Thompson - La formacion de la clase obrera en Inglaterra - Prefacio y cap. 6 PDF

Title Thompson - La formacion de la clase obrera en Inglaterra - Prefacio y cap. 6
Course Historia Social General
Institution Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires
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LA FORMACIÓN DE LA CLASE OBRERA EN INGLATERRA THOMSON PREFACIO FORMACIÓN  porque es un estudio de un proceso activo, que debe tanto a la acción como al condicionamiento CLASES termino descriptivo que elude tanto como describe difieren con: CLASE: Fenómeno histórico No es ni una estructura ni una categoría Tiene lugar de hecho (y se puede demostrar que ha ocurrido) en las relaciones humanas La noción de clase entraña la noción de relación historia, como cualquier otra relación es un proceso fluido, debe estar encarnada en gente real y en un contexto real Cobra existencia cuando algunos hombres, como resultado de sus experiencias comunes sienten y articulan la identidad de sus intereses a la vez comunes a ellos mismos y frente a otros hombres que tienen intereses distintos. Experiencia de clase  determinada por las relaciones de producción, aparece como algo determinado Conciencia de clase  es la forma en que se expresan estas experiencias en términos culturales: encarnadas en tradiciones, sistemas de valores, ideas y formas institucionales. No está determinada, pero si se puede encontrar una lógica Clase obrera tiene una existencia real que se puede definir casi matemáticamente: tantos hombres que se encuentran en una determinada relación con los medios de producción. Una ves comprendido esto seria posible deducir qué consiencia de clase tendría qué tener ella (aunque rara vez tiene) si fuese debidamente consiente de su propia posición y de sus intereses reales. Este reconocimiento comienza a evolucionar de forma eficaz por que hay una super estructura cultural (critica al funcionalismo) Si se recuerda que la clase es una relación y no una cosa, no se puede pensar del modo funcionalista, ya que ella no existe ni para tener un interés ni una conciencia ideal. El problema es desifrar como el individuo llega aser dicho “papel social” y como la organización social determinada llego a existir  estos son problemas históricos. Hay que obsever a esos hombres a lo largo de un periodo suficiente del cambio social, asi se observaran pautas en su relaciónes, ideas, y sus instituciones. La clase define a los hombres mientras viven su propia historia y en fin y al cambo, esta es la única definición. Para comprender la clase debe ser vista como una formación social y cultural que surge de procesos que solo pueden estudiarse mientras se resuelven por si mismos a lo largo de un periodo histórico considerable. Periodo entre 1780 y 1832  población inglesa trabajadora llego a sentir una identidad de intereses común a ella misma y frente a sus gobernantes y patronos En 1832 la presencia de la clase obrera era el factor mas significativo de la vida política británica 6.EXPLOTACION En poco más de veinte páginas, "Explotación" discute y analiza una serie de problemáticas en torno al proceso de la formación de la clase obrera inglesa, en el contexto de la Revolución Industrial, entre 1790 y 1830. Esta sección reviste un triple interés para el lector interesado no sólo en este tema en particular, sino que también en la sociedad, su historia y su cultura en general, pues contiene aportes fundamentales en el plano teórico, metodológico y, por supuesto, en el propiamente historiográfico, particularmente en torno a temas concernientes a la clase obrera. Con respecto al ámbito teórico, Thompson se sitúa en el materialismo culturalista que se ha analizado a lo largo del presente seminario, y desde esta posición debate fundamentalmente con dos posturas opuestas: el marxismo estructuralista, por una parte, y el empirismo positivista, por la otra; posiciones bastante divergentes, por cierto, pero

que comparten una epistemología predominantemente economicista, que, por ello, es el blanco del ataque teórico de Thompson. El gran argumento de Thompson contra el estructuralismo marxista se relaciona con su crítica ante la figura de la determinación de los aspectos económicos (en este caso, definidos por las relaciones sociales de producción, o modo de producción) sobre el resto de la sociedad. Thompson, en cambio, argumenta históricamente que no se puede afirmar que las dinámicas culturales y políticas de la clase obrera puedan derivarse directamente de la coyuntura económica[i]. El autor desarrolla este argumento retomando la discusión iniciada en el prefacio del libro sobre el carácter de la clase obrera y el de su conciencia, abordando la pregunta sobre la posibilidad de la existencia de una sola clase obrera, o si, por el contrario, es más pertinente apuntar a varias clases obreras, adoptando finalmente una posición favorable a un concepto unitario. Sin embargo, el hecho de que Thompson llegue a esta conclusión oculta, de cierta manera, la otra discusión que afrontó en el prefacio: la cuestión sobre el grado de homogeneidad de la clase obrera, que se deriva de la definición de clase que se utilice. Si bien el autor no lo señala explícitamente en esta sección, la preferencia por el concepto unitario no debe confundirse con la definición que cosifica a la clase y que, por lo tanto, la considera uniforme, homogénea y monolítica; en efecto, si analizamos los argumentos (en esta parte históricos) que ofrece para demostrar la presencia de una sola clase obrera, no deja de ser fundamental, por una parte, la constatación de la "diversidad de experiencias" en el seno del movimiento obrero, y, por la otra, la omisión de la relación económica como factor constitutivo directo de la clase[ii]. Por lo tanto, en ese fragmento, Thompson está afirmando la posibilidad teórica (y ciertamente, la existencia histórica) de una clase obrera económicamente heterogénea, desde el punto de vista de las relaciones sociales de producción, lo que no es más que una conclusión necesaria a partir de su rechazo de la idea de determinación directa: si la base económica no determina la vida social de las personas, las clases no pueden "deducirse" a partir del examen de un modo de producción particular, pues ellas no son "cosas", sino relaciones históricas, y por lo tanto no pueden ser producidas directamente, aunque sí condicionadas, por aquella base. Este condicionamiento se observa, por supuesto, en el fragmento anterior, en términos de límites y presiones, o si se prefiere, de posibilidades y tendencias: ¿es posible negar la influencia de la revolución industrial en la población trabajadora?, ¿la organización laboral se hubiese dado de igual manera en otro contexto económico? De la misma forma, si es imposible determinar la existencia de la clase como una cosa, es asimismo estéril tratar de determinar su "interés objetivo", y, por lo tanto, una cierta conciencia de clase "real" que lo identifique, que se podría "esperar" de esta clase, en tanto que ella está constituida no mecánica, sino que históricamente. En lugar de ello, la conciencia de clase para el autor implica una identidad de intereses, que, por supuesto, se puede dar entre grupos distintos de trabajadores, dirigida contra otros intereses de clase. De esta manera, si bien la conciencia de clase se constituye no como un mero reflejo de lo material, es posible establecer que siempre está relacionada a esta esfera, debido a su influencia sobre los intereses de la población y su modo de relacionarse; esto se refleja, por ejemplo, en la definición de explotación como una relación histórica, que rebasa los márgenes de los antagonismos de clase, pero no por ello menos concreta, real ni material. Así, a través de la adopción de una definición unitaria y a la vez homogénea de clase obrera, Thompson lleva a cabo la ampliación teórica del concepto de sujeto popular, más allá del "proletario industrial" que actúa como figura central en el marxismo clásico, incluyendo a otro tipo de trabajadores. Por otra parte, como ya adelanté, Thompson también discute contra lo que él denomina la nueva ortodoxia empirista, de corte economicista y marcadamente pro-capitalista, la cual, en un afán cientificista, aísla artificialmente los componentes del proceso histórico, identificándolos como variables constantes, con el fin de comprobar "científicamente" la influencia de una constante variable. De esta manera, el empirismo naturaliza a estos procesos y los presenta como premisas dadas. El problema de ello, a juicio de Thompson, es que se omiten las circunstancias sociales que configuraron aquellos procesos, es decir, el desacuerdo que existió en torno suyo, y, por ende, la hegemonía (de clase) involucrada en el desenlace final, estableciendo, de esa manera, un determinismo post facto, en palabras del autor.

Lógicamente, esta conclusión tiene una consecuencia metodológica clara, en el sentido que un análisis parcial de la sociedad será necesariamente incompleto. Por ende, a pesar de no señalarlo explícitamente, Thompson propone -en la vena de Williams- un estudio sobre la totalidad del proceso histórico, es decir, de la estructura social que lo condiciona, como hemos dicho, a través de presiones y límites. Esto ilustra, por ejemplo, la importancia del contexto político, que otorga significado a la situación material, como señala el autor con respecto a la importancia ideológica de las guerras napoleónicas, más allá de su efecto económico inmediato. A su vez, esta totalidad social no puede ser considerada una entidad inmutable y constante, sino que, más bien, es menester estudiar las contradicciones sociales y políticas que surgen dentro de ella, que pugnan por cambiarla de una u otra manera o por mantenerla estable[iii]. Por otra parte, el alejamiento en general del economicismo evidencia la importancia de los ámbitos de la experiencia y la conciencia. En ese sentido, Thompson propugna la metodología de una historia "con sujeto", en oposición a un sentido estructuralista de la historia, sin sujeto, donde se analizan las relaciones de producción y de ahí se infiere una conciencia de clase esperada, tildando de ideología o falsa conciencia la que no calza con ella. Esto lleva a la necesidad metodológica -bastante rupturista en la disciplina histórica para la época - de analizar fuentes que antes eran obviadas por ser demasiado "subjetivas": los relatos cotidianos del sujeto popular, que están contenidos en diversos tipos de documentos históricos: diarios de vida, archivos judiciales, literatura popular, periódicos, panfletos, petitorios, entre otros. Como establece Thompson, la "subjetividad" de estas fuentes no es relevante, pues a través de su análisis no se pretende esclarecer situaciones históricas concretas, en un sentido tradicional; más bien, la subjetividad de los sujetos populares tiene valor en sí, en tanto permite ilustrar de qué manera ellos sentían la explotación, lo que nuevamente nos remite a Williams, y su valoración de la percepción de la experiencia[iv]. Se puede hablar, entonces, de una suerte de retroalimentación entre las innovaciones metodológicas de Thompson: la observación de la cotidianeidad de los trabajadores y de su conciencia de clase permite dar cuenta del cuestionamiento que existía por parte de ellos de la estructura social, dando luces sobre el proceso de pugna social en torno a ella, desmintiendo su carácter supuestamente constante y evidenciando, por ello, la necesidad de analizar la totalidad social. Hacia el final de la sección, Thompson aborda otra discusión relevante en torno a la explotación durante la Revolución Industrial: la cuestión de la calidad de vida de los obreros durante la revolución industrial. En este debate, Thompson adopta una posición crítica ante los dos extremos: por una parte, cuestiona una historia ideológica por parte de los historiadores sociales, la deformación negativa de los hechos debido a su solidaridad con los pobres; por la otra, ataca a los historiadores económicos que, debido al determinismo post facto previamente señalado, consideran a los aspectos negativos de la revolución industrial no como consecuencia de un sistema de explotación históricamente constituido, sino como algo inevitable, excluyendo, por ende, todo sentido de responsabilidad por parte de quienes sustentaban aquel sistema explotador, agregando, a su vez, una lectura ingenuamente positiva del fenómeno. Ante estas dos posturas, aparentemente irreconciliables, Thompson propone diferenciar entre dos categorías metodológicas diferentes e irreductibles: por una parte, el "estándar de vida", que es una medición económica cuantificable, y por la otra, el "nivel de vida", que se refiere a la valoración subjetiva de las condiciones de vida. El hecho de que Thompson considere a estas esferas como irreductibles constituye una utilidad metodológica, pues da pie para no explicar a una en función simplemente de la otra, añadiendo riqueza al análisis histórico[v]. Es posible señalar que de ambas discusiones -la teórica y la metodológica- surge el aporte de Thompson en términos historiográficos, principalmente en torno a la explotación -como fenómeno y como percepción- durante la revolución industrial. De la discusión teórica contra los empiristas, el autor concluye que la naturaleza catastrófica del período se derivó de

tres factores: el crecimiento demográfico, los aspectos tecnológicos de la revolución industrial y la contra-revolución política. La principal novedad en el análisis es la importancia asignada al factor político, que anula la lógica puramente economicista, pues se habría esperado una lucha entre la aristocracia y la burguesía industrial, pero en lugar de ello hubo una alianza contra el "terror jacobino". Sin embargo, ello no priva a los factores materiales de su capacidad explicativa: el aumento demográfico y revolución industrial tecnológica expresada en la mecanización permitieron la saturación del mercado laboral y, por lo tanto, un mayor abuso y explotación por parte de los patrones. De esta manera, Thompson reconoce dos esferas causales principales, y no incurre en una reducción de una a la otra. Si la postura teórica de Thompson relativiza la determinación de la base económica sobre los otros ámbitos de la vida, en el contexto de Revolución Industrial esto tiene como consecuencia que, por ejemplo, las formas políticas no fueran completamente novedosas. En otras palabras, una base económica industrial no engendra automáticamente pautas de comportamiento industriales. Por lo mismo, Thompson enfatiza la permanencia histórica de ciertos elementos culturales tradicionales que no se pueden extrapolar de la simple observación de las relaciones de producción, como por ejemplo, la continuidad de los métodos radicales previos a la aparición de la gran industria textil. A su vez, este alejamiento parcial del economicismo excesivo redunda, como hemos observado, en la ampliación de la muestra del "sujeto popular" desde el simbólico "proletario algodonero" a la clase obrera en su sentido amplio. Historiográficamente, ello llevó a Thompson a concluir que no era la simple necesidad económica inmediata la que mayormente les preocupaba, conclusión que se podría esperar de un análisis más bien economicista en su sentido marxista, sino que más bien las preocupaciones obreras -y en un plano más general, su percepción y culturaapuntaban a "temas que no están englobados por las series del coste-de-la-vida"[vi]. Por lo tanto, el hecho que la base económica no determine a lo que se considera su superestructura lleva a la remanencia de aspectos no sólo pertenecientes al plano político (la continuidad del radicalismo), sino que también a las mismas formas de conciencia de la clase obrera, pero siempre en relación con las condiciones materiales, como se evidencia en la percepción de clase obrera con respecto a la explotación despersonalizada durante el período analizado. Estos hechos no sólo tienen valor en sí en términos historiográficos, sino que también sirven de evidencia del giro epistemológico que he descrito en estas líneas; es la enfatización de esa "intensidad de sentimiento" que liga a Thompson ineludiblemente a colegas suyos como Williams o Hoggart, y que, en general, le otorgaron las mayores credenciales dentro de la New Left inglesa, liderando, además, una tendencia historiográfica mundial, que ha repercutido incluso en nuestros propios círculos académicos, en la llamada "Nueva Historia Social", preocupada, tal y como Thompson, en la "historia desde abajo". _______________ [i] "no deberíamos dar por sentada cualquier correspondencia automática, o demasiado directa, entre la dinámica del crecimiento económico y la dinámica de la vida social o cultural." (pp. 22 - 23) [ii] "cuando se ha tomado todas las precauciones oportunas, el hecho destacable del período comprendido entre 1790 y 1830 es la formación de la . Esto se revela, primero en el desarrollo de la conciencia de clase: la conciencia de una identidad de intereses a la vez entre todos esos grupos diversos de población trabajadora y contra los intereses de otras clases. Y, en segundo lugar, en el desarrollo de las formas correspondientes de organización política y laboral" (p. 24). [iii] Al respecto, Thompson sostiene que "Oponían, a la retórica del libro mercado, el lenguaje del . [...] Se enfrentaban puntos de vista alternativos e irreconciliables respecto del orden humano." (p. 35) [iv] "No es necesario que nos preocupemos por la solidez de todas sus afirmaciones. Lo que hace esta declaración es especificar, una tras otra, las injusticias que los obreros sentían como cambios en el carácter de la explotación capitalista. [...] El hecho de que los obreros sintiesen esas injusticias de alguna manera -y que las sintiesen de forma apasionada- es suficiente en sí mismo para merecer nuestra atención." (pp. 31 - 32) [v] "Es perfectamente posible que los promedios estadísticos y las experiencias humanas vayan en direcciones opuestas. Pueden tener lugar al mismo tiempo un aumento per cápita de factores cuantitativos y un gran trastorno cualitativo en la forma de vida, las relaciones tradicionales y las legitimaciones de la población. La población puede consumir más bienes

y a la vez ser menos feliz y menos libre." (pp. 39 - 40) [vi] El autor concluye que "los temas que provocaron la mayor intensidad de sentimiento fueron aquellos en los que estaban en litigio valores como las costumbres tradicionales, , , seguridad o economía familiar, más que los simples temas de " (p. 32)....


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