Persona y Accion - Karol Wojtyla PDF

Title Persona y Accion - Karol Wojtyla
Author Derek Quiñonez
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Persona y acción 40 o E KAROL wOJTYLA = 18iblioteca ..... '0 1Palabra .....u ~ "'' (;,) .: N Colección: Biblioteca Palabra Director de la colección: Juan Manuel Burgos <O Edicione~ Palabra, S.A .. 2011 Paseo de la Castellana, 210 28046 MADRID (España¡ Telf.: (34) 91 350 77 20- (3...


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Persona y Accion - Karol Wojtyla Derek Quiñonez Persona y Accion

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La emot ividad en Karol Wojt yla Juan Carlos Tuppia

DE LA PERSONA AL AMOR. Noción met afísica de «amor» en el pensamient o filosófico de Karol Wojt yla Leopoldo Sayegh ¿Què es la Persona? El Aport e filosòfico de Karol Wojt yla Ricardo Mont es Pèrez

Persona y acción

40 o

E

KAROL

= "'' '0 ..... .....u (;,)

.:

N

wOJTYLA

18iblioteca 1Palabra ~

Colección: Biblioteca Palabra Director de la colección: Juan Manuel Burgos a electrónico. metánilo, por fotocopia, por rcg1stro u otros metodos. sm el permiso prev1o y por escrito del editor.

K~oL WoJTYtA

Persona y acción Ediciún de: ]L\\ \1\\t'EL Bt Rms Y R\1 . . \EL ~lotn

Prc'llogo:

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Tradttcción del poLleo: R.\1.\EI. ~loR.\

18iblioteca 1Palabra ~

"La Iglesia, que por ra:tón tk su misión v de su competencia no se confunde l'll modo alguno con la comunidaJ política ni L'St~í atada a sisll'ma político alguno, L'S a la \'C:t signo y sahaguardia del carácter trascendente de la persona humana>> (Consliluci(m pastoral sobre la Iglesia en L'1 mundo actual Gaudiwn el S¡ws, n. 76).

PRÓLOGO

Personar acciun es la obra cumbre del pensa111icnto lilosú1im de Karol Wojt\la v uno de los tntos antropolhnin. «Anak•L'I:J hu,,erliana» 10-1 (2009), 107129.

PROLOGO

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111as difícil de lograr si se abordan las cuestiones mediante los proL·edimientos habituales que esta ha seguido durante cientos lk aiios. Si se a\·anla por los mismos caminos, se lkgad, sin duda, al mismo sitio. Pero, si, por el contrario, se procede por 1111a vía novedosa, los conceptos se presentar. La revela o la dL·svcla en el sentido de que L's el proceso de autodl'lerminación -que solo se da en la ~ll'ciún- el que nos muestra quién es el sujeto-persona. La autorrealizaciún (Cap. H': Aurodc!emlinaci> del prójimo v eiLk la comunidad\ su mutua rl'iaciún ClllllO estructuras que se equilibran,. compknwntan. El sisll'ma prc'ljimo funda la participación en la común humanidad del otro, por L'so es uninTsal; L'l de la comunidad, en aquello que lllL' aSL'llleja a un grupo especílko tk personas, por L'Sill'S particular. Ambos son necesarios, pero, si la comunidad se enfrenta contra un pn'ljimo por el mero hecho tk ser dikrentc, deja de ser comunidad en sentido L'stril'lo. Por L'SO, d sistema prioritario absolut11 L'S l'i del prc'ljimo que conL'Lia mn el mandamiento dd all~lr.

La primL·ra \ ez que. hace 20 afHlS, me acerque a Persona_,. acÓ1ÍII anoll' en mis ohser\'aciones que la introducciún de la \L'I'sión que utilké apenas prororcionaha orientacimll's para la kctura. lo que me dificultó notablemente su comprensión\' asimilación. Esta carencia, en efecto, es particularmente ¡!ranlsa en esta obra porquc la novedad de sus rlanteamientos suele desconcertar al lector, que no sabe a qué atenerSL' cuando se encuentra con rrocedimientos nwtodológicos " conceptos tan inesperado~ como ori¡!inaks. Adc•nüs, la dificultad de comrrensiún de algunos pasajes cxigL' una concentración en el dl'tallc que enturbia la ¡wrspecti\a general. ElesfuL'rt.o por entender lo que se cstú exponiendo en un determinado momento puede hacer oh'idar el motivo ror el que se analiza. Mi objeti\'0 al elaborar esta Jnrmducci6n ha sido facilitar al lector esta tarea, apasionante ror otra parte, proporcionándole una \'Ísión general en la que encuadrar este texto profundo, brillante v grandioso. Genial. en una pala-

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PR(lLOGO

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l11 ;1. Espero hahcrlo consc~uido haciendo, ademüs. justicia a la

,.¡¡¡ ;1, pero, de no ser así. ruego allcdor que me disculpe, v k relllllo a los !extns de esta cuidada traducl'iologiczne, Cracmü 1985 ), v para la tercera y definiti\·a edición polaca, que prepararon Tadcusz Stvczeri, Wojrit·ch Chudv, Jcrzv Galko\\'ski, Adam Rodziríski v Andrzej Szostck en 1994 (Osoha i c::yn ora:: inllt' stwlia antmpolo.~icme, Towarzvstwo \!aukowe KU L, Lublin 1994 ). Hasta el momento, existía una única \'ersión española (Kami Wojl~'b, Persona Y acción, BAC, Madrid 1982) elaborada a partir de la edición inglesa que edit6 v publicó A. T. T.vmieniecka en 1979 (The Acting Person, ed. de A. T. Tvmieniecka, «Analecta Husserliana>>, t. X, D. Reidel Publishing Company, Dordrccht 1979). Esta edición inglesa adquirió mucha fama porque coincidió con la elección de Juan Pablo II como Papa, por lo que fue la base de diversas traducciones. En su momento, contribuvó significativamente a la difusión de la filosofía de Karol Wojtvta pero, con el tiempo, ha quedado claro que la editora intervino dt' manera algo intrusi\'a en la edición de la obra, hecho que el mismo Juan Pablo ll comentó con su colaborador Joaquín Na\'arroValls.

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1\.AROL \\OJTYL\

Que la t'lnica n.'r>.iún csrJI1ola l'xistente se apmase sobre una l'l'rsin ' que ha sido prep¡¡rado por .luan rvbnucl Burgos' Rafael Mor; l. La traducci> dueiio de un «L'Xtraño» ). La estabilidad de los objetos experimentales propia de la experiencia humana es sustancialmente distinta: se produce ;t través de la distinción v clasificación intelectual. En virtud de l'sta estabilidad, la experiencia del propio «VO>> por parte del sujeto se halla dentro de las fronteras de la experiencia del «hombre>>, lo que permite que estas dos e.xpcriencias se complementen IIIUtuamente.

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KAROI. WO.JTYL\

Tal interferencia de e\perienrias. que sigue a la estahilizari tipos de l'\peril'ncia en la que los datos son objetos indhiduak-,; pm ,·jcmplo. la ex¡wJ·it•JKia de los aclos psíquicos de otros indi1iduos o tarnhi0u la npcriencia L'slt'lica, donde SL' Jlf>S dan las obras de arte.\ así sucesi\'amente. El problema de la c\pericncia. \ junlarnenlt.' un amplio conjunto d,· cuestiones metodolúgicas cone\as. t'IKontraron amplio l'l·o rn la discusiún entre los 1ilúsofos polae> -a un conjunto de rasgos sensibles que son eu cada ocasión únicos e irrepetibles-\' que el entendimiento, por así deci1~ espera estos contenidos para «hacer>> con dios su propio objeto, al que denomina "acción>> o «persona y acción>>. Parece más bien que el entendimiento interviene \'a en la propia experiencia, y gracias a ella establece una relaciún con el objeto; relación que también es directa, aunque de manera di\'ersa. ~

La acción como 171011/CIIto pril'ilep,iado de profitndi::._clcióll en la persona Según lo dicho, cada experiencia humana comporta a la wz una cierta comprensión de lo que st' experimenta. Parece que esta postura es contraria al fenomenismo, v más propia de la fe-

1\lTRODlCCIÓN

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llnllll'nología, que acentúa ante toJo la unidad dl'l acto de cono\ i111iento humano. Plantt>ar el problema Je esta manera tient' una intportante significacic'm para el estudio de la persona v la acción. l't~í pues, sostent'mos que la acció11 es llll 11/0IIIL'lllo particular m la a¡¡rehensitín -o sea, en la experiencia- de la persona. E\·identt'lllente, esta experiencia se encuentra estrictamente unida a una vomprcnsión determinada. Se trata ele una visión intl'lcctual que "L' fundamenta sobre el hecho «el hombre actúa» en todas sus innumerables repeticiones, como va se ha recordado anteriormente. El hecho «el hombre actúa», en todo su amplio contenido L'Xperimental, se puede entender de manera que se capte como acción de la persona. La totalidad del contenido de la experiencia nos revela aquel hecho de esta manera v no de otra: la manifiesta con una evidencia propia. ¿Qué significa «e\·idencia» en este caso? En primer lugar, parece indicar la esencial capacidad que tiene un objeto para m;:mif> de los elementos que permanecen dentro del paréntesis. El sacar !actor común tiene por objeto facilitar las operaciones, no se busca dL' ningún 111oclo eliminar el elemento que se encuentra lucra del paréntesis 11i tampoco romper la relación que existe entre ese elemento v la p;trte que se encuentra dentro del par6ntesis. Mm al contrario,

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KAROL WOJTYLA

cuando se saca factor común, queda más patenll' la presencia \'la importancia de ese factor en toda la operación. Gracias a c¡ue lo hemos sacado del paréntesis aparece claro v biL'Il l'vidente unekmenlo que, en caso contrario, quedaría oculto en los din~rsos ele111L'I1los de la o¡wración.¡. Así pues, el problema > del «mismo tipo», que elrnismo tipo dL· pcr~ona se manifiesta a través de la acciraktrc;negu (Teoría del conocimicnlo pr{lctico). Lublin l'!t>O. En d prcscrrle trabajo no pn:tendemos onrparnos del corrol'imienlo pr~ctico como fu~nlt' 1 base específica de la ¡na.ris humana. En cambio, o «explicar>> (esto último implica la comprensión). Al explicar o interpretar se trata de conseguir que la imagen intelectual del objeto sea la adecuada. para que «coincida>> ron el objeto. Esto supone incluir todas las razones del objeto inll'rpretado manteniendo las justas proporciones enlrL' ellas. de 111anera que (su imagen) las contenga adecuadamente. De esto depende en gran medida la corrección de la interprt?tación Y en ello estriba también su dificultad. /.11 cmicepción dd lzo111hre co111o expresián de la co111prensión \'de la interpretación del objeto

Hav también una dificultad en el acto de concebir, mediante el que alcanzamos, en este caso, a expresar lo que comprendemos de modo maduro, desde la inicial intuición de la per-

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1\.AROL WOJTYLA

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sona en acción hasta su completa inll'rpretación. Se trata de que no basta con el com·etKimicnto in!L'rno de quL' d hombre que actlÜ es persona, sino que también SL' debe expresar este com·enl·imiento tk manera conceptual ,-lingCiística: es decir, hav ljliL' formularlo extL'rnarnente (en concrl'lo, en este estudio), para que se pueda comtmicar plenamente. Esa exprcsiún se constituvc juntamenll' con la comprensi('m del objeto v debe alcanzar lormas tales qliL' lo comprendido se rueda expresar tkl modo nüs pleno v amplio l]liL' sea posible. \ se pueda cornunicar a otros hombres de modo que puedan captarlo: pues el saber humano como hecho social se lorma a traYés de la mutua comunicación tk lo comprendido. Esta dilicultad para intnprctar \concebir al hombre se une con la antcriorÍ11cnte indicada inconmensurabilidad ínsita en la experiencia del hombre\, por tanto\' de modo indirecto. en la captación de la rdación «Pl'rsona-accic'm», que se akama basúndosc en esta experiencia. Es l'\idcnll' que esta rclacic'm debe manifestarse de manera dinTsa cuando se basa L'll la experiencia intema del propio «\O», que cuando se basa en la experiencia externa que comprende a otros hombres distintos de mi. En el curso tanto de la intl'rpretaciún como dl' la concepciún lk la persona v de la acción aparece el probkrna de inll'grar correctamente las comprensiones que surgen a partir de la inconmensurabilidad de ambas experiencias. La solucic'm de ese problema, mediante un intento de integración adecuada de ambos aspectos de la experiencia del hombre al concebir la persona, es una de las principales tareas que nos hemos señalado en el presente estudio. 4. Concepción de la persona y de la acción que se propone en esta obra

Intento de imerpretar la suhjelividad del ho111bre Aunque la inconmensurabilidad de la experiencia del hombre -que va hemos indicado desde el principio- plantea una difi-

INTRODliCCIÓN

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tnltad para intl'rprctar' para concebir al hombre, a la va ha\ t¡IIL' reconocer que f!L'llcra una peculiar posibi 1idad v abre una amplia perspecti\a en L'stas tareas. Basándose L'n la experiencia inte¡•ral dd hombre, a tran:·s (k la acción de la ¡x·rsona, se nos manilicstan como datos no solo su c.\terior, sino también lo interior. l'ncsto que no se nos da solo como hombre-sujeto, sino también t·omn «VO» l'n toda su subkt i\·idad e.\perimental. AntL' esto, se abre ante nosotros la posibilidad de una interpretación del hombre como sujeto de nw:st ra ex¡xTiL·ncia que re¡nodu :.ca en su medida adecuada la suhieti1·idad del hU1nhre. Esto tiene una importancia fundamental para la concepcitm de la persona v de la acción que in!L'ntarL·mos presentar en este estudio. Me atrL'\'LTÍa a decir aquí que la experiencia del hombre mn la caractcríst ica escisión del aspecto interior v e.\tcrinr se enL'llentra en la raíz de la diYisión de esas dos potentes corrientes de pensamiento lilosúlko, la L'OITil'nll' objetiva v la subjetiva, la filosofía del ser v la filosofía de la consciencia. Reducir esta gran escisión tan solo a la ambivalencia de la L'Xperiencia del hombre va la dualidad de los datos de L'Sa experiencia sería, evidentemente, una simplificaciún excesiva del asunto. Por otra parte, no tenemos intenciún de dirigir en esa dirección las consideraciones del presente trabajo, que tiene un objcti\1> bien definido. No obstante, desck· el punto de \'ista de este tema en concreto -d punto de vista de la realidad de la persona v de la acción- que estamos intentando comprender e interpretar a la luz de la c.\periencia del hombre («el hombre actúa»), se debe generar la com icción de que, en lugar de absolutizar cualquiera de los dos aspectos de la experiencia del hombre, es necesario buscar su recíproca interrelación. Si alguno preguntara el porqué, le responderemos que se trata de una exigencia de la esencia misma de la experiencia del hombre. Podemos entender al hombre gracias a la mutua relación de ambos aspectos de la experiencia. Y apovándonos en ellos construiremos nuestra concepción de la persona y de la acción sobre la base de la susodicha experiencia.

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Ki\ROL WOJTYLA

Aspecto de la consciencia Cn planlL'amiento tal de la cm·stión indica de entrada que en esiL' estudio no pensamos limitar nuL·stro an;ílisis al nivel de la consciencia sin mús: pensamos rcali1.arlo también en un aspecto detalladanwnte dibujado de la consciLncia. Si la accin pastoral Gaudi/})11 el Spes. no solo sitúa en primer plano la cuestión de J¡¡ pc·•·sona \ su \·m·acitin, sino que también c\presa la coJl\'icción de su carúctl'> trascendcnk (por ejemplo: «La l~ksia, quC' por ra/.(>n d,· su tarea\ su compl'lt'n· cia no se conlunde de ningt'm modo con la comunidad política ni se identilic> con nin¡!ún sistema político. t'S a la vez signo v sahaguardia del carúctcr trascen dente de la persona humana» ((;audi/})1/ ('/ s,)(',, n. 76). \I(·JI¡•f!Ji/,) .' ,·J de f.:;\11\ (¡/,-r ¡:1111/ltlfi,lllll' i11

tor l·omn

el

((p1111!o

PARTE PRIIVIERA

CONSCIENCIA Y OPERATIVIDAD~'

''Traducimos «swiadunwsc» por consci~ncia, para acentuar la dimensión

.¡,. '"lwti\·idad autnrrdercncial y distinguirlo de wncic•nt·ia. en el '~ntido de '' ''" it'llcia moral. parad qu~ w usa en polac·n la palah1·a «sumi~nic». Por su 1'·" ,, .. utilitamos la palabra «upcrati\·idad" para n·aducir d termino pobco "'•1'"11\L'I.OSl'», que podríantos dc·linir como la capacidad por la que alguien 1'"~'~1" .'>, porque solo la actiYidad humana l'S acción). El propio t6rmino n la act i\·idad que solo es propia de él. Por eso precisamenlL', la acción SL' denomina en b terminología cs_colústica ac/us luunu11/IS, V lllÚS t"\al'lalllelltL' UC/1/S \'(}/111/IOI"ills, pues l'Stl' último L'S la concreción del dionamismo específico n oc!us luunuuus sttponc \a una dl'tcrminada inkrprl'tacill de la acción humana: en ekcto, podría parecer que no L'\istt' nin¡?.una otra concL'¡Xis, debieran incluir de algún IIHKio el conll'nido lilosúlko que contienen Lkntro de sí los térlllinos actus hu1nauus \ ac/us ¡•oluulurius. Lo apO\aría también l'l intento qUL' realizamos en t'l prescnlt' trabajo (en las in\'L'stiga~·ioncs posll'riores inll'ntaremos desarrollarlo e ilustrarlo en multitud de aspectos). Sin embargo. debernos adn·rtir que esta convepción histórica más bien incluve al hombre-persona como ltiL'nte de la acción, mientras que L'n la dirección de imestigacic'm por la que hemos optado se trata mús bien de sacar a la luz lo que inclu~·e el concepto de actus luuntllilt.': así que aquí la acción es a ht \'l'Z fucnll' para conocer a la persona 2. En sí misma. la accicín 'Frc:cuc·nlc'IIIL'Illl' se ha t'scrito lJilt' a tra1·es de la acción. a lr~l\és de la ac¡¡, ídad. Sl' 1\'l·da el homhre, pero al,·scrihir eso no siempre !'>l' ha hecho rl'leren' í;1 a la eslructura del hombre como pn>ona. Asi, por ,·jemplo. ,\.1. Blomlel é'lTihiú (de modo

llll

tanto general. por olra rarte): «Le co1·ps dL' l'aclion n'esl pas

"'ldenll'nl un S\>li.'nll' de moulelllt'nb manikst(·s

11>. Acciún eqtli\·alc a actividad propia del hombre como persona. Mientras que la expresión actus hui7I0111fS se refiere a esta actividad corno cierto tipo de «devenir>> fundado sobre una poléncialidad del sujeto personal; en cambio los términos o «acti,·idad,, no expresan nada de esto. Da la impresión de que definen la misma realidad dinámica, pero más como knómeno o manifestación que como estructura óntica; lo que no significa, sin embargo, que nos impidan el acceso a esa estructura. Al contrario, más bien parece que la expresión «acción>>, así como «actividad consciente>>, nos habla del dinamismo propio del hombre como persona. Y mediante su contenido esencial encierra en sí mismo todo lo que se oculta en el término actus lut/1/tllllfS, va que, según parece, el

bajo en el Cjllt' Se trata UC llnJ ConCCpL·iún onlo)óg_ica Ué la persona J tra1és de Ja acción en cuanto acción. «Concepción onlolúg'ica" ucbc l'nlcndcrse ante todo corno mostrar lo que es realmente la persona.

LA PERSONA Y L\ ACCIÓN BAJO SU ASPECTO CONSCIENTE

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pt·nsamiento filost'>l'ico no ha elaborado hasta nuestros días ninconcepto müs básico para expresar el dinamismo que el de

1'1111

111'/ liS 1_

1'umciencia

\' «t·oluutariun/>>

La acciún es la actil'iclad conscienlt', Al decir «acti\·idad t ousciente>> subravamos con esta cxptTsiún que esa acti\·idad se tL·;diza ele modo propio Y es¡k-cific~mtente mluntario, De manera qiiL' la expresión «acti\·idad conscicntL'>> responde al término acllls I'OhliitclrilJs usado en la tradición filosófica para designar la ;1L'Iividacl humana conscicnll' \propia de la \oluntad. De esta 111ancra queda m{ts palpable aún la riqueza ele contenido CJUL' ent'ÍL'tTa en sí el término «acci(m>>, o su equivalente en L'llenguaje 11rdinario «actividad consciente>>. Queda patcnll:, en concreto, t¡liL' en esta expresión se conden~a el contenido ontolt'>gico propio dl'l término uc/us luununus v el contenido psicolúgico que conlkvan el adjetivo latino mlunf(Jriwn v el castellano «consciente>>. La ('\presión «acción>> contiene una gran riqliL'I.a de contenidos, que dl'bemos explicar(= cx-plic(Jrl') progresivamcnll'. Esta e\plical·iún será simultáneamente un des\·elamiento de esa realidad, que umstituvc la persona humana. Y, precisamente por esto, el pre!-.l'llte estudio está pensado corno su desvelamiento progresim, o !-.l'a, como «e,\plicación>> ele la acción desde el {mgulo del dcsvclalltiento de la realidad de la persona, \los proponemos alcanzar l'!-.IL' objcti\o mediante el análisis de sus a~pectos particulares, sin que por ello dejemos de tener a la \ ista la integridad orgánica de b acción en su relación con la persona. Esto último se halla implícito en la idea de aspecto; pues un aspecto ni puede sustituir al te 1do ni tampoco puede excluirlo de nuestro campo de \'isión. Si !e1 hiciéramos así. habríamo~ ahsolutizaclo ese aspecto, lo que nlllstituve siempre un error ...


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