Pensamiento EconÓmico PDF

Title Pensamiento EconÓmico
Author SUSE Me
Course Pensamiento Económico
Institution Universidad de La Laguna
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PENSAMIENTO ECONÓMICO

INTRODUCCION 1. 2. 3. 4.

WILLIAM PETTY CANTILLON TEORÍA CUANTITATIVA DINERO FISIOCRACIA -> FRANCOIS QUESNAY

5. ADAM SMITH VENTAJA ABSOLUTA 6. THOMAS MALTHUS 7. RICARDO VENTAJA COMPARATIVA 8. LEY DE SAY Y TEORÍA MONETARIA (LA CONTROVERSIA SOBRE BULLION Y EL DEBATE S/BANCO INGLATERRA NO ENTRA) 9. KARL MARX 10. JEVONS 11. ESCUELA AUSTRÍACA: MENGER, WIESER Y BÖHM-BAWERK 12. LÉON WALRAS 13. J.M. KEYNES

WILLIAM PETTY

-Método económico. Petty llamó a su método de investigación “aritmética política”. Con esta denominación trataba de expresar la idea básica de que la introducción de métodos cuantitativos produciría un análisis más riguroso de los fenómenos sociales. Petty fue influenciado por Francis Bacon, que propuso el método inductivo una fusión de empirismo y racionalismo. Petty reconocía la novedad del nuevo planteamiento, pero lo defendía como una mejora. Otro elemento del planteamiento metodológico de Petty era un intento de separar la moral de la ciencia. Según Petty, la ciencia no existe para tratar los problemas morales, sino que es simplemente un medio para un fin. Los problemas morales surgen solamente en la selección de los fines que la humanidad se propone alcanzar por medio de la ciencia. Sin embargo, adelantó numerosas propuestas para la intervención del Estado aun cuando él apoyaba las propuestas liberales de no intervención. Las investigaciones de Petty no estaban orientadas a la construcción de un sistema general de conocimiento, sino mas bien a formular soluciones para los problemas prácticos. Solo quería presentar unas orientaciones generales para la política. Esta era la base real de su “aritmética política”. Además, fue consciente de que cada problema económico con el que nos enfrentamos en el mundo real debe considerarse como una parte integrante de un conjunto mayor, no como un fenómeno independiente. Esto fue lo que eleva a Petty por encima de sus contemporáneos y lo que llevó a Karl Marx a calificarle como “fundador de la economía política moderna”.

-Sobre el dinero. Petty reconoció las tres funciones del dinero (patrón de valor, medio de cambio, depósito de valor), pero atribuyo el primer lugar al medio de cambio. Negaba que el dinero constituyese una medida absoluta del valor, argumentaba correctamente que su valor varía con las condiciones de la oferta y la demanda. Como los mercantilistas, Petty observó una relación entre la cantidad de dinero y el nivel de actividad económica (producción), pero no vio la relación entre la cantidad de dinero y el nivel de precios, que constituye el núcleo de la teoría cuantitativa. Consideró que el dinero era un coste indirecto de producción, que corresponde al valor de los metales preciosos incorporados al stock monetario. La principal contribución de Petty a la teoría monetaria fue su uso del concepto de velocidad de circulación para determinar la cantidad óptima de dinero. Esto le hace un predecesor importante de Locke y Cantillon. Relacionó correctamente la velocidad de circulación con los factores institucionales, tales como la amplitud de los períodos de pago de salarios, rentas e impuestos, sosteniendo que la velocidad aumenta cuando el período de pago se reduce. Petty también se apartó de la sabiduría convencional del mercantilismo al argumentar que la acumulación de dinero era un medio para alcanzar un fin y no un fin en sí misma. Aunque se mostró favorablemente dispuesto a la entrada de dinero a partir de una balanza comercial positiva, no consideró esto como una prioridad absoluta. Además, consideró que las prohibiciones de exportación de dinero eran inútiles. Lo importante, argumentaba, era un elevado nivel de empleo y de actividad económica, no la acumulación de un mero tesoro. -Sobre el valor. Entre los economistas contemporáneos, Petty se recuerda por determinados slogans económicos, más que por sus logros sólidos en el análisis económico. El principal entre los slogans popularizados por Petty es su famosa expresión de «que el trabajo es el padre y principio activo de la riqueza y las tierras son la madre» (Economic Writings, vol. 1, p. 63). Aunque esta afirmación constituye un temprano

y profundo reconocimiento de los dos «factores originarios de la producción», tiene poco mérito analítico. Ciertamente, no constituye una teoría del valor. Mucha mayor importancia tuvo la investigación de Petty dirigida al descubrimiento de una «paridad natural» entre la tierra y el trabajo. Intentó relacionar entre sí los valores de la tierra y del trabajo, determinando la cantidad de tierra necesaria para producir «el alimento de un hombre adulto durante un día», tomando el valor de este producto como equivalente al valor del trabajo de un día. El objetivo del esfuerzo de Petty era establecer una unidad de medida con la que reducir las cantidades disponibles de los dos factores originarios, tierra y trabajo, a una cantidad homogénea de «capacidad productiva», que podría servir como patrón de valor (tierra-trabajo). Como todos los esfuerzos semejantes para encontrar un patrón absoluto del valor, también éste se mostró como un callejón sin salida analítico, pero inspiró a Cantillon para emprender una investigación en el mismo sentido. A pesar del aroma economètrico que desprenden sus estudios económicos, Petty no construyó una teoría de los precios satisfactoria. En particular, no logró reconocer la importancia de los precios relativos, que constituyen el núcleo de la microeco- nomía moderna. A pesar de la admiración de Marx por Petty, este último no desarrolló una teoría del valor trabajo. Si acaso, Petty tuvo una teoría del valor tierra, aunque es un error considerar que sus logros en esta área representen una auténtica teoría del valor. Lo que le faltaba era un mecanismo fundamental capaz de explicar las proporciones del intercambio entre los bienes económicos. Aunque Petty fue ante todo y por encima de todo un teórico, considerado retrospectivamente, su mayor logro fue el de introducir un cambio decisivo en el método económico. Su descubrimiento, la Aritmética Política, era una forma primitiva de econometria, campo que ha florecido después de la segunda guerra mundial (véase el capítulo 22). Como observó Joseph Schumpeter, Petty «estaba muy dispuesto a combatir por... [este credo metodológico] y a iniciar lo que habría sido la primera controversia sobre el ‘método’. Pero no le atacó nadie. Le siguieron unos pocos y le admiraron muchos. La gran mayoría le olvidó en seguida» (Historia del análisis económico, p. 254). Enfrentado con el mismo tema un siglo después, Adam Smith prefirió la seguridad antes que la novedad metodológica, declarando en La Riqueza de las Naciones (libro IV, cap. 5) que no creía mucho en la Aritmética Política. Bajo la guía de Smith, los economistas clásicos conservaron el método lógico-deductivo.

CANTILLON

En 1755 se publicó un libro en originales circunstancias. Probablemente se publicó en París, pero con el pie de imprenta de un librero de Londres que ya no se dedicaba al negocio. Este libro, titulado Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general, había sido escrito más de dos décadas antes por Richard Cantillon, banquero en París y comerciante en Londres, de extracción irlandesa. El año exacto del nacimiento de Cantillon, así como otros hechos pertinentes sobre su vida, siguen sin ser conocidos, aunque las circunstancias de su muerte en 1734 fueron claramente sensacionales. Fue asesinado mientras dormía por un criado despedido que prendió fuego a la casa en un intento de ocultar su horrible acto. Así perdía la economía una de sus mentes preclásicas más capaces. El Ensayo de Cantillon representa el estado del arte de la economía antes de Adam Smith (véase el capítulo 5). Es un tratado general de penetrante intuición y notable claridad, características que no han remitido con el paso del tiempo. A diferencia de Boisguillebert, que atacó problemas económicos específicos, Cantillon trataba de descubrir principios básicos. Una relación de las contribuciones originales de Cantillon a la economía sirve para subrayar su importancia. Fue uno de los primeros en:

• Tratar el crecimiento de la población como parte integrante del proceso económico. • Desarrollar una explicación económica de la localización de las ciudades y núcleos de producción. • Hacer una distinción entre precio de mercado y valor intrínseco (es decir, precio de equilibrio) y mostrar cómo los dos convergen a largo plazo. • Demostrar que las variaciones de la velocidad son equivalentes a las de la masa monetaria. • Investigar los canales a través de los cuales las variaciones de la masa monetaria influyen en los precios. • Describir el mecanismo por el que los precios se ajustan en el comercio internacional. • Analizar los flujos de renta entre los principales sectores de la economía. Por impresionante que sea esta lista, ella sola no puede explicar la singularidad de Cantillon entre los economistas del siglo xvm. Lo que le separaba enormemente de los últimos mercantilistas era el tipo de mente newtoniana que muestran casi todas las páginas del Ensayo. Cantillon pensaba de la economía como Newton pensaba del cosmos: como de un conjunto interrelacionado, constituido por partes que funcionaban de un modo racional. Para Cantillon esto significaba que la economía se ajustaba constantemente a los cambios básicos de la población, la producción, los gustos, etc. El ánima de este proceso de ajuste era la persecución egoísta del beneficio. En la economía de Cantillon era este último principio el que ocupaba el lugar del «principio de gravitación universal» de Newton (es decir, el principio de gravedad). Aunque la obra maestra de Cantillon circuló ampliamente en Francia e Inglaterra antes de su tardía publicación en 1755, su destino final sería verse ignorada. No fue hasta cerca de finales del siglo xix que se reconoció y apreció en toda su importancia. Fue entonces cuando William Stanley Jevons, notable economista neoclásico (véase el capítulo 14), redescubrió a Cantillon. Al presentar este descubrimiento, Jevons llamó al Ensayo «la cuna de la economía política». Reflexionando sobre la herencia de Cantillon y la naturaleza pionera de su análisis económico, Jevons añadía que «el primer tratado sistemático sobre economía fue escrito probablemente por un banquero de apellido español, nacido de una familia irlandesa en el condado de Kerry, educado quién sabe dónde, que tenía su negocio en París, pero que fue asesinado evidentemente en Albermale Street [Londres]» (véase Ensayo, p. 230). Aunque el trabajo de Cantillon revela algún interés por los temas mercantilistas tradicionales, es mucho más característico del período liberal de la economía, que formalmente comenzó con Adam Smith algunas décadas más tarde. Cantillon estaba familiarizado con los

trabajos de autores ingleses notables como Sir William Petty y John Locke, pero su influencia inmediata tuvo lugar sobre los economistas franceses del siglo x v iii. Su influencia «indirecta» puede ser mucho más amplia, extendiéndose quizás hasta Jevons y los economistas neoaustríacos de hoy (véase el capítulo 21). En este capítulo destacamos tres temas importantes del trabajo de Cantillon: 1) su visión del mercado y de su funcionamiento, 2) el papel fundamental y la importancia del empresario en la actividad económica, y 3) la influencia de las variaciones de la oferta agregada de dinero en la economía. El sistema de mercado. Cantillon concebía la economía como un sistema organizado de mercados interrelacionados que funcionaban de tal manera que alcanzaban un tipo de equilibrio. Los individuos de la economía estaban relacionados entre sí por una mutua dependencia y las instituciones del sistema evolucionaban a lo largo del tiempo en respuesta a las «necesidades», más o menos perentorias. El sistema tiende a su ajuste por el libre juego de los empresarios egoístas que dirigen «todo el trueque y la circulación del Estado» (Ensayo, p. 45). Considerando la época en la que Cantillon escribía, otorga al príncipe un perfil notablemente bajo, hecho que revela la convicción de Cantillon de que un sistema de mercado funciona mejor sin interferencias del gobierno. Los empresarios, como otros participantes en el mercado, están relacionados recíprocamente, en tanto que «son consumidores y clientes los unos respecto de los otros». Su número se regula, por tanto, por el número de clientes, o la demanda total, de sus servicios, y sus decisiones se toman en condiciones de incertidumbre acerca del futuro. La estructura del sistema económico de Cantillon es jerárquica. Los terratenientes ocupan el estrato superior del orden económico y social, y se les representa como financieramente independientes, aunque su renta procede de los habitantes de un Estado, que a su vez dependen de los propietarios para obtener los recursos naturales de la producción. Los derechos de propiedad privada se consideran esenciales para el correcto funcionamiento de un sistema de mercados. Los empresarios ocupan el estrato medio en la jerarquía de Cantillon, pero —como se explica en la sección siguiente— su papel es vital y omnipresente. Son ellos los que continuamente reaccionan ante los movimientos de precios en los mercados específicos para conseguir un equilibrio provisional entre las ofertas y demandas particulares. Viendo la economía como una red de intercambios recíprocos, Cantillon proporcionó una de las primeras explicaciones más claras del precio de mercado. Su noción del valor intrínseco (la medida de la cantidad y calidad de la tierra y el trabajo que entran en la producción) constituye un primer intento de basar el precio en alguna medida de los costes «reales», al menos en lo que se refiere a los valores de equilibrio a largo plazo. Sin embargo, cuando trata del precio de «mercado» a corto plazo, Cantillon parece dispuesto a admitir valoraciones subjetivas. Advirtió que «ocurre a menudo que muchas cosas, actualmente dotadas de un cierto valor intrínseco, no se venden en el mercado conforme a ese valor: ello depende del humor y la fantasía de los hombres y del consumo que de tales productos se hace» (Ensayo, p. 28). Otra razón por la que los precios de mercado pueden ser distintos a los valores intrínsecos es que los planes de los productores y de sus clientes pueden no estar coordinados. En efecto, parecería imposible alcanzar siempre una coordinación perfecta. Cantillon observó que «jamás existe variación en el valor intrínseco de las cosas, pero la imposibilidad de adecuar la producción de mercancías y productos a su consumo en un Estado origina una variación cotidiana, y un flujo y reflujo perpetuos en los precios del mercado» (Ensayo, p. 29). El proceso de negociación descrito por Cantillon refleja la información poseída por los participantes en el mercado y el grado de coordinación de los planes individuales. Cantillon describió la manera en que los planes dispersos tendían a hacer que los precios no coincidiesen con los costes (es decir, con el valor intrínseco): Si los campesinos de un Estado siembran más trigo que de ordinario, es decir, mucho más del que hace falta para el consumo del año, el valor intrínseco y real del trigo corresponderá a la tierra y al trabajo que intervinieron en su producción; pero a causa de esta excesiva abundancia, y existiendo más vendedores que compradores, el precio del trigo en el mercado descenderá necesariamente por debajo del precio o valor intrínseco. Si, a la inversa, los agricultores siembran menos trigo del necesario para el consumo, habrá más

compradores que vendedores, y el precio del trigo en el mercado se elevará por encima de su valor intrínseco (Ensayo, p. 29) Sólo hay que sustituir la palabra «intrínseco» por «natural» para apreciar cuán cerca de Adam Smith se encuentra este análisis (véase el capítulo 5), y considerar que si Cantillon hubiera ido un poco más lejos habría proporcionado una importante descripción del mecanismo de los precios. Pero hizo algo en este sentido, suministrando una explicación rudimentaria de la red de señales de precios que sirve para relacionar los diferentes mercados. El siguiente pasaje es rico en sugerencias del egoísmo como fuerza motriz, de los precios relativos como señales para ajustar el uso de los recursos y de los costes de oportunidad como una base de la toma de decisiones económicas: Si algunos de los colonos siembran en su granja o parcela más cereales que de ordinario, será necesario que críen un número más reducido de carneros, y tendrán menos lana y menos carne para vender; por consiguiente, habrá demasiado grano y poca lana para el consumo de los habitantes. La lana se encarecerá, obligando a los habitantes a llevar sus trajes durante más tiempo del acostumbrado, y habrá un gran mercado de granos y un excedente para el siguiente año... los colonos... tendrán buen cuidado de producir menos trigo y más lana; porque los colonos se esfuerzan siempre por emplear sus tierras produciendo aquellos artículos que a su juicio obtendrán un precio más alto en el mercado. Pero si en el año siguiente dispusieran de lana en exceso y hubiera escasez de cereales para el consumo, cambiarían de nuevo, de un año a otro, el empleo de las tierras, hasta proporcionar aproximadamente sus productos al consumo de los habitantes. Así, un granjero que haya logrado ajustarse, poco más o menos, a las exigencias del consumo, destinará una porción de sus tierras a praderas, para disponer de heno; otra a cereales, a lana, y así sucesivamente; y no cambiará de método a menos que no advierta alguna variación considerable en el consumo (Ensayo, pp. 47-48). De esta manera, Cantillon demostraba cómo los planes inicialmente incompatibles de compradores y vendedores se hacían mutuamente compatibles a lo largo del tiempo por medio de los ajustes egoístas ante las variaciones de los precios relativos. El mismo tipo de fenómeno se manifiesta en los mercados de factores. Cantillon habló de la tendencia del trabajo a ajustarse naturalmente a la demanda. El énfasis en las fuerzas naturales para asignar el trabajo a los diferentes empleos es claro cuando Cantillon habla de la tradición de educar a los hijos en la profesión de sus padres. Si los trabajadores de la aldea educan varios hijos para su mismo trabajo, «los adultos excedentes... [tendrán que ir] ... a cualquier otra parte para ganarse la vida, como ocurre ordinariamente en las ciudades; si algunos de ellos permanecen junto a su padre, como no todos encontrarán ocupación suficiente, vivirán en un estado de gran pobreza» (Ensayo, p. 25). Las disminuciones o aumentos de la demanda a corto plazo producirían temporalmente rendimientos menores o mayores de las varias clases de trabajo, pero Cantillon contempla un ajuste, con el tiempo, hacia el equilibrio. Observó correctamente que después de una emigración y/o inmigración «los que permanezcan en el poblado guardan constantemente proporción con el empleo suficiente para permitirles subsistir; y cuando sobreviene un aumento constante de trabajo, hay algo que ganar, y otros afluyen para compartir la tarea» (Ensayo, p. 26). Dado un aumento permanente de la demanda de trabajo, el mecanismo de asignación que Cantillon establece es casi tan claro como el que desarrollaría la economía neoclásica. Competencia y empresariado. Como Adam Smith, que iba a seguirle, Cantillon concebía la competencia como algo diferente a lo que se presenta en los actuales textos introductorios de economía. No pensaba en la competencia como una lista de condiciones que definen una estructura de mercado específica, sino más bien en un proceso de rivalidad entre contendientes que compiten por los mismos clientes. En este proceso competitivo, Cantillon centró la atención en el papel e importancia del empresario. Vio la economía en términos de clases de individuos, cada una de ellas definida por una función económica principal:

Cabe afirmar que si se exceptúan el príncipe y los terratenientes, todos los habitantes de un Estado son dependientes; que pueden, éstos, dividirse en dos clases: empresarios y gente asalariada; que los empresarios viven, por decirlo así, de ingresos inciertos, y todos los demás cuentan con ingresos ciertos durante el tiempo que de ellos gozan, aunque sus funciones y su rango sean muy desiguales. El general ...


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