LA Fundación de Antonio Buero Vallejo. Información necesaria PDF

Title LA Fundación de Antonio Buero Vallejo. Información necesaria
Author Clara Chenxi Vales Ferreño
Course Lengua castellana
Institution Instituto de Educación Secundaria Salvador de Madariaga
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Summary

Este documento contiene información sobre el libro "La Fundación" de Antonio Buero Vallejo.
Argumento, resumen por cuadros y personajes....


Description

LA FUNDACIÓN de Antonio Buero Vallejo ARGUMENTO Tomás es un preso político condenado a muerte por un régimen totalitario, que comparte con cuatro compañeros de celda la espera de la ejecución. Tras haber sido detenido cuando repartía propaganda, fue torturado y delató a los miembros más importantes de su organización, que comparten con él la prisión. Abrumado por los remordimientos, intentó suicidarse, lo que fue evitado por su compañero Asel. Ante esta situación su mente desvaría y cree encontrarse en una fundación en la que sus amigos y él están becados para investigar. Mediante este brote esquizofrénico se defiende de la realidad. Pero todos estos detalles del argumento son casi desconocidos para el público hasta muy cerca del final. La trama sigue un camino diferente: los compañeros de celda están tratando de que Tomás recobre la cordura, aunque esto también se ignore durante un tiempo. Cuando comienza la obra, el escenario nos presenta el ambiente agradable de una fundación, algo que sólo está en la mente de Tomás, y no la cárcel real en que se encuentra. Es este personaje el que impone su visión subjetiva a todo el universo escénico: los petates son sillones; las paredes, librerías; ve un ventanal sobre el campo. Pero esto no lo sabe el espectador, porque también lo ignora Tomás. Incluso, las progresivas quiebras que la realidad introduce en su mundo alucinado son vividas por él y por el público como absurdos inexplicables.

RESUMEN POR PARTES -CUADRO PRIMEROLa obra comienza cuando Tomás está solo en la habitación. Su soledad es relativa, pues dialoga con el supuesto enfermo y con Berta. Las respuestas están

en la mente del joven. Pero además afloran datos y pensamientos, sin duda subconscientes, que revelan su lucha interior entre la enajenación y la verdad. Su mente está librando una batallaayudada por el auxilio de sus compañeros- en la que la realidad va penetrando en las grietas de la Fundación. Asel actúa como el médico que no es. Su papel es el de un demiurgo, una especie de Maese Pedro, que va moviendo los hilos del retablo, para la curación de su amigo. Por eso, ya en las primeras escenas Tomás da muestras de inseguridad: el proceso de desalienación había comenzado antes. Las palabras del enfermo no pueden justificar su perplejidad al comprobar que no come ni bebe, pero tratan de explicarla: está cansado, duerme mucho, el mal olor procede del cuarto de baño. Mayor importancia tiene el diálogo con Berta. Todo lo que la muchacha expresa es lo que él comienza a intuir o temer. El motivo o metáfora del ratón constituye otra muestra del debate interior de Tomás. El animal se llama igual que él y Berta lo define como su novio, pero añade: “ Hay que salvar a Tomás. Me gustaría rescatarle de lo que le espera... Y lo salvaré”, lo que no es otra cosa que el deseo soterrado de Tomás por acceder a la normalidad. El verdadero carácter de estos diálogos no es conocido por el público en el momento de producirse; para él, Berta es un ser real como Tomás. Por eso, algunas reacciones o comentarios de los personajes resultan difíciles de entender: por ejemplo, la brusquedad de Tulio, que es el menos dispuesto a seguir el juego a Tomás. Esta discordancia a veces tiene motivos nimios (ofrecer una cerveza...), pero en ocasiones supone un amargo e irónico contraste. Tulio no siempre puede reprimirse ante tales afirmaciones. Sus brotes de impaciencia contribuyen a acelerar la vuelta del loco a la cordura y complementan la labor más cuidadosa de Asel. Pero tampoco se puede afirmar que sea Tulio únicamente el que provoca las rupturas. Algunas ya se han producido antes de comenzar la obra y de ahí que en el decorado aparezcan elementos tan diversos como una taquilla de hierro, seis talegos, que contrastan con lo confortable del resto. Tomás no ve que Max se sirva una bebida, aunque percibe el vaso y observa que el cigarrillo de Lino se consume en el cenicero, a pesar de que él manifiesta su deseo de fumar. Son indicios de que Tomás va accediendo progresivamente a la cordura. Por eso con frecuencia afirmará: “No lo entiendo, no me lo explico...”

-CUADRO SEGUNDOLas disonancias se acentúan. Dos de los cinco sillones han sido sustituidos por petates y han desaparecido las sábanas. Tomás se equivoca al identificar al autor de un cuadro que supone estar viendo en un libro y acepta la rectificación de Tulio, al igual que acepta el supuesto parecido entre dos obras de Van Eyck y Vermeer. A continuación desaparece la cajetilla y empieza a pensar que están jugando con él. Su perplejidad aumenta al ver a los camareros sin frac y al encargado cerrar la puerta sin permiso. Su desasosiego sigue creciendo y Lino declara que hay que llevarlo a la enfermería. Tulio lo invita a que abra la puerta cerrada. Tomás, angustiado, siente que su mundo se desajusta. En esta situación vuelve a enfrentarse con Tulio, que finge hacer una fotografía con un vaso de aluminio, que Tomás reconoce como lo que es. Aunque habla de que el paisaje está extrañamente iluminado, es el hombre tumbado el que le obsesiona. Incluso vuelve a oírlo hablar. Inmediatamente llegan los carceleros y se aclara que lleva varios días muerto. Ahora el mundo de la fundación se derrumba, aunque no desaparece del todo. La luz se hace triste y algunos elementos del espacio escénico se transforman. Sólo las esquinas permanecen en penumbra, como representación de los recodos de su mente que aún se niegan a entender... Tras la pregunta: “¿Estoy enfermo, Asel?”, se produce el regreso a la normalidad.

-CUADRO TERCEROYa no hay sillones, la mesa es de hierro, los uniformes de los personajes son de presos, pero Tomás conserva el suyo al principio. La inseguridad le hace andar a tientas como un ciego. Continúan las transformaciones hasta el punto de no saber distinguir la verdad de la pesadilla. En la confusión que lo domina hay retrocesos, busca excusas y defensas, pero la evidencia se impone. Resulta afectado el paisaje, que se convierte en un corredor de prisión, y el que se percibe a través de la ventana se oscurece. Tomás continúa perplejo y, además, debe enfrentarse a la acusación de Asel de ser un delator. Tras un nuevo desajuste, cuando el teléfono deja de funcionar, tiene lugar la

escena en que Tulio le invita a soñar. Es un paréntesis distensivo en que vuelven a aparecer risas y bromas. El fortísimo contraste en que Tulio es llamado para morir no es entendido por Tomás. No solo no está curado, sino que parece haber sufrido un retroceso. Afirma que hay motivos para estar alegres, porque a Tulio le han levantado el arresto. Entonces Lino lo encara definitivamente con la verdad: “Lo van a matar, imbécil”. Tomás regresa a su fantasía y eso lo lleva a imaginar a Berta. Es el último intento de negar la realidad, de ahí que se oiga la música de Rossini y que el paisaje vuelva a iluminarse. Berta representa el subconsciente de Tomás, que se enfrenta a su deseo de permanecer allí. Tras un nuevo desajuste, cuando el teléfono deja de funcionar, tiene lugar la escena en que Tulio le invita a soñar. Es un paréntesis distensivo en que vuelven a aparecer risas y bromas. El fortísimo contraste en que Tulio es llamado para morir no es entendido por Tomás. No solo no está curado, sino que parece haber sufrido un retroceso. Afirma que hay motivos para estar alegres, porque a Tulio le han levantado el arresto. Entonces Lino lo encara definitivamente con la verdad: “Lo van a matar, imbécil”. Tomás regresa a su fantasía y eso lo lleva a imaginar a Berta. Es el último intento de negar la realidad, de ahí que se oiga la música de Rossini y que el paisaje vuelva a iluminarse. Berta representa el subconsciente de Tomás, que se enfrenta a su deseo de permanecer allí. El proceso llega a su desenlace: el paisaje se oscurece y admite la desaparición de la Fundación:”Estamos en la cárcel, condenados a muerte”. El cuadro tercero finaliza con las voces de los centinelas que él antes no quería oír. Berta aparece por última vez y de su mano cae un ratón muerto.

-CUADRO CUARTOYa no hay ventanal, sino un lienzo de pared. Tomás, vestido de preso, resume la historia. Tras recordar su pasado- detención, tortura, delación, intento de suicidio-, la cortina que separaba el inexistente cuarto de baño desaparece. Sólo en este momento el espacio escénico muestra con todo detalle una prisión. Sin embargo, Tomás empleará aún la locura al tratar de encubrir la muerte de Max. La situación es distinta a la anterior, pues él domina su imaginación en lugar de ser dominado por ella. La Fundación es ahora un arma contra los carceleros

para conseguir el traslado a las celdas de castigo y, de ahí, la posible liberación. Ya no delira y en el diálogo final con Lino se atreve a pensar en el futuro. Pero, antes de que caiga el telón y cuando no hay personajes en escena, esta se transforma y recobra de nuevo el aspecto del comienzo. Este final no engaña al espectador, pero quizá tiene la misión de prevenirle sobre las “fundaciones” que le acechan en la realidad extrateatral, porque si esta prisión concreta se ha visto refutada, otras perduran en el mundo. En el plano teatral ese fin puede tener otro sentido: la anécdota ha concluido, pero la vida sigue. Unos nuevos huéspedes están a punto de entrar. La obra ha presentado el caso de Tomás, pero podía haber presentado otros, porque sólo se ha ofrecido un caso clínico de la alineación en general. El mal no es individual, sino colectivo; por eso los espectadores han compartido el punto de vista del loco y han sido convertidos en Tomás. Aunque no están encerrados en una prisión, también a ellos se les esfuman un televisor, un vaso... en una alucinante carrera consumista. En definitiva, el mundo es igual fuera que dentro: todo es una fundación.

PERSONAJES TOMÁS. Ya ha sido analizado con bastante detalle al hablar de la obra. Su locura nace como coartada ante el miedo por su situación y la vergüenza de haber sido débil y haber delatado a sus compañeros. Se alimenta además por su imaginación, pues aspiraba a ser escritor. En cierto modo ha vivido su novela, en lugar de escribirla. ASEL. Es el más maduro y reflexivo y por él habla la experiencia. Definido como un hombre muy razonador, logra con serenidad salvar las difíciles situaciones que se le presentan en los dos primeros cuadros. Es un personaje matizado, que en la segunda parte acrecienta su complejidad. Ha trazado un plan de huida y lo desarrolla de acuerdo con Tulio, pero cuando este cae, nace en él un momentáneo desaliento que le lleva a dudar de todo aquello por lo que ha luchado. Cuando la esperanza parece muerta, renace de sus cenizas. Resurge la posibilidad de intentar la fuga sin Tulio, pero con Tomás ya recuperado. Asel, razonador y práctico, concibe también un sueño de futuro, la esperanza de un mundo mejor

que debe ser buscado en el presente. No se rinde y piensa siempre que existe un remedio. Su fuerza procede del conocimiento de su debilidad y de la de sus compañeros. Hace años también él fue torturado y delató y ahora ve un Tomás un caso semejante al suyo y quiere salvarlo. BERTA. Es la novia de Tomás. Como personaje real aparece aludido al final de la obra, cuando se dice que lo ha visitado en el locutorio. La Berta que interviene en la obra desde el comienzo es un desdoblamiento de la personalidad de Tomás. Es un refugio para el joven, y a su través se filtran fragmentos de la realidad que pugnan por salir, cosas que sabe pero que ha preferido ignorar. Toda la escena del cuadro primero es una manifestación visible de la conciencia escindida del personaje. Reaparece en otros momentos de la obra, como en el cuadro tercero, representando el subconsciente de Tomás, que se enfrenta a su deseo de aferrarse a la fundación o aceptar la cruda realidad. Berta, en sus palabras producidas en la mente de Tomás, supone la primera y más importante ruptura del sistema establecido en su imaginación, al tiempo que es un reflejo del subconsciente que experimenta así los primeros atisbos de claridad.

TULIO. Es un fotógrafo que conserva su oficio en la mente de Tomás. Representa la intransigencia pero también la ensoñación. A diferencia del protagonista, para quien el sueño es una enfermedad, para él es el modo de salir de la realidad cruel que los envuelve. Es el más distante con Tomás y el que más se burla de su situación. Por esto se enfrenta con Asel y Max. En cierto modo sufre un proceso inverso al del protagonista. Es conducido a la muerte justo en el momento en que se dedica a fantasear con sus amigos, a soñar con un futuro mejor, antes de que Tomás haya por fin reconocido su situación. Cuando se lo llevan, le reitera a este que deje de soñar despierto y vuelva a la realidad. MAX. Es un tenedor de libros, aunque Tomás cree que es un matemático. Es un personaje tranquilo y bromista que defiende a Tomás al principio, aunque comienza a atacarle en el momento en que sospechan que el loco pudo haber sido el delator. Al final se descubre que es él quien ha traicionado al grupo a cambio de comida y comodidades. Su doblez egoísta le condena moralmente. Es asesinado por Lino en el desenlace de la obra. Max viene a ser el contrapunto de Asel, ya que representa la corrupción, la indignidad y la ruptura de unos ideales.

Es débil ante el peligro y se entrega a fáciles compensaciones. LINO. Es un torero, que en la mente de Tomas aparece como ingeniero, es el personaje menos comprometido, aunque representa la decisión. Muy impulsivo y brusco, desde el principio intenta decirle la verdad a Tomás pero de forma violenta, llegando a creer que está fingiendo. Descubre que Max es el delator y aprovecha la confusión del suicidio de Asel para matarlo. Es un hombre muy activo al que le falta el contrapeso de la prudencia y la reflexión. A pesar de todo, al final de la obra reconoce su error y apunta hacia un carácter renovado. HOMBRE. Es el compañero de celda enfermo con el que habla Tomás hasta que descubre, cuando se lo llevan, que está muerto. Tiene una doble función: representa a las víctimas del sistema represivo y es el primer eslabón en el proceso de curación de Tomás....


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