Teoría X- Barra PDF

Title Teoría X- Barra
Course Teoría Lingüística. Métodos Herramientas y Paradigmas
Institution UNED
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Teoría X-Barra, apuntes y resúmenes....


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Mioto, Carlos; Maria Cristina Figueiredo Silva & Ruth Elizabeth Vasconcellos Lopes. 2005. Novo Manual de Sintaxe. Florianópolis: Editora Insular. (2ª ed.) Traducción y adaptación al español de Marisa Malcuori y Virginia Bertolotti, con el premiso expreso de los autores. Capítulo II LA TEORÍA DE LA X- BARRA

1. La noción de constituyente Un CONSTITUYENTE es una unidad sintáctica construida jerárquicamente aunque se presente a los ojos como una secuencia de letras y a los oídos como una secuencia de sonidos. En principio, no se puede determinar su extensión ya que no es fácil prever cuál es el número máximo de ítems que puede contener. Por eso, en lugar de procurar establecer la extensión de un constituyente, la sintaxis busca delimitarlo a partir de un NÚCLEO. Como el núcleo determina algunas funciones, sabemos que un constituyente comprende, además del propio núcleo, el conjunto de ítems que desempeñan aquellas funciones. Un constituyente sintáctico recibe el nombre de SINTAGMA. En esta sección vamos a acercarnos intuitivamente a la noción de constituyentesintagma, dejando para más adelante la tarea de traducirla a términos formales. Para ello consideremos (1) preguntándonos si el testimonio irrelevante es un sintagma y, suponiendo que su núcleo pueda ser el nombre, si se trata de un SINTAGMA NOMINAL (SN). (1) El juez encontró el testimonio irrelevante. Si la respuesta fuera sí, representaríamos el testimonio irrelevante entre corchetes rotulados SN como en (2a); pero si la respuesta fuera no, representaríamos la expresión como (2b), donde solamente está entre corchetes el testimonio: (2a) El juez encontró [SN el testimonio irrelevante]. (2b) El juez encontró [SN el testimonio] irrelevante. Supongamos que para formar la oración (1) combinamos los elementos de tal modo que las líneas que salen de cada elemento se encuentran en un vértice arriba, formando lo que llamaremos un ÁRBOL. Vamos a suponer que las dos posibilidades de interpretación de (1) resultan de dos formas diferentes de combinar los elementos que las componen. Entonces, la ambigüedad de (1) va a estar reflejada en (2´a) y (2´b). El árbol (2´a) sería el dibujo de la oración (2a):

(2´) a.

4  El juez 3  encontró 2  el 1  testimonio irrelevante

Si leemos (2´a) de abajo hacia arriba: primero combinamos testimonio con irrelevante y formamos, en el vértice 1, la expresión testimonio irrelevante; después combinamos testimonio irrelevante con el y formamos en el vértice 2 la expresión el testimonio irrelevante; luego combinamos el testimonio irrelevante con encontró y formamos en el vértice 3 la expresión encontró el testimonio irrelevante y, finalmente, combinamos encontró el testimonio irrelevante con el juez y formamos en el vértice 4 la expresión el juez encontró el testimonio irrelevante que se corresponde con la oración (1). Obsérvese que irrelevante forma una expresión con el y con testimonio porque existe un vértice formado por líneas que parten de cada uno de estos dos últimos elementos: el vértice 2. El árbol (2´b) sería el dibujo de (2b): (2´) b.

4  El juez 3  2 irrelevante  encontró 1  el testimonio

Si leemos (2´b) también de abajo hacia arriba: primero combinamos el con testimonio y formamos en el vértice 1 la expresión el testimonio; después combinamos el testimonio con encontró y formamos en el vértice 2 la expresión encontró el testimonio; luego combinamos encontró el testimonio con irrelevante y formamos, en el vértice 3, la expresión encontró el testimonio irrelevante; finalmente combinamos encontró el testimonio irrelevante con el juez y formamos en el vértice 4 la expresión el juez encontró el testimonio irrelevante, que se corresponde con la oración (1). Obsérvese en este caso que irrelevante no forma un constituyente con el testimonio porque estas expresiones no conforman vértice alguno; el vértice ahora resulta de la unión de encontró el testimonio con irrelevante. Esto confirma que en (1) hay una ambigüedad estructural cuyos efectos para el sentido de la oración son los siguientes: cuando el adjetivo irrelevante no forma un vértice con el testimonio, como en (2´b), esto es, cuando no pertenece al sintagma nominal, representa la opinión del juez, o sea el pronunciamiento sobre la irrelevancia del testimonio; cuando forma vértice, como e (2´a), irrelevante pertenece al sintagma

nominal y la oración no expresa la opinión del juez, sino que dice que el juez dio con un testimonio que es irrelevante. De esta forma, la ambigüedad de (1) se explica porque la misma oración tiene dos interpretaciones (o lecturas) posibles, que se representan por sendas estructuras. En esta oración no es claro si irrelevante pertenece o no al sintagma nominal. Si algún indicio aclarase cuál es la estructura de el testimonio irrelevante, la ambigüedad no tendría lugar. Para mostrar uno de esos posibles indicios consideremos (3) donde entendemos que el pronombre lo sustituye a el testimonio: (3) El juez lo encontró irrelevante. Si nos preguntamos si (3) es ambigua de modo semejante a (1), la respuesta es no, dado que la única interpretación disponible es aquella en la que irrelevante se aplica a la opinión del juez. La situación es esa porque ahora no dudamos de que irrelevante no pertenece al sintagma nominal. Esto puede ser afirmado siempre que un adjetivo incide sobre un pronombre personal, ya que el pronombre por sí mismo vale por un sintagma nominal entero. Al pronominalizar el sintagma nominal, el vértice que entra en juego es el vértice 1 de (2´b), puesto que no hay ningún vértice formado inmediatamente por el testimonio e irrelevante. Como no hay ninguna línea que salga del adjetivo irrelevante y forme vértice con el testimonio, el adjetivo queda excluido en el proceso de pronominalización. El adjetivo se mantiene independiente en (3) porque no forma parte del sintagma nominal. En el caso de que el adjetivo forme parte del sintagma nominal, la oración con pronominalización sería la siguiente: (4) El juez lo encontró. En esta oración lo sustituye el testimonio irrelevante. Esto es posible porque irrelevante forma un vértice con el testimonio, como muestra la representación (2´a). Veamos ahora dos tácticas más para confirmar si nuestra secuencia de palabras puede formar un sintagma nominal. Una supone que solo un constituyente completo puede ser resaltado a través de una oración CLIVADA (inglés cleft sentence, español perífrasis de relativo), esto es, ser desplazado al margen izquierdo de la oración antecedida por el verbo ser y seguida por una oración de relativo. La otra táctica supone que solo un constituyente completo puede ser objeto de una interrogación, es decir, transformado en una expresión interrogativa - de modo semejante a lo que sucedía con el pronombre personal- y dislocado al margen izquierdo de la oración. Al hacer eso con (1) obtenemos (5) y (6) respectivamente. (5) a. Es [el testimonio] lo que el juez encontró irrelevante. b. Es [el testimonio irrelevante] lo que el juez encontró. (6) a. ¿Qué encontró el juez irrelevante? b. ¿Qué encontró el juez? Tanto en la clivada (5a.) como en la interrogativa (6a.), en las cuales la opinión del juez –irrelevante- está expresa, podemos afirmar con seguridad que irrelevante no forma parte del sintagma nominal. En general, no es posible en español que solo una parte de un constituyente sea clivada o interrogada.

A su vez, estando relacionadas con (1) las oraciones (5b) y (6b) atestiguan que el sintagma completo es el testimonio irrelevante: en (5b) irrelevante forma parte del sintagma clivado; en (6b) irrelevante fue absorbido por la expresión interrogativa qué. En ninguna de las dos oraciones está expreso el veredicto del juez. Obsérvese que podemos agregar la opinión del juez a través del adjetivo pertinente a (5b), por ejemplo, sin que la oración resultante presente una anomalía semántica como podría ser la contradicción. (7) El juez encontró el testimonio irrelevante pertinente. Así queda aún más claro que pertinente no forma parte del sintagma nominal. Repitamos con (8) el procedimiento para detectar un constituyente: (8) El muchacho se relacionó con la chica con cierta dificultad. El lector habrá notado que el constituyente bajo análisis es con la chica con cierta dificultad y que la cuestión radica en saber si podemos considerarlo o no como un único SINTAGMA PREPOSICIONAL, es decir, un sintagma introducido (en rigor, nucleado) por una preposición. El efecto semántico de considerar este sintagma como un único constituyente es que con cierta dificultad expresará una propiedad que describe a la chica; el efecto semántico de considerar que con cierta dificultad no pertenece al sintagma preposicional es que con cierta dificultad expresará la manera en la que el muchacho logró relacionarse con la chica. Si aplicamos aquí las estrategias de pronominalización, de clivado y de formación de interrogativas, vamos a producir las oraciones (9), (10) y (11): (9)

a. El muchacho se relacionó con ella con cierta dificultad. b. El muchacho se relacionó con ella.

(10)

a. Fue con la chica con quien el muchacho se relacionó con cierta dificultad. b. Fue la chica con cierta dificultad con quien el muchacho se relacionó.

(11)

a. ¿Con quién se relacionó el muchacho con cierta dificultad? b. ¿Con quién se relacionó el muchacho?

Creemos que el lector puede proseguir solo con el ejercicio incluso aumentando otra expresión de manera en (10b.) e inventar sin dificultad otros ejemplos que le permitirán trabajar intuitivamente con la noción de constituyente a partir de oraciones que presenten ambigüedad estructural. Para los fines de este Manual, interesa mostrar que la noción de constituyente es consistente y tiene garantizada su inclusión en cualquier teoría sintáctica. Sin embargo, no basta con la inclusión: la teoría tiene que desarrollar formas explícitas de representar la estructura interna de los constituyente y que mostrar cómo ellos se jerarquizan para formar constituyentes mayores hasta llegar al constituyente que es el axioma de la sintaxis: la oración.

2. La teoría X-barra La teoría X-barra es el módulo de la gramática que permite representar un constituyente. Es necesaria para explicitar la naturaleza del constituyente, las relaciones que se establecen dentro de él y el modo como los constituyentes se ordenan jerárquicamente para formar una oración. Como sucede con cualquier módulo de la gramática, la teoría X-barra debe ser universal al punto de configurarse como un esquema general capaz de aprehender la estructura interna de los sintagmas de cualquier lengua. Pero también debe servir para dar cuenta de la variación entre las diferentes lenguas. En la sección anterior afirmamos que un constituyente se construye a partir del núcleo. Para representarlo vamos a recurrir a una variable X que va a tomar su valor dependiendo de la categoría del núcleo del constituyente. Si la categoría es un nombre, el valor de X será N; si es un verbo, será V; si es una preposición, será P, etc. Este núcleo X determinará las relaciones internas del constituyente que están marcadas en dos niveles: el nivel X´( que se lee “X una barra”) y el nivel SX (en el cual S abrevia sintagma -en inglés XP donde P=phrase-) tal como aparece representado en (12): (12)

SX  X´  X

X es una categoría mínima, algunas veces también representada como X0. Llamamos X´ al nivel intermedio o PROYECCIÓN INTERMEDIA de X; y SX al nivel sintagmático o PROYECCIÓN MÁXIMA de X. En la proyección intermedia el núcleo puede estar relacionado con un COMPLEMENTO (COMPL, en inglés complement) y en la proyección máxima puede estar relacionado con un ESPECIFICADOR (ESP, en inglés Spec). Con un Compl. y un Esp el esquema X-barra será un árbol como (13): (13)

SX  Esp X´  X Compl

Que postulemos la existencia de dos niveles de proyección, máximo y mínimo, parece algo fácilmente aceptable: el nivel mínimo se llena con el propio ítem léxico cuya existencia es indiscutible y el nivel máximo es un constituyente que, en tanto que tal, puede ser dislocado. Ninguna de estas dos propiedades es directamente observable en el nivel intermedio. Aun así estipulamos la existencia de este nivel intermedio porque tenemos necesidad de un vértice o NUDO que represente la relación local que un núcleo tiene con su complemento, distinta de aquella que tiene con su especificador. Para una rápida ejemplificación consideremos (14):

(14) [el niño patear la pelota] En (14) tenemos un verbo patear con sus dos ARGUMENTOS el niño, el ARGUMENTO EXTERNO en la posición de especificador del sintagma, y la pelota, el ARGUMENTO INTERNO en la posición de complemento (la noción de argumento será discutida en el Capítulo III). El ejemplo (14) puede ser analizado como un constituyente: existe un núcleo patear que determina que la relación semántica es “dar un golpe con el pie” y que son dos los argumentos involucrados. Por lo tanto, (13) puede ser representada como (15): (15)

SX  Esp X´ el niño  X Compl patear la pelota

Consideremos, además, que el núcleo patear, que es el que determina el valor de X, pertenece a la categoría verbo (V) y que cada uno de los dos argumentos involucrados constituye un sintagma formado por un nombre y un determinante que va a ser llamado SD (sintagma determinante, en inglés DP: Determiner Phrase), por motivos que quedarán claros más adelante en este capítulo. Podemos, pues, llegar a la representación adecuada de (14) usando ahora los rótulos categoriales y rehaciendo (15) en un árbol como el de (16): (16)

SV  SD V´ el niño  V SD patear la pelota

Podemos decir que (16) representa las propiedades universales de un constituyente, que son los niveles de proyección de donde penden el complemento y el especificador. Sin embargo, (16) no capta el hecho de que puede haber VARIACIÓN PARAMÉTRICA en el orden de los elementos, variación que puede ser apreciada si comparamos, por ejemplo, el español con el japonés. En japonés el orden entre el V y el SD complemento es inverso al del español, como vemos en (16´) y (16”): (16´)

SV  SD V´ Kato  SD V okashi kau

(16”) [VP Kato okashi kau] Kato dulce comprar

Las representaciones (16) y (16´) ejemplifican las dos ordenaciones posibles entre un núcleo y su complemento. Las lenguas tienden a generalizar este orden de modo que no queda restringido solamente al verbo y su complemento. Así, por ejemplo, en japonés tenemos [SD, P] (posposición) en lugar de [P, SD] (preposición) como sucede en español. Lo que se desprende de la comparación entre (16) y (16´) es que la jerarquía es un PRINCIPIO (universal) y el orden está parametrizado (esto es, puede variar de una lengua a otra). El esquema X-barra capta una propiedad importante de los sintagmas como es el hecho de que son ENDOCÉNTRICOS. Esto significa que una categoría SX solo puede tener como núcleo una categoría mínima X: las propiedades del núcleo son preservadas en cada proyección1. De esta forma, si unimos una categoría mínima verbal [V patear] con [SD la pelota] el resultado es una proyección intermedia que solo puede tener propiedades categoriales de verbo, o sea, [V´[V patear][SD la pelota]]; de modo paralelo, uniendo el SD [SD el niño] la proyección intermedia [V´[V patear] [SD la pelota]] vamos a obtener una proyección máxima que solo puede ser verbal: [SV[SD el niño] [V´[V patear] [SD la pelota]]]. En ninguna de las proyecciones pueden ser cambiadas las propiedades verbales inherentes al núcleo [V patear].

3. La rigidez de las relaciones La representación de (16) no considera la función sintáctica que desempeña determinado elemento, sino que considera su categoría y las relaciones establecidas siempre a partir de un núcleo. El interés de la Teoría-X radica justamente en la posibilidad de captar la relación sintáctica entre los elementos que componen un constituyente. Existen varias relaciones en (16) que precisan ser explicadas. Estas relaciones son definidas entre los nudos de un árbol, esto es, los puntos de encuentro de las ramas del árbol que en la sección anterior llamamos vértices. Comencemos por explicar una de ellas: la relación de DOMINANCIA. En las definiciones de abajo, α, β, y γ constituyen variables: (17)

DOMINANCIA α domina a β si y solo si existe una secuencia conexa de una o más ramas entre α y β y el recorrido desde α hasta β a través de las ramas es únicamente descendente.

De manera informal: el nudo α domina al nudo β si y solo si α ocupa en el árbol un lugar más alto que β y solo es posible trazar una línea descendente desde α hasta β. La definición de dominancia capta la relación de inclusión existente entre dos constituyentes de tal modo que el constituyente de abajo está incluido en el de arriba. Por ejemplo, en el árbol de (16) V´ domina a V y al SD la pelota, pero no domina al SD

1

Obsérvese que la endocentricidad no es una propiedad necesaria de los constituyentes formados por la morfología, tómese, por ejemplo, el proceso morfológico de la composición que une dos ocurrencias de un mismo elemento con propiedades verbales como pica para producir picapica un constituyente que perdió sus propiedades verbales y ganó propiedades nominales.

el niño; SV domina a todos los nudos de (16) y no es dominado por ninguno; por su parte, el SD la pelota es dominado por V´ y por SV. Esta noción de dominancia contiene la noción de DOMINANCIA INMEDIATA expresada en (18): (18)

DOMINANCIA INMEDITA α domina inmediatamente a β si y solo si α domina a β y no existe ningún γ tal que α domina a γ y γ domina a β.

Por esta definición, en el árbol (16) V´ domina inmediatamente a V patear y al SD la pelota. El SV domina inmediatamente al SD el niño y a V´; pero no domina inmediatamente a V y al SD la pelota, ya que V´ también los domina. Relacionadas con la noción de dominancia, tenemos además las nociones de paternidad y de hermandad que se definen respectivamente en (19a) y (19b). (19)

a. PATERNIDAD α es padre de β si y solo α domina a β inmediatamente (por esta definición β es hijo de α).

(19)

b. HERMANDAD α es hermano de β si y solo α y β tienen el mismo padre γ.

En (16) son hermanos el SD el niño y V´ cuyo padre es SV; y además V´ es padre de los hermanos V y el SD la pelota. Otra relación importante es la de PRECEDENCIA que definimos en (20): (20)

PRECEDENCIA α precede a β si y solo α está a la izquierda de β y α no domina a β ni β domina a α.

En (16) el SD el niño precede a todos los otros nudo excepto al SV, porque este lo domina; V precede al SD la pelota. Como puede verse, las relaciones de precedencia y dominancia son definidas de tal modo que los miembros de cualquier conjunto de nudos de un árbol se encuentran en una u otra relación pero nunca en dos simultáneamente. Tenemos, todavía, una relación fundamental para la sintaxis que es la relación de MANDO-C (en inglés c-command) definida en (21): (21)

MANDO-C

2

α manda-c a β si y solo si β es hermano de α o hijo (o nieto, bisnieto …) del hermano de α. Si β es hermano de α, estamos ante lo que se llama MANDO-C SIMÉTRICO, pues los dos hermanos están al mismo nivel jerárquico, esto es, se mandan-c mutuamente. Si β es 2

La definición más clásica de mando-c es la siguiente: α manda-c a β si y solo sí: (i) α no domina a β y β no domina a α; (ii) cada nudo ramificante γ que domina a α también domina a β.

hijo (o nieto, bisnieto…) de α estamos ante lo que se llama MANDO-C ASMIÉTRICO: la asimetría está dada porque α manda-c a β pero β no manda-c a α. En (16) el SD el niño manda-c asimétricamente a los dos hijos de V´. Esta relación tal vez parezca completamente enigmática para el lector, pero, como veremos más adelante, es una noción fundamental para definir ciertas posibilidades de interacción entre constituyentes dentro de una oración. 4. El núcleo La variable X del esquema (12) se usa para representar cualquier núcleo. En un constituyente, todas las relaciones se establecen directa o indir...


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