EL MONO QUE Llevamos Dentro - Documents de Google PDF

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WAAL, F. de. El mono que llevamos dentro. capítulo 1 En el primer capítulo del libro de Waals se establece a priori una equiparación entre la especie humana y los primates, el grupo de animales más parecido a nuestra naturaleza tanto psíquica como físicamente. Esos primates serían los populares chimpancés y los desconocidos bonobos. Al inicio del escrito, Waals hace un extenso análisis sobre la moral de los humanos, los chimpancés y los bonobos. Me ha resultado previsible pero a la vez acertado que se destaque la empatía por encima de muchas características emocionales. Posteriormente, el autor establece una firme antítesis entre el bonobo y el chimpancé. Desde un punto de vista casi paternal y tierno, el investigador plasma los primeros como solidarios y empáticos mientras que el chimpancé representa todo lo contrario. A partir de esta contrariedad, Waals propone una metáfora a mi gusto clave y esencial, denomina nuestra naturaleza una cara de Jano (similar a lo que sería la cara buena y mala de la Luna). Siguiendo la línea de explicación, se presentan las diferencias entre la patriarcal sociedad de los chimpancés y la ginocéntrica y matriarcal de los bonobos: una de estas diferencias, a mi gusto más destacables, es la resolución de los problemas entre congéneros. Los chimpancés recurren a la violencia mientras que los otros resuelven sus diferencias con el acto sexual. Juego entre contrarios. Al estudiar el historial de violencia de la naturaleza humana, se solía pensar que éramos los únicos primates crueles. Este hecho se refutó con muestras de paupérrima hostilidad respecto a los chimpancés: infanticidios, palizas… los seres que habían sido denominados como pacíficos, resultaban ser unas máquinas de dolor. Este punto está excelentemente plasmado puesto que nos permite ver la evolución del pensamiento histórico de los humanos respecto a los chimpancés. Y ahí se conoce el verdadero origen de nuestra naturaleza: somos más parecidos a los retorcidos chimpancés que a los benévolos bonobos. Y yo estoy de acuerdo. También se discute la extrapolación entre moral y naturaleza: según mi punto de vista la misma vida no es ningún eufemismo y resulta cruda y a veces cruel. Así, Waals nos hace razonar sobre el proceso de selección natural y sobre si realmente la moral tiene lugar alguno en la misma naturaleza, que resulta una auténtica selva bajo mi punto de vista. Finalmente, el investigador americano hace un estudio y establece una relación a mi parecer muy interesante sobre la inteligencia y el sentido de la previsión tanto en los humanos como en los primates. Cuando llega la hora de despedirse, se puede llegar a percibir una previsión que sólo es capaz de llegar a la cabeza de un primate, como por ejemplo nosotros o nuestros compañeros los chimpancés o bonobos. Para concluir el texto, recurre a un símil que sirve para cerrar el primer capítulo, bajo mi punto de vista acertado, puesto que nos hace llegar a la conclusión que humanos y primates no somos tan diferentes....