ILC texto 02 El periodismo necesita corazón Serrano PDF

Title ILC texto 02 El periodismo necesita corazón Serrano
Author Ramsés ahr
Course Seminario de Comprensión y Producción de textos
Institution Universidad Nacional de La Matanza
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Serrano, Pascual: “El periodismo necesita corazón” Publicado en Nº 51 de Pueblos, Revista de Información y Debate, 2do trimestre de 2013. www.PascualSerrano,net. Pascual Serrano Jiménez (Valencia, 1964) es un periodista y ensayista español, crítico con los medios de comunicación de grandes grupos empresariales. Colabora con varios medios españoles y latinoamericanos abordando temáticas referidas a medios de comunicación y a la política internacional. Se licenció en periodismo en 1993 en la Universidad Complutense de Madrid. En 1996 fundó junto con un grupo de periodistas la publicación electrónica Rebelión (www.rebelion.org), que hoy funciona como diario alternativo en Internet. Durante 2006 y 2007 fue asesor editorial de Telesur, un canal de televisión de Venezuela en el que participan Cuba, Argentina, Uruguay y Bolivia, que pretende ser un modelo de comunicación contrapuesto a los medios dominantes del primer mundo. Es miembro fundador de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, creada en México en 2004. Este discurso periodístico es un artículo de opinión, por lo que posee una estructura argumentativa, a través de la que trata el tema de la falta de transparencia y verosimilitud en las noticias que se publican destinadas al público en general, en las que se esgrime una falsa objetividad con el fin de obtener la credibilidad de los lectores y la anuencia del poder. Desde su larga experiencia en el oficio, el periodista expresa su disconformidad con el hecho de que la profesión se ejerce sólo en función de atraer lectores mediante una supuesta objetividad y no desde los valores éticos y culturales, ni a partir de un profundo análisis que invite a la reflexión. Su intención es contribuir al campo de lo social y al campo profesional de la Comunicación. En la actualidad, todos los estamentos de la sociedad conforman una compleja red de estructuras múltiples que abarcan un mundo globalizado. Esto implica que el ciudadano corriente no pueda acceder fácilmente a la información que se produce desde todos los puntos del planeta. Si bien la sociedad de la información privilegia el uso de las nuevas tecnologías, es necesario reconocer que su fin último está en función de la política y el rédito económico. Puede decirse entonces a modo de contexto, que la masificación del uso de las tecnologías de comunicación e información ha producido transformaciones macro estructurales que inciden en las formas de producir de las empresas periodísticas, pero una de las transformaciones más importantes es la multimedialidad, cuya consecuencia es que el compromiso periodístico abandona al ciudadano para volcarse a los intereses de la empresa mediática. Dada la evidente influencia del periodismo en la sociedad, es tema de debate en la sociedad si los medios se han preocupado por desarrollar una deontología profesional que establezca una serie de normas y deberes éticos que guíen su actividad. El autor considera que en general no parece ser así, sostiene que la mayoría de los medios no responde a valores éticos sino a monopolios mediáticos que proceden a una “unificación” de la información. Esto conduce a la preservación de valores fijos, instalados en la sociedad por estos grupos dominantes con el objetivo de la conservación del sistema, así la noticia se ve reducida a un mero formato tecnológico, con un pretendido alarde de objetividad. A través de este discurso periodístico, el autor intenta legitimar su opinión con la intención de convencer a sus lectores de lo que considera verdadero periodismo, cree necesario alertar a la

audiencia acerca de la necesidad de un periodismo de denuncia e investigación que ofrezca a sus lectores un nivel de análisis más profundo y no se limite a la simple exposición de los hechos, especulando con una aparente objetividad. Es preciso reconocer que el autor ha estudiado en profundidad algunos de los aspectos más problemáticos de la realidad de hoy en el mundo de la comunicación, ya que analiza claramente los hechos por todos conocidos, y que puede tomarse como ejemplo de lo que sucede en el orden comunicacional en distintos países incluida la Argentina. Por lo tanto se puede coincidir en parte con lo planteado por el autor, ya que la sociedad debería obtener una información más comprometida con la realidad. Serrano propone un periodismo crítico e independiente que recupere la dignidad, el servicio a la comunidad y a la justicia social. Afirma que no se trata únicamente de contar los hechos, sino también de que la información funcione al servicio de sus lectores mediante la búsqueda desinteresada de la verdad. Esto no significa que el periodismo deba dar la información atravesada por la ideología, aunque en la práctica algunos medios así lo hacen, pero sí comprometidos con principios y valores. El periodismo no puede ser neutral, ni imparcial, ni objetivo, sostiene. Para demostrar esta aseveración, menciona a varios reporteros históricos socialmente comprometidos que no dudaron en tomar partido por la verdad. Estima que su trayectoria debería tomarse como ejemplo de dignidad para la formación de nuevos profesionales de la comunicación. Los medios de comunicación comerciales no son soportes neutrales de información, la objetividad de la que hacen gala son “argumentos empresariales,” según el autor, desplegados para obtener la confianza de la audiencia. Estos medios están en consonancia con grupos económicos e integran un sistema del que obtienen beneficios. Tras exponer estos asuntos, el autor estimula la reflexión del lector apuntando los principales elementos de un periodismo ético, es decir, muestra su preocupación por los problemas expresados en el texto. Deja en claro la degradación de los valores de responsabilidad social del periodismo actual, y la connivencia con el poder debido en parte a que la prensa es captada por grandes grupos económicos cuyo interés es ajeno a las necesidades sociales. Es posible coincidir hasta aquí con lo afirmado por Serrano, pero, según lo señalado anteriormente, el autor no tiene en cuenta otros aspectos. No es posible tomar un grupo complejo como el periodismo en su totalidad como si fuera un elemento homogéneo y fácilmente maleable. Para analizar el objetivo en buenos términos, sería de gran ayuda comenzar con alguno de aquellos aspectos: como por ejemplo cómo es recibido el trato pragmático de todo pensamiento funcional como sistemas de ideas en los mensajes de los medios, por qué motivos el consumidor de la información, en muchos casos, acepta determinadas interpretaciones de lo real consideradas como verdaderas y que son ampliamente compartidas conscientemente por un grupo social determinado. No se puede obviar el hecho de que muchos de los usuarios se dejan cautivar por la modalidad tecnológica de la noticia, cuanto más actualizada más atractiva para el imaginario colectivo, independientemente de las circunstancias reales. La derivación lógica de este análisis es que le cabe al usuario la responsabilidad en la búsqueda de la información, ya que no es prudente un control de la información por parte de otras instituciones, ni tampoco la proclamación un periodismo que se ve a sí mismo como

depositario de las ideas que pueden resolver cualquier problema social. Existe una minoría de publicaciones comprometidas con la verdad que puede considerarse “objetiva” – siendo la verdad incognoscible salvo en su realización concreta – y que no pretende explicar la realidad de una forma asumible y tranquilizadora, sin criticismo, funcionando sólo por consignas. Al ciudadano le asiste el derecho a la información y hace uso de ese derecho con la expectativa de ser informado acerca de las maneras de ver el mundo del grupo social al que pertenece. Interviene su interés personal y se cohesiona el grupo donde se asienta. Por lo tanto, el periodismo en general debería responder ante el ciudadano basado sobre dos criterios fundamentales: la pluralidad informativa y la circulación de contenidos diversos de utilidad para todos los sectores de la sociedad. Si bien se ha considerado necesario exponer esta perspectiva, no se puede dejar de advertir que tal como lo plantea Pascual Serrano, el valor periodístico ya no se ejerce en defensa del ciudadano ante el posible abuso de parte de los poderes del estado o de cualquier otro poder. Es casi imposible dejar de lado la subjetividad periodística, pero la exposición de la verdad tiene que ser equilibrada y sobre todo, honesta. En la actualidad, se observa que el modelo de periodismo se pone en crisis, el periodista queda sujeto a su obligación de actuar conforme a los contenidos que impone la empresa que lo contrata. La irrupción de lo digital transformó el rol periodístico: las multifunciones afectan a los productos, hay nuevos lenguajes comunicacionales y digitales que posibilitan interacciones con los lectores usuarios, esta parece ser la causa de que los medios otorguen más importancia a los formatos que al contenido. Puede observarse a simple vista que los multimedios se sirven de los adelantos tecnológicos para propalar imágenes fragmentadas sacadas de contexto, que desvirtúan la realidad de la información Ya no se duda de que hoy el periodismo es un negocio redituable tanto al servicio de los grandes medios, como a los gobiernos de turno: el periodista en muchos casos, carece de la independencia necesaria. Para ilustrar esto, sería bueno recordar las palabras de Arturo Pérez Reverte en “Sobre miedo, periodismo y libertad” “Aterra la docilidad con la que últimamente, salvo concretas y muy arriesgadas excepciones, el periodismo se pliega a la presión del poder, nunca se ha visto, desde que se restauró la democracia, un periodismo tan agredido por el poder político y financiero. Y nunca se ha visto tanta mansedumbre, tanta resignación en la respuesta. Apenas hay afán por buscar, por investigar, excepto cuando se trata de servir intereses particulares. Lo socialmente correcto llevado hasta extremos de estupidez. Y en pocos casos se trata de hacer reflexionar al lector sobre ésto o aquéllo. Se trata, por lo general, de imponerle una supuesta verdad. Y ese parece ser el triste objetivo del periodismo de hoy: no ayudar al ciudadano a pensar con libertad. Solo convencerlo. Adoctrinarlo.” El periodista Serrano se construye como un enunciador comprometido con el tema que desarrolla. Se nota en el autor una inclinación ideológica hacia los atributos básicos en el ejercicio del periodismo, una estricta moralidad e integridad de conciencia ya que defiende estos bienes como imprescindibles para el correcto desarrollo de la profesión y la búsqueda de la verdad informativa como construcción de una sociedad democrática.

Las ideas que Serrano defiende en este texto son equiparables con las ideas y valores de Ignacio Ramonet en “Informarse cuesta” quien trata el tema de la “desinformación actual” en los medios masivos de comunicación. Ramonet propone ofrecer al lector una información seria y detallada, fruto de una profunda investigación. En ambos textos se observa claramente que los autores coinciden en que medios solo muestran una parte de la realidad, recortada a su conveniencia, la más superficial de un hecho determinado sin tener en cuenta los motivos que lo originan. A partir de las ideas desplegadas en el texto se puede afirmar que el autor del artículo tiene una amplia visión del tema y que abjura de la supuesta objetividad informativa, ya que implica la decadencia en la calidad de la información. Frente a esta situación, la sociedad entera puede y debe exigir su derecho a la información y no contentarse con un solo espectro informativo....


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