Resumen Emilio de Rousseau PDF

Title Resumen Emilio de Rousseau
Author Maria del Mar Servera Umbert
Course Historia de la Educación
Institution Universitat de les Illes Balears
Pages 16
File Size 230 KB
File Type PDF
Total Downloads 11
Total Views 506

Summary

LIBRO III.Aunque hasta la adolescencia todo el curso de la vida sea un tiempo de debilidad. El animal crece débil, se vuelve fuerte por comparaciónAl no estar desarrolladas todas sus necesidades, sus fuerzas actuales son más que suficientes para entender a las que tiene.Como hombre  débil.Como niño...


Description

LIBRO III.

Aunque hasta la adolescencia todo el curso de la vida sea un tiempo de debilidad. El animal crece débil, se vuelve fuerte por comparación Al no estar desarrolladas todas sus necesidades, sus fuerzas actuales son más que suficientes para entender a las que tiene. Como hombre  débil. Como niño muy fuerte ¿ De dónde procede la debilidad del hombre? A los 13 años las fuerzas del niño se desarrollan con mayor rapidez que sus necesidades. ¿Qué hará de ese excedente de facultades y de fuerzas que ahora tiene en exceso y que faltarán en otra edad? Tratará de emplearlo en cuidados que puedan aprovecharle llegada la necesidad. Lanzara al futuro lo superfluo de su ser actual. El niño hará provisiones para el hombre débil. He ahí en tiempo en los trabajos, de la instrucción, de los estudios. La naturaleza lo indica. No se trata de saber, sino de saber lo útil. Hay que quitar las verdades que exigen un entendimiento completamente formado que un niño no puede adquirir. Un niño tiene que saber por sí mismo, comprendiendo, no porque se lo hayamos dicho. Si substituimos la autoridad por la razón, nunca razonará sólo: será juguete de la opinión de los demás. Es en el corazón del hombre donde está la vida del espectáculo de la naturaleza; para verlo hay que sentirlo. El niño percibe los objetos, mas no puede recibir las relaciones que los unen, no pueden oír la dulce armonía de su concierto. Se precisa una experiencia que él no ha adquirido, se precisan sentimientos que no ha experimentado para sentir la impresión compleja que resulta a la vez de todas esas sensaciones. No hagáis al niño discursos que no puede entender. Nada de descripciones, ni elocuencia, nada de figuras, nada de poesía. Seguid siendo claros, sencillos y fríos. Demasiado pronto llegara el tiempo de adoptar otro lenguaje. Cada nuevo objetivo que ve él lo examina largo tiempo sin decir nada. Es pensativo y no preguntón. Contentaos con presentarle adrede los objetos; luego, cuando lo veáis su curiosidad suficientemente ocupada, hacedle alguna pregunta lacónica que lo ponga en camino de resolverla. Para que un niño se acostumbre a ser atento y quede impresionado por alguna verdad sensible, es necesario que esa verdad le dé algunos días de inquietud antes de descubrirla. Si no lo comprende suficientemente dadle la vuelta a la pregunta.

Nunca forzamos a nuestro alumno a estar atento, hay mucho trecho desde esta primera lección al conocimiento del curso del sol y de la figura de la tierra; pero como todos los movimientos aparentes los cuerpos celestes que se atienden al mismo principio y como la primera observación lleva todas las demás, se necesita menos esfuerzo, aunque se precise más tiempo. Ejemplo: conocimiento de estrellas, planetas. Dadle entretenimiento. Poco a poco se familiarizará con las estrellas y de ahí nace el primer gusto por conocer los planetas y observar las constelaciones. Cuando se realice la segunda observación no dejará de decir, QUE DIVERTIDO. En general, nunca debéis substituir el signo por la cosa salvo cuando os sea imposible mostrarla. Porque el signo absorbe la atención del niño y hace olvidar la cosa representada. Nunca sabemos ponernos en el lugar de los niños. No entramos en sus ideas, les prestamos las nuestras y siguiendo siempre nuestros propios razonamientos, con cadenas de verdades no acumulamos sino extravagancias y errores en su cabeza. Aveces se puede comprender en las mismas búsquedas y guiar al niño por el método docente cuando se cree no hacer otra cosa que analizar. Ejemplo elaborar un mapa. Que el mismo haga el mapa, muy sencillo y que después paulatinamente vaya añadiéndole cosas a medida que él sepa. Habrá que guiarle un poco y sin que lo parezca. Si se equivoca dejadle actuar, no corrijáis sus errores, esperad en silencio hasta que esté dispuesto a verlos por si mismo y corregirlos por si mismo o llevarlo a una operación que se los haga sentir. Si nunca se equivoca nunca aprenderá tan bien. No enseñar al niño muchas cosas, sino no dejar que entren en su cerebro más que ideas justas y claras. La edad pacifica de la inteligencia es tan corta que es locura creer que baste para hacer sabio a un niño. No se trata de enseñarle las ciencias sino darle el gusto de amarlas y unos métodos para aprenderlas cuando ese gusto esté mejor desarrollado. Este es el principio fundamental de una buena educación. Momento de acostumbrarle poco a poco a prestar atención continuada a un mismo objeto. Mas nunca es la coacción siempre es el placer o el deseo los que deben producir esa observación. Abandonad todo antes de que se aburra. Si él os pregunta, alimentad su curiosidad. Cuando haga preguntas tontas, deteneos al momento. Permanecemos tranquilos en nuestra ignorancia hasta que encontramos ocasión de salir de ella. Ejemplo. Cuando el niño descubre que algo le sale “ bien”. Quisiera que todo género humano fuera testigo de su gloria. Deberías saber que se ha pasado toda la vida ejerciendo en una industria sabe sobre ella mas que tú, que solo os ocupáis de ella unos segundos. El niño solo peca por ignorancia . Prometo al niño advertirle de sus faltas antes de que cometa; porque se acerca la época en que nuestras relaciones van a cambiar y en

que la severidad del maestro debe suceder a la complacencia del alumno. Este cambio debe hacerse gradualmente. Se toman nociones mucho mas claras y mucho más seguras de las cosas que se aprenden de uno mismo que de aquellas que derivan de las enseñanzas de otros. Uno se vuleve mas ingenioso para encontrar relaciones, ligar ideas, adoptando todo eso tal cual se nos da, dejamos debilitarse nuestro espíritu en la indolencia. En lugar de poner a un niño frente a los libros, si lo ocupamos con talleres sus manos trabajan en provecho con su espíritu, se vuelve filosofo y cree ser y cree no ser mas que un obrero. Los conocimientos puramente especulativos apenas convenían a los niños. Haced que todas sus experiencias se unan entre si por alguna especie de deducción, a fin de que con la ayuda de este encadenamiento, puedan colocarlas en su mente y recordarlas llegado el caso, porque es muy difícil que hechos incluso razonamientos aislados permanezcan mucho tiempo en la memoria cuando falta asidero para retenerlos en ella. A medida de que el niño avanza en inteligencia otras consideraciones importadas nos obligan a mayor selección en sus ocupaciones. Tan pronto como llegue a conocerse bastante a si mismo como para concebir en que consiste su bienestar, tan pronto como puede captar relaciones lo bastante amplias como para juzgar sobre lo que le conviene y no considerar este más que como solaz del otro. Entonces pueden entrar en sus estudios objetos de utilidad real y comprometerlo a darles una aplicación más constante de la que daba a simples entretenimientos. Solo objetos puramente físicos pueden interesar a los niños sobre todo aquellos cuya vanidad no se ha despertado y a los que el veneno de la opinión no ha corrompido de antemano. Es una inepcia exigirles que se apliquen a cosas que vagamente se les dice por su bien sin que ellos sepan cual es ese bien, y del que se les asegura que sacarán provecho de mayores sin que por el momento tengan sin ningún interés en ese presunto provecho que no pofrían comprender. Tratad de enseñar al niño cuanto sea útil a su edad y veréis como todo a su tiempo está más lleno. No me gustan nada las explicaciones por medio de discursos; los jóvenes les prestan poca atención y apenas las tenienen. Hay que hablar mediante hechos y decir solo lo que no se pueda hacer. Hay que comparar los progresos que haya hecho con los progresos del año pasado y con los del año siguiente.

LIBRO IV En este libro se pueden ver reflejados los sentimientos y deseos que se crean en la etapa llamada “pubertad”, en la cual se observa que las pasiones están en el corazón y la educación ya no se podrá eludir, pero hay que seguir manteniendo la inocencia del niño, a modo que todos los que la rodean deben cuidar de ella y protegerla, así llegamos a la conclusión de que hay que respetar el curso natural de las cosas, no intervenir ni alterarlo. La mejor educación que pueden recibir los niños es la que la naturaleza les puede ofrecer, se la considera la pura y no contaminada por los comportamientos de las personas, que son influenciables. Tarde o temprano llegara el momento de afrontar la educación moral. Con este fin Rousseau hace una breve exposición de la naturaleza y las finalidades de las pasiones. *No todas las pasiones que experimentamos son naturales. *las pasiones naturales son muy limitadas. Pero estas se ven modificadas por causa extrañas a la naturaleza (opiniones y prejuicios sociales). *El origen y principio natural de las pasiones es el amor de sí. *Del amor de si surge la benevolencia hacia los que los rodean; al ampliarse las relaciones con los demás aparecen las compasiones y preferencias, y a la preferencia por alguien va unido el deseo de ser preferido por él. *Nace el amor propio, el odio, la venganza, el engaño. *El pensamiento de Rousseau se hace difícil y paradójico. Si las pasiones malas no vienen de la naturaleza, vienen entonces de la sociedad. Rousseau advierte que EMILIO debe conocer ambas pasiones para prepararse a la vida en sociedad. *Frenar la imaginación es la tarea esencial para la educación de las pasiones. Los errores de la imaginación convierten a las pasiones en vicios, de ahí la necesidad de saber cuáles son las verdaderas relaciones del hombre consigo mismo y con los demás. *Se procurara también iniciar a EMILIO en el sentimiento de la amistad y la piedad. *Acerca de la piedad enuncia Rousseau 3 máximas: 1- “no es propio del corazón humano ponerse en lugar de aquellos que son más felices que nosotros, sino solo de aquellos que hemos de compadecer”- 2 “solo se lloran los males ajenos de los que nosotros no nos consideramos ajenos” 3- “la piedad que se siente por el mal ajeno no se mide por la entidad del mal en cuestión, sino por el sentimiento dirigido al que lo sufre”.

*Otros medios para evitar la educación de las pasiones son evitar la comparación y la emulación. *Buscamos lo que nos sirve, mas a lo que quiere servirnos, lo amamos. Rehuimos lo que nos perjudica pero a lo que quiere perjudicarnos, lo odiamos. * El estudio que conviene al hombre es el de sus relaciones, esa es la tarea de su infancia, cuando empieza a sentir su ser moral. *Sólo se ama después de haber juzgado, sólo se prefiere después de haber comparado. *Las instrucciones de la naturaleza son lentas y tardías. *El niño educado según su edad está solo, no conoce más afectos que los del hábito. Al aparecer la voz de su conciencia se abre el mundo moral, en el cual es empujado hacía temas más eróticos y sociales, ya que deberá aprender de ello y cuando sean peligrosos se le encaminará en el mundo de las fábulas. Rousseau insiste en 4 ideas acerca de Dios: 1- se puede ser bueno sin saber nada de Dios. 2- El conocimiento de Dios excede la capacidad de los jóvenes, nada es más inútil que enseñarles el catecismo. 3- Los niños no necesitan creer en Dios para salvarse 4- Si se les habla de Dios antes de tiempo se formaran una idea falsa. Rousseau defiende duramente la tesis de que hay que confiar en Dios y creer en el para poder salvarse. Finalmente las necesidades aumentan sexualmente y se nota la ausencia de una compañera, pero llega a la conclusión de que la continencia es necesaria para lograr una calma interior y saber controlar los apetitos que aparecen.

Resumen: En este artículo nos centramos en el estudio de la propuesta educativa de J. J. Rousseau en el Emilio. En primer lugar mostraremos como la evolución histórica conduce al ser humano a un proceso de degeneración, fruto del abandono de la naturaleza. Posteriormente nos detendremos en el análisis de sus ideas educativas en la infancia,

la

adolescencia

Palabras clave: Rousseau,

y

Emilio,

en

la

pedagogía,

educación adolescencia,

de

la

infancia,

mujer. mujer,

naturaleza.

1. Introducción El pensamiento de Rousseau constituye, sin lugar a dudas, uno de los hitos más importantes de la Ilustración. No en vano El contrato social se convirtió en una de las obras más leídas después de la Revolución francesa. Sin embargo, este ensayo fue eclipsado por el Emilio (1762), que gozó de gran popularidad en su época. Este escrito sobre educación escapa a una fácil clasificación en un género concreto. Es un libro de filosofía, de pedagogía [1], una novela, un estudio de la bondad natural del ser humano; es, en definitiva, una narración que presenta un modelo educativo que intenta seguir los preceptos de la naturaleza [2].

2. Sobre la igualdad y la naturaleza La antítesis entre la naturaleza "original" del hombre y la corrupción que acarrea la vida en sociedad tiene un papel protagonista en la filosofía de Rousseau. Lo que explica su alabanza de la Antigüedad y la narración de la decadencia contemporánea. Para el ginebrino la idea de "naturaleza" es más importante que el "estado de naturaleza" y su ficción pseudo-histórica de una hipotética evolución del ser humano. Esto es debido a que la historia sólo puede representar un avance hacia la perversión. La naturaleza no puede ser percibida claramente debido a la degeneración fruto del proceso social, pero se encuentra dentro de cada uno de nosotros. Debido a esto, el intento de esclarecer el estado del hombre antes de su entrada en la vida social debe estar movido por una búsqueda de la comprensión de la naturaleza humana, más que por una indagación de carácter histórico. Para lograr sus propósitos el autor del Emilio se sirve de ese estado de

naturaleza como de un simple punto de partida. Allí el hombre poseía las mínimas cualidades que le diferenciaban de los animales; estaba dominado por unos instintos primarios físicos y psicológicos, por la disposición necesaria para la supervivencia. Rousseau, al contrario que Hobbes, niega que el ser humano sea naturalmente débil o perverso; es pacífico en una existencia aislada e independiente sin conflictos peligrosos con otros sujetos. Los instintos que dominarían a este hombre primitivo serían el de la autopreservación y la compasión natural, que le impedirían ser agresivo con otros y le llevarían a rehuir la violencia: Su propia conservación constituye su único cuidado, por lo que sus facultades más ejercitadas deben ser aquellas que tienen por principal objeto el ataque y la defensa, sea para dominar su presa, sea para asegurarse de no ser víctima de otro animal [3]. Esto le permitiría gozar de una felicidad desconocida para nosotros. El instinto posibilita la satisfacción desinhibida y pacífica de sus deseos, y el disfrute de la existencia inmediata. El hombre moderno, en cambio, se rige por una serie de necesidades artificiales producto de su vida en grupo. Lo que muestra una diferencia clara con el hombre natural de Rousseau. Mientras éste era independiente y prácticamente podía vivir solo, el otro, en cambio, padece una dependencia de la sociedad que le provoca más sufrimiento que bien. Esta circunstancia afecta también a su constitución; porque el hombre primitivo, que era sano, bueno y feliz, se ve sustituido por un hombre social afeminado, débil y temeroso; su capacidad de reflexión e imaginación, lejos de servirle para solventar estas dificultades, sólo aumenta sus penas alejándole del estado natural: He ahí las causas funestas y probadoras de que la mayor parte de nuestros males son obra nuestra, y de que los habríamos evitado en su mayor parte de haber conservado la manera de vivir sencilla, uniforme y solitaria que nos estaba prescrita por la naturaleza. Si esta nos había destinado para estar sanos, casi me atrevo a asegurar que el estado de reflexión es un estado contra la naturaleza, y que el hombre que medita es un animal depravado [4]. En la sociedad sus miembros se ven obligados a combatir entre sí, imponiéndose los fuertes y creándose esa desigualdad convencional o artificial. Rousseau afirma que el hombre se diferencia de los animales por ser más adaptable y por tener conciencia de sí.

El ser humano progresa hacia formas de vida más complejas, en gran parte gracias al dominio del lenguaje, alcanzándose una etapa decisiva con la instauración de las familias y de la propiedad, produciéndose una primera revolución social. Lo que llevó al surgimiento del orgullo y de la vanidad por la posesión de bienes superfluos. A pesar de esta circunstancia, para el ginebrino este era el período más feliz de la existencia de la historia humana, en el cual se debería haber logrado el justo equilibrio entre la indolencia del hombre primitivo y la actitud petulante de nuestro amor propio. Más adelante se produjo una segunda revolución social con el descubrimiento de la metalurgia y de la agricultura, dándose lugar a la división del trabajo y a la implantación de la propiedad: La metalurgia y la agricultura fueron las dos artes cuyo descubrimiento produjo revolución tan grande. Para el poeta son el oro y la plata los que han civilizado a los hombres; pero para el filósofo son el hierro y el trigo los que, al mismo tiempo que la civilización, trajeron la perdición del género humano [5]. Esto provoca que cada cual, para obtener lo mejor para sí en sociedad, se vea obligado a aparentar mostrándose diferente de lo que es en realidad. Nace así la astucia falaz y los vicios del cortejo vano. Esta desigualdad produjo ansiedad y miedo. Teniendo que esconderse los hombres detrás de sus máscaras para satisfacer su deseo oculto de lograr su beneficio a expensas de los demás. Se convirtieron en codiciosos y débiles; se instauró, de esta forma, el más horrible estado de guerra. Para acabar con esta terrible situación de inseguridad los ricos, que eran los que más tenían que perder, concibieron un plan para solucionarlo; éste consistía en una asociación regida por la ley, es decir, en la sociedad política. Así la propiedad y la desigualdad fueron legalmente respaldadas, con lo que la libertad natural quedó sometida al trabajo, a la servidumbre y al sufrimiento, para beneficio de unos pocos hombres ambiciosos [6]. La formación de la sociedad política constituyó para Rousseau una fase decisiva, aunque desastrosa, de la historia humana porque, según su parecer, el poder político actúa siempre en beneficio de los fuertes y en detrimento de los débiles [7]. Este proceso culmina con la llegada del despotismo, cerrándose el círculo del proceso histórico al crearse un "estado de naturaleza" nuevo, pero corrupto, basado únicamente en la fuerza. Lo que comenzó con independencia del estado de naturaleza finaliza, por tanto, con la supresión de la

libertad, la característica que convierte al ser humano en verdaderamente humano; los hombres, en lugar de ser libres, se han convertido en esclavos [8].

3. La educación en el Emilio de Rousseau 3. 1. Libro I y II: la etapa infantil En el Emilio se destaca la importancia que tiene atender la vida del niño en sus comienzos y su autor se pronuncia a favor de que su propia madre le dedique los cuidados que necesita en esta etapa, lo que contribuiría a su bienestar físico y a su equilibrio emocional. Se opone a la práctica de fajarlos, basándose en que la libertad, también en un sentido puramente físico, es indispensable para un sano desarrollo. Esta opinión la aplica de forma ligeramente distinta a cada etapa de la vida. En la infancia, la amplía para incluir la actividad y la experiencia, puesto que éstas resultan de la libertad de movimientos, que son tan indispensables para la educación mental y emocional, como para el crecimiento. Rousseau establece en estos capítulos cierto número de normas de conducta. Señala, por ejemplo, los peligros de ser excesivamente tolerantes con los niños, permitiéndoles adquirir una posición de dominio; afirma que hay que ayudarles y dejarles libertad en el uso de sus fuerzas: Lejos de tener fuerzas superfluas, los niños no las tienen suficientes para todo cuanto la naturaleza exige de ellos: hay que dejarles por tanto el uso de todas las que les da y de las que no podrían abusar. Primera máxima. Hay que ayudarles, y suplir lo que les falta bien en intelige...


Similar Free PDFs