? Como Elizabeth o George, ustedes pueden compartir su extroversión o su neurosis. ¿Pero hay algunos rasgos de Elizabeth distintivos en su conducta, o quizás de George, que nos haga entenderlos como algo más que un puñado de rasgos? ¿Que nos haga amarlos? No solo porque son un cierto tipo de persona. No me parece cómodo encasillar a las personas. Ni siquiera creo que sirvan los casilleros. ¿Entonces qué nos hace diferentes? Son las acciones de nuestra vida, los proyectos personales. Ustedes tienen un proyecto personal ahora, y nadie aquí podría saberlo. Puede relacionarse con un hijo, ha regresado tres veces al hospital, y todavía no saben qué está mal. O podría ser su madre. Y ha estado actuando fuera de sí. Estos son rasgos libres. Usted es muy agradable, pero actúa desagradablemente para romper con esas barreras de letargo administrativo en el hospital, para obtener algo para su madre o su hijo. ¿Qué son estos rasgos libres? Estos surgen cuando salimos de la rutina para avanzar en un proyecto de nuestra vida. Y son lo que importa. No pregunten a los demás qué tipos son; pregúntenles: “¿Cuáles son tus proyectos en tu vida?” y surgirán esos rasgos libres. Yo soy introvertido, pero tengo un proyecto, el cual es la enseñanza. Soy profesor. Y adoro a mis estudiantes, y adoro mi oficio. Y no puedo esperar a enseñar las novedades, lo emocionante y todo sobre lo que no puede esperar. Así que actúo de forma extrovertida, porque a las 8 de la mañana, los estudiantes necesitan un poco de humor, un poco de diversión para mantenerlos atentos en arduos días de estudio. Pero necesitamos tener cuidado al actuar prolongadamente fuera del papel. A veces, podemos descubrir que no cuidamos de nosotros. Por ejemplo, luego de un periodo de pseudo-extrovertismo, tengo que reparar cierta parte de mí. Como Susan Cain dijo en su libro Quiet, en un capítulo en el que incluyó al extraño profesor canadiense que le enseñaba entonces en Harvard, a veces voy al baño de hombres para evitar la sobreexposición de los escandalosos extrovertidos. Recuerdo un particular día cuando fui al baño, intentando evitar la sobreestimulación. Y un verdadero extrovertido vino, no justo a mi cubículo, sino al del otro lado, y alcancé oír muchos ruidos evacuatorios, los cuales odiamos, incluso los propios, por eso activamos la ¿Quién eres en realidad? El enigma de la personalidad

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palanca durante y después. Y luego escuché una voz grave diciendo: “¿Eh, es usted el Dr. Little?”. Si hay alguna forma de estreñir a un introvertido por seis meses, es hablarle en el retrete. Allí es donde me voy ahora. No me sigan. Gracias.

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Qui ets en realitat? L’enigma de la personalitat Brian Little: Quin grup d’individus tan intrigants son vostès per als psicòlegs. He tingut l’oportunitat els últims dies de sentir algunes de les seves converses i de veure’ls interactuar entre si. I crec que és just dir, ja, que hi ha 47 persones en aquesta audiència, en aquest moment, que presenten símptomes psicològics que m’agradaria discutir avui. I he pensat que podria interessar-los saber qui són. Però en comptes de deixar-los en evidència, la qual cosa seria injustificada i invasiva, he pensat explicar-los uns quants fets i històries a través dels quals podrien tenir una noció de si mateixos. Estic en un camp d’estudi conegut com “psicologia de la personalitat”, que és part d’una ciència més àmplia que abraça tota una àrea, des de les neurones fins als discursos. I el que intentem fer, a la nostra manera, és descobrir com cadascun de nosaltres, cadascun de vostès és, en certs aspectes, com la resta de les persones, o com algunes d’elles, però no és igual a algú altre. Pot ser que es diguin a si mateixos: “Jo no soc interessant. Soc la persona més avorrida número 46 a l’hemisferi occidental”. O podrien dir de vostès: “Soc interessant, tot i ser considerats per la majoria com un magnífic idiota”. Però és el seu avorriment autodiagnosticat i la seva idiotesa innata el que em fa, com a psicòleg, estar interessat en vostès. Així que els explicaré per què això és així. Un dels enfocaments més influents en la ciència de la personalitat és la psicologia dels trets. Ens alinea a través de cinc dimensions que estan distribuïdes regularment, i descriuen aspectes diferencials adoptats universalment entre la gent. Aquests aspectes formen l’acrònim OCEAN en anglès. Així, “O” (open) és l’”obertura a l’experiència”, davant d’aquells que són més tancats. “C” prové de “compromís”, davant d’aquells amb un enfocament de la vida més indiferent. “E”, “extraversió”, en contrast amb els més introvertits. “A” d’”agradabilitat”, en contrast amb aquells no tan agradables, i “N” de “neuròtics”, a diferència d’aquells més estables. Totes aquestes dimensions tenen repercussions en el benestar, a les nostres vides. I així sabem que, per exemple, l’obertura i el compromís són molt bons senyals de l’èxit a la vida, però la gent oberta aconsegueix aquest èxit sent audaç i, ocasionalment, original. Les persones compromeses ho aconsegueixen complint els terminis, perseverant, així com tenint una mica de passió. L’extraversió i ser agradable comporten, tots dos, a treballar bé amb les persones. Els extravertits, per exemple, em semblen intrigants. Als meus alumnes, a vegades els proposo un fet fonamental que pot ser revelador amb respecte a la seva personalitat: els dic que és pràcticament impossible per als adults lleparse la superfície dels seus colzes. Ho sabien, vostès, això? Alguns ja han intentat llepar-se la superfície dels seus colzes. Però els extravertits entre vostès són potser aquells que no només ho han intentat, sinó que a més han llepat, amb èxit, el colze de la persona asseguda al seu costat. Aquests són els extravertits.

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Permetin-me tractar amb més detall l’extraversió per les seves repercussions, perquè és intrigant i ens ajuda a entendre el que jo anomeno les nostres tres naturaleses. Primer, la naturalesa biogenètica, la nostra neurofisiologia. Segon, la sociogenètica, o segona naturalesa, que té a veure amb l’aspecte sociocultural de la nostra vida. I tercer, el que et fa un individu, la idiosincràsia, el que jo anomeno “naturalesa idiogenètica”. Permetin-me explicar-ho. Una de les coses que caracteritzen als extravertits són els estímuls. I aquesta estimulació pot aconseguir-se trobant coses emocionants: sorolls sonors, festes i esdeveniments socials com a TED, veuen als extravertits formant un centre magnètic. Es reuneixen tots junts. Els he vist. Als introvertits els agrada més passar el temps en espais tranquils allà al segon pis, on poden reduir l’estimulació, i poden ser considerats per error com a antisocials, però no ho són necessàriament. Només podria ser que s’adonin que són millors quan poden reduir el nivell de l’estimulació. A vegades és un estímul intern, del seu cos. La cafeïna, per exemple, funciona millor en extravertits que en introvertits. Quan els extravertits arriben a l’oficina a les 9 h i diuen: “Realment necessito una tassa de cafè”, no fan broma, sí que la necessiten. En els introvertits no és igual, particularment si la tasca a la qual es dediquen, i si han begut una mica de cafè, si aquestes tasques són urgents, i si ells són quantitatius, els introvertits no poden semblar particularment quantitatius. Però això és una idea errònia. Així que aquests són els efectes que resulten ser molt intrigants: que no sempre som el que semblem ser, i això em porta al següent punt. Però hauria de dir, abans d’això, una cosa sobre les relacions sexuals, tot i que pot ser que no tingui temps. Així que, si volen que jo... Sí? Els agradaria? Bé. Hi ha estudis fets sobre la freqüència en la qual es practica l’acte conjugal, en grups d’homes, dones, introvertits, extravertits. Així que els pregunto: Quantes vegades per minut... Oh, perdó, aquest va ser un estudi en rates. Quantes vegades al mes els homes introvertits participen a l’acte? 3.0. I els homes extravertits? Més o menys? Sí, més. 5.5, gairebé el doble. Dones introvertides: 3.1. Dones extravertides? Honestament, parlant com a home introvertit, la qual cosa explicaré després, elles són heroiques: 7.5. Elles no només tracten amb homes extravertits; també n’escullen alguns d’introvertits. Ens comuniquem de manera diferents, els extravertits i els introvertits. Un extravertit, quan interactua, desitja tenir molt de contacte social reforçat per la proximitat. Li agrada pararse molt a prop per a una bona comunicació. Els agrada molt el contacte visual, o les mirades mútues. En un estudi vam trobar que utilitzen més diminutius quan coneixen algú. Així, quan un extravertit coneix un Charles, ràpidament es converteix en “Charlie”, després en “Chuck” i després “Petit Chuck”. Però per a l’introvertit, es manté en “Charles” fins que tingui el permís i la confiança de la persona a la qual es dirigeix. Parlem de maneres diferents. L’extravertit prefereix un llenguatge senzill i en “blanc i negre”. L’introvertit prefereix, i he de repetir-los que soc un introvertit tan extrem com no s’ho poden imaginar, parlem de forma diferent; preferim oracions complexes, analogies i frases enginyoses. Més o menys. O com fos. Per no dir-ho d’una altra manera, o alguna cosa així. Quan parlem, a vegades, ho fem sense escoltar-nos. Vaig tenir un projecte que compartia amb un col·lega tan diferent a mi com dues persones ho poden arribar a ser. Primer, el seu nom és Tom. El meu, no. Segon, ell mesura 1,80 m. Jo no tinc aquesta tendència. I tercer, ell és una persona tan extravertida com ningú. Jo soc bastant introvertit. Jo em sobrecarrego molt, ni tan sols puc beure una tassa de cafè després de les 15 h si espero Qui ets en realitat? L’enigma de la personalitat

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dormir a la nit. Nosaltres vam derivar aquest projecte a un col·lega que es diu Michael. I en Michael gairebé va portar el projecte al precipici. Així que la persona que l’assistia ens va preguntar a en Tom i a mi: “Què n’opineu, d’en Michael?”. Bé, els diré el que Tom va dir en un minut. Va parlar en un clàssic “extravertià”. I aquí com es va sentit per unes orelles extravertides, que és, de fet, més encertat. Vaig dir: “Bé, en Michael té, a vegades, una tendència d’actuar d’una manera que alguns podrien veure potser com més enèrgica del que es requereix normalment”. En Tom va girar els ulls i va dir: “Brian, això és el que he dit: és un imbècil!”. Com a introvertit, podria al·ludir subtilment certes qualitats d”imbècil” a la conducta d’aquest tipus, però no utilitzaré la paraula amb “I”. Però l’extravertit diu: “Si ell camina com un i parla com a tal, l’anomenaré així”. I així ens diferenciem. Això és una cosa a la qual hauríem de prestar atenció? Evidentment. És important que sapiguem això. Això és tot el que som? Som només un conjunt de trets? No, no ho som. Recordin, vostès són com altres persones, però no igual a cap altra. Què hi ha d’aquesta part idiosincràtica? Com l’Elizabeth o en George, vostès poden compartir la seva extraversió o la seva neurosi. Però hi ha alguns trets de l’Elizabeth distintius en la seva conducta, o potser d’en George, que ens faci entendre’ls com alguna cosa més que un conjunt de trets? Que ens faci estimar-los? No només perquè són un cert tipus de persona. No em sembla còmode encasellar les persones. Ni tan sols crec que serveixin els casellers. Llavors, què ens fa diferents? Són les accions de la nostra vida, els projectes personals. Vostès tenen un projecte personal ara, i ningú d’aquí podria saber-ho. Pot relacionar-se amb un fill, ha tornat tres vegades a l’hospital i encara no saben què té. O podria ser la seva mare. I ha estat actuant fora de si. Aquests són trets lliures. Vostè és molt agradable, però actua desagradablement per trencar amb aquestes barreres de letargia administrativa a l’hospital, p...