Resumen por capítulos de “La interpretación de los sueños” por Sigmund Freud PDF

Title Resumen por capítulos de “La interpretación de los sueños” por Sigmund Freud
Author Rogelio Ortíz Méndez
Course Psicología de la Vida Cotidiana
Institution Universidad Nacional Autónoma de México
Pages 11
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Ortíz Méndez Rogelio Grupo: 2 401Tutoría de dimensión social en psicología IITrabajo final sobre “La interpretación de los sueños” por SigmundFreud.Capítulo 1: La literatura científica sobre los problemas oníricosEn la antigüedad clásica, los sueños eran entendidos como revelaciones divinas o demoní...


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Ortíz Méndez Rogelio

Grupo: 2401

Tutoría de dimensión social en psicología II Trabajo final sobre “La interpretación de los sueños” por Sigmund Freud. Capítulo 1: La literatura científica sobre los problemas oníricos En la antigüedad clásica, los sueños eran entendidos como revelaciones divinas o demoníacas, y podían además revelar el porvenir del sujeto que soñaba. Luego, desde Aristóteles los sueños pasaron a ser una actividad del alma, y no de los dioses. Ya desde la antigüedad, con Artemidoro, los sueños incluso podían ser interpretados, o ser transformados en un lenguaje entendible. Tales planteos son precientíficos. Los planteos científicos posteriores sobre los sueños tuvieron en cuenta de una u otra forma ocho cuestiones básicas:        

Relación del sueño con la vigilia La memoria en el sueño Estímulos y fuentes de los sueños El olvido del sueño al despertar Características psicológicas del sueño Sentimientos éticos en el sueño Función del sueño Sueño y enfermedad mental.

Respecto de la relación sueño-vigilia, para algunos el sueño es algo beneficioso porque nos procura una fuga de la realidad displacentera. Otros sostienen lo contrario, considerándolo como una mera continuación de la vigilia (soñamos lo que ya veníamos soñando desde la vigilia). Nótese la oposición: la primera postura plantea una división total entre sueño y vigilia, mientras que la segunda una total continuidad. Respecto de la memoria en el sueño, en general se acepta que el sueño reproduce o recuerda lo vivido durante la vigilia, aunque muchas veces simbólicamente, ya que tenemos sueños que no recordamos haber vivido nunca realmente. Hay también sueños hipermnésicos, donde se sueña algo realmente vivido pero que había sido olvidado por la conciencia, como por ejemplo los sucesos de la vida infantil. Suele ocurrir también que en el sueño aparezcan los recuerdos triviales, y no los considerados importantes durante la vigilia. Respecto de los estímulos y fuentes de los sueños, estos pueden agruparse en cuatro tipos fundamentales: a) Estímulos sensoriales externos, como cuando alguien sueña que le pegan mientras otra persona le sacude el brazo. b) Estímulos sensoriales internos: el sujeto siente hambre y entonces sueña que está en un desierto sin alimentos. c) Estímulos somáticos internos, como la señora que tenía fuertes pesadillas como consecuencia de una grave afección en el corazón. d) Estímulos puramente psíquicos: los más difíciles de comprobar, pero los más importantes

para Freud. Otro problema es porqué olvidamos los sueños al despertar. Para Strümpell hay varios motivos: los sueños se olvidan por la debilidad de las sensaciones oníricas, siendo recordadas las más enérgicas. También se olvidan porque en el sueño las imágenes están inconexas, no hay lazos asociativos entre ellas que favorezcan la retención mnémica. Y un último factor es el poco interés que uno le otorga al sueño: si se dedicase a investigarlos, los recordaría mejor. Otra cuestión son las características psicológicas del sueño. Por ejemplo, lo sentimos como extraño, ajeno a nosotros, a pesar de que gran parte del material onírico está en la vida despierta. Otra característica es que el sueño opera con imágenes involuntarias (y no con conceptos voluntarios como en la vigilia). Son además imágenes alucinatorias, ya que creemos estar viviéndolas realmente. Son también habitualmente imágenes incoherentes, absurdas y contradictorias. Con respecto a la ética en el sueño, hay quienes dicen que durante el sueño se conserva la moral, y otros que no, ya que se pueden soñar crímenes que uno mismo comete, actos sexuales aberrantes, etc. Sin embargo, más que la temática del sueño importa ver qué sentimiento experimenta uno en el sueño, ya que puede cometerse un crimen en sueños y sentir angustia. Respecto de las teorías oníricas y la función del sueño, encontramos tres alternativas. a) Autores como Delboeuf sostienen que el sueño mantiene una total actividad psíquica igual que en la vigilia, aunque bajo condiciones de reposo; b) Otros ven en el sueño un descenso de la actividad psíquica y una debilitación de la coherencia: es como si el reposo paralizara la actividad psíquica. De hecho, muchos reducen el sueño a un fenómeno puramente somático y no psíquico; c) Otros sostienen que el sueño realiza determinadas funciones psíquicas que la vigilia no puede cumplir o que cumple incompletamente: recién aquí aparece el sueño como algo útil. En cuanto a las relaciones entre sueño y enfermedad mental, por último, han sido abordados estos tres problemas: a) se buscaron relaciones etiológicas y clínicas, como cuando un sueño representa o inicia un estado psicótico o queda como residuo de este; b) las transformaciones que sufre el sueño y la actividad onírica de los enfermos mentales; c) las relaciones y semejanzas entre el sueño y la psicosis.

Capítulo 2: El método de la interpretación onírica. Freud considera que todo sueño es interpretable, es decir, puede encontrarse su sentido. Esto significa 'sustituirlo' por algo que puede incluirse en la concatenación de nuestros actos psíquicos como un factor de importancia y valor equivalentes a los demás actos psíquicos. La labor de interpretar no recae sobre todo el sueño en su conjunto sino sobre sus partes componentes: el ejemplo del sueño que tuvo Freud con Irma muestra cómo aquél va interpretando cada parte por separado. El llamado 'método descifrador' no sirve, pues se basa en una especie de libro de los sueños, donde cada cosa soñada significa tal otra cosa en forma rígida, sin considerar la peculiaridad de cada sujeto. El ejemplo del sueño de Irma ilustra el método para interpretar los sueños: primero se descompone el relato en partes, y

recién al final surge la interpretación final o global, en la cual se nos revela el sueño como una realización de deseos.

Capítulo 3: El sueño es una realización de deseos En el tercer capítulo el psicoanalista Sigmund Freud explicará su teoría onírica. Comenzará señalando que el sueño no es algo que se dé irregularmente por azar, sino que es un tema que es necesario estudiar ya que hay una fuerza psíquica que lo mueve, que lo mueve, por esto apuntará a través del título del capítulo que "El sueño es la realización de deseos". Pero ¿será así para todos los sueños? a lo que se aduce que en otro sentido el sueño puede ser la realización de un temor, en un tercer sentido podría ser una reflexión, y en un cuarto sentido el hecho de limitarse a reproducir un recuerdo. En este capítulo Freud se va a abocar al primer sentido del sueño señalado, es decir, el sueño como realización de deseos. Argumentará esta afirmación señalando un caso, este consiste en que, si antes de dormir come algo con mucha sal, al estar durmiendo con sed, sueña que toma grandes cantidades de agua con el placer de un sediento. Aunque cuando despierte se verá en la necesidad de beber agua realmente. En este caso el estímulo del sueño es la sed, sensación que emana del deseo de beber. Freud señala "Si soñando que bebo agua logro engañar mi sed, me habré evitado tener que despertar para satisfacerla” Esto se trata entonces de un sueño de "comodidad". Otro ejemplo que pone Freud es el caso en que antes de dormir con sed, bebe agua para apaciguarla, pero cuando está durmiendo siente nuevamente sed, pero no quiere levantarse, ahí señala "obsérvese con que minucioso cuidado lo dispone todo el sueño para la mayor comodidad de del sujeto. Siendo su exclusivo propósito el de realizar un deseo, puede mostrarse como absolutamente egoísta. El amor a la comodidad propia es inconciliable con el respeto a la de otras personas" , lo anterior es señalado porque en el sueño que Freud relató muestra como su mujer le da un vaso de agua del que toma pero esta agua, la que le da su mujer a beber en el sueño, está tan salada que hace que Freud se despierte y se levante a tomar el agua de la mesa de su esposa, es decir el agua que no era de él sino que correspondía a su esposa, de ahí entonces es el carácter egoísta. Así entonces Freud se la pasa relatando algunos sueños que le parecen pertinentes para argumentar que en el sueño se realizar la satisfacción de deseos. Curioso es el caso que relata de su hija bebé que hubo que hacerle dieta porque vomitaba mucho, se había enfermado. La bebé al estar durmiendo mencionó: "Ana Freud, fresas, frambuesa, bollos, papilla" Freud señala que "La pequeña utilizaba su nombre para expresar posesión, y a continuación detallar todo el menú que le parece deseable" Es importante esta consideración del aspecto vital de alimentarse porque además se señala: "Se considera dichosa a la infancia, por no conocer aun al deseo sexual, tenemos, en cambio, que reconocer cuan rica fuente de desencanto y renunciamiento, y con ello de génesis de sueños, constituye para

ella el otro de los grandes instintos vitales" lo que le da una significación importante al tema sexual como aspecto vital en la realización de deseos en el sueño. Siguiendo la línea anterior Freud se preguntará con qué soñaran los animales, y para responder recurre a un proverbio húngaro que dice "¿Con qué sueña el ganso? y responde con el maíz” por lo que Freud advierte frente a este proverbio: "Toda la teoría que atribuye al sueño el carácter de realización de deseos se halla contenida en estas dos frases” Así Freud haya en el lenguaje cotidiano la teoría de que los sueños son realizaciones de deseos. Finalmente, en este capítulo señalará "La sabiduría popular habla a veces con bastante desprecio de los sueños, parece querer dar razón a la Ciencia cuando juzga en un proverbio que los sueños son vana espuma; más para el lenguaje corriente es predominante el sueño el benéfico realizador de deseos. "Esto no me lo hubiera figurado ni en los sueños" exclama encantado aquel que encuentra superada por la realidad sus esperanzas"

Capítulo 4: La deformación onírica Freud parte de la tesis sostenida en el capítulo 3, según la cual el sueño es el cumplimiento de un deseo, para afirmar ahora que "el cumplimiento de deseos es el sentido de todo sueño y, por tanto, no puede haber sueños que no sean de deseos. Consciente de que semejante afirmación despierta todo tipo de reservas, examina los argumentos que se le oponen para rebatirlos y así demostrar la veracidad de su aseveración. Para diversos estudiosos de la materia, lo doloroso constituiría la materia prima más frecuente de los sueños, que se verían infestados por "todas las plagas de la vida de vigilia". Los sueños de angustia, por su parte, constituirían el caso más evidente del error de la interpretación freudiana, adjudicándole el "marbete de absurdo". En defensa de sus postulados, Freud argumenta que su teoría no reposa sobre “la consideración del contenido manifiesto del sueño, sino que se refiere al contenido de pensamiento que se discierne tras el sueño mediante el trabajo de interpretación". Freud introduce, pues, la distinción entre un contenido latente y otro manifiesto en el sueño, lo que le permite afirmar que un contenido manifiesto penoso puede ocultar un deseo realizado latente. El deseo aparece disfrazado en el aspecto manifiesto del sueño, en lo efectivamente soñado, proceso denominado 'deformación onírica'. Freud se pregunta por qué tiene que haber una deformación, ya que podría haber ocurrido que el sueño expresara el deseo en forma directa, sin deformación. Esta deformación es intencional y se debe a la censura que el sujeto ejerce contra la libre expresión de deseos, por encontrarlos censurables por algún motivo.

Hay sueños negativos de deseos, donde lo que aparece es el incumplimiento de un deseo. Para esto se dan varias explicaciones, entre las cuales está la satisfacción de una tendencia masoquista. No obstante, sigue en pie la conclusión general de Freud: los sueños son realizaciones disfrazadas de deseos reprimidos. Nos preguntamos cómo los sueños de contenido penoso podían ser interpretados como realizaciones de deseos, y ello es perfectamente posible cuando ha tenido efecto una deformación onírica; esto es, cuando el contenido penoso no sirve sino de disfraz de otro deseado. Los sueños penosos contienen algo que el consciente trata de reprimir, pero que al mismo tiempo cumplen un deseo del inconsciente. El análisis nos demuestra que el sueño posee realmente un sentido: el de una realización de deseos.

Capítulo 5: Material y fuente de los sueños Las fuentes de donde los sueños extraen su material, vale decir su temática o contenido, son las siguientes: a. Lo reciente y lo indiferente b. Experiencias infantiles c. Fuentes somáticas d. Fuentes comunes a todo el género humano (sueños típicos)

En los sueños solemos encontrar restos diurnos, experiencias del día anterior: esto es lo reciente. Sin embargo, el sueño no acoge todas esas experiencias, sino sólo aquellas que son indiferentes o secundarias vistas desde nuestra vida despierta. Este carácter nimio de lo manifiesto, sin embargo, remite siempre a algo sumamente importante en el nivel latente. El sueño puede surgir también de impresiones infantiles que durante la vigilia hemos olvidado. Habitualmente estas impresiones no aparecen en forma directa sino a través de alguna alusión, y entonces la interpretación desarrolla y completa esta impresión infantil. Los sueños poseen con frecuencia varios sentidos (varias realizaciones de deseos). Incluso una de ellas puede encubrir a la otra, hasta que debajo de todas ellas encontramos un deseo primordial de nuestra primera infancia. Otras fuentes del material onírico son los estímulos somáticos. Estas fuentes se agregan a las anteriores, de manera que la teoría del sueño como realización de deseos sigue en pie. Un estímulo somático importante es la necesidad de dormir, y aquí entonces el sueño tiene por función preservar ese dormir. Un estímulo somático, placentero o displacentero, puede generar en el sueño una escena como producto psíquico (la sensación de sed evocada en la imagen del desierto); y al revés, sucede también que un contenido psíquico reprimido puede sustituirse

fácilmente por una interpretación somática (por ejemplo, la sobreprotección materna puede sustituirse como asfixia orgánica). Por último, hay ciertos sueños típicos que sugieren que hay fuentes comunes a todos los seres humanos. Por ejemplo, el sueño de sentir vergüenza ante la propia desnudez, la muerte de personas queridas, los sueños de dar examen, el sueño de volar, etc.

Capítulo 6: La elaboración onírica La elaboración onírica es un mecanismo por el cual las ideas latentes (lo más importante del sueño) son disfrazadas o transformadas en otro código: el contenido manifiesto. Mediante la elaboración entonces lo latente aparece disfrazado en lo manifiesto, tarea que se lleva a cabo mediante mecanismos como la condensación, el desplazamiento, etc. La brevedad del sueño manifiesto, comparada con la amplitud y riqueza de lo latente, nos obliga a pensar que hay un trabajo de condensación, por el cual en un contenido manifiesto se condensan varias ideas latentes. La condensación se ve especialmente cuando en el sueño aparecen palabras raras (las cuales condensan varias ideas). El desplazamiento consiste en representar una idea latente en otros contenidos manifiestos que aparentemente no tienen nada que ver. En la elaboración onírica se manifiesta un poder psíquico que despoja de su intensidad a los elementos de elevado valor psíquico (latentes) y crea, además, por la super determinación de otros elementos menos valiosos, nuevos valores, que pasan entonces al contenido manifiesto. Condensación, desplazamiento, super determinación son proceso de elaboración llevados a cabo por la influencia de la censura, que obliga a disfrazar lo latente. Lo latente debe encontrarse lo suficientemente disfrazado como para 'engañar' la barrera de la censura, de la resistencia. Un tercer mecanismo de elaboración es la simbolización, o sea el empleo de símbolos para expresar lo latente. Por ejemplo, el sombrero como símbolo de los genitales masculinos. Tales símbolos no tienen un significado fijo o rígido, y dependen de cada sujeto. En la elaboración onírica se da también un 'cuidado de la representatividad', lo que significa que ideas abstractas e incoloras como suelen ser las ideas latentes, se traducen en lo manifiesto como expresiones plásticas y concretas, con lo cual entonces lo latente aparece aún más disfrazado. En general, el trabajo de elaboración hace que los sueños aparezcan como absurdos. Lo interpretable no es solamente el sueño, sino además también todas nuestras opiniones y sensaciones que el sueño nos suscita una vez que hemos despertado.

El sueño no es solamente una expresión de ideas latentes, sino también de afectos latentes. Las manifestaciones afectivas que aparecen en el sueño guardan relación con afectos latentes. Un cuarto y último mecanismo de elaboración es la elaboración secundaria, que le da una apariencia lógica al sueño incoherente, disfrazándolo entonces aún más. En general, la elaboración no piensa, ni calcula, ni juzga: se limita a transformar o disfrazar, dando como resultado un producto llamado sueño. Las ideas latentes, para poder encontrar expresión en él, deben primero sustraerse a la influencia de la censura, lo cual se logra gracias al desplazamiento de las intensidades psíquicas hasta lograr la transformación de todos los elementos. La reproducción de las ideas debe llevarse a cabo mediante imágenes visuales o acústicas, desplazamientos que se logran gracias al cuidado de la representatividad.

Capítulo 7: Psicología de los procesos oníricos Freud enumera aquí una serie de características psicológicas del sueño, que nos ayudarán a entenderlo mejor. En primer lugar, encontramos el olvido de los sueños, lo cual se debe a la censura. Al revés, el estado de reposo hace posible la formación de sueños, al debilitarse aquella censura endopsíquica. Otra característica del sueño es la regresión, y en este sentido el sueño se opone a muchas de nuestras actividades de la vigilia. En el estado vigil vamos desde lo sensorial, desde la huella mnémica, hacia el polo motor. Por ejemplo, una emoción o una idea suscita una acción. En el sueño ocurre a la inversa, habiendo una regresión del polo motor hacia la huella mnémica. Este mismo proceso regresivo podemos tenerlo incluso despiertos, como por ejemplo cuando recordamos algo (vamos hacia la huella mnémica). Lo que en el sueño sucede es lo siguiente: la excitación toma un camino regresivo, y en lugar de avanzar hacia el extremo motor del aparato, se propaga hacia el extremo sensible y acaba por llegar al sistema de las percepciones, produciendo alucinaciones. En los síntomas neuróticos aparecen también fenómenos regresivos. El mecanismo regresivo del sueño es explicado por Freud mediante un esquema, que se conoce habitualmente con el nombre de 'esquema del peine'. Otra característica es el sueño como realización de deseos. No obstante, Freud aclara que un deseo insatisfecho durante el día no basta para producir un sueño esa noche: el deseo consciente sólo es un estímulo para un sueño cuando consigue despertar un deseo inconsciente de efecto paralelo con el cual reforzar su energía, y este deseo inconsciente es un deseo infantil. Otra característica: el sueño de alguna forma interrumpe el reposo porque recibe excitaciones o estimulaciones que no vienen del exterior, pero sí de la intimidad anímica. Sueños muy intensos pueden llegar a despertarnos, tales como los

sueños de angustia. Cuando la realización de deseos en el sueño conmueve intensamente lo preconsciente amenazando con interrumpir el reposo, el sueño deja de cumplir su otra función, que es preservar el dormir. También podemos decir que el sueño se rige por el proceso primario, (y no el secundario que dirige el pensamiento lógico de la vigilia). Este proceso primario lo lleva a cabo el sistema inconsciente, mientras el secundario el sistema preconsciente. El proceso primario se denomina de esta manera no sólo por su mayor importancia, sino porque está presente desde el principio, mientras que los procesos secundarios van desarrollándose después en forma paulatina con el fin de coartar o someter a los procesos primarios, y así poder dominarlos. Los procesos primario ...


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