Historia de la educación romana 1 PDF

Title Historia de la educación romana 1
Author Virginia SUÁREZ
Course Historia de la Educación
Institution Universidad del Salvador
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En el siguiente capítulo, el doctor Daniel Casado Rigalt (UDIMA) aborda la unidad temática correspondiente a la educación en época romana....


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Historia de la educación romana EDUCACIÓN EN LA ANTIGUA ROMA En el siguiente capítulo abordaremos la unidad temática correspondiente a la educación en época romana. Dice la leyenda que Roma fue fundada por Rómulo y Remo en el año 753 a.C. Dejando a un lado la versión mítica, lo cierto es que esta ciudad ubicada en el corazón del Lacio nació como una urbe de pequeñas dimensiones en medio de un valle rodeado por siete colinas. La mayoría de sus fundadores eran latinos que poco a poco habían conseguido repeler la incómoda presencia de un pueblo de origen extranjero y raigambre griega. Hablo de los etruscos. Desde sus inicios, Roma se rebeló como una ciudad defensiva con vocación militar y hambre de conquistas. Nada que ver con el espíritu cívico, comercial y político que caracterizó a las polis griegas de aquella época. ROMA ANTIGUA – cronología MONARQUÍA 753-529 a.C. REPÚBLICA 529-27 a.C. IMPERIO 27ª.C.-476 d.C. En términos cronológicos globales Roma atravesó varias etapas desde su formación hasta su caída. La Monarquía, de los siglos VIII al VI a.C., la República, de los siglos VI a.C. al I a.C. y el Imperio del I al V d.C. Durante la Monarquía, que era de carácter electivo y no hereditario, el rey contó con un Senado consultivo y una asamblea denominada primero Comitia Curiata y más tarde Comitia Centuriata que representaba a los distintos clanes de la ciudad. Posteriormente la República desplazó a la Monarquía en el año 529 a.C. trayendo consigo una nueva forma de gobierno sostenida en dos cónsules que ostentaban el poder absoluto con la posibilidad de nombrar un dictador en casos excepcionales de amenaza y en el Senado, que sería el órgano de gobierno más definitorio y característico de la etapa republicana. El Senado se convirtió en la expresión social de la Roma republicana y en el órgano más representativo del poder romano. En sus inicios estaba formado exclusivamente por ciudadanos patricios de cierto rango social, pero con el paso del tiempo las clases menos acomodadas, los plebeyos, lograron cierta representación en el Senado. La siguiente etapa, el Imperio, echó a andar en el año 27 a.C. gracias a la acción de Octavio Augusto, el primer emperador de Roma. Digamos que todo el protagonismo acumulado hasta entonces por el Senado, que siguió existiendo, aunque obviamente cada vez con menor presencia recayó ahora en la figura del emperador. Así y durante tres siglos más se fueron sucediendo las dinastías (la de los Julio Claudios, los Flavios, los Antoninos, los Severos), mientras Roma expandía su territorio a golpe de conquista por Europa, próximo Oriente y norte de África. La riqueza fluyó durante este tiempo y el Imperio Romano pasó a la historia como una de las civilizaciones más poderosas de la historia. Pero una espiral de desequilibrios sociales y económicos fraguada en el Bajo Imperio a partir del siglo III d.C. sumió a Roma en un progresivo declive al que contribuyó la presión ejercida por los pueblos bárbaros en las fronteras del imperio. Así, hasta la definitiva caída de Roma en el año 476 d.C. LA FAMILIA Y EL PATER FAMILIAS - Pater Familias: autoridad y función sacerdotal - Raíces domésticas de la religión romana Antes de calibrar la educación romana, es conveniente pulsar algunas cuestiones clave para entender el carácter romano. En el orden social, la familia era la institución de referencia y la patria potestad era el supuesto jurídico que la articulaba. El Pater Familias, por lo tanto, ejercía la autoridad, además de la función sacerdotal, en la comunidad familiar, de la que dependían también esclavos y libertos. Los hijos podían emanciparse, llegado el momento, pero la mujer quedaba ligada a la tutela del padre de forma perpetua. La importancia de la familia en la idiosincrasia romana se refleja también en las profundas raíces domésticas de la religión. Había divinidades o númenes que protegían a sus miembros como los lares, los manes o los penates.

GRECIA, LA CULTURA INSPIRADORA DE ROMA Roma versus Grecia Frente a filosofía y cultivo intelectual: militarismo Frente a reflexión y especulación: acción y pragmatismo Frente al ocio: el negocio Frente a intelectuales y artistas: campesinos y soldados Frente al personalismo: el interés colectivo Frente a la areté griega: la virtus romana En muchos órdenes de la vida Roma tuvo a Grecia como espejo. Por ejemplo, en su mitología. Pero siempre con un sentido más pragmático que los helenos. Frente a la filosofía, la pasión intelectual, el culto por la belleza física y moral griega, el pragmatismo y el militarismo romano. Frente a la reflexión griega, la acción romana. En términos antropológicos y pedagógicos, Roma replicó la concepción griega, pero con matices. Lo que los griegos llamaron paideia, los romanos lo bautizaron como humanitas. En Roma primaba el entendimiento práctico y organizador, mientras en Grecia se había tendido tanto a la especulación, el discurso metafísico y la teorización. Frente al ocio griego, el negocio romano. Frente a los intelectuales y artistas griegos, los campesinos y los soldados romanos. Frente a la formación liberal de corte heleno, la formación profesional y el carácter utilitario promovido por los romanos. Frente al personalismo griego, el interés colectivo romano y su marcado aprecio por la tradición, el mos maiorum. En cuanto al perfil ético estilado en la antigua Roma eran tres las virtudes ideales: la piedad, la lealtad y la dignidad. En Roma la virtud, la virtus, era la excelencia global a la que aspiraba el ciudadano romano como el griego aspiraba a la areté. ROMA: MISIÓN CIVILIZADORA E IMPERIALISMO - Importancia de la formación ético-política y la justicia - Carácter imperialista, con dotes diplomáticas - Pilares básicos en la enseñanza romana: Tradición (mos maiorum) Ciencia Humanitas La formación romana presenta un acentuado carácter ético-político que le da sentido a la misión civilizadora de los fundamentos romanos. Una misión civilizadora en sintonía con sus principios políticos y expansivos. El poeta Virgilio lo resume muy bien cuando dice: “Tuyo es romano gobernar con imperio a los pueblos. Este será tu estilo. Dictar las normas de la paz, perdonar silenciosamente a los que se sometan y vencer a los orgullosos”. Una afirmación en la que está contenido el imperialismo romano. Pero también sus grandes dotes diplomáticas. Para los ciudadanos romanos eran necesarias las conquistas, obviamente. Pero también la paz. Una vez restablecido el orden social, el orador era, según los romanos, más útil que el general. De ahí la importancia que concedían a las leyes y la consolidada tradición del Derecho romano, incluso en nuestros días. Así como los griegos concebían la justicia como una virtud personal y colectiva, los romanos la consideraban un conjunto de reglas, una normativa, para el recto y justo gobierno. Cicerón planteó en los siguientes términos la diferencia entre las leyes griegas y las romanas. Para ser justo, no basta con conocer la justicia y con ser justo uno mismo. Hace falta además saberla aplicar. A los romanos les interesa hacer justicia implantando el derecho en el mundo desde las costumbres y la educación. Como dijimos antes, Grecia fue el modelo a seguir. Pero también se despertó entre los romanos un cierto recelo hacia todo lo que venía del país heleno. Un ejemplo son las figuras de Catón, el censor y el militar romano Mario. Este último, Mario, prevenía a sus conciudadanos romanos de los excesos helenistas. Decía “Lo que ellos han aprendido en los libros, lo he aprendido yo en el servicio de las armas. Ellos son los que tienen necesidad de artificio para encubrir con palabras sus torpes hechos”. Una vez más el carácter práctico, vital y cívico de la educación romana en contraste con una cultura griega enfocada hacia lo intelectual y lo teórico. En cualquier caso, es evidente que Roma asimiló la cultura griega, aunque bien es cierto que con matices. Sobre todo, al romano le preocupaba que el discurso griego en filosofía, en política, en ética, en educación, no pasara a la acción. Decía Cicerón: “No basta con alcanzar la sabiduría, también hay que servirse de ella.”

El romano anteponía la política a la filosofía siempre con la vista puesta en el engrandecimiento de la república primero y más adelante, obviamente, del imperio. Es decir, el interés comunitario por encima del individual en tiempos de Roma. Tampoco deben ser interpretadas estas afirmaciones como un desprecio romano hacia la filosofía. De hecho, escritores como el propio Cicerón, debieron salir en defensa de la filosofía porque entendían que era parte de la cultura. En resumen, los latinos reconocieron que los griegos habían creado una civilización admirable. Pero pensaban que el estilo de vida y el gobierno no tenían nada que envidiar a los helenos. La aspiración del romano, ser un vir bonus, un hombre bueno, abarcaba una triple vertiente. La tradición romana, de la cual emanaban la perfección moral, la perfección técnica y la estimación social. La segunda vertiente tiene que ver con algunos de los rasgos inspirados en la paideia griega, la ilustración, la erudición, la retórica, la elocuencia, la tradición filosófica. Y como resultado de las anteriores, la ciencia. Y, por último, un elemento genuinamente romano, la humanitas, desglosada en conceptos como la bondad, desde el punto de vista ético, la orientación pragmática del saber, la honestidad, la profesionalidad. Y como aspiración de las anteriores, la utilidad personal y colectiva. Tras esta exposición de caracteres propiamente romanos, no es difícil hacerse una idea de cómo sería la educación en tiempos de Roma. La palabra educatio equivalía a la trophé griega. Una de las acepciones del término latino educare significa alimentar. La educatio es pues la crianza física y moral del niño. Contemplaba dos etapas: la crianza en el seno de la familia donde recibía cuidados físicos y hábitos morales. Y la educación recibida en la vida pública y las escuelas, de carácter moral y cultural....


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