Normalidad - apunte de psicologia PDF

Title Normalidad - apunte de psicologia
Author juuuu lopez
Course Psicologia medica
Institution Universidad de Mendoza
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apunte de psicologia...


Description

Unidad 2 Normalidad. Conceptos Básicos. Considerar las definiciones que, dentro de la Salud Mental, se han indagado como lo “normal” y lo “anormal”, nos permite delimitar el campo de trabajo: nuestro qué hacer y cómo. Desde un modelo hegemónico, como dice Kaplan (2015) la Salud Mental se ha considerado, principalmente por las compañías de seguros Sanitarios, como la ausencia de Enfermedad Mental. Esta concepción de Salud Mental presenta numerosas limitaciones principalmente para las Políticas Públicas en Salud. Una de ellas está relacionada con la evaluación y exploración del paciente, que se resume a enumerar una serie de síntomas (de Ajuriaguerra, 1984). De Ajuriaguerra (1984): las definiciones que se han especificado de lo normal responden a cuatro criterios principales: 







Lo normal referido a la salud, como opuesto a la enfermedad: esta definición es una concepción estática y no se acerca al dinamismo del proceso saludenfermedad. Por ejemplo, “el paciente diabético antes de la descompensación o el asmático antes de la crisis son normales en el sentido de ausencia de síntomas” (p 50). Lo normal como media estadística: aquí se entiende lo normal como lo que está dentro del promedio, se confunde anormalidad con anomalía, considera anormal toda conducta que se desvíe del promedio y se pierde de vista también el plano histórico-cultural, por ej. En 1968, la homosexualidad estaba clasificada dentro de los Trastornos Mentales del DSM II. En 1973, se publica el DSM III y se elimina la homosexualidad de la lista de Trastornos Mentales (Capponi, 1987). Lo normal como ideal: “Si tal ideal está definido por el grupo social, éste tiende a confundirlo más o menos con la norma estadística. Si consiste en un sistema de valor personal (ideal del Yo), conviene precisar cómo funciona, puesto que es de sobras conocida cierta «enfermedad de idealismo (narcisismo), lo que implica definir un «funcionamiento mental normal» (De Ajuriaguerra, 1984, p.50). Lo normal como un proceso dinámico, capaz de retomar a un determinado equilibrio: “Considerar normal el proceso de adaptación, es decir, la capacidad de reaccionar con objeto de recuperar el equilibrio perdido, representa introducir una valoración dinámica. No obstante, en el área psicosocial, dicha definición conlleva el riesgo de reducir el concepto de normalidad a un estado de aceptación, sumisión o conformismo con las exigencias sociales. La

capacidad de adaptación o lo que podríamos llamar adaptabilidad seria para algunos, mejor criterio que la adaptación misma” (De Ajuriaguerra, 1984, p.51).

Capponi (1987) explica que las consideraciones sobre lo normal y lo anormal, corresponden a juicios y por lo tanto tienen un componente subjetivo que se nutre de aspectos objetivos, pero es importante tener en cuenta que todo juicio valorativo es ético, “el juicio de normalidad-anormalidad en la historia de Occidente ha estado condicionado por el momento cultural por el cual la sociedad atraviesa. Se ha enjuiciado al anormal como un castigo de Dios, como un ocioso y como un reprimido en sus libertades de ser (…) La interrogante que surge a continuación es acerca de la metódica a seguir. Metódica que nos conduzca a una adecuada elaboración ética de los conceptos de normalidad-anormalidad. Podríamos decir que es la metódica de análisis valorativo ético o axiológico, que deben tener presente en su discernimiento todas las ciencias aplicadas (…) El juicio valorativo desde una perspectiva ética no es una instancia subjetiva ni objetiva sino una categoría que debe elaborarse en miras al mundo de la praxis, su comprensión y construcción. Esto se ha realizado explicita e implícitamente en la historia del hombre”. “Es consustancial al concepto de normalidad-anormalidad la incapacidad de poder ser definido de tal manera que permita, al aplicarse frente a un fenómeno, concluir si este es anormal o no, como si fuera un instrumento de medición. Esto se debe a que es un acto de discernimiento ético, de por si complejo y profundo, donde se deben conjugar objetividad y subjetividad en el sentido que hemos señalado. El diagnóstico sobre la anormalidad de tal o cual sujeto, se basa como hemos visto en un análisis de sus posibilidades de decidir y vivir con libertad, dadas las condiciones y circunstancias en las que se desarrolla. Esta evaluación será, por ende, muy cauta y meditada. Además de un conocimiento técnico cabal, requiere de un acercamiento a un número complejo de variables, las que deben ser vivenciadas por el observador, quien ha ido afinando su propia capacidad enjuiciadora, a través de la influencia del maestro en su formación, en el continuo compartir con los demás profesionales que se empeñan en su misma actividad, en el cultivo y desarrollo de su propia existencia que lo conduzca a una praxis ética consistente, y en la elaboración intelectual honesta de la categoría ética, la cual se inspira en fundamentos filosóficos que no debería desconocer” (p.20). Los conceptos de normalidad-anormalidad, no deben entenderse como estados diferentes y separados rigurosamente por una frontera clara y definida, sino más bien como parte de un proceso, de un continuum en el que la exploración biográfica del sujeto y la experiencia práctica de la formación del profesional, los aspectos éticos y el momento socio-histórico, entre otros, van a servir para orientar la praxis médica....


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