Clase textos poéticos-2016 PDF

Title Clase textos poéticos-2016
Course Lengua Y Comunicación I
Institution Universidad de Piura
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TEXTOS POÉTICOS Una de las funciones del lenguaje señalada por Roman Jakobson es la función poética o estética. No se restringe solo al género denominado poesía: está presente también en tipos de textos donde otras funciones se anteponen a la poética (Uitti, K., 1975, p.197). La palabra poesía puede tener significados diversos. DRAE: 1) “manifestación de la belleza o del sentimiento estético por medio de la palabra, en verso o en prosa; 2) “cada uno de los géneros en que se dividen las obras literarias: poesía épica, lírica y dramática” (DRAE, 2014).

Sin embargo, la función poética se encuentra más acentuada en la llamada lírica o poesía lírica, que por dicha razón se considera la poesía por antonomasia. (Cosiguina, M., 1967, p. 32) El género lírico es subjetivo, pues “mira hacia el interior del hombre para expresar su intimidad afectiva y sentimental” (Cosiguina, M., 1967, p. 31). Álvarez, A., Núñez, R., y Del Teso, E. (2005, p.20), proponen que la poesía es aquella creación que “simboliza los sentimientos del hombre; no habla de ellos, no los representa, los expresa, los implica en sus formas musicales, en sus metáforas, en las situaciones que exhibe”. Octavio Paz, en La llama doble (1993), manifiesta que “en la poesía, el lenguaje se desvía de su fin natural: la comunicación; en el lenguaje poético, la linealidad regular del lenguaje, se tuerce, serpea. El lenguaje del poema, es el lenguaje de todos los días, pero a la vez, nos dice cosas distintas a las que todos decimos”. La poesía lírica abarca sobre todo composiciones en verso. Es sustancial, para este tipo de composición, la organización del lenguaje según principios musicales. El poema también puede presentarse en prosa, en cuyo caso debe contar los esquemas melódicos que la poesía utiliza, exceptuando el corte de la frase que implica la formación de un verso: Mis negras culebras dormían sobre la alfombra; y la intranquilidad que de pronto se apoderó de ellas llegó a mis trémulas historietas, donde el llanto por emociones pasadas consiguiera nuevos triunfos. La agitación de las finas bestias cobró forma de un desvelo; la seda de sus pieles aquietó pausadamente el nervioso moaré, y, ya de rodillas ante ellas -en el silencio de la gran sala-, sus ojos de vidrio traslucieron el paisaje de su inquietud, bajo la tienda de un jefe de rebeldes: los espejismos crepusculares danzaban en el horizonte extrañas geometrías. Y una luna enorme surgía, tambaleándose. Y sobre el insomnio de las negras culebras que no supieron conservar tu manto, el silencio pudo ser llenado con el chocar de tu cadenilla… (Horacio Quiroga).

Dentro de la poesía no buscamos encontrar una significación conceptual y convencional, sino más bien, una significación afectiva, analógica y connotativa (1. tr. Ling. Dicho de una palabra: Conllevar, además de su significado propio o específico, otro de tipo expresivo o apelativo.) : lo que cuenta no es la profundidad del contenido del texto, sino la relación que dichas palabras establezcan con el receptor, dependiendo de las circunstancias y de las emociones que puedan producir en él. Esta significación se empieza logrando por el ritmo y sonido de las palabras, además de por su significado: juntas dotan al texto de sentido. Para la transmisión del mensaje, el poeta o autor crea un personaje, el yo poético, a través del cual transmite un pensamiento individual. (Como podemos observar en el poema de Óscar Hahn, el autor no desea ofrecer la explicación objetiva de una verdad general, sino más bien, transmitir con estas ideas, un pensamiento subjetivo, que tal vez parte de su experiencia personal.) a) Poesía y sonoridad del lenguaje Lo que en el lenguaje, de manera general, se conoce como el significante y significado, en el lenguaje de la poesía lo denominaremos como los planos de la expresión y del contenido; el primero hace referencia a los sonidos, y el segundo a los significados. Lo que singulariza al lenguaje poético,

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es que ambos componentes no pueden separarse, “el contenido se manifiesta en una expresión, la expresión lo es de un contenido” (Álvarez, A., Núñez, R., y Del Teso, E., 2005, p. 24). El texto poético, como ya se había indicado al principio, posee un elemento sumamente importante: la musicalidad. El ritmo que posee, así como el significado que este otorgue, significan una clave para la comprensión de lo que desea expresar el yo poético. Por ello se dice que el lenguaje poético se vale del ámbito sensorial para transmitir, a través de la música, sensaciones que producen un efecto físico y afectivo. Las unidades melódicas de la poesía “repiten ciertos esquemas y distribuyen ciertos estímulos sonoros (los acentos o cimas de intensidad, las pausas, la cantidad de sílabas). Dicha musicalidad presente en la poesía, puede resultar igual o mucho más importante que el significado mismo de las palabras que forman los versos. Ejemplos contrapuestos de “999 calorías” y de la copla de ManriqueA través de la lectura “oímos mentalmente lo que vemos”, como lo escribe Octavio Paz. García Barrientos (1999, p. 25), reafirma que, a través de la escritura, se transmiten los elementos orales y sonoros propios de la poesía, representados en la pronunciación ideal o mental. b) La lectura del poema La lectura de un poema va más allá de la comprensión del tema y del ámbito semántico de todas las palabras y las frases que lo componen; su comprensión se concreta cuando, sobre el contenido del texto, inciden todos los sentidos convocados, por las imágenes que se transmiten a través de las figuras retóricas que utiliza el autor poético. La imagen global obtenida por el texto poético es una imagen plurivalente, que “no es captada solo intelectualmente, sino también sensorial y afectivamente” (Álvarez, A., Núñez, R., y Del Teso, E., 2005, p. 58). Entonces, entendemos que la lectura de un poema no trata solo de reconocer palabras y significados, es preciso que cada una de las palabras sea valorada en todas sus dimensiones (fónica, semántica y gramatical). c) Versificación, ritmo y rima: La palabra verso deriva del latín vertere, “volver”, con lo cual comprendemos que la palabra verso hace referencia a una repetición, a un retorno de estímulos ya recibidos (Álvarez, A., Núñez, R., y Del Teso, E., 2005, p. 25). El verso constituye una unidad melódica, que convierte al poema en una composición musical. Cada unidad de entonación, la cual equivale a un verso, se pronuncia en un solo impulso, y termina con una elevación de tono y de intensidad, a la cual le sigue una pausa. Por eso mismo su lectura debe tener en cuenta la sinalefa o unión en una única sílaba de dos o más vocales contiguas pertenecientes a palabras distintas: (…) constante_adoro a quien mi amor maltrata, (11)/ maltrato a quien mi amor busca constante (…). (11) - El momento más importante en la lectura de un verso es la elevación del tono e intensidad, suceso que se produce antes de la pausa final. Dicho acento corresponde al de la penúltima sílaba. (Actividad en este punto: declamación de poemas escogidos de la separata. Preferentemente 6 y 7, contrapuestos por tener ritmos diferentes) - Hay que aclarar que, en lengua castellana, la cantidad de sílabas se cuenta de una forma particular: cuando un verso termina en palabra aguda (es decir, en una sílaba acentuada), se cuenta una sílaba más; y una sílaba menos si termina en un esdrújulo. La base de ello está en que la mayor

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parte de las palabras de nuestro idioma son graves, es decir, acentúan en penúltima: después del último acento lo normal es por tanto una sílaba última de menor intensidad. Apréciese cómo el ritmo es el mismo en estos dos fragmentos, pese a que en ellos los versos terminan tanto en palabras agudas como graves o esdrújulas: ¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida! (La princesa está triste. La princesa está pálida.) ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil! ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe, (La princesa está pálida. La princesa está triste.) [Cuenta también una sílaba menos, antes de la cesura, por ser esdrújula] más brillante que el alba, más hermoso que abril! (Rubén Darío) Mientras camina pasa la vista de esquina a esquina, 5 no se ve un alma, está desierta toa la avenida. Cuando, de pronto, esa mujer sale del zaguán y Pedro Navaja aprieta un puño dentro 'el gabán. Mira pa’ un lado, mira p’al otro y no ve a nadie, y a la carrera pero sin ruido cruza la calle. Y mientras tanto, en la otra acera va esa mujer, refunfuñando pues no hizo pesos con qué comer . (Rubén Blades; siempre hay cesura después de la quinta sílaba)

En los versos largos, o de arte mayor (de más de 8 sílabas), suele haber un acento hacia la mitad seguido de una breve pausa o cesura. En el caso del verso endecasílabo –uno de los más frecuentes en castellano-, este puede llevar acento tras la cuarta o la sexta sílaba. La estructuración del poema en versos, supone someter al lenguaje a las normas del ritmo y de la regularidad de la rima, muy frecuente en la poesía clásica y que hoy pervive sobre todo en los textos destinados a la canción:  

El ritmo está marcado por el acento, que es la mayor intensidad con la que se pronuncia una silaba. El ritmo, en unión con la rima, otorga musicalidad y armonía al verso. La rima es la igualdad o semejanza fónica del final de la última palabra de cada verso. Existen dos tipos de rima: nos referimos a una rima consonante o perfecta, cuando todos los sonidos a partir de la vocal en que recae el acento de la última palabra de un verso son iguales. [Son rimas consonantes solo las del texto de J. Manrique]

Son frecuentes también los poemas sin rima (formados por los llamados versos blancos) y también los poemas rimados en los que quedan versos sin rima (o sueltos). Hay ejemplos en la separata para escoger. d) Versos y estrofas: En la tradición poética de la lengua española, la longitud de un verso puede ir desde dos hasta dieciséis sílabas. Los versos que cuentan de nueve a más sílabas son llamados versos de arte mayor; los que tienen menos de nueve son versos de arte menor. Estos suelen tener un ritmo más marcado

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La tendencia más extendida en la modernidad es, sin embargo, la del verso libre o versículo, en la que los versos de un poema no tienen una cantidad regular ni predeterminada de sílabas. Los versos se agrupan para formar estrofas. Álvarez, A. et al (2005), definen a la estrofa como la “unidad métrica superior en la que se agrupan los versos en número relativamente reducido” (p. 29). e) Las licencias poéticas Existen en poesía, unas licencias métricas que le permiten al autor realizar algún pequeño acomodo en su creación, de manera que pueda expresar sus sentimientos o afectos, sin por ello, perjudicar la perfección reglamentaria del verso. Dialefa: El ritmo del poema se obtiene eliminando la sinalefa, es decir, pronunciando en sílabas distintas la vocal final de una palabra y la primera de la siguiente: ¿Adónde te escondiste, (7) Amado, y me dejaste con gemido?(11) Como el ciervo huiste, (7) habiéndome /herido; (7) salí tras ti clamando, y eras ido. (11) Sinéresis: reducción a una sola sílaba, en una misma palabra, de vocales contiguas que normalmente de pronuncian en sílabas distintas. Es una noche de invierno. (8) Cae la nieve en remolino. (8) Los Alvargonzález velan (8) un fuego casi extinguido. (8) (Antonio Machado) Diéresis: Pronunciación en sílabas distintas de dos vocales que normalmente forman diptongo. Beber veneno por licor su/ave (11 sílabas) (Lope de Vega) f) Las figuras retóricas Asimismo, la función poética convierte el poema en un texto en el que se concentran de manera especial diferentes recursos que buscan reforzar la expresividad del lenguaje. Entre ellos, destacan especialmente aquellos que suponen –como hemos indicado- repetición o paralelismo, en cuanto que refuerzan la sonoridad del poema y su cohesión en torno a las connotaciones que sugieren. Eso explica, por ejemplo, los recursos al ritmo (la repetición a intervalos más o menos regulares de un esquema acentual) o la rima (repetición de sonidos al final de cada verso). Desde este punto de vista, algunas figuras retóricas son habituales a nivel fónico (1 y 2) o a nivel gramatical (3-5), como por ejemplo: 1. Aliteración: repetición de rasgos fónicos iguales o muy semejantes acústicamente Levante la fama su voz inefable (Chocano) Infame turba de nocturnas aves (Góngora) Con el ala aleve del leve abanico (Darío)

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2. Paranomasia: modificación del significante que conlleva modificación del significado. Allí se vive porque se bebe (Quevedo) Razones de estado, razones de establo (Gracián) Año de nieves, año de bienes (refrán)

3. Anáfora: repetición de una misma palabra al comienzo de dos o más versos ¿Para mi sed, no tienes agua? ¿Para mi frío, cobertor? ¿Parco maíz para mi hambre? ¿Para mi sueño, mal rincón? (José Santos Chocano)

4. Políptoton o polípote: repetición de un nombre en varios casos o un verbo en distintos tiempos ... y le dijo: “¡No mueras, te amo tanto!” Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. (César Vallejo) 5. Paralelismo: repetición de una misma estructura sintáctica en dos o más versos o frases. Porque todo es igual y tú lo sabes, has llegado a tu casa, y has cerrado la puerta con ese mismo gesto con que se tira un día, con que se quita una hoja atrasada al calendario cuando todo es igual y tú lo sabes (Luis Rosales)

Los motivos principalmente rítmicos o de sonoridad hacen también frecuente el recurso al hipérbaton o variación en el orden sintáctico estandarizado de la lengua (percepción de los miembros de la oración en posición distinta): Del salón en el ángulo oscuro, De su dueño tal vez olvidada, Silenciosa y cubierta de polvo, Veíase el arpa (Gustavo Adolfo Bécquer)

Los fines de expresividad y denotación del poema hacen necesarias también figuras retóricas de carácter semántico, que dotan a la palabra de nuevos sentidos y asociaciones, a veces muy subjetivos tanto para el autor como para el lector. Destacaremos aquí dos: 1. Símil o comparación: presencia de dos elementos (real e imaginario) que se perciben como semejantes, unidos por un nexo comparativo Sus dientes, herencia de su madre, eran tan blancos como las palomas que se posaban por las tardes en la terraza del departamento (Fernando Ampuero)

2. Metáfora: traslación del significado de un término a otro por relación de semejanza. Se elude el término comparativo (y a veces el mismo término real, quedando solo el imaginario). Dos cuerpos frente a frente son a veces dos olas y la noche es océano. Dos cuerpos frente a frente son a veces dos piedras y la piedra es desierto. (Octavio Paz)

Poemas de verso libre

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Sobre la nieve se oye resbalar la noche La canción caía de los árboles Y tras la niebla daban voces De una mirada encendí mi cigarro Cada vez que abro los labios Inundo de nubes el vacío En el puerto Los mástiles están llenos de nidos Y el viento gime entre las alas de los pájaros Las Olas Mecen El Navío Muerto Yo en la orilla silbando Miro la estrella que humea entre mis dedos. ( Vicente Huidobro)

Tu máscara azul de infantil inocencia tiene un reverso verde oscuro y áspero.

Enroscan tu lengua la falsa acusación y la mentira; se suicida en tu boca un corazón de niño. No amanece en tus ojos velados, fríos. JUAN RAMÓN JIMÉNEZ Verso suelto De Francia partió la niña, de Francia la bien guarnida, íbase para París do padre y madre tenía. Errado lleva el camino, errada lleva la guía, arrimárase a un roble por esperar compañía.

Fuentes bibliográficas: -

Álvarez, A., Núñez, R., y Del Teso, E. (2005). Leer en español. Asturias: Ediciones Nobel S.A. Cosiguina, M. (1967). Manual de literatura. Madrid: Ediciones Mundo del trabajo. García Barrientos, .J. L. (1999). La comunicación literaria. El lenguaje literario 1. Madrid: Arco libros, S.L. Uitti, K. (1975). Teoría literaria y lingüística. Madrid: Cátedra. Wellek, R. y Warren, A. (1962). Teoría literaria. Madrid: Editorial Gredos....


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