Historia y evolucion del vóleibol PDF

Title Historia y evolucion del vóleibol
Author Edras Reyes
Course Derecho Laboral
Institution Universidad de Mexicali
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SISERA...


Description

Historia del vóleibol El Señor William Morgan, en Hollyoke, Massachussets, Estados Uni- dos, fue el creador del vóleibol. Corría 1895 y un desgastado y querido planeta tierra se empezaba a preparar para eventos dolorosos que, sin embargo, estarían notablemente ligados con nuestro deporte. Por aquella época, este aparente juego nació con el nombre de Minonette y posteriormente fue cambiado al de vóleibol, puesto que la idea básica del encuentro entre dos equipos era volear el balón de un lado a otro de la red, tratando de que cayera en campo contrario y naturalmente, evitando que lo hiciese en el propio. Como decíamos en el párrafo anterior, en sus inicios, el vóleibol fue planteado básicamente como un juego y no como un deporte, por lo que sus principales adeptos se acercaron a practicarlo por el aspecto entretenido que ofrecía a sus cultores. Como consecuencia de lo anterior, su mayor aceptación se produjo en aquella época entre los hombres de negocios. Actualmente el vóleibol es un deporte de alta exigencia física, técnicotáctica y mental, pero sigue manteniendo su connotación de actividad sumamente popular en los parques de juego y en los lugares de veraneo. Canadá fue el primer país extranjero donde se jugó vóleibol, en 1900. Seguramente su extensa frontera con Estados Unidos influyó en buena medida en ello. Esto ocurrió en el año 1900. En aquel entonces, la Asociación Cristiana de Jóvenes, organismo de gran relevancia y tradiciones hasta nuestros días, y en donde se practican las más variadas disciplinas deportivas, se transformó en un verdadero agente difusor del vóleibol tanto dentro de los Estados Unidos como en el extranjero. En general, los practicantes de este deporte fueron apareciendo en forma espontánea y por las más variadas razones, entre las cuales la recreativa y ajena al contacto físico fueron de la mayor importancia. De esta forma, se jugó vóleibol por primera vez en Cuba y en Puerto Rico en 1905 y posteriormente, en 1910 el juego hizo su estreno en las Islas Filipinas. Los primeros pasos de Uruguay en el vóleibol fueron en 1912, un año antes que China y Japón, quienes lo adoptaron a partir de 1913. México, tierra de las enchiladas y el tequila, lo adoptó oficialmente a partir de 1917. Por otra parte, las tropas de Estados Unidos en la Primera Gue- rra Mundial fueron las encargadas de llevar y mostrar el vóleibol en Europa, aspecto ligado a nuestro anterior análisis en el que se hacía mención a que acontecimientos dolorosos serían vitales para difundir este deporte en todo el orbe. A partir de ese momento, el vóleibol fue acogido como propio por casi todos los países del continente europeo. Paralelamente, la Unión Soviética hizo del vóleibol un a disciplina de tal popularidad y categoría, que algunos de los países que la confor- maban llegaron a adoptarlo como su deporte nacional. Rusia, Polonia, Checoslovaquia y una Yugoslavia, entonces semi anexada al sistema imperante en ese lugar del planeta, conformaron una liga de tanta capacidad y atractivo, que generalmente sus torneos resul- taban más interesantes y de mejor nivel que los torneos internacionales, tanto oficiales como de invitación. Algunas de las reglas de juego, así como los estilos del mismo, se fueron dando diferentes en cada país, según las características de nacio- nalidad, raza, hábito y aspiraciones naturalmente propias de cada uno de ellos. Como siempre ocurre en estos casos, buscando unificar criterios un grupo de visionarios intentó organizar una federación internacional de vóleibol en los

Juegos Olímpicos de 1936. Lastimosamente todos los esfuerzos se hicieron en vano, puesto que la iniciativa se vio coronada por un transitorio fracaso. En el continente asiático a esa fecha, considerando entonces la baja estatura de sus habitantes y características que les son propias, habían decidido hacer un vóleibol de nueve contra nueve, sin rotación, sin cam- bios en cada set y con dos intentos para cada servicio. La altura de la red la bajaron unos 15 centímetros y la cancha la hicieron algo más angosta. Es importante destacar que aunque todavía se juega con estas reglas en muy escasos lugares de Japón, el vóleibol moderno de seis contra seis ha desplazado en su totalidad a este antiguo juego familiar que dio sus temblorosos pasos de crecimiento en un lugar del orbe donde tiene hoy un lugar de privilegio. Recordemos que se han desarrollado otras variantes del vóleibol, como las duplas, que en la actualidad cuenta con torneos a nivel mundial y en donde circulan interesantes cantidades de dinero, tanto en premios para los participantes como en auspicios para quienes organizan estos eventos y los mismos deportistas. También se desarrollaron el juego de triplas, muy popular durante un tiempo en nuestro cercano y querido Ecuador, y posteriormente en algunas, partes el vóleibol de cuatro contra cuatro. Al respecto me parece interesante destacar que Chile logró en años anteriores, desarrollar en el Club Sirio Unido, el Primer Torneo de Cuartas Damas sobre césped, del cual fui creador y director técnico. El entonces Presidente de la Federación de vóleibol de Chile, Hernán Duarte Rojas, haciendo un gran esfuerzo, envió a la Federación Internacional el Re- glamento del Torneo y el de Juego, los que personalmente creé, con el objeto de que la máxima organización de este deporte a nivel mundial reconociera nuestra iniciativa y le diera la validez que nos parecía po- díamos lograr. Aún confiamos y «nos hacemos el tiempo» para que una respuesta afirmativa considere que en este rincón del planeta existen iniciativas que pueden ser tomadas en cuenta. Este breve relato anterior, más parecido a una anécdota, alude a que en repetidas oportunidades profesores, técnicos y directivos han realizado esfuerzos de alguna importancia por nuestro desmejorado vóleibol; sin embargo, no han tenido la fortuna de haber sido recepcionados en el lugar adecuado o de haber contado con un patrocinio económico o político que hubiese posibilitado la realización de sus propuestas. Confío en que existen hoy, en este Chile, personas dispuestas a seguir luchando por levantar a diario propuestas que finalmente logren ubicar al vóleibol en un lugar de preferencia entre los deportes practicados en nuestro país. Retomando el tema central de la conversación original, relativa a la historia y evolución de este amigo deporte, debemos decir que el avance veloz y exitoso del vóleibol en el mundo experimentó un trascendental impulso después de la Segunda Guerra Mundial, puesto que los anteriores y fallidos intentos por formar una organización a nivel internacional se vieron coronados por el éxito cuando en Francia, en 1946, a iniciativa de los anfitriones y con la participación de la URSS, Polonia, Yugoslavia y Checoslovaquia, se fundó la Federación Internacional de vóleibol, en la que originalmente estuvieron representados 19 países. Con posterioridad a esa memorable fecha, se han sumado innume- rables naciones a esta organización, la cual llega en la actualidad a más de 120 afiliados. Como es de suponer, la creación de la FIVB significó popularidad, reglamentación unificada y organización permanente de torneos internacionales. Después de este titánico esfuerzo, los resultados se fueron dando en forma natural y así fue como el primer Campeonato del Mundo de vóleibol se organizó en 1949 en Praga, capital de la entonces Checoslo- vaquia con la participación de 10 países. Los primeros campeonatos Europeos se llevaron a cabo en 1948 en Roma, con la participación de

seis equipos, y recordemos también la gran popularidad que este deporte logró en los países socialistas. Esta situación significó, durante un largo periodo, que los países de dicho- conglomerado político ejercieran un importante dominio en el vóleibol a nivel internacional, específicamente en las competencias mundiales. Además de la innegable popularidad que día a día acompañó al vóleibol desde sus orígenes (lo que lo ha llevado a tener junto con el básquetbol la mayor cantidad de jugadores fichados del planeta), el nivel de actuación en los equipos de elite ha ido subiendo rápidamente. De un Campeonato Mundial al siguiente y de unos jj.oo. a los siguientes, el estándar del juego ha mejorado en forma ostensible y, conjuntamente las características físicas de sus cultores. Desde 1960 el promedio de estatura de los jugadores participantes en Juegos Olímpicos y Campeonatos Mundiales ha ido en aumento, y algunas estadísticas señalan que de un torneo a otro se han encontrado variaciones de 1 cm como promedio general de todos los equipos participantes. Por otra parte, los mejores equipos del mundo en cada torneo pre- sentan un vóleibol más dinámico y rápido, además de variado y agresivo. Es innegable que los numerosos campeonatos internacionales han servido para que cada país aporte información sobre su concepto del vóleibol, lo que ha significado que casi todos dominan por ejemplo; el ataque rápido y con combinaciones creadas por los japoneses, así como la seguridad y eficiencia de la ex Unión Soviética, y la depurada técnica demostrada hasta nuestros días en los actuales planteles de la República Checa y la República Eslovaca La difusión explosiva del vóleibol en el mundo desde luego no es accidental. El juego, tal como originalmente se desarrolló, fue altamente recreativo y aún sobrevive con esas características. Pero cuidado, también en su condición de deporte ha llegado a ser uno de los más exigentes y sus juegos tienen un nivel de intensidad y exigencia física y técnica de tal magnitud, que obliga a sus practicantes a duros entrenamientos. Es de justicia destacar que, en forma diaria y permanente, muchos pro- fesores y entrenadores en nuestro país tratan de conseguir para sus colegios y clubes mayores horas e implementos para trabajar con mas eficiencia en este deporte. Lamentablemente, debemos reconocer que hasta la fecha en que se me ocurrió escribir estas ideas, los criterios para definir los destinos del vóleibol en Chile han sido solo economicistas y casi nunca se ha privilegiado el criterio técnico ni el futuro de jugadores o grupos de ellos. A este respecto se podrá argumentar que los escasos recursos han obligado a esas determinaciones; sin embrago, en varias delegaciones internacionales se han dado pases de viajes a directivos y dejado en casa a técnicos asistentes y preparadores físicos. De esta situación no han es- tado ajenos ni la Federación de vóleibol de Chile ni los clubes privados. Supongo que nuestra supervivencia como amantes, difusores, profesores y entrenadores de este vapuleado vóleibol deberá estar siempre sujeta a tan poco nobles y nada beneficiosas mareas. Espero que, no obstante lo anterior, quienes seguimos teniendo esta adicción por el vóleibol continuemos una lucha que en oportunidades se presenta bastante desigual. Un profundo conocimiento de nuestra realidad me permite afirmar que en Chile los equipos en general entrenan entre 6 y 10 horas a la semana, cifra que dista enormemente de los clubes de países vecinos que están sobre las 20 horas semanales de preparación, además del juego de fin de semana. En todo caso, no es necesario ir muy lejos para observar estas dife- rencias; es suficiente con cruzar la cordillera o visitar a nuestros vecinos del Perú, quienes con un trabajo serio, eficiente y dedicado, al igual que nuestros hermanos transandinos han sido medallistas

olímpicos y noso- tros, expectantes observadores. Entre sus características más destacables, el vóleibol tiene una notable consideración recreativa porque: + Como juego resulta interesante. e Es agradable de jugar. + No es caro en cuanto a vestimenta y a instalaciones para prac- ticarlo al aire libre. * Por no haber contacto personal, las posibilidades de lesión son reducidas. e Puede ser practicado por gente de todas las edades y de ambos sexos. e Dadas las características anteriormente señaladas, el vóleibol es factible de ser practicado en universidades, escuelas de ense- ñanza básica, liceos, colegios de todo tipo, fábricas y oficinas, además de parques, playas y cualquier espacio libre y de piso plano, que permita instalar una red y/o un elástico que cumpla esta función. Debemos pensar entonces que no es fundamental la existencia de un gimnasio. Desde el punto de vista deportivo, se estima que el vóleibol desarrolla el espíritu competitivo y todas las cualidades físicas, además del carácter. Es un deporte altamente competitivo y precisa un gran nivel de capacidad física, técnico-táctica y psicológica, además de una fuerte dedicación en el entrenamiento. El vóleibol fue aceptado como Deporte Olímpico en 1964, en Tokio, lo que aumentó considerablemente su popularidad. En la ocasión, fue el único deporte aceptado en el Programa Olímpico con competencias para damas y varones. Los exigentes requisitos psicológicos, así como la diversidad de tácticas y el excitante y dramático ritmo que ha adquirido el vóleibol, lo han convertido en un deporte muy atractivo. La artística belleza de los movimientos de los mejores jugadores, ha situado esta disciplina en el mismo nivel de exigencia y belleza que otros deportes Olímpicos....


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