Los Vice Lords de Chicago PDF

Title Los Vice Lords de Chicago
Author Carolina Santos
Course Antropología
Institution Universidad de Buenos Aires
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Los Vice Lords de Chicago Lincoln Keiser Introducción. Estudio de caso. Los Vice Lords: Guerreros de la calle.

Durante cierto tiempo, muchos antropólogos y sociólogos han creído que las técnicas de investigación particular desarrolladas en el estudio de micro sociedades tienen una validez limitada para la investigación en comunidades modernas urbanas industrializadas. Michael Panton ha dicho, por ejemplo “La vida relativamente simple de una aldea tribal puede ser tal vez descrita en términos verbales, pero las uniformidades halladas en la vida urbana solo pueden expresarse, en la mayoría de los casos, estadísticamente. En la ciudad pocas generalizaciones de valor pueden ser obtenidas sin el uso de técnicas de investigación sociológica…“ Los sociólogos han expresado una visión similar en relación al uso de métodos antropológicos en el estudio del fenómeno urbano. “Cuando se estudia la totalidad de una sociedad primitiva, usando métodos antropológicos, uno puede tener una fuerte certeza de haber presenciado el rango completo de comportamiento que los miembros de la sociedad desempeñan, dada la determinación relativamente constante del medio ambiente natural. Sin embargo, si este método se aplica a las subculturas contenidas en una sola sociedad es probable que conduzca a resultado falaces…“ (Short and Strodbech. 1965). Sin embargo, recientemente un número creciente de antropólogos ha empezado a meterse en las ciudades llevando consigo las formas básicas de estudio del comportamiento humano, aprendidas y desarrolladas en el análisis de grupos tribales y campesinos. Pero las ciudades son diferentes y esta diferencia genera distintos problemas, tanto de tipo teórico como práctico. En este capítulo voy a explicar algunos de los problemas que yo encontré y el modo de resolución que intenté durante mi investigación con los Vice Lords, una banda de delincuentes callejeros negros ubicada en el área del ghetto del oeste de Chicago. Abordaré los problemas que derivan del acercamiento al estudio de la conducta humana desde una orientación particular antropológica, y también cuestiones que se relacionan con el estudio de los medios urbanos en general. Hay otro factor importante que no se relaciona directamente a la cuestión estrictamente urbana. Esto se desprende de la situación racial en Estados Unidos. Yo era un blanco trabajando en el área de un ghetto negro, y esto tuvo efectos definitivos en mi investigación, algunos de los cuales discutiré en este capítulo. Hay cierta clase de problemas que casi la mayoría de los antropólogos debemos enfrentar ante cualquier tipo de trabajo de campo. Será útil enumerar algunos de ellos brevemente, para luego desarrollar cada uno de ellos en función de mi propia investigación. Al presentar una investigación de campo uno debe primero escoger el área en la cual hacer la investigación, y decidir qué cuestión se estudia. Luego está el

problema de establecerse dentro del área, esto significa instalarse físicamente en el lugar: adaptarse a vivir en un medio ambiente extraño y establecer las relaciones sociales necesarias como para comenzar a recoger los datos. La recolección de la información presenta problemas en sí misma. Por un lado la cuestión técnica y por otro la elección del aspecto en el cual centrar la atención. Aunque esto último se relaciona con los propósitos explícitos de la investigación, también se vincula con la orientación teórica del antropólogo y a que ésta genera ideas concernientes a lo que es problemático de la conducta humana y por lo tanto debe ser registrado. Cuando el antropólogo está activamente metido en una situación de trabajo de campo, a veces no es totalmente consciente de cómo su orientación teórica está afectando su registro. Las reacciones emocionales de los antropólogos en relación al medio ambiente social y cultural en el que se desarrolla el trabajo de campo implican tener que interactuar en situaciones sociales en las que uno desconoce la significación de muchas acciones. Esto pone una presión emocional muy intensa sobre el individuo y afecta la relación con las personas que son sujetos de estudio. Aún cuando el antropólogo trate de actuar tan desapasionadamente como sea posible, como ser humano reacciona a las diferentes situaciones de acuerdo a sus propios valores e ideas. Cómo manejar este sentimiento es sin duda una de las grandes cuestiones del trabajo de campo. Finalmente cuando la investigación se ha completado, está el problema de escribir el material en forma de un relato coherente.

Eligiendo un área y un tema. La elección de un área y de un tema de investigación puedes ser efectuada de diversos modos. Uno puede estar primeramente interesado en una área geográfica particular y luego desarrollar un tema de investigación apropiado en otros casos. El interés primario puede descansar en un tópico particular, por ejemplo, antropología política y luego elegir un área por su especial relevancia en relación al tema. En ambas situaciones, sin embargo, la elección del primer proyecto de investigación de campo a menudo se apoya en las lecturas previas o en trabajos realizados como estudiante. Mi elección de una pandilla de negros (o “club”, tal como se lo conoce en el Ghetto) como tema, tuvo un origen un poco diferente. En 1963, mientras estudiaba en la Northwestern University trabajaba como mozo en un lujoso apart para jubilados en Evanson, un suburbio de Chicago. Los negros eran empleado por la empresa como ayudantes de cocina, mientras que los blancos estaban en los lugares visibles. La mayoría de los negros eran mujeres, pero había algunos varones de mi edad que trabajaban de lavaplatos. Parte de mi trabajo consistía en retirar los platos de las mesas y entregarlos a los lavaplatos. Así conocí a Jesse y a Al, y si bien nunca llegamos a ser amigos, teníamos un cierto nivel de confianza y a menudo escuchaba sus conversaciones. Al había crecido en un vecindario donde no había pandillas organizadas. Había conocido a una chica en un bar y quería volver a verla. Pero ella era de un barrio en el que había una pandilla:

los Egyptian Cobra, a quienes debería solicitarles permiso para continuar la relación. Por lo tanto, el tema de las pandillas era recurrente en su conversación, así fui dándome cuenta de que en el mundo de las pandillas había un interesante sistema social y cultural en funcionamiento. Mi contacto inicial estuvo en principio relacionado a dos factores: la naturaleza de las ciudades y el racismo en Estados Unidos. Las ciudades son, entre otras cosas grandes conglomerados humanos en las que muy pocos se conocen entre sí. En las sociedades de pequeña escala, hay una proximidad espacial en la que se dan una serie de interrelaciones, de parentesco, económicas y políticas. Todo el mundo conoce a todo el mundo, en una variedad de contextos sociales. Este no es el caso del medio urbano. Aun cuando se comparten espacios próximos, la gente no se conoce entre sí. En la ciudad uno se relaciona con extraños Y en un proceso social continuo se establecen nuevos vínculos. Mi contacto inicial con el mundo de las pandillas de negros resultó de establecer una relación social con individuos que eran parte de este mundo. El hecho de que esto ocurriera en el contexto de un trabajo se vincula a la cuestión del racismo. En nuestra sociedad, en la época que conocí a Jesse y a Al, los blancos que establecieran relaciones con negros lo hacían excepcionalmente y sólo en contextos de trabajo. El racismo limitaba el tipo de trabajo abierto a los negros, y por lo tanto limitaba el tipo de trabajos en los que alguien como yo podría haber encontrado a estos personajes. Si ellos hubiesen podido conseguir otro tipo de trabajo, posiblemente nunca los hubiese conocido. Cuando terminé mi trabajo en ese lugar perdí contacto con ellos. Pero no perdí el interés en el tema de las pandillas. Ahora sé que esas pandillas no estaban compuestas solamente por un número relativamente pequeño de hombres jóvenes, sino que constituían complejas organizaciones, con una gran cantidad de miembros.

Tuve

referencia

de

categorías

Junior, Senior, Midgets, Consejo de Guerra, Consejo Supremo deGuerra y Presidente.

¿Cómo

como funcionaba

esto? ¿Cuál era la naturaleza de los subgrupos? ¿Cómo se diferenciaban y cómo se conectaban? ¿Cuáles serán las identidades sociales y cómo se conectaban con los roles sociales? ¿Cuáles serán las creencias, conceptos y valores de los miembros del “club” y cómo se articularon con el conjunto de grupos de las entidades sociales? La gran cuestión central fue entonces: ¿cuál es la naturaleza de este sistema social y cultural y cómo funciona? Sentí que aquí había un tema muy rico para mi futura investigación.

Estableciéndose. El siguiente problema era establecer las relaciones necesarias con miembros de un grupo particular, establecerse en un vecindario y comenzar la adaptación al nuevo ambiente social. Establecer relaciones fue difícil. Nadie, y mucho menos un blanco podía llegar simplemente a un área en donde hubiera una pandilla y comenzar una investigación. Había que realizar primero un largo y paciente trabajo. Era necesario establecer contacto con los miembros influyentes del grupo, ganar su confianza antes de comenzar un trabajo serio. Yo abordé esta

cuestión nuevamente a través de lo laboral. Me ofrecieron un trabajo en el Departamento de Servicio Social de la Municipalidad de Chicago. Concretamente el trabajo era la Corte de Menores que entendía en cuestiones de jóvenes de 17 a 20 años en la jurisdicción que abarcaba el territorio de tres grandes pandillas: los Cobra, losSantos Romanos y los Vice Lords . Mi trabajo consistía en actuar como consejero de los individuo que la Corte me designaba. Así conocí a miembros de los tres grupos. El Departamento de Servicio Social estaba interesado en saber acerca de las pandillas, así que me autorizó a interrogar a las personas que me derivaban acerca de cuestiones de la vida de las pandillas. Esto planteaba un problema. Mi rol de trabajador entraba en cierto sentido en conflicto con mi rol de antropólogo. Como trabajador, yo debía ayudar a la gente a hacer el tipo de ajuste al mundo urbano, previniendo conflictos de acuerdo a lo establecido por las reglas de instituciones manejadas según valores de la gente de clase media blanca de Chicago. Esto significaba que yo estaba tratando de cambiar la conducta de acuerdo a mi propio sistema de valores. Como antropólogo, era crucial tratar de no juzgar estas conductas de acuerdo a mi propio sistema de valores, y mucho menos cambiarlas. Dado que mi primera responsabilidad era la laboral, yo me sentía muy limitado para utilizar a mis ” clientes” como informantes. Aún más, a pesar de estas dificultades, pude conseguir cierta información básica. Los más abiertos a hablar de su grupo eran los Vice Lords y por lo tanto la mayor cantidad de información era de ese grupo. Para poder avanzar en la investigación tuve que establecer relaciones fuera del contexto de la Corte. Sin embargo, mi entrada estaba siempre vinculada a la Corte. Hablando con un “ cliente” me enteré de la existencia de una docente que había podido establecer una muy buena relación con miembros de los Vice Lords. Me contacté con ella y ella acordó en presentarme a Sonny, un miembro de la pandilla. Para la época que conocí a Sonny también había conocido a Goliath, otro Lord. Durante el año siguiente los tres nos encontramos en bares. Íbamos a fiestas y nos visitábamos. Mientras tanto fui conociendo a otros miembros, recogiendo más información. Sucedió que con Goliath no fuimos haciendo amigos. En el otoño de 1965 volví a la Universidad y en el verano de 1966 empezó de lleno mi investigación. Me encontré con Goliath y le expliqué mi plan. Me alquilarían un departamento en el ghetto y Goliath viviría conmigo sin pagar nada. En devolución, él me presentaría a los líderes de la pandilla asegurándoles que yo no era un espía policial. Goliath aceptó. Encontrar un departamento fue más difícil de lo esperado. La mayoría de los departamentos eran de blancos que no vivían en el barrio y tenían sospechas en torno a mi elección. Finalmente conseguimos un departamento en la zona norte del Ghetto, fuera del área de acción de los Vice Lords. A comienzos del verano Goliath me presentó a Tex, Bat Man y Malozo, tres de los más importantes líderes de uno de los segmentos de los Vice Lords (Los de la calle 15). Me concentré durante ese verano en este grupo de la calle 15. Simultáneamente Tex fue arrestado por robo a mano armada y fue la prisión, al tiempo que otros miembros prominentes de los Vice Lords eran liberados y se decidían a reorganizar el ”Club”. Se reinstituyeron grandes reuniones que convocaban a todos los segmentos, que en su forma amplia

eran llamados “ConservativeVice Lords Nation”, o simplemente Nation. A través de gobierno me conecté con los antiguos miembros, ahora transformados en líderes de Nation. Les expliqué que quería escribir sobre los Vice Lords y les ofrecí compartir cualquier tipo de ganancia con el grupo. La propuesta se discutió en una reunión general de grupo, y con el apoyo de la gente de la calle 15 y de algunos individuos que había conocido en mi trabajo de consejero, la mayoría de los miembros dio su aprobación. Esto legitimó mi posición a los ojos de la otra gente del ” club” Y el resto del verano me concentré en investigar en la esquina de la calle 16 y Lauerdale, el lugar de encuentro de los de la rama conocida como Vice Lords City. Ajustarme a las nuevas condiciones de vida fue casi tan difícil como lo había sido mi experiencia en la villa montañosa de Afganistán, en donde las situaciones eran similares a la que encuentran en general los antropólogos que trabajan en sociedades no occidentales. Lo más difícil de todo fue acostumbrarme a vivir con la posibilidad de ser robado o atacado. Goliath tuvo mucha precaución al elegir un departamento con entrada luminosa. Pero guardábamos una pistola 45 en el departamento y unos cuantos bates. Antes de salir, Goliath ponía un fósforo en el marco de la puerta para comprobar, al regreso, que nadie se había metido dentro. Por las noches poníamos latas vacías frente a las ventanas para que en caso de que algún intruso intentara entrar hicieran mucho ruido al caer y nos despertaran. Para Goliath esto era tan normal como era para mi colocarme el cinturón de seguridad en el auto. A mí me llevó un tiempo acostumbrarme a tomar estas precauciones sin ponerme nervioso.

Recolectando información. Hay dos aspectos vinculados con el problema de recoger la información. Primero está la cuestión de los métodos. Los que yo usé son estándar en el trabajo de campaña antropológico; hice observación participante y conduje entrevista con informante. Para mí, la conservación participante consiste en observar la conducta mientras das una vuelta en la calle, vas a fiestas, a bares, visitas amigos y parientes y salís a dar una vuelta en auto con miembros del “ club”. Como observador participante yo estuve involucrado en los prolegómenos de una verdadera pelea de pandillas Y estuve también en los preparativos de otra que nunca se efectivizó. Mi presencia en el barrio estaba legitimada por ser ”el hombre que está escribiendo el libro”. La gente sabía lo que yo estaba haciendo Y también porque lo estaba haciendo. Pero nunca pude participar completamente de la vida de la calle. Por un lado, no todos me aceptaron de la misma manera. Por otro, el hecho de ser blanco era causa de dificultad. Cuando conversaban, a menudo los Vice Lords se llamaba entre sí “Nigger“, bromeando. Cuando “ Nigger” era usado en una conversación por una persona que no me conocía demasiado, a menudo me miraba y se disculpaba como si me hubiese insultado. Una vez, cuando esto sucedió, un amigo mío respondió: ”— No hagas diferencias Jack. El hombre es un “Nigger“ como nosotros, sólo que es blanco. Él es un“Nigger“ blanco.”

Otros, en cambio, apenas toleraban mi presencia y me ignoraban casi todo el tiempo. Para algunos era imposible controlar el odio hacia los blancos y a veces me lo hacían sentir. Cuando esto sucedía yo simplemente me retiraba de la escena. Pero hasta cierto punto yo siempre era un extraño, incluso para mis amigos más cercanos. La historia del odio entre negros y blancos nos separaba. Ellos, como yo, necesitaban verbalizar permanentemente que éramos amigos a pesar del racismo existente. Las diferencias culturales nos separaban. Yo me vestía de modo informal, jeans Levi’s y una remera, pero esas eran ropas distintas de las que usaban los Vice Lords, yo no manejaba la jerga callejera y no actuaba correctamente en ciertas situaciones sociales. Este último factor fue especialmente importantes. Los antropólogos a menudo tenemos este tipo de experiencias cuando trabajamos con culturas diferentes, pero en este caso, los incidentes que marcaban la diferencia tenían una significación extra dada por la historia de las relaciones entre blancos y negros en Estados Unidos. Se enfatizaba el hecho de éramos personas que proveníamos de grupos de gente con una larga historia de odios y de negaciones. Las formas de registro de la información eran otras facetas del problema del método. Todas las noches escribía la mayor cantidad de observaciones que pudiese recordar. Habría sido mejor haber llevado una pequeña libreta de campo para tomar notas en el momento. Inicialmente lo hice así, pero la mayoría de los Vice Lords se ponían molestos cuando sacaba el anotador, así que decidí parar. Además, mucho de la interacción social con los Vice Lords se daba cuando estamos en mi auto y obviamente no podía tomar notas porque estaba manejando. Yo intentaba recordar tanto como fuera posible, pero hacia el fin del día mucho se había perdido en el olvido. Las entrevistas con muchos informantes fueron otra fuente de datos. Yo conduje entrevistas estructuradas y realicé historias de vida. Un grabador fue usado para este fin. Hay dificultades usando el grabador, pero son más sus ventajas que sus desventajas. Yo podía grabar relatos altamente detallados de las entrevistas que nunca podría haber escrito a mano. Desgrabar las cintas era la dificultad mayor. Mi investigación duró cuatro meses, pero si me hubiera tomado un año completo como la mayoría de las investigaciones antropológicas, la tarea de desgrabar hubiera sido monumental. Al registrar las historias de vida, simplemente le decía el informante que me contara acerca de su vida. Las únicas preguntas que hacia eran aquellas imprescindibles para clarificar algo que no comprendía, o las necesarias para ampliar detalles de un incidente que me parecía relevante. Realicé entrevistas estructuradas organizadas alrededor de tópicos particulares. Éstos derivaban primeramente de mis observaciones. Si yo consideraba que una cuestión necesitaba amplificación, ponía foco en esto en una entrevista estructurada. Por ejemplo, escuché que los Vice Lords se referían a sus “ territorios”. Esto me sugirió lo siguiente: ¿cómo diferencian los territorios del conjunto de los Vice Lords, los del “club” rival y los de los subgrupos entre sí? Este último interrogante era el más difícil de resolver, así que puse especial cuidado en poner el foco en esto en las entrevistas estructuradas.

Será útil incluir alguna de estas entrevistas en este capítulo porque ilustran una de las mayores dificultades en conducir entrevistas estructuradas. Este es el problema de enmarcar correctamente la pregunta exacta que hay que hacer al informante. El antropólogo realmente debe saber qué clase de respuestas espera antes de pensar en las preguntas que van a sacar a luz lo que él quiere saber. Otro aspecto del problema de la recolección de datos depende de la orientación teórica del investigador. Los “hechos” están íntimamente conectado con la teoría. Lo que vi como hechos y por lo tanto registré, estaba directamente relacionado con mi orientación teórica. Debido a mi orientación teórica hubo muchas cosas que no registré y que sin duda son muy importantes.

El problema de las reacciones emocionales. Una de las grandes dificultades en mi investigación sobre los Vice Lords fue manejar mis respuestas emocionales. En las calles del ghetto yo era funcionalmente como un niño y com...


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