Sujeto y Objeto en el TS PDF

Title Sujeto y Objeto en el TS
Course Fundamentos del Trabajo Social
Institution Universitat de València
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1. EL OBJETO DEL TRABAJO SOCIAL - ¿Qué es el objeto del Trabajo Social? - ¿Por qué es importante la definición del objeto en una disciplina? - Define el objeto y habla de sus objetivos y metas. Menciona también los objetivos del objeto en el Trabajo Social - ¿Por qué es tan importante para nuestra disciplina definir el objeto? - ¿Para qué sirven los objetivos de una profesión? ¿Cómo han evolucionado los del Trabajo Social? Según Kisnerman el objeto es aquello con lo que trabaja una disciplina para conocerlotransformarlo, en Social Diagnosis, Mary E. Richmond señaló que este era: “la tentativa para definir con mayor exactitud posible la situación y la personalidad de un ser humano en una carencia social cualquiera, no sólo en relación con otros seres humanos de los que depende o que dependan de él, sino también en relación con las instituciones sociales de su comunidad”. Determinaba así el objeto: situaciones originadas por carencias. El objeto se constituye por y en una red de relaciones, como una expresión de lo social. La forma como se lo define determina en gran medida qué hay que hacer para abordarlo. Los problemas suelen surgir como personales o de un grupo reducido de personas, pero siempre son sociales. Llamamos situación a un sistema integrado de elementos, hechos, relaciones y condicione, dados en un tiempo y espacio concretos. Los elementos son todos aquellos medios o recursos sobre los cuales tenemos control y que facilitan la acción. Los hechos son todos aquellos sucesos, acontecimientos reales, que como procesos construyen el problema. Y las condiciones son todas aquellas circunstancias sobre las cuales no tenemos control. El espacio está configurado por el lugar donde acontecen los procesos sociales. Y finalmente, una situación tiene un pasado, a partir del cual se fue construyendo este presente, que exige respuestas hacia el futuro. Es el contexto sociocultural el que da un significado al problema. Esa realidad compleja se hace concreta cuando escindimos de ella, mediante el análisis, conjuntos significativos de hechos dotados de un sentido y una lógica interna. Esto es nuestro proceso constructivo del objeto en la práctica. Una situación se hace problema social cuando afecta a un colectivo de personas. Es ese estado una dificultad que no puede resolverse por sí misma, lo que permite tomar conciencia de su existencia. Como necesidad reclama satisfacción y moviliza a actuar. Una situación problema es una situación límite, para superarla existen una serie de dificultades como son la falta de 1

recursos necesarios y el desconocimiento de la causa de los hechos o de los medios para abordarlos. No tienen una única causa, sino que opera una multicausalidad. Los problemas sociales son siempre emergente de una estructura socioeconómica, cultural y política. Están instalados fundamentalmente en lo relacional. Reflejan una sociedad en la que está mal distribuida la riqueza, el poder y las oportunidades. El trabajador social debe ir deconstruyendo la situación construida, hasta determinar con las personas involucradas, el origen del proceso. Solo así podrá construir el objeto en que se trabajará. Cualquier demanda que se nos haga, es un punto de partida para nuestra intervención. Precisar el objeto de intervención es delimitarlo y nos permite definir objetivos y la intervención con los actores, de acuerdo con la institución en la que trabajamos, los conocimientos y la experiencia que tenemos y la significación y valoración que le den al problema los sujetos implicados. Desde el trabajo social se ha rechazado siempre la denominación de “cliente” ya que implica una relación comercial. Preferimos hablar de sujetos, actores sociales capaces de ser protagonistas en la modificación de las situaciones, en las relaciones que establecen. Esto supone una concepción del sujeto, ya que concordamos que con sus conductas, creencias, valores, confianzas, temores, proyectos, frustraciones, etc., configuran esa unidad de atención, en la que confluyen familias, grupos o conjuntos de personas que viven en un espacio local. Todas estas relaciones hacen que se construyan como tales socialmente, con capacidad de reflexionar y resolver creativamente los problemas de la propia existencia. Un fin en el campo del trabajo social es aquello que queremos lograr en última instancia con el objeto. Una profesión tiene fines intrínsecos-extrínsecos. Los primeros están dirigidos hacia ella misma, como proceso de construcción de conocimientos. Los segundos, requieren necesariamente del trabajo interdisciplinario, pues excede la propia profesión. Los objetivos dan dirección y sentido a la acción. Son el para qué queremos hacer determinadas acciones con el objeto. Surgen como demanda que la realidad plantea en cada momento histórico y en cada sociedad-cultura determinada. Son etapas intermedias para lograr los fines. El Trabajo Social definió como objetivos la adaptación de los hombres al medio, con el fin de evitar y corregir las disfunciones sociales. Hoy se plantea la organización de grupos humanos para transformar situaciones problemas, buscando elevar la calidad de vida de la población con la que trabajamos. Para ello, el Trabajo Social puede educar socialmente desarrollando las capacidades de las personas para enfrentar con éxito sus dificultades resolver sus problemas, articulando a los actores con los sistemas que les puedan facilitar recursos, servicios y oportunidades; promoviendo el funcionamiento efectivo de estos sistemas y contribuyendo al desarrollo y mejora de las políticas sociales. Enfrentar la solución de los problemas sociales, educar socialmente construyendo la responsabilidad, la solidaridad y la participación social, y organizar a la población fortaleciendo el protagonismo popular, son los objetivos que hoy nos corresponde asumir. 2

Como la intervención del Trabajo Social se enmarca en política social de una institución, los objetivos generales corresponden a esta, mientras que los particulares deben señalar cómo el Trabajo Social procurará contribuir a lograrlos. Los fines son siempre a largo plazo, los objetivos y las metas a mediano y corto plazo. Los tres se van fijando a medida que se construye la realidad, son parte del proceso de la misma. Los objetivos al dar intencionalidad o direccionalidad a la acción, apuntan a deconstruir los obstáculos que surgen en la práctica, a la búsqueda de un cambio creativo en el sentido de que cada respuesta a una situación es original, porque los actores en cada situación son distintos y significan sus necesidades y problemas de forma distinta, como es única la relación que en ella y con ellos establecemos. Debemos tener en cuenta que, “el trabajo social ha elaborado a lo largo de su historia distintas concepciones de su objeto de estudio. El pluralismo cognoscitivo así lo ha justificado y la ausencia de una teoría rigurosamente sistemática mantiene el debate abierto”. Puede identificarse una primera definición del objeto del trabajo social “centrado en el hombre y, en relación a él, en las formas de previsión y control del comportamiento humano para adaptarlo a la sociedad dentro de la cual se desenvuelve. El hombre era el objeto, en tanto en él concurrían problemas sociales, y el objetivo se centraba en paliar las disfunciones sociales”. (Red, 1993) Una segunda conceptualización del objeto del trabajo social, entendido como “el ser humano en situación total” es la que plantea Bowers, a partir del análisis de las definiciones de trabajo social formuladas hasta finales de los cuarenta, el objeto del trabajo social de casos podía ser: a) cualquier individuo, la persona que solicita ayuda, b) una clase particular de individuo, tipos de personas como “personas desordenadas socialmente”, “personas con problemas”, etc., c) algo relacionado con el individuo, pero que es capaz de ser abstraído e identificado aparte de él, se afirma que son las relaciones sociales las que constituyen el objeto del trabajo social. En resumen, según Bowers, el objeto del trabajo social lo constituyen el individuo y sus relaciones sociales. El concepto de “persona en su situación” como unidad gestáltica ha sido desarrollado también por M.Richmond que dedicó un extenso capítulo de su Social Diagnosis a la familia como grupo que era necesario conocer en la situación individual, además del conocimiento necesario de las instituciones de la comunidad y otros grupos y miembros del ambiente total de la persona. Este tipo de conceptualización ha sido criticado por diversos autores en nuestro país, ya que se mueve excesivamente en torno a la persona que sufre desajustes, sin relacionar todos los elementos que deben configurar el objeto: lo personal, el medio, la situación, los objetivos y los modos de intervención profesional. Dicho en otras palabras: el objeto del trabajo social puede ser entendido como “la repercusión en las personas de los problemas sociales”. A partir de la década de los sesenta, comienza a tomar fuerza un nuevo planteamiento del objeto del trabajo social, centrado en la respuesta a las necesidades sociales, a través del empleo de ciertos recursos. En general, el objeto de intervención profesional lo constituyen las 3

necesidades sociales, situándose en el espacio generado por el proceso de tránsito entre la necesidad su satisfacción. En España, la idea de satisfacer necesidades, vinculada o no con la solcion de problemas, se extiende de forma generalizada entre el cuerpo profesional más tardíamente que en otros países de nuestro entorno, a través de la difusión del libro Introduccion al bienestar social, de Las Heras y Cortajarena, que fue la primera obra editada por la FEDAAS. Considerada por la mayoría de los profesionales de esos años como la obra de referencia del trabajo social español, constituyó un aporte y un avance para construcción del Estado de bienestar. El objeto del trabajo social fue definido por las autoras de la siguiente manera: “el campo de la intervención profesional es la acción social; su objeto las necesidades sociales en su relación con los recursos aplicables a las mismas; su objetivo el bienestar social; y su marco operativo, los servicios sociales”. Esta tendencia a la burocratización, la gestión y la tecnocracia que el trabajo social estaba experimentando en España a finales de los ochenta, produjo algunas reflexiones críticas sobre la necesidad de definir nuevamente el objeto del trabajo social, y a tomar en consideración la importancia de las necesidades no materiales, propias de las sociedades industriales avanzadas, tales como la soledad, el desarraigo, la incomunicación, etc. La crítica más elaborada corresponde, sin duda, a la realizada por T. Zamanillo, cuando afirma que desde los servicios sociales no existe una respuesta adecuada a estas nuevas necesidades, pero sí la hay desde el trabajo social que desde sus inicios ha tratado de conocer, comprender y tratar a la persona en su situación. Finaliza con una nueva propuesta de definición del objeto del trabajo social: “todos los fenómenos relacionados con el malestar psicosocial de los individuos, ordenados según su génesis socioestructural y su vivencia personal”. No obstante las matizaciones anteriores, realizadas a la definición del objeto como binomio necesidades-recursos, siguen siendo frecuentes las referencias en nuestro entorno al hecho de que es la dinámica entre necesidades y recursos lo que constituye el objeto del trabajo social. De acuerdo con estos planteamientos, el objeto de intervención del trabajo social es el hombre determinado por una necesidad que emprende su búsqueda para satisfacerla, poniendo en juego su dinámica humana y su experiencia de la movilización social.

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2. LAS NECESIDADES HUMANAS - Explica la teoría humanística o jerárquica según Maslow y la teoría del desarrollo a escala humana. - Concepto de necesidad. Tipos de necesidades existentes por impulso. - ¿Qué es la necesidad? ¿Qué tipos hay? Pon ejemplos. - Define y explica los modelos y criterios para llevar a cabo la delimitación de aquellas necesidades sociales que no son satisfechas. - Define el término de necesidad y explica una de sus teorías. - Explica brevemente la teoría universalista de las necesidades humanas. - Explica la relación de las necesidades con los recursos sociales. Para muchos autores la satisfacción de las necesidades humanas es la razón de ser del trabajo social. En los orígenes de la profesión el factor decisivo que legitimaba la acción profesional fue cualquier problema social derivado de una situación de necesidad o carencia de los individuos, grupos o comunidades. Hasta el momento el acento estaba puesto en los problemas sociales. Pero a partir de la década de los sesenta se observa en la literatura de Trabajo Social que los conceptos de problema y de necesidades sociales se identifican y se utilizan indistintamente. Tal identificación es producto de la evolución conceptual que va haciendo la profesión, desde lo individual a lo social. La respuesta inmediata a las necesidades sociales debe venir en parte por los servicios expertos del trabajo social, a través de los cuales los trabajadores sociales están disponibles para ayudar en las condiciones psicosociales resultantes. A partir de la década de los sesenta existe pues, un claro acuerdo sobre “la razón de ser esencial del trabajo social”. Esta es “la satisfacción de necesidades sociales”. Las necesidades sociales se pueden medir y evaluar. En España esta idea ha tenido fuerza desde 1977, se hacía necesario acuñar un concepto cuantificable, medible, reconocible y aplicable: la satisfacción de las demandas de la población en términos de necesidad social material, tales como alimentación, vivienda, educación, sanidad, etc., proporcionaba el instrumento científico empírico que los trabajadores sociales precisaban. Se relacionaba la disciplina con el sistema de servicios sociales y de bienestar social que le proporcionaba su marco jurídico. En las III Jornadas Nacionales de Asistentes Sociales, celebradas en 1977, se concretaron y se aprobaron los “informes teóricos” de la siguiente forma: “el campo de intervención profesional es la acción social; su objeto, las necesidades sociales en su relación con los recursos aplicables a las mismas; su objetivo, el bienestar social; y su marco operativo, los servicios sociales” La relación de las necesidades con los recursos sociales se plantea como un conflicto que debe ser resuelto. Este se presenta históricamente desde el momento en que las necesidades humanas, para su satisfacción, trascienden las posibilidades de la propia persona, requiriendo una intervención pública e institucional. Esta es, pues, la circunstancia que da a las necesidades

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humanas un carácter social y empuja a la sociedad a destinar recursos sociales para la satisfacción que dichas necesidades requieren. El binomio necesidades-recursos sociales genera un continuo desequilibrio dinámico que, en las sociedades donde los recursos no están al servicio de las necesidades sociales, adquiere una forma negativa. Por el contrario, dicen, es positiva en aquellas en las que exista una planificación social basada en el servicio de los recursos a las necesidades sociales. Nida Aylwin de Barros define el objeto en términos de “problema social”. Este es “un obstáculo para la obtención de una meta e implica una relación entre un sujeto y un objetivo”. El problema social viene definido por “la dificultad existente en una sociedad para satisfacer las necesidades básicas de sus miembros”; se produce en las relaciones individuo-sociedad, y sus consecuencias preocupan y repercuten en grupos amplios del conjunto social. A pesar de su sistematicidad y evidente rigor, las explicaciones que expone sobre el problema social no se alejan mucho de las ya expresadas por otros autores, fundamentadas en el concepto de necesidad o carencia. El acento que esta autora pone en el origen estructural de todos los problemas sociales la identifica con la concepción sociológica propia de los autores de la “reconceptualización”. El problema social se reduce a la necesidad básica, término, que por sus diversas dificultades conceptuales, ya señaladas, contribuye a un reduccionismo importante en la disciplina. Reduccionismo, además, que muestra su imagen residual. En efecto, necesidad o carencia son términos que implican un significado negativo sobre las condiciones en que se desenvuelven los individuos, a saber: la falta de algo. Una dimensión desarrollista que implique fines definidos como, promoción y educación social, acción social, etc., no se encuentra representada en todo objeto que acentúe conceptos como, problema social, carencia o necesidad. Una dificultad adicional es la imagen que la disciplina proyecta de sí misma en su interrelación con otras. Los fines del trabajo social, reducido su objeto a la dimensión residual, serán fundamentalmente asistenciales. Nos encontramos ante una cuestión de ontología, en otras palabras, por identificar el tipo de hechos o fenómenos que son o pueden ser objeto de investigación por parte del Trabajo Social. La pregunta inicial podría ser: ¿cuál es el elemento del todo social en que se fija el Trabajo Social?, o en otras palabras: ¿cuál es lo que determina su conocimiento y acción? Problema social o psicosocial, necesidad, carencia, situación problemática o cualquiera de los conceptos manejados, hacen referencia a una noción que puede ser abstraída teóricamente en el concepto de malestar. El Trabajo Social, desde sus inicios, ha tenido que enfrentarse con las cuestiones del malestar psicosocial de los individuos y con las opciones de cambio o reforma que implica la solución de los problemas que comporta ese malestar. El objetivo, que no el objeto, de la intervención profesional es, por tanto, contribuir a la posibilidad de transformar ese malestar en una mejora de la situación, ya que el deseo de superación de ese malestar promueve el cambio y la innovación en los sujetos. El concepto de malestar significa el conflicto, lo desfavorable, contraproducente, intolerable, contrario. Como concepto eje del Trabajo Social, el malestar presenta las siguientes 6

propiedades con respecto a los otros términos en uso: no se trata de un término empírico y perceptible, por tanto, no es real y cuantificable. En otras palabras, no es un reflejo fiel de la realidad como el de necesidad. En cualquier caso, la presencia del trabajador social siempre es requerida para el cambio de situaciones problemáticas en otras más adecuadas para la persona que supongan su crecimiento y autonomía. Los conceptos acuñados hasta el momento se incluyen como constitutivos del trabajo social, como son los de necesidad, carencia y problema, en su dimensión negativa, y recursos, en su dimensión positiva constituyen elementos de la materia. Es decir, son elementos necesarios para la construcción del objeto, pero no forman el objeto en sí mismo. El acuerdo al que se ha llegado a lo largo de la historia del Trabajo Social respecto a esta cuestión ha de ser respetado como una de las ideas-elementos constitutivos del Trabajo Social y nos facilita la tarea de definición: la interacción de los problemas individuales y sociales, ámbito que nos acerca a ese segmento de la experiencia humana que ha de ser acotado. Ese planteamiento ordena el objeto en el ámbito de interacción entre lo objetivo y lo subjetivo del problema, porque, aunque todos los problemas del individuo son psicosociales no siempre le afectan de la misma manera. El malestar que estudia la disciplina de Trabajo Social debe contar con la vivencia o padecer de los hombres que soportan tal estado. En Trabajo Social este es un criterio quien dirige la práctica. Con frecuencia se hace referencia al mismo desde la expresión “necesidades sentidas”. Las necesidades sentidas marcan la orientación y límites de la intervención profesional. Todos estos conceptos orientan al trabajador social a valorar los factores de protección y de riesgo en los que se encuentra la persona. Respecto a las teorías relacionadas con las necesidades humanas podemos decir que la teoría humanista o jerarquica de Maslow nos explica que hay una jerarquía de necesidades humanas. Defiende que conforme se satisfacen las necesidades más básicas (parte inferior de la pirámide) los seres humanos desarrollan necesidades y deseos más el...


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