Modernismo - EBAU MURCIA PDF

Title Modernismo - EBAU MURCIA
Course Castellano y Literatura II
Institution Bachillerato (España)
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EBAU MURCIA...


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Modernismo En el último tercio del s.XIX, la profunda crisis del modelo liberal burgués tuvo un reflejo inmediato en la mentalidad de la época y sus expresiones artísticas. Sumamos a esto la Crisis del 98, cuando España pierde sus posesiones en Cuba, Filipinas y Puerto Rico, lo que supuso un duro golpe para muchos españoles. A estos factores se suma el incipiente movimiento obrero, aumentando la presión contra la burguesía acomodada y las clases privilegiadas. La reacción cultural fue la crisis del modelo de la vida bohemia, al margen de las imposiciones sociales, cuyo epicentro fue París, a donde todos acudían. Diversos sucesos violentos dejaron claro el caos de la vida política española; entre ellos destacan la imposición de un régimen dictatorial y la proclamación años más tarde de la II República. Todo ello desencadenó en una Guerra Civil. Dentro de este panorama, aparece el Modernismo, movimiento artístico y literario que se desarrolló en España y en Hispanoamérica a finales del siglo XIX y principios del XX, caracterizado por el cuidado de la sonoridad de la lengua, el refinamiento de la expresión y una sensibilidad abierta a diversas culturas, sobre todo a la francesa, iniciado en Hispanoamérica con autores como Rubén Darío. Son muchas las influencias que recibe el movimiento, pero destaca entre ellas la ejercida por dos escuelas poéticas francesas de finales del XIX: el Parnasianismo y el Simbolismo. Del Parnasianismo, iniciado por Gautier, toma su ideal de belleza y perfección formal (“el arte por el arte”), los temas históricos y legendarios, así como los exóticos (mitologías grecorromana y nórdica). Al Simbolismo, desarrollado por poetas como Verlaine, Rimbaud y Mallarmé, debe la emoción, la idea de que, tras la realidad sensible, se esconden sueños y misterios que el autor debe desvelar, de ahí que la poesía se llene de símbolos que guardan relación con los estados anímicos del poeta. Como los románticos, los modernistas buscan universos de belleza lejos de la realidad mediocre y gris que les ha tocado vivir. Por ello, de nuevo la fantasía aparece en la poesía. París es otro de los lugares amados, en consonancia con el espíritu cosmopolita que los caracteriza y que les lleva a considerar el mundo como “patria universal”, cuya capital es París. Todo ello se traduce en el poema en la presencia de ambientes galantes y refinados, mundos de belleza poblados de príncipes y marquesas, que viven rodeados de un ambiente de lujo y exquisitez, con una fauna y flora exóticas. Pero también el modernista, como el romántico, es un hombre desazonado, cuya angustia se percibe en composiciones más intimistas, que miran hacia el interior de su alma. En esta dirección aparece el tema del amor, frecuentemente en su manifestación erótica y sensual. Los modernistas renuevan el lenguaje poético y las formas métricas. En cuanto al lenguaje, vemos el enriquecimiento del vocabulario con la incorporación de cultismos, neologismos, arcaísmos, extranjerismos, voces exóticas… La palabra es el vehículo de belleza; por ello, no solo es seleccionada, por su significado sino también por su capacidad de sugerencia. La sonoridad y el cromatismo son dos de las características de este lenguaje exquisito, junto a lo sensorial; la sinestesia es la muestra clara de la “hipersensibilidad” modernista y una de las figuras más características del movimiento. Pero también el léxico, además de instrumento de belleza, es refuerzo de la musicalidad, a través de aliteraciones, anáforas, paralelismos… Asimismo, es frecuente el empleo de símbolos, de gran poder evocador (cisnes, faunos, centauros, joyas…). En cuanto a la métrica, lo más significativo es el enriquecimiento de ritmos, metros y estrofas. El modernista recupera metros que habían sido olvidados en nuestra poesía (dodecasílabos o alejandrinos),

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incorpora otros que apenas se habían utilizado o estrofas, como la cuaderna vía; pero también renueva o manipula otras formas clásicas como el soneto. Incluso intenta la adaptación a la métrica española de la métrica latina. Rubén Darío fue el artífice de esta renovación. Es el gran maestro del modernismo y sus constantes viajes, sobre todo por su condición de diplomático, le permitieron difundirlo por toda Europa. En su obra podemos ver su evolución a través de tres libros fundamentales: • Azul (1888), anuncio de una nueva sensibilidad: gusto por los temas fantásticos, el exotismo, la elegancia, el erotismo. El libro está formado por una serie de cuentos en prosa poética y varios poemas entre los que destacan los dedicados a las cuatro estaciones. • La plenitud del modernismo llega con su libro siguiente, Prosas profanas, donde vemos el movimiento en todo su esplendor: los motivos exóticos y refinados, el gusto por lo colorido y la musicalidad o la métrica francesa. A pesar del título, el libro está compuesto solo por poemas. • A él sigue Cantos de vida y esperanza, en el que se produce un giro hacia temas más intimistas y existenciales, en un estilo más sencillo (el paso del tiempo, la religión, la muerte) junto al tema de la Hispanidad, defendiendo sus raíces con orgullo frente al imperialismo americano. no obstante, siguen apareciendo todavía poemas de tema exótico y evasión aristocrática. Las estancias de Rubén Darío en España fueron un repulsivo para los jóvenes poetas españoles, que se sintieron atraídos por las innovaciones de la nueva poseía y la incorporaron a su obra, aunque con un tono intimista. Nuestro modernismo es más simbolista que parnasiano; por tanto, no encontramos los brillos que aparecen en Prosas profanas. Hubo poetas que siempre fueron modernistas: Eduardo Marquina ( Églogas), Francisco Villaespesa ( El patio de los arrayanes), y sobre todo Manuel Machado (Alma). Otros, como Valle-Inclán, Antonio Machado o Juan Ramon Jiménez, empezaron siendo modernistas, pero evolucionaron los dos primeros hacia posturas más críticas próximas al 98, o hacia un camino más personal, el de la poesía pura en el caso de Juan Ramón Jiménez. Cabe destacar Manuel Machado, original poeta modernista que logró alternar tonos poéticos diferentes, desde el más ligero, en poemas sobre la vida bohemia, el galanteo o los toros, hasta el más melancólico, en poemas de asunto íntimo y religioso. Las influencias del simbolismo y el parnasianismo se funden con el sentir andaluz, manifestado en la sensualidad de sus poemas. Su poesía está dotada de una destacada riqueza formal y descriptiva con influencias modernistas y el folklore andaluz. Todo ello queda reflejado en obras como, Alma, Museo y Cantares. Conclusión Por tanto, estamos ante un movimiento que influyó en todos los ámbitos de la literatura española, dejando un legado de maravillosas obras de la mano de escritores extraordinarios.

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