LA CONDUCTA HUMANA PDF

Title LA CONDUCTA HUMANA
Author Yosmar DC
Course Psicologia y Sociologia
Institution Universidad Nacional Experimental de los Llanos Centrales Rómulo Gallegos
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República Bolivariana de Venezuela Ministerio del Poder Popular Para la Educación Universitaria Universidad Experimental De Los Llanos Centrales Rómulo Gallegos San Juan de los Morros, Estado Guárico Asignatura: Psicología Sección 2

LA CONDUCTA HUMANA

Facilitador:  Rafael Mota

Alumno:  Yosmar Diaz 28.064.623

Febrero 2020

Introduccion El estudio de la conducta humana siempre ha intrigado al propio hombre, preguntas como el dónde surge, cómo y cuáles son su motivaciones, además de hecho del por qué un determinado estímulo significa algo diferente para cada individuo y cómo también la reacción suele ser diferente, por lo tanto, la conducta humana siempre ha recibido mucha atención e incluso hay algunas que se encargan de su estudio particular, ahora bien, los avances en el campo de la conducta han sido espectaculares en los últimos10 años del siglo pasado y aún a la fecha se siguen dando descubrimiento simportantes, en tanto el avance tecnológico continúe con pasos a gigantados, esos mismos pasos se darán en el avance del conocimiento de la conductahumana. El hombre se expresa a sí mismo mediante actos de conducta. Si pudiéramos saber qué es lo que hace una persona y cómo lo hace, la conoceríamos bastante bien. Las formas de la conducta son cuatro: las actitudes corporales, los gestos, la acción y el lenguaje. La conducta de los seres humanos es una reacción frente a las circunstancias de la vida. Decimos que estas circunstancias constituyen estímulos para nuestras reacciones. La vida psíquica es activa, porque el hombre reacciona frente a las circunstancias con actitudes corporales, gestos, acciones y lenguaje. En el presente trabajo se disertara acerca del concepto de conducta, os factores que influyen sobre ella, como se desarrolla en la adolescensia y como influyen ciertas conductas, el efectos de las drogas y demas adicciones y patologias de entender de manera clara cada una de ellas.

La Conducta Humana Tenemos la siguiente definicion de comportamiento humano: conjunto de actos exhibidos por el ser humano y está determinado por absolutamente todo el entorno en que se vive; tiene influencias más sociales Desde años se ha tratado de estudiar y comprender el comportamiento humano, esto es para tratar de aprovechar sus características en el desarrollo de actividades o mejorarlo para permitirle al mismo vivir de una mejor manera, ya sea observando sus fortalezas, mejorando esos aspectos y tratar de disminuir las debilidades aumentando la atención en los puntos en los que generalmente el ser humano suele fallar. El comportamiento es estudiado por las disciplinas académicas de la psicología, la sociología, la economía, la antropología, la criminología y sus diferentes ramas. Ademas el comportamiento humano cuenta con factores que lo influyen como: la genetica, la actitud, las normas sociales, y la cultura. Ahora bien, las bases legales se tratan de normas que pertenecen al Derecho, dichas normas son dictadas por las instituciones del Estado con la finalidad de regir el comportamiento y las conductas de los ciudadanos en general. Podemos encontrar estas normas establecidas en la Constitución de cada país. Por ello, su incumplimiento conlleva a sanciones legales o castigos penales. Asi mismo, estas normas están aprobadas y establecidas en un marco legal, por lo tanto su cumplimiento es obligatorio aunque se desconozca su existencia y penalidad. De allí que se diferencien de las normas sociales o morales informales cuyo cumplimiento no es obligatorio. Tomamos como ejemplo, el incumplimiento o atraso en el pago de un impuesto puede generar una multa. En los casos de estafas, robos o crímenes más graves, se han establecidos normas que incluyen penas de cárcel.

Factores que influyen en su desarrollo. Comenzamos por la intervencion de diversos factores que en el inicio, mantenimiento y finalización de una conducta específica confiere a la misma un carácter de complejidad, siendo objeto de la psicología el estudio de los distintos procesos que la integran. El comportamiento humano es directamente observable, no así los procesos psicológicos que se desencadenan antes, mientras o después de la ejecución del mismo. Asi mismo, el conocimiento de dichos factores es un tema fundamental en el ámbito de la psicología. En

este orden de cosas, la psicología trata de comprender, es decir, explicar el comportamiento, y predecirlo con anterioridad a que éste se lleve a término. Se trata de anticiparnos a los hechos, conociendo con qué probabilidad se va a desencadenar una conducta, y bajo qué condiciones, tanto individuales, como ambientales. Esta predicción no es una tarea fácil debido a la diversidad de factores que están implicados en la manifestación de un comportamiento. Desde el principio de la evolución filo y ontogénetica, la anticipación a los acontecimientos, es decir, la predicción de los mismos, ha permitido la supervivencia de los organismos. De un modo muy general, podemos considerar que la conducta humana se puede predecir atendiendo a factores psicológicos y sociales. Por lo que se refiere a los factores psicológicos, podemos diferenciar entre características afectivas (ej. estados de ánimo y emociones) y cognitivas (ej. creencias y expectativas). Por lo que se refiere a los factores sociales (ej. redes y normas sociales), éstos actuarán facilitando o inhibiendo la manifestación de una conducta dada. Todos los factores comentados deben ser considerados a la hora de predecir la aparición, el mantenimiento o la extinción de una conducta en un contexto determinado. Cuando nos referimos a la necesidad de conocer la actitud para poder predecir la conducta que la persona podría o no realizar, hay que determinar si dicha conducta es general o específica. En este sentido, resulta de poca utilidad predecir una conducta específica (dejar de fumar) a partir de una actitud general (valorar positivamente la salud) y viceversa, de una conducta concreta (no abandonar el consumo de tabaco) no se puede desmentir una actitud general (menospreciar la salud). En la probabilidad de ejecución de un comportamiento concreto ha de tenerse en cuenta el tipo de conducta, el objeto hacia el cual se dirige la misma, el lugar donde se lleva a cabo y el momento en el que transcurre la acción (Morales, Moya y Rebolloso, 1994). Los distintos elementos que influyen en el inicio de una acción nos conducen a valorar las distintas creencias que están en juego, y no atender tan sólo a una creencia general, ya que no se otorga el mismo grado de aceptación o rechazo a cada uno de los componentes específicos que la conforman. Por ejemplo, conocer la actitud favorable hacia la salud coronaria puede decirnos muy poco sobre las conductas específicas que el individuo realizará para mantenerla. Así, no podemos conocer de antemano si, un individuo, tras adoptar una actitud positiva hacia la salud coronaria, va a abandonar el hábito tabáquico, practicar ejercicio físico, eliminar el consumo de grasas, etc. El conocimiento del mayor número de creencias específicas sobre la conducta, conjuntamente con el efecto de la valoración de las mismas, va a permitir una mejor predicción de la actitud y, por tanto, de la intención concreta de llevarla a término. La actitud es un componente fundamental para predecir si se va a llevar a cabo un determinado comportamiento, ahora bien, no es el único. La situación específica y las

variables personales inciden en nuestro comportamiento. De hecho, en ocasiones, muchas de nuestras acciones pueden basarse principalmente en nuestros sentimientos, manteniendo un contacto mínimo con nuestras ideas o conocimientos previos acerca del objeto. Los seres humanos podemos actuar atendiendo únicamente a nuestros sentimientos y emociones, dejando a un lado nuestra racionalidad. Además, nuestros comportamientos conllevan una serie de consecuencias que ofrecen información continua y pueden hacer variar nuestro comportamiento y/o actitud. Entre las consecuencias que se derivan de nuestros actos, las emociones juegan un papel primordial e inciden en la probabilidad de que se ejecute una conducta en un futuro. Las distintas emociones desencadenadas tienen, entre otras funciones, la de advertir al ser humano de que dirija su atención sobre los acontecimientos que han generado dichas emociones. Así, a partir de la valoración que se haga sobre la situación, se activa en los organismos la predisposición a la acción y la intención de llevar a cabo una conducta determinada. Cuando las respuestas emocionales son positivas, las personas tienden a mantener las conductas que han provocado dichas emociones. Por el contrario, cuando las respuestas emocionales son negativas, se pueden llevar a cabo dos acciones diferentes. Por un lado, el individuo puede tomar conciencia de que tiene que hacer frente a la conducta que ha generado dichas emociones; por otro lado, cuando el individuo no tiene capacidad para hacer frente a la conducta, puede intentar manipular las emociones desencadenadas. Por lo general, el comportamiento humano es muy complejo y puede desencadenar tanto emociones positivas como negativas (por ejemplo, cuando alguien deja de fumar se generan tanto emociones positivas –júbilo por el éxito– como emociones negativas –ira por haber renunciado a un hábito placentero–). La valoración que el individuo haga de dichas emociones y de otros acontecimientos personales y sociales determinará si el individuo realiza y mantiene su comportamiento saludable o, por el contrario, cede en su intento. Así, podemos observar cómo es posible que la adquisición de un nuevo comportamiento pueda predecirse, en gran parte, a partir de las reacciones afectivas ya que es posible que el resto de elementos no varíen. El aspecto cognitivo de la actitud en esta situación comentada, y en otras muchas, se mantiene estable (el tabaco es perjudicial para la salud), también la intención de llevar a cabo la conducta (quiero dejar de fumar). En este sentido, las respuestas emocionales desencadenadas y la forma en que los individuos las afrontan resulta crucial a la hora de predecir el comportamiento. Los factores cognitivos no son elementos nada despreciables en dicha predicción, pero éstos juegan un papel más destacado en las conductas que no han de realizarse de modo inmediato y en aquellas que el sujeto tiene una mayor percepción de control sobre la mismas, presentando una mayor seguridad de que nada ni nadie dificultará su acción. Un factor de mucha importancia en el comportamiento humano, es el social e incluso en la vida diaria es la psicología, que es la ciencia de la vida mental, tanto de sus fenómenos como de sus condiciones. Fenómenos son lo que llamamos sentimientos,

deseos, cogniciones, razonamientos, decisiones y cosas similares; consideradas superficialmente es tal su variedad y complejidad que deja una impresión caótica al observador. Sin una mente saludable y estable no puede haber un comportamiento sano y estable, por tal razón la salud mental influye mucho en el comportamiento humano.. Las normas sociales (influencia de la presión social que es percibida por el individuo para realizar o no ciertos comportamiento) son factores que tambien influyen, tambien el control del comportamiento percibido, cómo las creencias del individuo hacen fácil o difícil la realización del comportamiento, ademas la cultura (influencia entrelazada con la contingencia de diferentes conductas) es un factor que influye de gran manera tambien, y genética ( psicología evolucionista). Los investigadores en genética de la conducta entienden que los factores hereditarios intervienen, y bastante, en muchas conductas complejas, incluyendo capacidades cognitivas, personalidad y psicopatologías, por ejemplo: -

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Coeficiente de inteligencia: Ha sido, con diferencia, el rasgo más estudiado en genética de la conducta. Por inteligencia se entiende aquí aquello que miden las pruebas (cuestión aparte es si la inteligencia puede ser medida por las pruebas [Gould 1981; Lewontin 1987]). El conjunto de los datos obtenidos con diferentes métodos (estudios de adopción, con gemelos idénticos, etc.) apuntan hacia una heredabilidad del CI en torno al 0,50. Esto significa que las diferencias genéticas entre los individuos darían cuenta aproximadamente de la mitad de las diferencias en la capacidad de los individuos para realizar las pruebas (Plomin: 68-75). El ambiente y los errores de cálculo aportarían la mitad restante. Creatividad: Definida normalmente como «habilidad para pensar divergentemente, en lugar de adoptar las soluciones clásicas o habituales a un problema», su heredabilidad se estima en torno al 25% como mucho. Pero parece que en este caso la influencia del entorno compartido es mucho más decisiva que los factores genéticos (Canter 1973). Dificultades para la lectura: Al menos un 25% de los niños tienen dificultades para aprender a leer. En algunos existen causas específicas como retraso mental, daño cerebral, problemas sensoriales y carencias culturales o educativas. Pero otros muchos niños sin estos problemas encuentran también dificultades para leer, y algunos estudios sobre familias han puesto de manifiesto que otros parientes tenían esta discapacidad. Se han propuesto estimas del 30% para la influencia de lo hereditario en este rasgo (4). Retraso mental: Hace referencia a una capacidad intelectual por debajo de lo normal, concretamente a coeficientes de inteligencia inferiores a 70. Es grave si

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el CI no llega a 50, y leve o familiar si está entre 50-70. Entre sus causas se incluyen factores genéticos poco frecuentes anomalías cromosómicas como la trisomía del 21 y desórdenes monogénicos como la fenilcetonuria u otros que originan procesos degenerativos así como factores ambientales (complicaciones al nacer, enfermedades en la infancia y deficiencias en nutrición). Los hermanos de individuos con retraso mental leve manifiestan, estadísticamente, cierto retraso mental; pero los hermanos de individuos con retraso mental grave suelen dar un CI normal. Esto indica que las causas del retraso mental ligero o leve no son congénitas. Personalidad: Diferencias entre individuos en cuanto a emocionalidad, niveles de actividad, sociabilidad y otros muchos rasgos han sido también objeto de estudio. Las conclusiones más importantes de un amplio estudio indican que casi todas las destrezas cognitivas muestran una influencia genética apreciable y que la influencia del entorno, después de la infancia, es ante todo de la variedad no compartida (las experiencias de los individuos en la interacción con el ambiente no coinciden). Los estudios sugieren una heredabilidad del 40% para la emocionalidad y del 25% para los niveles de actividad y la sociabilidad (Loehlin y Nichols 1976). Extroversión y neurosis: Son considerados dos rasgos importantísimos de la personalidad. La extroversión incluye dimensiones como la sociabilidad, impulsividad y animosidad. La neurosis incluye melancolía cambios bruscos de humor, ansiedad e irritabilidad. Es una dimensión amplia de la estabilidad e inestabilidad personal, no exactamente de tendencias neuróticas. Estudios sobre unos 25.000 pares de gemelos les atribuyen una heredabilidad media de 0,50 (Henderson 1982)(5).

Otros rasgos de la personalidad: En menor medida (1 ó 2 estudios por rasgo) se dispone de datos sobre la heredabilidad de la rebeldía, la empatía, la desconfianza, la anomía y la búsqueda de sensaciones (sic). Todos muestran alguna influencia genética y a menudo indicios de varianza genética no aditiva. Se han establecido también correlaciones sobre la heredabilidad de rasgos aún más sorprendentes: sentido del bienestar (0,48); capacidad de liderazgo o de acaparar la atención social (0,56); capacidad de trabajo (0,36); intimidad/retraimiento social (0,29); conductas neuróticas como reacción al estrés (0,61); alienación (0,48); conducta agresiva (0,46); prudencia, entendida como actitud de precaución ante los riesgos (0,49); tradicionalismo, entendido como aceptación de las reglas y respeto a la autoridad (0,53); imaginación (0,61). En conjunto, darían una heredabilidad media de 0,49 (Tellegen y otros 1988). Psicopatologías: La esquizofrenia ha sido una de las más estudiadas. Se han propuesto correlaciones para la propensión a la esquizofrenia alrededor del 0,85 para

gemelos idénticos, 0,50 para gemelos fraternos y del 0,40 para parientes de primer grado. Según esto, la heredabilidad de la propensión a la esquizofrenia sería alta, quizás mayor del 70% (Plomin 100-103). De momento, no ha sido confirmada la existencia de un marcador genético relacionado con la esquizofrenia en el cromosoma 5. Para la depresión se ha sugerido una heredabilidad parecida. En pocas palabras, las investigaciones en genética de la conducta parece incuestionable la influencia extensa de los factores genéticos en múltiples facetas de la conducta humana, desde el CI hasta las psicopatologías. En opinión de Plomin, «la influencia genética es tan ubicua y generalizada que es preciso un cambio de énfasis: preguntar no por lo que es hereditario, sino por lo que no lo es». Pero el mismo autor considera estos datos la mejor evidencia disponible de la importancia que tienen los factores ambientales en el comportamiento. En este sentido, la genética de la conducta habría hecho importantes aportaciones a nuestra comprensión de lo que recibimos del exterior, no sólo de la naturaleza. No obstante, queda una cuestión pendiente: la genética molecular, a pesar de sus avances espectaculares, no ha confirmado estos resultados. Y las razones tienen mucho que ver con la metodología utilizada para su obtención. Tambien, la observación del desarrollo motor del niño, ha permitido poner en evidencia su capacidad progresiva para realizar acciones cada vez más complejas. El estudio de la evolución motora y de los factores neurológicos que intervienen en la regulación de los movimientos, demuestran que todo los niños pasan, en edades relativamente similares, por las mismas etapas para adquirir una determinada habilidad motora.(caminar, sentarse, saltar, agarrar, etc.). Proceso conocido como MADURACION Existen criterios unánimemente aceptados para definir la maduración, como un proceso biológico inexorablemente determinado por el código genético. Para Rigal (1979), la maduración es "el proceso fisiológico, genéticamente determinado, por el cual un órgano o conjunto de órganos llega a una madurez y permite la función por la cual es conocido, ejercerse libremente y con el máximo de eficacia." La maduración, por lo tanto, no depende de la edad cronológica del niño sino que de factores intrínsecos (código genético) que determinan el momento y forma de aparición de actividades motoras específicas. Esta es la razón por la cual cada etapa evolutiva se caracteriza por ciertos rasgos morfológicos y funcionales, cuyos patrones se manifiestan en forma ordenada, y pueden encontrarse en cualquier niño normal. Las potencialidades genéticas, no pueden evidenciarse, sin considerar alguna clase de ambiente que posibilite su manifestación. Proceso que puede demorar meses e incluso años. Si bien es cierto, que el ambiente suministra estímulos que dan lugar a la manifestación de pautas de respuestas motoras preestablecidas, la maduración actúa a la

vez, presentando situaciones que requieren el aprendizaje de nuevas respuestas o el cambio de las antiguas. El ambiente a través de sus pautas sociales, determina la conducta que tendrá que ir necesariamente aprendiendo el niño. Asi mismo, los hábitos como fragmentos de conducta que llevamos a cabo todos o, casi todos los días, y sobre los que nuestra voluntad no forma parte de ese comportamiento. Existen habitos muy sencillos como pueden ser: limpiarnos los dientes, afeitarnos, quitarnos los pendientes antes de acostarnos. Este tipo de habitos se hacen sin pensar en ello, de manera automática. Otros pueden ser más complejos: como el vestirnos o el preparar la comida. Y otros son tan complicados que es sorprendente la capacidad de nuestro cerebro para ir tomando decisiones sin que seamos conscientes de ellos. Como puede ser el conducir un coche. Desde que lo sacamos del garaje hasta que lo aparcamos al final de n...


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