Comentario de texto La dama del perrito PDF

Title Comentario de texto La dama del perrito
Author CARLOS CAPDEVILA
Course Teoría de la Narración
Institution Universidad de Córdoba España
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Summary

EJEMPLO DE COMENTARIO...


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Comentario de texto narrativo: La dama del perrito En este comentario de texto narrativo nos vamos a centrar en aquellos elementos propios de la narración que presentan diferentes peculiaridades. En la tarea se nos propone analizar el cuento del autor ruso Anton Chejov que lleva por título La dama del perrito y que narra la relación amorosa y adúltera entre un banquero ruso y una mujer a quien conoce mientras esta paseaba su perro en la ciudad ucraniana de Yelta. En primer lugar atenderemos a la figura del narrador. Ciñéndonos a la teoría y terminología que recoge el narratólogo Genette en su obra Figuras III (1972), podríamos decir que nos encontramos ante un narrador heterodiegético pues nos narra los hechos en tercera persona (salieron a ver venir el vapor; se sentaron silenciosos…), además no pertenece a la historia, es ajeno a la misma. En este sentido, acudiendo a Oscar Tacca (Las voces de la novela, 1973), correspondería a un narrador omnisciente, aquel que posee más información que el resto y que en el relato nos describe lo que ven, oyen, piensan y sienten los personajes. En cuanto a la voz respecto al nivel de narración, estamos ante un narrador extradiegético, aquel que cuenta en el nivel ‘marco’ o primer nivel de la narración. Siguiendo del mismo modo la teoría expuesta por Genette (ibídem), podemos determinar que la focalización que se nos presenta en este cuento es 0 (o relato sin focalización) ya que el narrador tiene acceso a cualquier pensamiento de los personajes y no se limita a narrar lo que ha visto, como por ejemplo al principio del cuento cuando describe a la mujer del protagonista, lo que él piensa de ella (“en secreto la consideraba […] cursi”) y lo que piensa de las mujeres en general (“la raza inferior”), o cuando inserta digresiones del tipo “le fue infiel bastante a menudo”. El segundo apartado que vamos a tratar en este comentario es el relativo a los personajes. En el relato aparecen dos personajes que podemos calificar como protagonistas de esta particular historia de amor como son el banquero ruso Dmitri Dmitrich Gurov y la señora que paseaba a un perrito, cuyo nombre no sabemos hasta bien entrado el cuento, Ana Sergeyevna, a pesar de que se nos presenta en la primera línea (“un nuevo personaje había aparecido en la localidad”). Esto puede deberse a que el autor no considera de extrema importancia que se sepa su nombre real, pero sí que sepa que es la señora que pasea un perro, de donde precisamente saca el título del cuento (La dama del perrito). En la historia también aparecen otros personajes secundarios como la mujer de Gurov y el marido rico de Ana, incluso podríamos incluir al pequeño perro de raza Pomerania como personaje, el cual realmente tiene peso en la historia ya que sirve de excusa para que ambos entablen una conversación. Si seguimos la terminología expuesta por Foster en su obra Aspectos de la novela (1980, publicación original de 1927), podríamos dividir a estos personajes en redondos y planos. Los primeros son aquellos que evolucionan durante el relato, por lo que en este grupo incluiríamos a Gurov y Ana ya que observamos como su amor va in crescendo y ellos van cambiando su forma de pensar y actuar; por otro lado, los personajes planos se mantienen igual durante el relato, no se ve evolución en ellos, en este caso incluiríamos a la mujer y el marido de ambos enamorados, aunque si bien es cierto no tienen gran peso en la historia, por lo que su evolución queda algo indeterminada. Si nos fijamos en las diferentes secuencias descriptivas que aparecen en el relato en las que el narrador nos va presentando a los personajes, podemos determinar lo siguiente: nos encontramos ante un retrato de Gurov y de Ana en el que predomina la parte etopéyica; en el caso de la mujer de Gurov, no hay predominio ni de la parte propográfica, ni de la etopéyica (“mujer alta y tiesa, de cejas oscuras, grave y digna, intelectual), al igual que el marido de Ana.

Una vez analizados estos aspectos fundamentales de nuestra narración, es necesario acercarnos a otros tan importantes como los anteriores y que son la trama, el tiempo y el espacio narrativo. En el caso de la trama, al estar ante un texto íntegro y no un fragmento de una obra, podemos hacer distinción entre los diferentes acontecimientos satélites y nucleares que aparecen en el relato. Esta terminología la acuñó Chatmann en 1990 en su libro Historia y discurso. Los sucesos nucleares podríamos definirlos como los momentos clave de la narración y los satélites como datos complementarios o catalíticos, aquellos que surgen como consecuencia del suceso nuclear. Así pues, podríamos determinar dos grandes acontecimientos nucleares que dan lugar a posteriores sucesos satélites. El primero de ellos sería el primer contacto que tuvieron Gurov y Ana, del cual surgen otros satélites como los diferentes encuentros que mantuvieron durante las dos semana siguientes antes de que ella decidiese volver con su marido, debido a la culpabilidad que la azotaba, otro aspecto que nos determina el conocimiento que el narrador tiene de los personajes; el segundo suceso nuclear podemos establecerlo cuando organiza un viaje en diciembre a S. para volver a ver a su amada, en ese nuevo encuentro entre ambos durante una representación teatral en un famoso teatro de dicha ciudad, de este mismo surgen otros acontecimientos satélites que se centran sobre todo en los diferentes encuentros que ambos tienen en un hotel de Moscú, hasta el último, que también podemos considerar como suceso nuclear, en el que ambos deciden cómo empezar una vida nueva. Del mismo modo, podemos comentar que la acción avanza a un ritmo constante ya que no son muchas las descripciones ni las digresiones que introduce el narrador. En cuanto al espacio, podemos determinar que todas las localizaciones que aparecen son espacios geográficos reales (San Petersburgo, Moscú, Yalta, Belyov, Lhidra); sin embargo, también se menciona la ciudad de S., donde vivía Ana junto a su marido, imposible de determinar dónde se encuentra pero la cual debe ser un espacio geográfico real o de lo contrario afectaría a la verosimilitud del relato, la cual tampoco se vería afligida si este cuento hubiese sucedido en cualquier otra parte del mundo, por lo que podemos no considerar al espacio como un elemento fundamental de la obra. En las secuencias descriptivas también se describen diferentes emplazamientos como la habitación del hotel o la casa donde vive Ana, aunque no son descripciones muy minuciosas, con lo que el autor resta importancia. Para hacer el tratamiento del tiempo, la gran mayoría de expertos coinciden en diferenciar en primer lugar y de forma clara dos conceptos: el tiempo de la historia o tiempo externo y el tiempo del discurso o tiempo interno. El primero hace referencia a la época en la que se cuenta que, si conocemos la obra, sabemos que se sitúa a finales del siglo XIX. Este tiempo de la historia también se define atendiendo a la sucesión cronológica de los acontecimientos y al tiempo que estos abarcan. El contenido del relato se refiere a unos hechos determinados, es un cuento que narra cómo se conocen dos personas y llegan a establecer una apasionada relación amorosa, que, aunque tiene fin en nuestro relato, deja entrever que se prolongará en el futuro (“aún les quedaba un camino largo, largo que recorrer”. Aquí, el tiempo de la historia tiene una cierta duración que la obra no precisa con exactitud, pero la cual podemos intuir por los numerosos marcadores discursivos que aparecen. Debe constar de varios meses e incluso algún año, probablemente la historia empezaría en verano porque se encuentran por primeras veces en jardines públicos y plazas, y no parecen ser lugares muy propensos en los que pasear en el espacio en el que se sitúa el cuento, Rusia, durante otra época del año; y se prolonga en el tiempo, primero con un reencuentro en invierno aprovechando “las vacaciones de diciembre” y luego con sucesivos encuentros en un hotel de Moscú cuando Ana “cada dos o tres meses abandonaba S.”. De igual manera, el avance de los acontecimientos del tiempo de la historia viene bien fijado por otros marcadores del discurso como: “más tarde”, “una noche”, “por la tarde”, “desde entonces volvieron a verse todos los días”, “al cabo de un mes”, “una semana había pasado desde que hicieron amistad”. Pero esa historia se cuenta con palabras, se narra mediante un discurso hecho de oraciones y párrafos. Y ese discurso

tiene su propia duración. La lectura del cuento no dura los meses que se requieren para que dos personas se conozcan y decidan empezar una vida juntos. He aquí el tiempo del discurso. La relación de ambas líneas temporales se da en tres aspectos que recoge Genette: orden, duración y frecuencia. En cuanto al primero, el orden cronológico de la historia parece ser respetado por el tiempo del discurso, aunque el autor introduce algunas anacronías en el relato de los acontecimientos, exactamente alguna retrospección o analepsis cuando describe al personaje de Gurov (“empezó por serle infiel hacía mucho tiempo”). En cuanto a la duración, esta remite a los procedimientos de los que el narrador se sirve para acelerar o enlentecer el modo de contar la historia; en este sentido observamos que en algunos momentos del relato, el discurso transmite la ilusión de que dura lo mismo que el tiempo de la historia, esto ocurre en los momentos dialogados y recibe el nombre de escena. Por otra parte, podemos encontrar un sumario cuando el autor decide acelerar el ritmo de la narración condensando mucha información en pocas palabras (“desde entonces volvieron a verse todos los días a las doce”, sin contarnos que hacían). De forma más exhaustiva, el escritor silencia ciertos aspectos de la historia mediante el uso de la elipsis para acelerar el ritmo del relato (“vio a un mendigo que se acercaba a la verja y (vio) a unos perros”). El autor también se vale de la pausa descriptiva y reflexiva, no muy extensas, para enlentecer el ritmo del relato cuando describe a los personajes. Por último, la frecuencia es la tercera dimensión distinguida por Genette para el estudio del tiempo narrativo, la cual atiende al número de veces que un acontecimiento es relatado en el discurso; en función a ello, podemos determinar que nuestro texto es un relato anafórico en el que se cuenta varias veces los diferentes encuentros entre la pareja de enamorados. En cuanto al análisis lingüístico, encontramos tiempos verbales propios de la narración, todos ellos en pretérito. De este modo podemos determinar que en nuestro relato todo ocurre en pasado, pero no todas las acciones se dan al mismo tiempo. Es por ello que aparecen diversos tiempos verbales como son el pretérito perfecto simple, en su mayoría, que muestra acciones totalmente acabadas (“volvió”, “empezó”, “llamó”…) y el pretérito pluscuamperfecto (“había cumplido”, “había aparecido”, “había casado”…), que nos permite contextualizar la escena ya que muestra una acción anterior al momento en el que se narra. En el caso de las descripciones que aparecen durante el relato, el autor hace uso del pretérito imperfecto, propio de las mismas (“tenía”, “era”, “parecía”…). En cuanto al diálogo inserto en la narración, el autor utiliza el presente de indicativo para darle a los hechos un carácter de actualidad, para que el lector intuya que están sucediendo ahora. Si bien es cierto, nos situamos ante diversas secuencias descriptivas insertas en nuestro texto narrativo. En consonancia con las características del texto descriptivo, nos encontramos abundante adjetivación (“joven”, “alta”, “oscuras”…) y uso de verbos copulativos (“era”, “estaba”, “parecía”…) que cohesionan los distintos adjetivos. En cuanto a la forma de narrar en nuestro relato, observamos que el autor hace uso del estilo directo cuando le da voz a los personajes mediante el diálogo o cuando inserta alguna cita textual empleado las comillas y algún verba dicendi (“Si esta aquí sola [...], pensó Gusov”. En el resto del relato emplea el estilo indirecto. También podemos comentar que el autor introduce varias digresiones durante el relato para mostrarnos el pensamiento de los personajes, esto lo hace utilizando la cita en estilo directo, como vemos en este ejemplo: . Como conclusión podemos determinar que este cuento cumple las características básicas y elementales de la narración y, por ende, nos encontramos ante un claro ejemplo paradigmático que nos sirve para explicar en el aula las características del texto narrativo (viva el copy paste)....


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