Cuento para niños. EL Conejito Glotón PDF

Preview

Summary

Cuento para niños....

Description

EL CONEJITO GLOTÓN Había una vez un conejito que vivía en un hermoso bosque, lleno de animalitos, como mariposas, ardillas, ciervos, venados, liebres, loros y pájaros de muchos colores. Un día, este conejito andaba hambriento y tenía que cruzar un gran río por un árbol caído hasta llegar a su huerto de zanahorias, de repente observó frente a él un apetitoso pastel de frutas que se veía muy rico, se fue acercando y empezó a percibir el agradable olor a frutas, se aproximó tanto que le provocó probar del manjar, en ese momento, estiró la lengua y con los ojos revoloteando la acerco hasta el pastel, de pronto de manera inconsciente reaccionó impetuosamente. -“¿Quién pudo haber dejado este pastel en medio del bosque?”, se preguntó. Estaba tan hambriento que ya no quería cruzar el río, sino llenar su estómago con ese gustoso pastel, pero en ese instante se acordó de lo que su mamá le había dicho alguna vez cuando fue pequeño. “Si encuentras algo desconocido en un lugar extraño, no lo toques ni mucho menos intentes comerlo”, era el consejo que le vino a la mente. Tenía dos opciones, cruzar el río y alimentarse de sus zanahorias, o quedarse y comerse el extraño pastel de frutas. No lo pensó mucho y olvidándose del consejo de su madre, decidió quedarse a degustar aquel pastel. -“¡Esto está muy delicioso!”, dijo mientras comía con mucho apetito y sabrosura. Por fin, terminó todo el pastel y muy saciado, decidió acostarse bajo un árbol para disfrutar una rica siesta, se quedó profundamente dormido hasta que unos ruidos lo despertaron, eran los lloridos de unas pequeñas liebres. -“El pastel ya no está”, decían con los ojos llenos de lágrimas. –“¿Quién pudo haberlo comido?”. Era el pastel que su madre, la liebre, les había preparado para que puedan comer y también invitar a sus amigos, los demás animalitos del bosque, que iban llegando por los ruidos que habían. El conejito se sentía muy avergonzado y sentía una gran culpa por lo que había hecho. -“Debí seguir el consejo de mi mamá”, dijo con mucha angustia. Pero decidió afrontar la situación, se acercó a las pequeñas liebres y les confesó que él había sido quien se había comido el pastel. Pidió unas sinceras disculpas y también a todos los animalitos presentes. -“Prometo hacer una rica mermelada de mis zanahorias para compartirla con todos ustedes”, dijo ante todos. En ese momento, las pequeñas liebres y todos los animalitos se alegraron por el buen gesto del conejito. Así, finalmente todos saborearon la rica mermelada de zanahoria con pan que el mismo preparó, saciándose muy contentos. Agradecieron al conejito y se despidieron, no sin antes quedando hacer otra reunión muy pronto. FIN Autoría: Vásquez Arévalo, Royer Starlin....