Crisis e inflación entre la antigüedad y la edad media, Barcelone, 1996, 340 pages. PDF

Title Crisis e inflación entre la antigüedad y la edad media, Barcelone, 1996, 340 pages.
Author Georges Depeyrot
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GEORGES DEPEYROT CRISIS E INFLACIÔN •• ENTRE LA ANTIGUEDAD V LA EDAD MEDIA Critica CRISIS E INFLACIÔN ENTRE LA ANTIGÜEDAD Y LA EDAD MEDIA CRITICA/ARQUEOLOGIA Directora: M." EUGENIA AUBET GEORGES DEPEYROT CRISIS E INFLACIÔN •• ENTRE LA ANTIGUEDAD Y LA EDAD MEDIA Traducci6n castellana de JUAN VIV...


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Crisis e inflación entre la antigüedad y la edad media, Barcelone, 1996, 340 pages. Georges Depeyrot

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GEORGES DEPEYROT

CRISIS E INFLACIÔN •• ENTRE LA ANTIGUEDAD V LA EDAD MEDIA

Critica

CRISIS E INFLACIÔN ENTRE LA ANTIGÜEDAD Y LA EDAD MEDIA

CRITICA/ARQUEOLOGIA Directora: M." EUGENIA AUBET

GEORGES DEPEYROT

CRISIS E INFLACIÔN •• ENTRE LA ANTIGUEDAD Y LA EDAD MEDIA Traducci6n castellana de JUAN VIVANCO

CRÎTICA GRIJALBO MONDADORI BAR CELON A

INTRODUCCIÔN l.

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorizaci6n escrita de los litulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducci6n total o parcial de esta obra por c ualquier medio o procedimiento, comprend idos la reprograffa y el tratamiento informatico, y la distribuci6n de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo publicos. Tftulo original: CRISES ET INFLATION ENTRE ANTIQUJTÉ ET MOYEN ÂGE Cubie rta: Enric Salué llustraci6n de la c ubierta: © Ph. Frédéric Lonlcho. El cmperador Constancio Cloro al fre nte de las galeras romanas somete Bretaiia (296 d.C.). Delalle de una moneda de oro del tesoro de Beaurins, Museo de Arras. © 1991: Armand Colin Éditeur, Parfs © 1996 de la traducci6n castellana para Espaiia y América: CRfTICA (Grijalbo Mondadori , S . A.), Arag6, 385, 0801 3 Barcelona ISBN: 84-7423-671 - 1 Dep6sito legal: B. 9- 1996 lmpreso e n Espaiia 1996. - HUROPE, S.L., Recarcdo, 2, 08005 Barcelona

L AS TEORfAS HISTÔRICAS SOBR E EL B AJO l MPERI O

Los trabajos mas conocidos e importantes acerca del mundo romano son los de G . Mickwitz y S. Mazzarino. Los dos han tratado de dar una explicacion a la dinamica de la evoluci6n social y econ6mica de este perfodo. Es evidente que han despejado el camino para la comprensi6n del final del mundo romano. No obstante, aunque coincido con estos investigadores en numerosos puntos, hay otros que me obligan a rechazar su interpretaci6n de la crisis. Por ejemplo, G. Mickwitz consideraba que el ejército y la burocracia tendfan a percibir salarios en especie, mientras que los contribuyentes preferfan los pagos en dinero. S. Mazzarino, por el contrario, crefa que los contribuyentes preferfan el impuesto en especie y los ejércitos preferfan recibir oro. Pasemos revista a mis coincidencias con sus teorfas. Las dos interpretaciones otorgaban un pape! importante al juego monetario. Para estos investigadores, las crisis del imperio agonizante no eran mas que crisis de relaciones entre una economfa natural y una economfa monetaria. Ambos confieren a la moneda un pape! de primer orden, con Io cual estoy completamente de acuerdo. En cambio, sea cual sea la teorfa en cuesti6n, los dos autores solo han examinado el fen6meno monetario a través de un fen6meno especulativo. Uno de ellos se ha interesado por la adaeratio, que tiene mas que ver con la malversaci6n que con la 16gica monetaria, mientras que S. Mazzarino se ha centrado sobre todo en la cuestion de la adaeratio!coemptio que, en todo caso, no era mas que una especulaci6n a la que se dedicaban los militares u otros funcionarios. Por importantes que sean, estas teorfas solo abordan aspectos menores de la moneda. La adaeratio concernfa sobre todo a los campesinos y a la estructura militar. Estos dos investigadores eluden la cuesti6n de las relaciones internas en el mundo rural. Ninguna de las dos teorfas aborda el fen6meno monetario en su integridad. No tienen en cuenta la importancia de las deudas ni la evolucion de las acufiaciones y los sistemas monetarios, dos elementos determinantes en la evoluci6n social del imperio. Asi pues, de estas teorfas nos quedamos sobre todo con el pape! destacado de la moneda como agente de la evoluci6n econornica y social en el im-

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CRIS IS E INFLACIÔN

INTRODUCCIÔN

perio tardfo. Por el contrario, les reprochamos el habcrse centrado en aspectos mcnorcs de la funci6n de la moncda, sin darse cucnta de que en realidad el conjunto de la explotaci6n social pasaba por la moneda. Por ultimo, no podemos reducir la oposici6n entre economfa natural y economfa monetaria a una simple oposici6n de intereses econ6micos, dado que los propietarios podfan scr a la vez partidarios de una cconomfa monetarizada en Jas mas altas instancias del Estado, y al mismo tiempo partidarios de una desmonetizaci6n de los intcrcambios con sus colonos, pues asf podfan someterlos mejor. Por cstos motivos creemos que los trabajos de G. Mickwitz y S. Mazzarino no bastan para describir el conjunto de la dinamica social.

Entre cl principio del reinado de Diocleciano y el final del siglo v la economfa, la ocupaci6n del suelo, el sistema de imposici6n o el de redistribuci6n y el reparto de las fortunas experimentaron cambios importantes. Durante estos aiios se sucedieron revueltas e invasiones, la estructura administrativa del imperio de Diocleciano se disolvi6 para dar lugar a estructuras mas regiona tes, bien macrorregionales (imperio de Oriente), bien micrmTegionales (los reinos barbaros). Las estructuras mentales cambiaron profundamente por la desaparici6n de las referencias paganas, el desarrollo y luego el predomin io de la religi6n cristiana. La visi6n que tenfan los intelectuales de sus contemporaneos también cambi6, y la sociedad romana cristianizada se identific6 con las descripciones de los textos de los Padres de la lglesia. He atribuido al cristianismo el lugar que se puedc reservar a un elemento de la ideologfa imperial del Bajo lmperio. Para mf, su pape! y su impacto estrictamente religiosos tienen escaso interés. En cambio, el impacto econ6mico y la ideologfa econ6mica de esta nueva religi6n entran de lleno en mi campo de investigaci6n. Estas evoluciones materiales y mentales sentaron las bases de una nueva organizaci6n social y econ6mica que prefiguraba la de la Alta Edad Media. Después de hacer un balance de los distintos ambitos en los que la evoluci6n fue significativa a Io largo de estos dos siglos, podemos tratar de hacer una sfntesis, relacionando los movimientos econ6micos y sociales.

2.

PRESENTACIÔN DE LA OBRA

A rafz de estos trabajos se impuso en Francia, en particular, la idea de que el Bajo Imperio no fue un perfodo mas agitado, menos estable que el Alto Imperio. En esencia, esta interpretaci6n rechaza la idea de que la gran crisis «de Estado» de los siglos 111 y 1v pudo no estar relacionada con una crisis econ6mica, social y moral. Esta interpretaci6n «continuista», surgida de las teorfas reaganianas y thatcherianas del «menos Estado», se ha convertido en la idcologfa dominante. El estudio de la evoluci6n del sistema monetario pone en evidencia la importancia de las transformaciones que, a Io largo de un siglo, hundieron el sistema monetario tradicional augustal, crearon y Juego hicieron desaparecer el sistema monetario que se desarroll6 a partir de 238 (basado en el antoniniano), y por ultimo establecieron un nuevo conjunto basado en los tres metales. En esta obra me he centrado sobre todo en el mecanismo recaudaci6nredistri buci6n, origen de la existencia de la moneda. Las interpretaciones continuistas s6lo han podido desarrollarse obviando por completo la evoluci6n del sistema monetario, punto de encuentro de los sistemas de percepci6n y redistribuci6n de riquezas. Este volumen es el resultado de una investigaci6n dedicada a las relaciones entre las evoluciones de los sistemas monetarios, entendidos como el resultado de la evoluci6n de los sistemas de percepci6n y redistribuci6n. En efecto, la moneda permite estudiar las condiciones de la vida econ6mica por ella reflejada. Se fabricaron monedas en grandes cantidades. Podemos estudiarlas como producciones masivas de objetos estandarizados. Se difundieron de acuerdo con las condiciones politicas generales del imperio romano, y quedaron enterradas a rafz de acontecimientos econ6micos o rnilitares. Para conocer la evoluci6n econ6mica del mundo romano es indi spensable realizar este estudio del numerario. La moneda, ampli amente difundida, era uno de los pocos elcmentos comunes a todas las zonas del imperio. Gracias a su pape! de rcscrva de valor, asegur6 en todo el imperio los trasvases de riquezas que fac ilitaron la aparici6n de un nuevo orden social.

La obra consta de varias partes, que ponen en evidencia estas relaciones entre IJ evoluci6n monetaria y la social: - (,Cual era el gravamen de la exacci6n? - (,Qué importancia tenfa la redistribuci6n? - (,Cual era la «vida» de la moneda en circulaci6n? Una vez establecidos estos elementos, trataremos de explicar las interacciones entre moneda, evoluci6n econ6mica y evoluci6n social. Por ultimo, el volumen se completa con varios anexos, que en particular precisan la evoluci6n del sistema monetario. Hay muchos otros trabajos publicados o en curso de publicaci6n, entre los cuales cabe citar: L'occupation du sol au Bas-Empire, en prensa, Éditions Errance; L'or du Bas-Empire (Constantin li - Zénon, 337-491), vol. l: études, index, planches, vol. 2: catalogue, en prensa, Universidad de Louvainla-Neuve, seminario de numismatica Marcel Hoc; «Le système monétaire de Dioclétien à la fin de l'Empire romain», Revue belge de numismatique (1992); «Vie et survie des monnaies du Bas-Empire», en Colloque vie et survie des monnaies antiques, Centre universitaire européen pour les biens culturels, 1116 de octubre de 1990, en prensa, PACT, tomo 35.

Me es grato expresar mi agradecimiento a los numerosos investigadores que me han faci litado el trabajo de preparaci6n, sobre todo en la fase de recopilaci6n de datos. Tratar de arrojar luz sobre las relaciones entre las monedas y los sistemas econ6micos y sociales es un trabajo diffcil y delicado.

1.

LAS CONDICIONES NATURALES

El Bajo Imperia se caracteriz6 por una reducci6n de la ocupaci6n del suelo, tanto agricola como urbano. La degradaci6n de las condiciones climaticas y las invasiones empobrecieron el imperio.

No vamos a realizar un estudio detallado de las cuestiones referentes a las condiciones naturales y la explotaci6n del suelo, ni tampoco de las consecuencias econ6micas de las invasiones. Estos temas han sido examinados en otra obra consagrada a la ocupaci6n del suelo en el Bajo Imperia, a cuyas conclusiones nos remitiremos.

1.

LA OCUPACIÔN DEL SUELO

Trataremos de caracterizar las tendencias de la ocupaci6n del suelo en el Bajo Imperia. A falta de un estudio regional y general, todavfa es diffcil realizar una sfntesis, pero se distinguen varias directrices: - El imperio se habfa quebrado en dos zonas comerciales, la mediterranea y la europea. Estas dos zonas econ6micas evolucionaban de forma di vergente. - Las ciudades se vieron especialmente afectadas por los des6rdenes econ6micos, polfticos y militares de los siglos Ill, rv y v. La superficie de las ciudades disminuy6 bastante, y durante el reinado de Aureliano se encerraron en estrechas murallas. En el campo, la refacci6n de los catastros emprendida por Diocleciano fue consecuencia de Jas crisis urbanas. Se adelantaba a la gran oleada de reconstrucci6n de los edificios rurales que empezaba a caracterizar al suelo. Los perjuicios causados por la crisis econ6mica y demografica habfan dispersado este habitat. La expropiaci6n del suelo habfa cambiado, las tierras baldfas eran numerosas y servfan para criar ganado menor. Probablemente las tierras que aun se cultivaban se dedicaban al cultiva de trigo. En el centra de esta reconstrucci6n se encontraba la villa, rodeada de pequefias instalaciones

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CRJSIS E INf'LACIÔN

LAS CONDICIONES NATURALES

privadas, vestigios del campesinado libre. Esta villa no era forzosamente latifundista, y podfa agrupar una seric de pequef\as parcelas separadas y distantes entre sf. Un propietario podfa poseer varias villae separadas o situadas en varios lugares del imperio. Por ultimo, esta villa, entidad agrfcola (conjunto de tierras bajo un mismo contrai), se convirti6 en una entidad fiscal, vinculando a los campesinos libres a través de un complejo sistema de recaudaci6n de impuestos. lCual fue el impacto real de estos fen6menos naturales? Me parece fuera de discusi6n que el Bajo Imperio no fue, ni mucho menos, un perfodo de crecimiento. Todos los documentos coinciden en dar la impresi6n de que la crisis fue profunda: el clima era menos clemente , las epidemias mas numerosas y la poblaci6n disminufa con los des6rdenes polfticos y las invasiones. lDebemos deducir de esta coi ncidencia de los textos que la cris is era general y asolaba a todas las regiones, o podemos pensar que las objeciones que se pueden hacer a determinadas fuentes nos autorizan a dudar del conjunto de los textos? Por Io que se deducfa de los textos estudiados con anterioridad, podfamos extraer estas conclusiones: - La crisis fue real, general y profunda. A sus consecuencias directas (epidemias, crisis de mortalidad) se s umaron las indirectas (descenso de la productividad de las tie1ns, que se habfan vuelto demasiado secas en zonas altas y demasiado pantanosas en los va lles). - El conjunto de las tierras del imperio result6 afectado por estos fen6menos, y las cifras que conocemos de algunas de ellas se podrfan aplicar sensu latu al conjunto del imperio. Podemos suponer que entre comienzos del siglo 1v y el siglo v la su perficie agrfcola uti l se redujo por Io menos en una tercera parte. En ciertas regiones este descenso fue superior. No obstante, conviene sopesar detenidamente estas conclusiones. E l hecho de que disminuyera la superfic ie agrfcola no significa que la producci6n agrfcola global Io hiciera en la misma medida. Las reglas mas elementales de la vida econ6 mica implican que en caso d e disminuci6n de la superficie agrfcola se produce una concentrac i6n de las explotaciones en las tierras m as rentables. La disminuci6 n de la superfic ie agrfcola pued e resultar en parte compensada por un aumento de la productividad del suelo. Por otro lado, la liberaci6n de ciertos suelos deberfa permitir una explotaci6n extens iva d e los mismos, como la crfa de ganado menor (ovejas, cabras, etc.). Creemos que estas hip6tesis estan plenamente confirmadas por las fuentes literarias y las constataciones arqueol6gicas, como la disminuci6n de los restos de bovinos con respecta a los de ganado !anar o la construcci6n de instalaciones especializad as en la producci6n de trigo o carne. La exacci6n fiscal estaba determ inada sobre todo por las costumbres, y e l Estado trataba de obtener ingresos en funci6n de viejos registros de tasas que segufan en vigor. Los ejemplos de Eumenio de Autun y Teodoreto d e Ciro, asf com o los textos legislativos, muestran que estas correcciones se realizaban de forma puntual. El tradicionalismo de la administraci6n fiscal,

al rnantener un sistema de recaudaci6n arcaico, acentuaba la diferencia entre las zonas ricas, que se habfan librado de des6rdenes naturales o humanos, y las zonas afectadas por esas a lteraciones. El mantenimiento de las tasas en las zonas deprimidas las hacfa mu y gravosas, mie ntras que en o tras zonas una mejor organizaci6n de los cultivos mejoraba los rendimientos y disrninufa e l peso relativo de las tasas. E n una misma zona podfa haber unas tierras damnificadas y otras en pleno rendimiento. La evoluci6n de las condiciones naturales era un factor de d iscriminaci6n econ6mica.

2.

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LAS INVASIONES

lQué consecuencias tuvieron las invasiones y revueltas? No se puede traducir su coste en cifras, pero sf extraer ciertas conclusiones. Las invasiones e incursiones, asf como los disturbios, se podrfan separar en dos grupos bien distintos, por un lado las incursiones de pillaje, y por otro las ocupaciones de tierras con creaci6n de una entidad estatal. A l primer grupo pertenecen los ataques a Occidentc durante el siglo 1v. El caso mas tfpico fueron las «invasiones» rechazadas por Juliano: unas hordas se establecieron junto a la lfnea fronteriza, y luego atacaron y saquearon zonas alejadas de sus bases. La mayorfa de las invasiones occidentales del siglo v pertenecfan a este tipo de acci6n. Asf fueron los ataques de los godos y los vanda los en Africa, las acc iones de los visigodos y luego de los vandalos en H ispania, y las distintas incursiones hacia Roma. En Oriente también hubo ataques de este tipo, como las incursiones de los hunos, de los isaurios, etc. Al segundo grupo pertenecen los establecimientos de larga duraci6n, como e l d e los vis igodos en el D anubio desd e finales del siglo 1v, y luego, sobre todo, e l establecimiento d e los pueblos invasores del sig lo v, como los visigodos en Galia, los suevos en Hispania y los vandalos en Africa. Estos dos tipos d e alteraciones causaron dos tipos de perturbaciones econ6micas. Las incursiones tenfan por finalidad conseguir el botfn mas abundante posible en el intervalo de ti empo mas corto, aun a costa de importantes devastaciones. El caso de Roma, saqueada dos veces en un intervalo negociado con el Senado, es muy s ignificativo. El saq ueador no ocupaba e l teITeno, se limitaba a empobrecerlo brutalmente. A menudo, las incursiones barbaras eran consecuencia de una disminuci6n de las asignaciones acordadas en un tratado, o de malos tratos sufridos por los barbaros. La revuelta de los alamanes en 365 estuvo rc lacionada directamcnte con la disminuci6n de sus munera (asignaciones en especie). A este respecta, el caso de los visigodos es ilustrativo: se instalaron en 378 y fueron obj eto de explo taci6n comercial por parte de los romanos, hasta q ue se rebelaron y devastaron las ciudades del imperio.

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CRISIS E INFLACIÔN

Las ocupaciones pretendfan apropiarse del terreno. Las consecuencias econ6micas eran distintas, pues consistfan en despojar a una poblaci6n. Por ejemplo, cuando los visigodos entraron en Galia se contentaron con apropiarse de los bienes de los galorromanos, y los vandalos deportaron a los africanos para quedarse con sus bienes. En estos casos la estructura econ6mica no resultaba tan afectada. Los burgundios se apoderaron asf de dos tercios de las tierras. En Galia, Viviano se dirig i6 a Toulouse a protestar contra los altos impuestos visigodos, Io que revela la permanencia de las estructuras econ6micas, y las anforas vandalas llenas de aceite siguieron circulando y expandiéndose por todo el mundo occidental. Todo el impcrio se empobreci6 con estas invasiones. Los barbaros pudieron amasar enormes riquezas, y los romanos y bizantinos no las volvieron a utilizar hasta varios aîi.os después, gracias a sus reconquistas.

2.

LOS IMPUESTOS SEGUN LOS TEXTOS Mientras las finanzas locales soportaban con dificultad los efectos de la cri sis, las tasas e impuestos eran cada vez con mas frecuencia pagaderos y pagados en oro, aunque las anonas y liturgias completaban el sistema. La limitaci6n de la funci6n de la moneda pequeîi.a facilit6 el desarrollo de las corveas.

El estudio de la percepci6n de los impuestos es una parte crucial del analisis del Bajo Imperio. El gravamen y la naturaleza de cada impuesto, y sobre todo de los impuestos monetarios, influfan demasiado en los agentes econ6micos para no ser tenidos en cuenta. Hemos tratado, pues, de analizar las exacciones tal como se establecen en el C6digo Teodosiano (CTh). 1.

Los

RECURSOS DE L AS CI UDADES

Al parecer, Constantino confisc6 la mayor parte de las rentas urbanas, que pasaron al tesoro central : «Constantino también esquilm6 las ciudades con estas contribuciones; esta ex igencia se habfa mantenido, incluso después de Constantino, durante un...


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