Modulo 1 Seminario de Investigacion PDF

Title Modulo 1 Seminario de Investigacion
Author Esteban Restrepo
Course Macroeconomy 
Institution Universidad Popular del Cesar
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ciencias...


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Seminario de Investigación

UNIDAD 1

Compilador: Edna Luyecnny Quiñones Urbano

www.cecarvirtual.edu.co

UNIDAD 1

EPISTEMOLOGÍA Y ÉTICA DE LA INVESTIGACIÓN

CONTENIDO Epistemología y Ética de la Investigación Concepto de Ciencia y Características del Conocimiento Científico Enfoques Epistemológicos de la Ciencia Ética en la Investigación

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DEL CARIBE - CECAR

VIRTUALIDAD RECTOR

Noel Morales Tuesca VICERRECTOR ACADÉMICO

Alfredo Flórez Gutiérrez EDICIÓN Equipo de Virtualidad 2020

Epistemología y Ética de la Investigación Desde una perspectiva epistemológica, la ciencia constituye una forma de pensamiento racional que busca explicaciones válidas frente a las creencias y opiniones de sentido común. Sin embargo, el tema de la explicación científica se enfrenta al problema paradigmático entre la explicación versus interpretación. Al abordar el argumento sobre los criterios que caracterizan, y de alguna manera, definen el sentido de lo que entendemos por ciencia, nos encontramos con el debate histórico entre la explicación científica, en el campo de las ciencias naturales, y la interpretación en el caso de las Ciencias Sociales y Humanas, en razón de que las ciencias naturales establecen su explicación en modelos basados en leyes matemáticas, las cuales no son aplicables a la actuación humana, en su defecto afirman la comprensión de sentido. Sin embargo, la explicación, como parte del sistema de la ciencia, es un referente que se debe tener en cuenta, dado que también podemos asumir la explicación-interpretación con carácter cualitativo a partir de ciertos enunciados generales o categorías.

Concepto de Ciencia y Características del Conocimiento Científico Sentido y significado del conocimiento: ¿Qué es y cómo se produce? El problema fundamental del conocimiento se ha comprendido históricamente a partir de la relación sujeto – objeto, o lo que es lo mismo, la relación entre razón y experiencia. A partir de la concepción de esta relación se han estructurado los diferentes paradigmas epistemológicos (empiristas, racionalistas, estructuralistas) de los cuales se derivan, a su vez, los paradigmas y modelos pedagógicos (conductista, cognitivistas y constructivistas) que han incidido históricamente en la educación. Es importante, por lo tanto, la concepción que se tiene del conocimiento en el momento de asumir procesos de enseñanza y aprendizaje y específicamente en la relación con el desarrollo del pensamiento para comprender y explicar las condiciones de su estructuración. El conocimiento es un sistema de representaciones sobre la realidad, constituidas por dos elementos fundamentales: 1) la imagen; 2) la idea, las cuales se expresan en juicios y razonamientos que afirman el contenido esencial de una cosa. La imagen es el componente empírico del conocimiento; es decir, lo producido por la experiencia, lo que es dado por los sentidos y la acción del sujeto. Si escuchamos pronunciar la palabra árbol, en la mente representamos un objeto que tiene hojas, tallo, raíces, flores, frutos, etc. En este sentido, la imagen es una imagen cognoscitiva que se relaciona con algo que es perceptible y existe objetivamente en la realidad. La idea es el componente racional del conocimiento, es decir, lo producido por el pensamiento, o la razón, es la que nos permite comprender que es un árbol y en qué sentido entendemos su significado. De la relación entre Razón y Experiencia se ha derivado, históricamente, el problema fundamental del conocimiento. Actualmente existe un amplio consenso en torno al supuesto de la función de las representaciones mentales en el pensamiento y en los sentimientos y, en general, en la conducta humana (Teoría de los modelos mentales). Esto ha provocado que la representación sea objeto de estudio de diferentes disciplinas cognitivas. (Haugeland, 1997). Tal vez; porque se trata de un concepto clave en el modelo cognitivo, la representación se ha convertido en uno de los constructos más controvertidos en el ámbito de la cognición, y ha sido objeto de múltiples y variados debates acerca de su naturaleza. (Anderson, 1978; Palmer, 1978; Patridge, 1996). Por ello, antes de abordar la representación de las experiencias en la memoria conviene hacer una breve referencia al concepto mismo de representación. El término representación se refiere a una figura, imagen o idea que sustituye a la realidad. En otras palabras, la representación es algún tipo de modelo de la cosa o cosas que representa. Esta definición presupone la existencia de dos mundos relacionados, pero funcionalmente separados; el mundo representado y el mundo de la representación. La función del mundo de la representación consiste en CECAR Virtual

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“reflejar” de algún modo determinados aspectos del mundo representado. Y aunque no es necesario que todos los aspectos del mundo representado sean modelados, ni que todos los aspectos del mundo de la representación modelen un aspecto del mundo representado, si debe darse cierta correspondencia entre los aspectos de ambos mundos. La representación es en realidad, según Palma (1978), un sistema de representación que incluye los siguientes elementos: a) el mundo o la cosa representada, b) el mundo de la representación, c) los aspectos del mundo o cosa representada que están siendo modelados, d) los elementos del mundo de la representación que hacen de modelo, y e) las correspondencias que existen entre el mundo o cosa representada y el mundo de la representación. Los humanos no experimentamos la realidad como un continuo indiferenciado y amorfo. La experiencia del mundo procede en gran medida de clasificar los diferentes aspectos de la realidad, a los que es sensible el sistema sensorial y/o interpretable por el sistema de conocimiento. La asignación de personas, ideas, objetos, situaciones y cosas a categorías en función de las características analizadas, es uno de los procesos originarios de la experiencia, que determina la percepción y el conocimiento que se tiene de la realidad. Las experiencias del sujeto humano están delimitadas por las categorías que conoce y aplica.

Concepciones de la ciencia La ciencia, es otro concepto epistemológico que no cuenta con una definición que sea del consenso de los propios científicos, en consecuencia, existen múltiples definiciones que dependen del enfoque epistemológico. Es así como retomaremos algunas: Según el diccionario filosófico el concepto de ciencia incluye todas las condiciones y elementos necesarios para ello: los científicos, las instituciones científicas, los métodos de trabajo de investigación científica, el aparato conceptual y sus categorías, el sistema de información científica, así como toda la suma de conocimientos existentes, que constituyen la premisa, el medio o el resultado de la producción científica. (Rosental, 1984). Para Wartofsky (1981), la ciencia es un cuerpo organizado o sistematizado de conocimientos que hace uso de leyes o principios generales. Es un conocimiento acerca del mundo, del cual se puede alcanzar un acuerdo universal y criterios comunes para justificar presuntos conocimientos y creencias. Bunge (1984), definió que la ciencia es un conjunto de ideas racionales, verificables y falibles para elaborar construcciones conceptuales del mundo. Mediante estas construcciones, la Ciencia ha sido aplicada para mejorar el medio natural, a partir de las necesidades humanas, y a la creación de bienes materiales y culturales; esta ciencia aplicada, se convierte en tecnología.

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Este autor distingue dos tipos de Ciencia: las Ciencias Formales y las Ciencias Fácticas. Las Ciencias Formales son ciencias que se integran de saberes racionales, sistemáticos y verificables, que a su vez forman parte de sistemas, como la lógica y la matemática.

Kröber (1970), entiende la ciencia no solo como un sistema de conceptos, proposiciones, teorías e hipótesis, sino también, simultáneamente, como una forma específica de la actividad social dirigida a la producción, distribución y aplicación de los conocimientos acerca de las leyes objetivas de la naturaleza y la sociedad; aún más, la ciencia se nos presenta como una institución social, como un sistema de organizaciones científicas, cuya estructura y desarrollo se encuentran estrechamente vinculados con la economía, la política, los fenómenos culturales, con las necesidades y las posibilidades de la sociedad dada. Castellanos et al., (2005), expresan que la ciencia representa un complejo fenómeno de la vida espiritual humana, que penetra simultáneamente en la vida material, por cuanto se ha convertido en una fuerza productiva social directa, en las condiciones de la revolución científico-tecnológica contemporánea; como institución social, la ciencia se ocupa de un tipo particular de actividad humana, cuya singularidad y diferenciación se fundamentan en la cualidad del proceso mismo y de su producto o resultado, por cuanto representa un campo especial del conocimiento teórico, cuya singularidad es trascender las apariencias, explicando las leyes y mecanismos, los nexos y las propiedades que dimanan de la esencia. Núñez (2005), considera que la ciencia se puede analizar como sistema de conocimientos que modifica nuestra visión del mundo real y enriquece nuestro imaginario y nuestra cultura; se le puede comprender como proceso de investigación que permite obtener nuevos conocimientos, los que a su vez ofrecen posibilidades nuevas de manipulación de los fenómenos; es posible atender a sus impactos prácticos y productivos, caracterizándose como fuerza productiva que propicia la transformación del mundo y es fuente de riqueza; la ciencia también se nos presenta como una profesión debidamente institucionalizada, portadora de su propia cultura y con funciones sociales bien identificadas. Desde estas perspectivas conceptuales Cabot (2014), establece las formas de manifestación y los rasgos generales de la ciencia en la época actual, formas que solo pueden reconocerse con un propósito analítico, que han de explorar el fenómeno complejo que es la ciencia, por ello, se visibilizan los siguientes rasgos:

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Fuente: Cabot (2014)

Fuente: Cabot (2014) 6

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La sociedad del conocimiento Considerando las características anteriormente descritas, se precisa hablar o referir, hoy por hoy la sociedad del conocimiento, entendida como la etapa de desarrollo socio-histórico que sucede en las sociedades industriales y se caracteriza porque el conocimiento es la base de la producción y el trabajo y se sustenta en el uso de las nuevas tecnologías. Este concepto expresa los cambios y transformaciones que ha experimentado la sociedad contemporánea, fundamentalmente a partir de la revolución tecnológica y el advenimiento de las nuevas tecnologías. Razón por la cual se constituye un marco de referencia para proyectar políticas y acciones futuras en el desarrollo de la sociedad. Castell (2000), en su artículo “globalización, sociedad y política en la era de la información” publicado en la revista Bitácora Urbano-territorial de la Universidad Nacional de Colombia, afirma que se está asistiendo a una de las revoluciones tecnológicas más extraordinarias de la historia, centrada en las tecnologías de la información y la comunicación en cuanto afecta al conjunto de la actividad humana. Y agrega que esta enorme transformación modifica absolutamente todo lo que hacemos, desde las maneras cómo producimos hasta los modos cómo consumimos, vivimos, morimos y hacemos el amor. Incluso en este momento las tecnologías comunicacionales experimentan un salto cualitativo, un desarrollo exponencial que conducirá al fin de las computadoras dentro de muy poco, las cuales van a ser sustituidas por una tecnología de redes mediante la conexión de pequeños instrumentos manuales, lo cual traerá consecuencias inesperadas en la organización del trabajo y la información, los flujos financieros y la enseñanza, entre otros campos de la vida social. De alguna manera, los términos referenciados expresan las profundas transformaciones que suceden en el marco de la nueva sociedad de la inteligencia artificial. La pregunta que se han formulado diferentes autores es sobre si esta época, que caracteriza a la sociedad del siglo XXI, es una nueva etapa de la sociedad industrial, o se ha entrado en una nueva era, la de la “aldea global”, “era tecnotrónica”, “sociedad posindustrial”, “sociedad de la información” o “sociedad del conocimiento”. De todos ellos, el debate teórico se ha centrado fundamentalmente en torno a los conceptos de “sociedad de la información” y “sociedad del conocimiento”. A partir de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información (CMSI), se estableció que estos términos no se debaten solamente por la denominación, o el nombre en sí mismo, sino porque detrás de ellos subyacen concepciones de tipo histórico-sociológico e ideológico que afectan, de alguna manera, el modo de ser y actuar, el cual influye en las percepciones y expectativas en el contexto actual del desarrollo social. (Castell, 2000).

Enfoques Epistemológicos de la Ciencia La epistemología es teoría del conocimiento y tiene como objeto comprender y explicar los problemas fundamentales en relación con su naturaleza (qué es) y las condiciones que hacen posible su constitución en el sujeto (¿cómo se produce?) para lo cual el análisis se centra en la relación Sujeto – Objeto, equivalente a la relación Razón y Experiencia o Pensamiento y Realidad. Sin embargo, la naturaleza del conocimiento presenta características diferentes y específicas si se trata de las ciencias naturales de un lado, o de las Ciencias Sociales y Humanas de otro, dado el carácter lógico matemático y experimental de los métodos utilizados en las ciencias sobre la naturaleza y el carácter cualitativo de los métodos para conocer al ser humano y la sociedad. El término epistemología proviene de la raíz griega Episteme que significa conocimiento. Pero más allá del significado subyace un sentido muy especial de la episteme que tiene que ver con la actitud cognoscitiva del sujeto y la construcción de un conocimiento universalmente válido. El término Episteme, a su vez, está construido a partir de las raíces, Epi, que significa por encima, y Steme, estar. Literalmente la episteme es conocimiento “que está por encima”. Los griegos distinguieron este tipo de conocimiento de la opinión y la creencia a la cual denominaron la doxa. En este sentido la Episteme es el conocimiento que está por encima de la opinión.

La episteme como actitud cognoscitiva del sujeto frente a la opinión nos coloca frente a un sujeto epistémico en función de reflexionar críticamente sobre las certezas producidas por la experiencia en la búsqueda permanente de la verdad argumentada y demostrada para explicar hechos y fenómenos con fundamento teórico. De esta pretensión emerge, en sus orígenes, el problema fundamental del conocimiento centrado en la relación entre Razón y Experiencia. En lo sucesivo, y en los diferentes períodos históricos, se discutirá, en primera instancia, si el conocimiento es dado por las determinaciones de la Razón (el pensamiento) o es producido por la Experiencia; posteriormente a la evolución del pensamiento epistemológico se plantea el problema acerca de la naturaleza de la relación entre la Razón y Experiencia para explicar cómo se produce y no simplemente la disyuntiva entre Razón o Experiencia. La pretensión de la Epistemología es la Verdad, validar el conocimiento verdadero, lo cual significa explicar los fenómenos de la existencia en función de principios universales sustentables y demostrables a partir de la regularidad de los fenómenos, prescindiendo de fuerzas sobrenaturales y causas particulares como las había concebido el pensamiento Mítico. Durante milenios, la existencia del hombre - globalmente y en cada uno de sus aspectos – ha sido guiada por el mito. El mito no es una invención fantástica, sino la revelación del sentido esencial y total del mundo. También en lengua griega el significado más antiguo de la palabra Mythos es “palabra”, “sentencia”, “anuncio”; a veces Mythos significa hasta “la cosa misma”, la “realidad”. Solo de manera derivada y más tardía, en lengua griega Mythos indica la “leyenda”, la “fábula”, la “historieta”, el “mito”. (E. Severino, 1986). Pero el mito arcaico está siempre unido al sacrificio, o sea al acto con el cual el hombre conquista el favor de los dioses y de las fuerzas supremas que, según la revelación del mito, reinan en el universo. El sacrificio puede ser cruento, o bien del todo incruento, como en las prácticas del yoga; pero en todo caso su intención es identificar y dominar lo que en el mito aparece como la potencia suprema. Por primera vez en la historia del hombre, los pensadores griegos más antiguos salen de la existencia guiada por el mito y la miran cara a cara. En su mirada hay algo absolutamente nuevo. O sea, que aparece la idea de un saber que sea innegable ; y que sea innegable no porque la sociedad y los individuos tengan fe en él, (el mito es un acto de fe, de creencia) o vivan sin dudar en él, sino porque él mismo es capaz de rechazar a cada uno de sus adversarios. Se trata de la idea de un saber que no puede ser negado ni por los hombres ni por los dioses, ni por mutaciones de épocas y costumbres. Un saber absoluto, definitivo, incontrovertible, necesario, indudable. En el contexto histórico de la antigüedad griega, los primeros filósofos prescindieron de la autoridad de los dioses y buscaron en la naturaleza misma, en lo físico, - La physis- la cognoscibilidad del mundo mediante la regularidad de los fenómenos y las relaciones causales. La regulari-

dad hace referencia a lo que permanece constante en el cambio y el azar y en este sentido queda planteado lo universal del conocimiento. Este nuevo enfoque es dado por primera vez por el ser humano en la filosofía griega como una reflexión crítica de la concepción mítica y el modo lógico de explicar el mundo a partir no solamente de la imaginación simbólica y fantástica sino de una concepción de causas particulares y no universales sobre la totalidad de la existencia (El Ser). Para cada cosa la concepción mítica acude a una causa particular; de este modo los dos términos de la relación causal, o sea, tanto la “causa” como el efecto, se conciben como cosas concretas y son referidos uno al otro. Por ejemplo, explicar la lluvia porque hay nubes y a su vez atribuir el fenómeno a la voluntad de alguna fuerza sobrenatural. Aquí la relación causal se centra en dos hechos particulares y no en una ley. El acontecer del mundo adquiere la forma de una transición de una cosa concreta a otra y se considera como “comprendido”, desde el punto de vista mítico, cuando se han captado y descrito simplemente estas fases continuadas de cosas en su sucesión. El pensamiento racional no se contenta con considerar la “causa” y el “efecto” como meros contenidos surgidos uno del otro y con verificar el hecho de este surgir, sino que pregunta por su forma lógica y trata de someterla a una regla general, como son los procesos de evaporación y condensación del vapor de agua para explicar el fenómeno de la lluvia. (Cassier, 1989). Los sistemas filosóficos de los presocráticos nos revelan con qué admirable consecuencia es abordada y desenvuelta, paso a paso, esta misión. Con la teoría Platónica de las ideas y la metafísica de Aristóteles, el problema abordado encuentra una solución a orientar y gobernar el pensamiento del hombre por espacio de muchos siglos. Este proceso fue posible históricamente gracias a una gigantesca labor de síntesis del pensamiento filosófico griego, en el cual contribuyeron muchas tendencias, a primera vista, diametralmente opuestas y siguiendo caminos muy dispares en cuanto el modo de plantear el problema y a la manera de resolverlo, concibiendo el concepto de Logo; el cual debemos entender como ley; y es esta la que permitirá explicar lo universal, la regularidad de la existencia como un Todo.

Enfoque empírico-analítico Se fundamenta en una perspectiva epistemológica objetivista. Esta conce...


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