Title | Casandra Christa Wolf pdf |
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Course | La Tradición Clásica En La Literatura Occidental |
Institution | UNED |
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ChristaWolf CASANDRA (Kassandra,1995) OtravezmesacudeelErosqueafloja losmiembros, agridulce,indomable,animaloscuro. SAFO Aquí fue. Ahí estaba. Esos leones de piedra, sin cabeza ahora, la miraron Esa fortaleza, un día inexpugnable, ahora un montón de piedras, fue lo último que vio. Un enemigo hace tiempo olvidado y los siglos, sol, lluvia y viento la arrasaron. Inalterado el cielo, un bloque azul intenso, alto, dilatado. Cerca la murallasciclópeamenteensambladas,hoycomoayer,quemarcansudireccióna camino: hacia la puerta, bajo la cual no mana la sangre. Hacia lo tenebroso Haciaelmatadero.Ysola. Conmirelatovoyhacialamuerte. Aquítermino,impotente,ynada,nadadeloquehubierapodidohacerodeja de hacer, querer o pensar, me hubiera conducido a otro objetivo. Má profundamente incluso que mi miedo, me empapa, corroe y envenena la indiferenciadeloscelestialeshacianosotroslosterrenos.Hafracasadoelintento de contraponer a su frialdad helada un poco de calor nuestro. Inútilmente
intentamossustraernosasusactosdeviolencia,loséhacetiempo.Sinembargo recientemente, de noche,durantela travesía, cuandolas tormentas amenazaban destrozarnuestrobarcodesdetodoslospuntoscardinales,ynosesosteníanadi que no estuviera firmemente atado; cuando sorprendí a Marpesa soltando a escondidas los nudosque sujetaban a ella y a los gemelos entre sí yal mástil cuando,siendomicuerdamáslargaqueladelosdemáscautivos,melancésobr Marpesasinvacilar,sinpensar,impidiéndoleasíabandonarsuvidaylademi hijos a los elementos indiferentes, y confiándola en cambio a unos hombre enloquecidos;cuando...retrocediendoantesumirada,meacurruquédenuevoen mipuestojuntoaAgamenón,quegemíayvomitaba...tuvequepreguntarmede qué material resistente están hechos los lazos que nos unen a la vida. Vi qu Marpesa, que, como ya en otro tiempo, no quería hablarme, estaba mejo preparadaqueyo,laadivina,paraloqueahoravivíamos;porqueyosentíaplace portodoloqueveía—placer;¡noesperanza!—yseguíaviviendoparaver. Escuriosoquelasarmasdecadauno—elsilenciodeMarpesa,lasvocesd Agamenón—tenganquesersiemprelasmismas.Yo,desdeluego,hedepuesto pocoapocomisarmas,esoeraenloquepodíacambiar. ¿Porquéquisesinfaltaeldondeprofecía? Hablarconmipropiavoz:lomáximo.Noquisemás,ningunaotracosa.En caso necesario podría demostrarlo, pero ¿a quién? ¿A ese pueblo extraño que desvergonzadoytímidoalavez,rodeaelcarruaje?Unmotivoparareírme,silo hubiera todavía: que mi tendencia a justificarme hubiera acabado poco tiempo antesqueyomisma. Marpesaguardasilencio.Alosniñosnoquieroyaverlos.Ellalosesconded míbajosuchal. ElmismocielosobreMicenasquesobreTroya,perovacío.Brillantecomoe esmalte,inaccesible, reluciente. Hayalgo en mí quecorresponde a la vacuidad delcielosobreelpaísenemigo.Todoloquemehaocurridohaencontradoenm todavía su correspondencia. Es el secreto lo que me ciñe y me sostiene, con nadie he podido hablar de ello. Sólo aquí, al borde extremo de mi vida, puedo decírmelo a mí misma: como hay en mí algo de todos, no he pertenecido po completoa nadie, y hasta he entendidosu odio hacia mí. Unavez, «antes», sí ésa es la palabra mágica, quise hablar de ello con Mirina, con insinuaciones y mediaspalabras...noparaencontraralivio,quenoexistía.Sinoporquecreíaque selodebía.ElfindeTroyaeraprevisible,estábamosperdidos.Eneasysugente sehabíanretirado.Mirinalodespreciaba.Yyotratédedecirlequeyo...no,no
sólo comprendía a Eneas: lo conocía. Como si yo fuera él. Como si estuvier encogida en su interior, alimentando con mis pensamientos sus traidora decisiones.«Traidor»,dijoMirina,golpeandofuriosaconelhachalamalezade la fosa que rodeaba la ciudadela, sin escucharme, sin comprenderme quizá en absoluto,porquedesdequeestuveprisioneraenelcestohabloenvozbaja.Noe mivoz,comotodoscreían,mivoznosufrió.Eseltono.Eltonodeanunciación elquehadesaparecido.Desaparecidoporfortuna. Mirina gritó. Es extraño que yo, que aún no soy vieja, tenga que hablar de casi todos los que conocí en pasado. No de Eneas, no. Eneas vive. Pero un hombrequevivecuandotodosloshombresmueren,¿tienequeseruncobarde? ¿Fue algo más que una política el que, en lugar de guiar a los últimos a l muerte, se retirara con ellos al monte Ida, su región natal? Después de todo algunostienenquesalvarse—Mirinalonegaba—:porquéno,enprimerlugar Eneasysugente. ¿Y por qué no yo, con él? La cuestión no se planteaba. Él, que quiso planteármela,terminópornohacerlo.Lomismoqueyo,pordesgracia,tuveque sofocarloquesólo ahorahubierapodidodecirle.Aquellopor loque,almeno parapensarlo,seguíconvida.Porloquesigoconvida,estaspocashoras.Porlo quenoreclamoladagaque,comomeconsta,llevaconsigoMarpesa.Queantes cuandovimosalamujer,alareina,meofreciósóloconsusojos.Yqueyo,con misojossólo,rechacé.¿QuiénmeconocemejorqueMarpesa?¡Nadieya!Elso ha pasado el mediodía. Lo que yo comprenda hasta que se haga de noch pereceráconmigo.¿Perecerá?¿Unavezqueestáenelmundo,sigueviviendoe pensamientoenotro?¿Ennuestrobuenauriga,paraelquesomosunacarga? Seestáriendo,oigo deciralasmujeres, quenosaben quehablosu lengua Se apartan de mí estremeciéndose, por todas partes lo mismo. Mirina, que me viosonreír al hablar de Eneas, megritó: Incorregible, eso es loque yo era. Le puselamanoenlanucahastaquesecallóylasdos,desdelamuralla,cercadel PuertaEscea,miramoscómoelsolsehundíaenelmar.Asíestuvimosjuntaspo últimavez,losabíamos. Hago la prueba del dolor. Lo mismo que un médico, para saber si est muerto, pincha un músculo, así pincho yo mi memoria. Quizá muera el dolo antesdequemuramosnosotros.Eso,sifueraasí,habríaquedifundirlo,pero¿a quién? Aquí no hablami idiomanadie queno vaya a morir conmigo. Hagola pruebadeldolorypiensoenlasdespedidas,cadauna fuedistinta.Alfinalno reconocíamos por saber que se trataba de una despedida. A veces sólo
levantábamoslevementelamano.Avecesnosabrazábamos.Eneasyyonono tocamosya.Untiempoinfinitamentelargo,meparece,pusoenmísusojos,cuyo dolornopodíayosondear.Aveces,seguíamoshablando,comohablabayocon Mirina, para que se pronunciara por fin el nombre que tanto tiempo habíamos callado:Pentesilea. Decómoyolahabíavistoaella,Mirina,tresocuatroañosantes,entrarpo aquella puerta al lado de Pentesilea y su banda armada. De cómo el asalto de sentimientos irreconciliables —asombro, emoción, admiración, horror desconcierto y, sí, incluso una infame hilaridad— desembocó en un ataque de risa,quemeafligióamímismayquePentesilea,sensiblecomoera,nuncapudo perdonarme. Mirina me lo confirmó. Se sintió herida. Eso y nada más, dijo Mirina,fuelacausadelafrialdadquePentesileamedemostró.Yyoleconfeséa Mirina que mis ofertas de reconciliación no eran totalmente sinceras; aunque sabía,sinembargo,quePentesileacaería.¡Porqué!mepreguntóMirinaconun asomo de su antigua violencia, pero yo no estaba ya celosa de Pentesilea. Lo muertosnosientencelosentresí.Cayóporquequisocaer.¿Oporquécreesque fue a Troya? Y yo tenía razones para observarla atentamente, y lo vi. Mirin guardósilencio.Másquecualquierotracosaenellamehabíaencantadosiempre su odio a mis predicciones, que desde luego nunca hacía cuando ella estab delante pero le comunicaban siempre presurosamente, incluida mi certeza casualmentemencionada, deque mematarían, yque, a diferenciade losotros ella no quiso dejar pasar. Qué derecho tenía a hacer tales vaticinios. Yo no respondí, y cerré los ojos, de felicidad. Otra vez la punzada ardiente en m interior.Otravezladebilidadporserunhumanototal.Cómoconmovía.Nome habíasidosimpática,Pentesilea,aquellaguerreraasesinadehombres.¿Qué?¿E quecreíayoqueella,Mirina,habíamatadomenoshombresquesucomandante? ¿Probablementemás,traslamuertedePentesilea,paravengarla? Sí,caballitomío,peroesofuedistinto. EsofuetudensodespechoytullameantedueloporPentesilea,queyo,quét crees,comprendí.Esofuesutimidezprofundamenteescondida,sumiedoatodo contacto, que yo jamás herí, hasta que pude enroscar mi mano en su cabellera rubiaysupeasíquéfuertehabíasidoeldeseoquehacíamuchoteníadehacerlo Tu sonrisa en el minuto de mi muerte, pensé y, como no me privaba ya d ningunaternura,dejélargotiempoelterroratrás.Ahorasemeacercaotravez oscuro. Mirina se me metió en la sangre en el instante mismoen quela vi, clara y
atrevida y ardiente de pasión junto a la oscura Pentesilea, que se consumí interiormente. Ya me trajera alegría o tristeza, no podía dejarla, pero no deseo tenerla ahora ami lado. Vi contentacómo ella, una mujer, fue la única que se armócuandoloshombresdeTroya,sinhacercasodemiprotesta,metieronenla ciudad el caballo de los griegos; la apoyé en su decisión de velar junto a monstruo,yyoconella,desarmada.Contenta,otravezenesesentidopervertido la vi precipitarse sobre el primer griego que, hacia la medianoche, surgió de corceldemadera;contenta,sí;¡contentalavicaerymorirderribadadeunsolo golpe!Amí,porquemereía,merespetaroncomoserespetaalalocura. Todavíanohabíavistobastante. Noquierohablarmás.Todaslasvanidadesycostumbressehanconsumido sehanagostadoloslugaresdemiánimodondepodíanvolveracrecer.Notengo máslástimademíquedelosotros.Noquierodemostraryanada.Larisadeesa reina, cuando Agamenón pisó la alfombra roja, era superior a cualquie demostración. Quiénencontraráotravez,ycuándo,ellenguaje. Seráalguienaquieneldolorpartaelcráneo.Yhastaentonces,hastaél,sólo losbramidosylasórdenesylosgemidosylossíseñordelosqueobedecen.E desamparode los vencedores, que,mudos, comunicándose entresími nombre rondanelcarruaje.Ancianos,mujeres,niños.Porlaatrocidaddelavictoria.Po sus consecuencias, que veo ya ahora en sus ojos ciegos. Golpeados por l ceguera,sí.Todoloquetienenquesabersedesarrollaráantesusojos,yellosno veránnada.Asíesprecisamente. Ahora puedo utilizar lo que toda la vida he practicado: vencer mi sentimientosconlamente.Elamorantes,ahoraelmiedo.Estemeasaltócuando el carruaje, que los cansados caballos habían arrastrado lentamente montaña arriba,sedetuvoentrelasmurallassombrías.Anteestaúltimapuerta.Cuandoe cieloseabrióyelsolcayósobrelosleonesdepiedra,quemirabanporencima de mí y de todas las cosas que siempre mirarán por encima. Verdad es qu conozcoelmiedo,peroestoesalgodistinto.Quizásurgeenmíporprimeravez sóloparaserdestruidoenseguida.Ahoraarrasansusemilla. Ahora mi curiosidad, orientada también hacia mí, está totalmente libre Cuando me di cuenta, grité fuerte, durante la travesía; yo, miserable, como todos,zarandeadaporaquellamargruesa,caladahastaloshuesosporlaespum que me salpicaba, molesta por los lamentos y las emanaciones de las otra troyanas,nobiendispuestashaciamí,porquesiempresabíantodosquiénerayo
Nunca me fue dado sumergirme en su multitud, lo deseé demasiado tarde, y habíahechodemasiadascosas,enmividaanterior,paraserconocida.También losautorreprochesimpidenquelaspreguntasimportantessereúnan.Entoncesla preguntacreció, como el fruto ensu cáscara, y, cuando se liberó yestuvo ante mí,gritéfuerte,dedolorodedicha: ¿Porquéquisesinfaltaeldondeprofecía? Ocurrió que, en ese mismo momento, el «muy resuelto» (¡dioses!) me arrancó aquella noche tormentosa de la maraña de los otros cuerpos, mi grito coincidió con ello, y no necesitéotra explicación. Yo, yo había sido, me gritó fuera de sí de miedo, quien había levantado a Poseidón contra él. ¿No habí sacrificado él al dios tres de sus mejores caballos antes de la travesía? ¿Y Atenea? dije fríamente. ¿Qué le sacrificaste a ella? Lo vi palidecer. Todos lo hombres son niños egocéntricos. (¿Eneas? Tonterías. Eneas es un adulto) ¿Escarnio?¿Enlosojosdeunamujer?Esonolosoportan.Aquelreyvictorioso me hubiera matado —y eso era lo que yo quería—, si no hubiera tenido aún miedotambiéndemí.Esehombresiempremehatenidoporhechicera.¡Yotenía que apaciguar a Poseidón! Me empujó a la proa, me levantó los brazos en e gesto que consideró apropiado. Yo moví los labios. Pobre infeliz, ¿qué te importaahogarteaquíoserasesinadoentucasa? Si Clitemnestra era comoyo me la imaginaba, no podía compartir el trono con aquella nulidad... Es como me la imaginé. Y además está llena de odio Cuando él la dominaba aún, es posible que aquel débil, como hacen todos, l hubieratratadodepravadamente.Comonoconozcosóloaloshombres,sino,lo queesmásdifícil,tambiénalasmujeres,séquelareinanopuedeperdonarmel vida.Melohadichoantesconsusmiradas. Miodioseperdió,¿cuándo?Sinembargoloechoenfalta,miodiohenchido yjugoso. Un nombre, lo sé,podría despertarlo, pero prefierodejar ese nombre impensadoaún.Sipudiera.Sipudieraborraresenombrenosólodemimemoria sinodelamemoriadetodoslossereshumanosconvida.Sipudieraextinguirlo ennuestrasmentes...nohabríavividoenvano.Aquiles. Nohubieradebidoacordarmeahorademimadre,Hécuba,queviajaenotro barcoconUliseshaciaotrasriberas.Quiénesresponsabledeloquerecuerda.Su rostro demente cuando se la llevaron a rastras. Su boca. La más horrible maldiciónquesehalanzadodesdequeexistenloshombresfueparalosgriegos y mi madre Hécuba los fulminó con ella. Resultará cierta, sólo hay que sabe esperar.Sumaldiciónsecumpliría,legrité.Yentoncesfueminombre,ungrito
detriunfo,suúltimapalabra. Cuandopiséelbarco,todoenmudecióenmí. Denochelatempestad,cuandoyola«conjuré»,amainópronto,ynosólolo otros cautivos, sino también los griegos, hasta los rudos y ávidos remeros retrocedíanantemí,tímidosyrespetuosos.LedijeaAgamenónqueperderíam fuerzasimeobligabaairasulecho.Medejó.Sufuerzahacíatiempoquehabía desaparecido, la muchacha que vivió con él en su tienda el último año me lo reveló. Para tal caso —la revelación de su secreto indecible— la había amenazado con hacerla lapidar por las tropas con cualquier pretexto. Entonces comprendíderepentesuexquisitacrueldadenlalucha,lomismoquecomprend que cada vez enmudeciera más profundamente, a medida que, viniendo de Nauplia,nosacercábamosporcaminospolvorientosatravésdelasplaniciesde Argos, para llegar finalmente a su ciudadela: Micenas. A su mujer, a la qu nuncahabíadadomotivoparatenercompasióndeélcuandomostrabadebilidad Quiénsabeaquémiserialoarrancaráellasiloasesina. ¡Quenosepanvivir!Queesoeslaverdaderadesgracia,elauténticopeligro demuerte...sólolohecomprendidomuypocoapoco. ¡Yolaadivina!¡Lahija dePríamo!Cuántotiempofuiciegaparaloevidente:queteníaqueelegirentre miabolengoymioficio.Cuántotiempoestuvellenademiedoanteelhorrorque yo, si era imparcial, tenía que despertar entre mis gentes. Ese miedo se h apresurado a precederme sobre la mar. Las gentes de aquí —ingenuas si la comparo con los troyanos; no han conocido la guerra— muestran sus sentimientos, tocan el carruaje; los objetos extraños; las armas del botín; y también los caballos. A mí no. El auriga, que parece avergonzarse de su compatriotas,lesdijominombre.Entoncesvialgoaloqueestoyacostumbrada suhorror.Losmejores,desdeluego,diceelauriga,nosonlosquesequedanen casa. Las mujeres se me acercan otra vez, me evalúan sin vergüenza, atisban bajoelchalquemeheechadoporhombrosycabeza.Discutensisoybella;la viejasdicenquesí,lasjóvenesloniegan. ¿Bella?Yo,laterrible.Yo,quequisequeTroyasucumbiera. Elrumor,quetraspasalosmares,meprecederátambiéneneltiempo.Pántoo el griego tendrá razón. La verdad es que mientes, querida, me dijo mientra hacíamoslosgestosprescritosanteelaltardeApolo,preparandolaceremonia mientesalprofetizarnosatodoslaruina.Denuestraruina,alanunciarla,extraes tupermanencia.Lanecesitasahoramásqueesepocodefelicidaddoméstica.Tu nombrequedará.Yesotambiénlosabes.
No podía cruzarle la cara por segunda vez. Pántoo estaba celoso, y er malvadoyafiladodelengua.Pero¿teníarazón?Encualquiercasomeenseñóa pensar lo inaudito: el mundo podría continuar después de nuestra caída. No le dejévercómomeconmovíaeso.¿Porquémehabíapermitidoyolaideadeque connuestraestirpe,seextinguiríalaHumanidad?¿Esquenosabíaque,siempre las esclavas de la tribu vencida tienen que acrecentar la fecundidad de lo vencedores?¿Eramiarroganciadehijadereylaquemehacíaarrastraratoda ellas, a todas las troyanas —y a los troyanos, desde luego— a la muerte d nuestra familia? Sólo tarde, y con esfuerzo, aprendí a distinguir las cualidades queunaconoceensímismadelasquesoninnatasycasiimposiblesdeconocer Ser afable, modesta, sin pretensiones... eso correspondía a la imagen que m hacía de mí misma y que se levantaba casi incólume de cada catástrofe. Má aún:sólocuandolalevantabaquedabalacatástrofeatrás.¿Talvezparasalvarm autoestima —porque ser recta, orgullosa y amante de la verdad formaba parte también de esa imagen mía— herí con fuerza excesiva la autoestima de lo míos? ¿Les devolví, al decirles inflexiblemente la verdad, las heridas que me habíaninfligido?Esofue,creo,loquePántooelgriegopensódemí.Seconocía se soportaba mal, como noté luego, y trataba de ayudarse atribuyendo a tod acción u omisión un solo motivo: el amor a sí mismo. Estaba demasiado profundamente convencido de que el orden del mundo impedía ser útil a un tiempo a uno mismo y alos demás. Nunca,jamás fue quebrantada susoledad Sin embargo él no tenía derecho, eso lo sé hoy, a encontrarme parecida o semejante a él. Al principio sí, puede ser, aunque sólo en ese aspecto qu Marpesallamabaaltivez.Sinembargo...lafelicidaddeconvertirmeenmímisma y,conello,enmásútilalosdemás,latuveaún.Sétambiénquesonpocoslo quelonotancuandounacambia.Hécubamimadremeconoció prontoynose preocupómáspormí.Esaniñanomenecesita,dijo.Porellolaadmiréylaodié Príamomipadremenecesitaba. Cuando me vuelvo, veo a Marpesaque sonríe. Desdeque las cosasvan en serio,casilaveosólosonreír.Losniños,Marpesa,nosaldránconvida:sonmi hijos. Tú sí, creo yo. «Lo sé», me dice. No dice si quiere salir con vida o no Habrá que arrancarle a mis hijos. Tal vez haya que romper...