Resumen EL Hombre QUE Plantaba Arboles PDF

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El hombre que plantaba arboles...

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Nos relata su encuentro con un pastor. Este, a pesar de vivir solo, lo hace en una casa de piedra construida por él mismo y mantiene su entorno limpio y pulcro, sorprendiendo al visitante con ese gusto por vivir y rodearse de limpieza, orden y pulcritud. Vive solo con unas cuantas ovejas; pero, diariamente, dedica un tiempo a preparar y llevar a cabo una gran tarea: selecciona cien bellotas de las que tiene almacenadas y las planta en esas zonas áridas y desoladas del monte con la esperanza de que en el futuro nazca allí un bosque. A pesar de que él sabe que solo un pequeño tanto por ciento de esas semillas llegarán a ser el árbol que él sueña, continúa incansable con su labor. Más tarde, plantará hayas y abedules, que ya ha ido preparando en improvisados viveros. La historia se desarrolla entre la primera y un tiempo después de finalizada la segunda guerra mundial. Estos acontecimientos bélicos no influyen de ninguna manera en el quehacer de Elzéard Bouffier -el héroe de esta historia-, que sigue imperturbable con su trabajo. Pasados los años, el caminante regresa al lugar y observa que todo ha cambiado. Su sorpresa es mayúscula al contemplar bosques, riachuelos, pueblos que han cobrado vida; y todo gracias a una persona que había demostrado tener esperanza en el futuro y que quería devolver ese tesoro a la naturaleza y legarlo a las futuras generaciones. Cobran así pleno sentido las cuatro primeras líneas del libro: Para que un personaje manifieste sus más excepcionales cualidades, hay que tener la fortuna de poder observar su actuación a lo largo de muchos años.

Se puede hacer el retrato de una persona haciendo el retrato de su paisaje" Bellísima manera de escribir de Jean Giono en este relato breve, con un mensaje lleno de esperanza y recordando el poder de la perseverancia y la intención. Con el título está dicho todo, el hombre que plantaba árboles y plantando plantando llegó a plantar muchos llenando de vida un paisaje pelado, arisco y reseco. La gracia del libro no es la trama, sinó el mensaje, y a la vez la sublime forma en como nos cuenta este cuento, lleno de poesía y descripciones exquisitas del paisaje alpino y de sus gentes desde 1913 a 1947 y en especial la fotografia profunda y intimista que nos regala de su protagonista Elzéard Bouffier: "Para que el carácter de un ser humano manifieste sus más excepcionales cualidades, hay que tener la fortuna de poder observar su actuación a lo largo de muchos años. Si dicha actuación está desprovista de todo egoísmo, si obedece a una generosidad sin par, si es del todo cierto que no abriga un afán de recompensa y que por añadidura ha dejado una huella patente sobre la faz de la tierra, entonces no cabe error alguno, nos encontramos ante un carácter inolvidable.

La lectura de este libro nos traslada a una zona geográfica empobrecida, tanto en términos naturales como sociales, y que, gracias al trabajo solitario, solidario y generoso de un hombre, se transforma en una zona rica y protegida por las autoridades para su conservación, por aquellas mismas autoridades que se desentendieron de la misma y que ahora celebran esa eclosión verde como un milagro de la naturaleza. El autor nos presenta a un protagonista ejemplar, con una serena y profunda personalidad, que se ha trazado un camino en la vida y nada ni nadie le hacen variar sus objetivos (ni

siquiera las dos guerras mundiales que tienen lugar en el transcurso de su vida). Nos presenta también una forma de vida en completo contacto con la naturaleza; una vida sencilla y ordenada, presidida por ideales nobles. El protagonista tiene sólidos fundamentos éticos y morales. No es raro que esta historia haya inspirado campañas de repoblación forestal y animado a algunas personas a realizar esa sencilla acción anónima de llenarse el bolsillo de bellotas e irlas enterrando por el monte. La tarea es ingente, realmente épica; pero tiene un punto de conexión con la realidad que la hace, en parte, fácilmente creíble y, desde luego, admirable. Hay y ha habido más de un Elzéard Bouffier que ha entendido que algunos gestos sencillos pueden multiplicar sus efectos de manera importante y posibilitar cambios notables....