Tema 13 LAS Nuevas Formas DE VIDA DEL Neolitico PDF

Title Tema 13 LAS Nuevas Formas DE VIDA DEL Neolitico
Author Monica Raposo Diaz
Course Prehistoria I: Las primeras etapas de la Humanidad
Institution UNED
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Según la ultima edición del libro de estudio....


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Tema 13. LAS NUEVAS FORMAS DE VIDA DEL NEOLÍTICO. 1 EL CONCEPTO DEL NEOLÍTICO: HIPÓTESIS SOBRE LAS CAUSAS DEL CAMBIO CULTURAL. El Neolítico y la producción de alimentos resulta uno de los grandes hitos evolutivos de la Humanidad, el inicio de la civilización y el abandono de la barbarie y precariedad que suponía el Paleolítico. Desde inicios del siglo XX encontramos hipótesis sobre el “cuando” y “por qué” los grupos cazadores-recolectores se convirtieron en productores de alimento. 1.1 La Hipótesis del oasis y la Revolución Neolítica. Uno de los investigadores más influyentes de la primera mitad del siglo XX, V. Gordon Childe plantea varias premisas a partir de las cuáles elabora su hipótesis interpretativa sobre el origen del Neolítico en el Próximo Oriente: 

La primera, era localizar las áreas geográficas donde se encuentren las especies animales y vegetales que primero fueron domesticadas, llegando a la conclusión de que la oveja, la cabra, los cereales, el trigo, la cebada y las leguminosas se dan, de forma silvestre en el Próximo Oriente.



La segunda, se basa en que en esta misma región es donde surgen las primeras ciudades más antiguas (civilizaciones sumeria y egipcia) en lo que él mismo definió como “Revolución Urbana”, además de la ciudad de Jericó, con la cronología más antigua que se encuentra en la zona.



La tercera, indica que con la mejora climática a inicios del Holoceno y el retroceso de los glaciares, tuvo unas consecuencias terribles en la región del Próximo Oriente. Las precipitaciones descendieron apareciendo zonas desérticas y los oasis. Los grupos humanos y las especies animales tuvieron que congregarse en los oasis, donde los humanos empezaron a practicar la agricultura, mientras los animales se fueron acostumbrando a la presencia humana, empezando así el proceso de domesticación. En estos oasis es

donde comenzarían los primeros asentamientos estables, primero poblados, luego ciudades y varios milenios más tarde, las primeras civilizaciones. Para Gordon Childe, el Neolítico comenzaría en Próximo Oriente, y de ahí se extendería al resto de Eurasia y África. La hipótesis de los Oasis y la Revolución Neolítica es muy discutida en algunas de sus premisas y matizadas en otras, ya que, los ritmos de domesticación animal y vegetal son diferentes a como se plantearon, y las condiciones climáticas a inicios del Neolítico no eran tan extremas, pero fue la primera hipótesis científica y global para explicar lo que fue un hito cultural de la humanidad.

1.2 Hipótesis de las áreas nucleares. A partir de mediados del siglo XX la Arqueología empieza a convertirse en una ciencia interdisciplinar, donde la botánica, la geología, zoología y otras ciencias empiezan a colaborar para resolver problemas arqueológicos. Se comienza a rastrear el origen primigenio de las especies animales y vegetales que fueron antecesores salvajes de las domesticadas durante el Neolítico. Robert Braidwood trabajó en dos escenarios donde consideraba que se había dado la producción de alimentos (Próximo Oriente con la domesticación del trigo y América central con el maíz). En el Próximo Oriente, Braidwood pensaba que si las especies domesticadas habían bajado de las montañas con la mejoría climática, cuando éste empeoró y se hizo más árido, éstas tendrían que haber vuelto a las montañas. Por eso su trabajo se centró, en las montañas que rodean Mesopotamia, las cuales denominaron “el Creciente Fértil” y que bordean las cuencas desde Israel-Palestina, Líbano, Siria, Jordania, sureste de Turquía y el norte de Irak. La hipótesis se centraba en que los cereales silvestres, la oveja y la cabra salvajes al ser especies montañosas, tuvieron que ser domesticadas en estas regiones. Las investigaciones más relevantes se llevaron a cabo en el yacimiento de Jarmo (Kurdistán Iraquí), con pequeñas casas de tapial con domesticación de cereales y animales como el cerdo, vaca, oveja y cabra, datado en el VII milenio a.C., y donde se hallaron figuras cocidas, pero no elaboraron cerámica. Es lo que se denomina un Neolítico acerámico o “Pre-Pottery Neolithic” (Neolítico Precerámico o PPN). En América, el proyecto se centró en la región de Tehuacán (México) y fue dirigido por Richard MacNeish, donde esta área montañosa aportó relevante información sobre la domesticación del calabacín hacia el 7.000-5.000 a.C. y una fase más

desarrollada de producción de alimentos sobre el 5.000-3.400 a.C., donde aparece el maíz, las judías, el chili y la calabaza. A partir de estos trabajos se obtienen una serie de conclusiones muy relevantes: 

La domesticación de plantas y animales se realiza de manera autóctona en diferentes partes del mundo.



El Neolítico no representa una ruptura abrupta, sino un proceso lento y gradual de experimentación por parte de los humanos.



No existió una “Revolución Neolítica” como planteaba Childe, sino, que el pack neolítico compuesto por agricultura, ganadería, cerámica, útiles pulimentados, etc, no apareció de manera simultánea con el empleo de nuevos tipos económicos, sino que fue adoptado de manera gradual por los grupos neolíticos.

1.3 Hipótesis de las zonas marginales. En la década de los 60 del siglo XX surgió una de las teorías arqueológicas más influyentes, el Procesualismo (también denominado Nueva Arqueología). Defiende que la Arqueología debe estar dentro de las ciencias más que de las humanidades, tanto en metodología como en procedimientos teóricos. Con estas premisas, rompen con la difusión y la migración como modelos explicativos y proponen que los procesos culturales son como sistemas adaptativos que generalmente tienen su explicación en procesos externos (cambios climáticos, estrés poblacional, competición de élites, etc.). Los autores más influyentes fueron Lewis Binford y Kent Flannery, y para ellos los grupos cazadores-recolectores del Pleistoceno y los recursos alimenticios estaban en equilibrio. Con la llegada del Holoceno, el nivel del mar y las precipitaciones suben y, por tanto, los recursos de pescado, aves migratorias, moluscos, además de las especies vegetales silvestres como el cereal o las leguminosas y la caza de diversos mamíferos. Como consecuencia las comunidades humanas entraron en un proceso de sedentarización al utilizar economías de alto espectro y tener un control más avanzado de los recursos naturales, aumentando en número considerablemente. La presión demográfica hace que muchas poblaciones se trasladen a zonas adyacentes a las “nucleares”, las cuales no son tan ricas en recursos, con lo que se ven obligados a recurrir a la agricultura y la ganadería. Flannery apunta que no fue

un proceso repentino, sino un proceso largo que comenzó hace 10.000 a.C. con el empleo de utensilios como, molederas, dientes de hoz y el traslado de especies vegetales de su hábitat original a otro nuevo. La razón por la que los grupos cazadores-recolectores se convirtieran en productores de alimentos tendría que ver con la seguridad en cuanto a la alimentación, ya que los agricultores disponían de alimento seguro durante todo el año y no implicaba ser nómada. Surgieron dos argumentaciones en contra de la hipótesis de las áreas marginales: 

Los

grupos

cazadores-recolectores

empleaban,

incluso

en

regiones

inhóspitas como el Kalahari, unas pocas horas para conseguir alimento. 

Tomando un área de cereal silvestre y replantándola durante 3 semanas, se obtenía todo el grano silvestre que necesitaba una familia, entonces, ¿Por qué razón era necesario ser agricultores?. Flannery argumento que se trataba de una elección social, ya que los grupos decidieron trabajar más, para comer más.

1.4. Hipótesis de la presión demográfica. A mediados de los años 70, Mark Nathan Cohen plantea la hipótesis de la “presión demográfica” para explicar el origen del Neolítico. Es un proceso que se da prácticamente de manera simultánea en diferentes regiones del planeta. Parte de dos argumentaciones interrelacionadas: 

La posibilidad de obtener más calorías en poco espacio explorado.

Con la agricultura existe la ventaja de que se puede obtener un mayor número de calorías cultivando menos espacio que el utilizado por los cazadores-recolectores. Por lo tanto, la agricultura aparece cuando es necesario obtener un mayor número de calorías. 

La presión demográfica.

Durante el Holoceno se produce un incremento de la población de tal forma que se produce una verdadera crisis demográfica. Por lo tanto, muchos de estos cazadores-recolectores tuvieron que adaptarse para poder obtener las calorías necesarias. Estos les hizo adoptar la agricultura como medio para obtener el alimento.

Las causas que provocan la producción de alimentos son las mismas que emplearon los procesualistas: demografía y cambio climático, pero para los procesualistas los grupos deben emigrar y para Cohen no es necesario.

1.5. La Revolución social. La escuela post-procesual también propuso una serie de hipótesis para explicar el origen de la producción de alimentos que refutan las propuestas de los procesualistas. Según Ian Hodder, los grupos humanos no realizan todas las actividades de su vida con la intención de optimizar recursos y costes de producción. Con esta premisa Barbara Bender, plantea la transición de cazadores a productores de alimentos desde el punto de vista social. Para ella los grupos cazadores-recolectores disponían de

suficientes

recursos como

para

ser

sedentarios. El paso a la agricultura y ganadería sería un proceso natural dentro de estos grupos tribales en donde existe una complejidad social que antes no existía. La complejidad social viene dada por la generación de excedentes y los conflictos generados para su distribución. Además, crecen los procesos de interacción e intercambio entre los grupos, lo que generaría la intensificación en la obtención de recursos, y por tanto, la adopción de sistemas de producción de alimentos.

1.6. La revolución simbólica. En la década de los 90 Jacques Cauvin publicó “Naissance des divinités, naissance

de l’agriculture (1994)” en la que rechazaba el énfasis que se había dado a los cambios medio ambientales para explicar el origen del Neolítico, y tomando como ejemplo el Próximo Oriente, enfocó su investigación hacia la restructuración de mentalidad sufrida por los grupos humanos. Se conoce el equilibrio entre los grupos humanos y los recursos desde el Natufiense, los cuales eran sedentarios en su primera fase y seminómadas al final. Si el equilibrio existía, ¿por qué fue necesaria la producción de alimentos?. La respuesta está más allá de explicaciones de carácter paleoclimático, ya que la psicología colectiva de estos grupos pudo llevarlos a creer en la necesidad de disponer de excedentes alimenticios, sin que existieran necesidades económicas para

ello.

Este

cambio

denominado

“revolución

simbólica”

se

constata

arqueológicamente en un gran número de evidencias de carácter simbólico como las figurillas femeninas denominadas como “diosa-madre”, “el culto al toro”, etc. Ian Hodder presenta un estudio en el cual considera la ideología como el motor del cambio de cazadores-recolectores a productores. La agricultura supuso la culminación de un proceso social y simbólico que había comenzado desde el Paleolítico y que se caracterizaba por la visión que los grupos humanos tenían de sí mismos y por la relación que establecían con su mundo.

2. EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS PARA EL RECONOCIMIENTO DE LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS. Tradicionalmente las evidencias arqueológicas del Neolítico se constataban a partir de los artefactos encontrados en un yacimiento, las estructuras de habitación y los tipos de asentamientos que estos conformaban. En las últimas décadas la investigación se ha vuelto interdisciplinar por lo que a los restos de cultura material y estructuras de habitación se deben unir ahora a los restos de plantas, fauna, estudio de restos orgánicos en el sedimento, el ADN, los restos humanos y el lenguaje, para conocer cómo, cuándo y por qué unos grupos humanos dejaron de ser cazadores-recolectores para convertirse en productores de alimentos. En la cultura material podemos encontrar herramientas que pudieron ser utilizadas tanto por grupos cazadores-recolectores como por productores, como los picos de cavar, que pueden servir para recolectar tubérculos (cazadores-recolectores) o para arar el terreno (productores). Hay que matizar que en el Neolítico existen grupo de agricultores y ganaderos (con cerámica, asentamientos estables…) mientras que otros son sólo ganaderos. La cerámica fue usada al norte de África por grupos cazadores-recolectores durante el inicio del Holoceno, mientras que los primeros productores del Próximo Oriente no tenían cerámica, también grupos de pescadores en Kenia eran sedentarios. Por lo tanto, no debemos llegar a conclusiones a partir de evidencias, sino por el conjunto de hallazgos encontrados en el mismo contexto.

2.1. Cultura material. El Neolítico se asocia a una serie de utensilios y características que lo definen, lo que podríamos denominar el kit Neolítico.

Sin duda, una de las innovaciones tecnológicas del Neolítico fue el empleo de la cerámica para realizar utensilios de almacenaje. Aunque se conocen estatuillas desde el Gravetiense, es a partir de los grupos humanos sedentarios, cuando toma razón de ser. La elaboración de cerámica no es sencilla, ya que hay que relacionar la manipulación de arcilla, su depuración, amase, mezcla con desgrasantes, elaboración a partir de tiras o moldeada, su decoración en algún caso, desecación y cocción en hornos cavados en el suelo. El trabajo de la piedra también sufrió cambios, como las lascas para realizar utensilios de uso cotidiano (raederas, raspadores, buriles, hojas y hojitas) se emplearon en la elaboración de piezas de dorso para usarse como puntas de flecha o dientes de hoz. Se introducen nuevas técnicas de talla, como la percusión indirecta o por presión. Los utensilios líticos más característicos del Neolítico, las hachas y azuelas pulimentadas. La técnica del pulido no es exclusiva del Neolítico (ya se empleaba antes en la confección de cuentas de collar líticas), y se puede realizar sobre rocas metamórficas o volcánicas, o sílex tras un desbastado y adecuación morfológica mediante el pulido con una roca de grano grueso o arenisca. Los tejidos, especialmente la lana y el lino, aparecen con las primeras sociedades productoras de alimentos, con evidencias arqueológicas en yacimientos de Centroeuropa, donde aparecieron instrumentos para tejer, mientras que en yacimientos del Próximo Oriente y Europa se encontraron restos de tejidos.

2.2. Estructuras de habitación. Las unidades de habitación pueden ser variadas (casas para vivir, espacios de almacenaje, graneros, viviendas compartidas con ganado, etc.), por lo que hay que ser cauto al asociar el tamaño de la estructura con el grado de movilidad, tipo de subsistencia o estatus social del grupo. Las estructuras de habitación no solo pueden cambiar en morfología, sino también en cuanto a los materiales de construcción. Materiales vegetales como follaje, ramas o madera, se unen al empleo de la arcilla y la piedra. La piedra se empleaba para realizar los zócalos de las viviendas y la arcilla se empleaba a modo de tapial o en ladrillos de adobe para construir muros y techumbres. Es muy importante saber la distribución interna y su empleo, para así comprender “para qué” y “por quién fueron utilizadas”. El análisis que nos permite discernir (además de los propios de la cultura material) es el estudio de los restos en el

suelo, ya que de esta manera, podemos saber si parte de la estructura de habitación fue usada como establo o como vivienda. En muchas aldeas neolíticas del Oeste de Europa se constatan grandes concentraciones de fosfatos (producto de los excrementos de los animales) en sedimentos en áreas concretas de la casa. Los grupos productores (tanto agricultores como ganaderos) también modificaron su territorio para adecuarlo a dichas actividades económicas, como las evidencias de terrazas artificiales o muros, sistemas de regadío, pozos, diques, etc., los cuales pueden ser localizados mediante fotografía aérea.

2.3. Paleobotánica. Una de las evidencias arqueológicas del uso de la agricultura son los restos de plantas domesticadas. No es raro encontrar restos de plantas, generalmente semillas, en cerámicas, silos e incluso empleados como desgrasantes para la cerámica. Los restos de plantas son materia orgánica que desaparece con el paso del tiempo, pero existen condiciones en las que se pueden conservar, como en condiciones anaeróbicas o lugares inundados o ultrasecos (cuando han sido quemados o extrayéndolos de otros restos como los coprolitos). El estudio de fitolitos que se encuentran adheridos a utensilios líticos, cerámica o en el sedimento, pueden indicar las condiciones ambientales en las que maduró el grano estudiado. Una cuestión esencial es la evolución de especies silvestres a domésticas (aquella que ha sido manipulada por el hombre, dejando de ser silvestre y no pudiendo sobrevivir en estado salvaje de nuevo), estudiando los restos vegetales por dos vías, la morfología y la genética. Por norma general, las especies domésticas son más grandes que las silvestres (cereal o mayoría de tubérculos y raíces). En el trigo, cebada y arroz, por ejemplo, se observa que los granos de la espiga son más fuertes que las silvestres, y la explicación de algunos autores, es que al recolectar la especie silvestre, se recogen con la mano aquellos granos más externos de la espiga, y por tanto los menos fuertemente sujetos al raquis. Así que los granos no recolectados serán los que proporcionen la siguiente cosecha, con la espiga más fuerte, además de que el grano silvestre tiene una cobertura protectora más fuerte, ya que tiene que sobrevivir hasta la temporada siguiente, mientras que el grano doméstico, al estar almacenado irá perdiendo, poco a poco, la robustez de su cascara.

Los cambios producidos en la gestión y explotación de los bosques resultan una herramienta muy útil para diferenciar la transición de recolectores a productores de alimentos, y para ello se utiliza el estudio paleobotánico del paisaje y los restos de madera encontrados en los yacimientos y que fueron empleados como materiales constructivo y combustible. Uno de los estudios más interesantes es analizar los procesos naturales y culturales que han sufrido los restos, con estudios como la tafonomía donde se trata de conocer (desde el punto de vista natural), si han existido procesos postdeposicionales que hayan alterado la integridad de los niveles arqueológicos (los granos pueden sufrir procesos de percolación y aparecer en niveles más antiguos de donde fueron depositados). En cuanto a los procesos culturales, se trata de discernir y estudiar cómo se emplearon las diferentes partes de la cosecha. Con ello, usando los restos carbonizados o residuos microscópicos de plantas entre el sedimento, permite conocer (por ejemplo), si los vegetales fueron limpiados para su almacenaje o para cocinar, o identificar actividades como el trillado, el cernido, etc., o si la paja sirvió para alimentar animales o usada en lechos para dormir.

2.4. Análisis faunísticos. Es esencial la metodología empleada en el estudio de restos faunísticos, pero aún más conocer la integridad de los niveles arqueológicos estudiados, por ello, los estudios tafonómicos (que estudian los procesos de formación de los depósitos arqueológicos) deben ser rigurosos y previos al análisis de las propias evidencias arqueológicas. Los primeros pasos consisten en definir cuáles son las características que determinan cuando una especie es doméstica. La básica es la reducción de la talla en los animales domesticados, y la explicación tradicional es que los grupo...


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