Lenguaje. Proceso semiótico PDF

Title Lenguaje. Proceso semiótico
Course EPISTEMOLOGÍA Y LÓGICA
Institution Universidad de Morón
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Proceso semiótico en base a la perspectiva del lenguaje...


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LENGUAJE. Proceso semiótico Signo, designado e intérprete En forma permanente los seres humanos nos valemos de s ignos para hacer referencia al mundo que nos rodea. De este modo un signo es una entidad que remite a otra cosa. Veo relámpagos y es este signo de una tormenta que se avecina; o escucho el silbido de la pava y lo interpreto como signo de que el agua contenida en ella hierve. A estos signos se lo denomina naturales, porque hay una relación de causa-efecto entre el signo y su designado. Designado es aquello a lo que el signo representa (la palabra silla representa un mueble que sirve para sentarse). Volviendo al silbido de la pava, éste es el efecto, cuya causa es el hervor del agua. Aquí se descubre una relación, la relación natural entre el silbido y el hervir del agua. En cambio, hay otros signos, denominados convencionales o símbolos, en el que la relación entre signo y designado es arbitraria, es decir inventada. En esta relación no hay descubrimiento, hay invención o creación por parte del intérprete. Por ejemplo, en el color rojo de un semáforo no hay ninguna relación natural, tampoco de causa-efecto, con el peligro que interpreto ante dicho color. En el timbre de un colegio no hay ninguna relación natural con la salida de los/las estudiantes al recreo, se conviene que el timbre anuncie dicha salida; se podría haber convenido que fuese una campana, como sucedía generaciones anteriores. Estas son convenciones impuestas, aceptadas y conservadas por una determinada cultura. Por eso este tipo de signo es llamado convencional, porque a diferencia de los signos naturales, la relación entre signo y designado es inventada y convenida por los sujetos que puedan interpretarlos. Estos son los intérpretes, ya que los signos representan algo para alguien. De esta manera queda articulado el proceso semiótico, debido a que un “objeto funciona como un signo para alguien que puede interpretarlo, es decir que reconoce el significado del signo”. (Finardi, 2015:23) Lenguaje natural y artificial Ahora bien, definir al lenguaje como un conjunto de signos nos lleva a precisar que hay dos tipos de lenguajes: el natural y el artificial. Dentro del lenguaje artificial a su vez se distinguen el técnico y el formal. El lenguaje natural es el lenguaje con el que nos comunicamos diariamente, es el lenguaje ordinario por medio del cual ejercemos el comercio diario con otras personas.

Los diferentes idiomas son el mejor ejemplo de este lenguaje: el hindú, el español, etc. Este lenguaje se va conformando por una comunidad de hablantes que no sólo trasmite información sino también emociones y órdenes. Su propio dinamismo va gestando una amplitud que indefectiblemente lleva a situaciones de ambigüedad (existencia de dos o más significados) y vaguedad (imprecisiones del significado). Para evitar estas características propias del lenguaje natural se suma otro lenguaje que es el artificial. Con él se intenta evitar tanto la ambigüedad como la vaguedad. La característica general de este lenguaje es que es creado de forma arbitraria, lo cual lo hace restrictivo a un grupo determinado de especialistas. Escapa a la naturalidad porque requiere de un aprendizaje planificado para un determinado fin. Frente a la habitualidad del lenguaje natural tenemos el uso restrictivo del lenguaje artificial, ya sea en la ciencia, en la técnica. De este modo, uno de los lenguajes es el técnico, cuyo mayor campo de utilización se centra en la ciencia y en la tecnología. Si bien está emparentado al lenguaje natural se trata de separarlo de éste a través de signos más específicos. Por ejemplo: H2O, o masa en mecánica clásica. Se adjudica a ciertas palabras una utilización más acotada o restringida. Es decir, una definición con mayor precisión, lo cual permitiría evitar aquellas dos debilidades del lenguaje natural: ambigüedad y vaguedad. El lenguaje formal, en cambio, pierde casi todo rastro del lenguaje natural, son más bien símbolos cuyo valor está en las relaciones que se establece entre ellos y no en su significado, así sucede en ciertas áreas de la matemática como también en la Lógica. Usos o funciones del lenguaje Si bien puede haber variados usos o funciones del lenguaje, en este texto se seguirá una clasificación ya clásica del mismo. Creemos que dicha clasificación es suficiente para abordar los próximos temas referidos a la Lógica y a la Epistemología. Desde luego que con el lenguaje se quiere comunicar algo determinado. Por ejemplo, informar lo siguiente: 1) “hoy es el día de la independencia argentina”; 2) “¡qué maravilla ese correr del agua, recuerda el devenir mismo de la vida!”; 3) “apúrate que llegaremos tarde a ver la función teatral”. En los tres casos se ha comunicado algo, pero se han comunicado cosas diferentes. En el caso 1, se ha comunicado información, con lo cual estamos frente a la llamada FUNCIÓN INFORMATIVA. Sin duda es en la ciencia donde hay un predominio mayor de esta función. En el caso 2, más que información se pretende comunicar un sentimiento o una emoción particular. Cuando

sucede esto hablamos de la FUNCIÓN EXPRESIVA. La poesía y la literatura en general son los sitios en lo que esta función o uso del lenguaje tiene más preeminencia. En cuanto al último de los casos mencionados, es evidente que allí se quiere mover a una acción, se está comunicando una orden o un pedido. Cuando con el lenguaje se intenta originar o impedir alguna acción determinada estamos frente a la FUNCIÓN DIRECTIVA. La publicidad sería un ejemplo adecuado de esta función. Desde esta clasificación tendríamos tres funciones bien delimitadas: informativa; expresiva y directiva. Por supuesto son escasas las veces que hablamos o escribimos en una sola función. Ocasionalmente hay una pureza semejante. En general hay una mezcla, pero, a pesar de ello, se puede discernir cuál es la función que predomina en determinadas ocasiones. Por ejemplo, cuando uno repasa los dichos del viejo Vizcacha, que son en su mayoría consejos, no dudaría en decir que esos versos cumplen una función directiva. Sin embargo, dichos versos están dentro de una obra literaria como es el libro Martín Fierro de José Hernández, con lo cual, primero aquellos dichos cumplen una función expresiva, y luego, en segundo término, una función directiva. A pesar de que una publicidad utilice algún recurso literario o poético, no estamos autorizados a afirmar que en ella sea predominante la función expresiva, por el contrario, ésta ocupará el segundo lugar en virtud de que en cualquier publicidad la prioridad es de la función directiva. Esto se debe a que las publicidades quieren movilizarnos hacia una acción: la compra de un determinado producto. Proceso semiótico La semiótica es la ciencia que se ocupa de los signos, o de los lenguajes como sistemas de signos. Llamamos proceso semiótico a la relación que se da entre un objeto que funciona como signo, que hace referencia a algo, y se denomina designado, para alguien que puede interpretarlo: intérprete. En el proceso semiótico se dan relaciones entre sus componentes. La relación que se da entre los signos dentro de la estructura oracional –estudiada por la Gramática– es denominada dimensión sintáctica, y la rama de la semiótica que la estudia es la Sintaxis. Ejemplo: “la palabra `canción´ es una palabra aguda”. La otra relación es la que se manifiesta entre los signos y aquello que designan (sus designados). En este caso se trata de la dimensión semántica, y la rama de la semiótica

que la estudia es la Semántica. Un ejemplo de esta dimensión: “Llamamos silla a un mueble que sirve para sentarse”. Por último, cuando la relación es entre los signos y aquellos que lo interpretan (intérpretes), estamos ante la dimensión pragmática, y la rama de la semiótica que la analiza es la Pragmática. Un ejemplo sería: “La palabra `laburo´ es una palabra del lunfardo”....


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