Trabajo Conquista de Canarias final PDF

Title Trabajo Conquista de Canarias final
Author juan Martínez
Course Historia Moderna
Institution Universidad de Oviedo
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LA CONQUISTA DE CANARIAS

Paula Cimadevilla Cuanda Juan Martínez Fernández-Peña

ÍNDICE 1. Introducción……………………………………………………………….…....2 2. Las Canarias antes de la Conquista………………………………………..........3 3. La Conquista de Canarias………………………………………………….…...4 3.1.

Fases de la Conquista……………………………………………………...5 3.1.1. La Conquista Bethancuriana (1402-1418)………………………….5 3.1.2. La Conquista Señorial Castellana (1418-1477)………………........6 3.1.3. La Conquista Realenga (1478-1496)……………………………….8

4. Consecuencias de la Conquista y Colonización………………………………...9 4.1.

El impacto de la colonización………………………………………………9

4.2.

La

administración

de

las

Islas……………………………………………...10 4.3.

El poblamiento……………………………………………………………..11

4.4.

Los repartimientos…………………………………………………………..11

4.5.

Estructura social…………………………………………………………….12

4.6.

La

evolución

demográfica

en

el

siglo

XVI……………………………….....12 4.7.

Explotación económica……………………………………………………...13

4.8.

El

papel

de

la

Iglesia………………………………………………………...14 1

5. Conclusión……………………………………………………………………….15 6. Bibliografía………………………………………………………………………16

1. INTRODUCCIÓN

El descubrimiento, la exploración y posterior conquista de las islas Canarias va a estar presente en la política exterior de varios reinos europeos en el periodo bajomedieval, entre los siglo XIV y XV. Durante el siglo XIII, hubo una fase donde se ligó a las Canarias con la prosperidad mercantil mediterránea de este siglo y que tuvieron como principales protagonistas a los mercaderes genoveses, mallorquines y catalanes. Sin embargo, esta primera fase fue un fracaso debido a la insuficiente técnica de navegación de los marineros acostumbrados al comercio con el mar mediterráneo, y al escaso interés de los marinos, que veían estos territorios como zonas pobres y remotas. La fase posterior, se dará durante el siglo XV, donde tanto castellanos como portugueses buscaran el dominio de nuevos territorios fuera de la Península. Las causas que llevaran a estos intereses fueron, la expansión del Norte de África Occidental, el dominio de las Islas Atlánticas, que ya habían sido descubiertas en la época anterior y, por último lugar, el descenso hacia Guinea. Así pues, durante esta fase de la Conquista de las islas, va a establecerse el dominio de Castilla frente al de Portugal. Al final, los castellanos hicieron pasar definitivamente la cuestión canaria del ámbito de la exploración y evangelización incipientes al de la conquista, seguida de procesos de repoblación y aculturación que transformarían por completo el sistema social y cultural del archipiélago, así como la mayoría de su población, a lo largo del siglo XV y comienzos del XVI.

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2. LAS CANARIAS ANTES DE LA CONQUISTA

Las Canarias ya eran conocidas en la Antigüedad por los marineros fenicios, sin embargo no hay ninguna prueba material que pueda probar este hecho, salvo la mención de algunos poetas griegos de las Islas Afortunadas. Más adelante, en época romana, los geógrafos romanos sitúan estas mismas islas en la zona de las Canarias; y es Plinio quien hace mención a la exploración a la costa de estas islas. Aunque en las islas no se han encontrado restos arqueológicos de estas épocas, de lo que se deduce que no se produjeron asentamientos fenicios ni romanos en ellas. (Serra Ráfols, 1990:17, 18) Cuando se produjo el redescubriento de las islas a finales de la Edad Media, se encontraron población asentada en ellas de época

muy remota, que tenían cierto

parentesco con las poblaciones bereberes del norte de África, como el lenguaje y las inscripciones que aparecieron en estas islas, por lo que podrían haberse producido comunicaciones normales entre las islas y las costa continental africana. Y la última podría haber sido cuando se produjo la conquista árabe de Marruecos. (Serra Ráfols, 1990:18) La población vikinga y normanda en algunas de sus travesías por los mares en busca de botín, descendieron de las costas del Norte de Europa hasta llegar al Mediterráneo y que se lanzaron a recorrer estas costas y dieron con las Islas. A las islas también llegaron los mercaderes italianos, los cuales, iban en busca de productos de lujo del lejano oriente muy demandados en el continente europeo. Y que a partir de la dominación musulmana habían puesto grandes contribuciones arancelarias del Mediterráneo. Por esta razón, a finales del siglo XIII, las naves de marineros italianos hicieron expediciones bordeando África. (Serra Ráfols, 1990:19) 3

Sin embargo, del primero que deja escrito su viaje a las Islas, es el marinero genovés Lancellotto Malocello en 1312, y se habitó en éstas durante veinte años. El recuerdo de su hallazgo, pudo influir para que en 1341, se produjeran varios intentos de conocer y conquistar las Islas por parte de los marineros mediterráneos. Y será a partir de este momento cuando las Canarias sean conocidas y plasmadas en los mapas de estos marineros a partir de 1339. (Serra Ráfols, 1990:17, 20-21)

3. LA CONQUISTA DE CANARIAS

La primera exploración de las islas se hizo a partir del siglo XIV. Esta fase se caracterizó por ser una fase de interés más comercial de que asentamiento. Los primeros europeos que llegaron, seguramente por accidente a las islas, irían en busca del ansiado oro que había cerca de las Canarias en la costa africana. Al llegar a la isla creían que estas también podían tener oro, por lo que se llevó a cabo una fase de expedición y conocimiento de las islas. Sin embargo, será en el siglo XV, cuando comience la verdadera ocupación de las islas, cuando, una vez conocidas las posibilidades económicas, se lleva a cabo un dominio militar eficaz del territorio, donde se produce una remodelación de la población, que incluye su destrucción o subyugación de gentes y culturas aborígenes y la imposición de un nuevo sistema administrativo-fiscal. Este proceso afecto tanto al espacio geo-histórico, que paso de estar compartimentado a unificado y de aislado a relacionado con el exterior, como a las realidades demográficas, económicas, sociales, institucionales y de mentalidades que el mismo sustenta y que a la larga contribuyeron a su transformación del paisaje. (Tejera Gaspar, A. y Aznar Vallejo, E., 1991:172) Este proceso de conquista no será rápido ni continuo, como en un primer momento se llegó a pensar, ya que los aborígenes de las islas pusieron cierta resistencia a la conquista europea que duro casi un siglo, y que tiene dos etapas, la señorial que se produce desde principios del siglo XV hasta finales de la década de los setenta; y la realenga que se produce a partir de la intervención de la Corona castellana en la última parte del siglo XV. 4

3.1.

FASES DE LA CONQUISTA

3.1.1. LA CONQUISTA BETANCURIANA (1402-1418) La expedición se inicia a principios del siglo XIV, con la llegada de los contingentes normandos en la exploración comandada por Jean de Bethencourt1 y secundada por Gadifer de La Salle2. A finales de 1402, y bajo instancias del embajador francés Rubín de Braquemont3, Enrique III de Castilla, acogió la empresa bajo su protección soberana, y acepto el vasallaje del conquistador, que poseería las islas en feudo, con el título de rey, y gozando de ventajas de monopolio sobre el comercio exterior de las islas en su comercio con Castilla, y del quinto real de todo el botín que obtuviera. Bethencourt tenía sobrados motivos para embarcarse en ese intento, no sólo los mueve el afán de aventura, o la religiosidad sino, ante todo las necesidades económicas, que van a promover el interés nuevo, agresivo y depredador hacia las islas, y en donde no hay que olvidar la gran escasez de metales preciosos, en especial oro y plata, que se dejó sentir en todo el Occidente europeo entre 1395 y 1415 y es posible que las islas se considerasen, entonces, como una esperanza de alivio. (Laredo Quesada, 1978:31) En 1403, la Santa Sede le concedió la indulgencia de cruzada para la empresa de conquista, aunque la evangelización fue el principal motivo de aceptar aquellos actos, que a menudo se acompañaron con los asesinatos y la esclavitud de los aborígenes, y 1 Jean de Bethencourt: fue un noble, militar, navegante, explorador, comerciante y pirata francés, nacido y fallecido en Grainville-la-Teinturière, Normandía (1362-1425), que dio inicio a la llamada conquista señorial de las islas Canarias, logrando tomar Lanzarote, Fuerteventura y El Hierro, recibiendo el título de señor de las islas. 2 Gadifer de La Salle: Militar y explorador francés que junto a Juan de Bethencourt lideró la primera expedición de conquista a las Islas Canarias en 1402. 3 Rubín de Braquemont: primo de Jean de Bethencourt, influyente cortesano de la Corona de Castilla y jefe de la guardia del antipapa Benedicto XIII, para que apoyase económicamente su proyecto de conquista. 5

que se prolongaron hasta 1408 con la ocupación de Fuerteventura y un intento fallido sobre Gran Canaria y una penetración parcial sobre la isla del Hierro. En este mismo año, Bethecourt fue sucedido en la gobernación del feudo por su sobrino Maciot 4, que en 1418, cedería en nombre de su tío los derechos sobre Canarias al conde de Niebla, Enrique de Guzmán5, poniendo fin a la empresa del normando. (Laredo Quesada, 1985: 32)

3.1.2. LA CONQUISTA SEÑORIAL CASTELLANA (1418-1477) Una vez pasados los primeros entusiasmos de la conquista sobre las islas, al conocer, que no era una fuente de especial riqueza, además de la costosa campaña para su conquista, se va a dejar aparcado durante cierto tiempo las nuevas aspiraciones de su conquista y su integración al continente europeo. En el que se debe resaltar como una de las principales características de esta etapa, la escasa lentitud de asentamiento de nuevos pobladores debido a la falta de rentabilidad de esta empresa y lo idea poco atractiva para los colonos del régimen señorial, que, sin embargo, servirá a la Corona como avanzadilla en el sometimiento del Archipiélago. (Suarez Acosta, J.J et al., 1988:40) Mientras tanto, durante el periodo comprendido entre 1418 a 1477, se van a producir una serie de hechos en torno a la cuestión de la pertenencia del señorío de las islas, la rivalidad que enfrentaba a Castilla y Portugal en la adquisición de nuevas tierras del Atlántico, y los comienzos del proceso europeizado de sus gentes. (Laredo Quesada, 1985:32) La pertenencia de los señoríos de las Islas La empresa canaria sería tarea de aristócratas y navegantes sevillanos hasta la intervención directa de la Corona en 1477. Pues, la relativa proximidad a los puertos andaluces del Atlántico, su pujanza mercantil y marinera y la integración de los asuntos canarios dentro del ámbito general de los intereses aristocráticos y comerciales de algunos, servirá como interés de ciertos linajes de la alta sociedad sevillana en las islas, 4 Maciot de Bethencourt: hidalgo de origen normando, había llegado a Lanzarote en la segunda expedición que arribó a la isla con nuevos pobladores y tras la marcha de Juan de Bethencourt a Francia representó en la isla la continuidad del poder de los normandos. 5 Enrique de Guzmán: Conde de Niebla, que tenía interés de la zona, porque sus tierras tenían como área de expansión natural a esta región africana, donde existían importantes pesquerías frecuentadas por los andaluces. (Suárez Acosta, J.J. et al., 1988: 36) 6

por la cual se mantendrán las Canarias unidas a la corona de Castilla y se transformará la forma de dominación de señorío primitivo de la época anterior en un señorío jurisdiccional de tipo castellano. (Laredo Quesada, 1985:33) Desde la cesión de las islas de Maciot al Conde de Niebla en el 1418, habrá una dominación señorial de este durante los dos próximos años, hasta que en 1420 Juan II done a Alfonso de Las Casas las islas que todavía no se habían conquistado, lo que provoco un conflicto con el Conde de Niebla que tardo diez años en resolverse, cuando el conde de Niebla cedió sus derechos sobre todas las islas al heredero de Alfonso, Guillén y a su a socio y tío Juan de Las Casas. Produciéndose desde este momento, el comienzo de la etapa del señorío castellano. Guillén pasa entonces a dominar la isla del Hierro y adquirir una parte del quinto sobre las capturas de las islas sin conquistar y Juan Las Casas toma Fuerteventura y la otra mitad del quinto; y quien después cederá sus derechos su hija Inés de Las Casas, casada con Hernán Peraza el Viejo. En 1445, Guillén de Las Casas cede sus derechos por tierras, a los hijos de Hernán Peraza, Guillén e Inés Peraza, por ser hijos de Inés de Las Casas. Unificándose de esta manera el señorío de las islas conquistadas y el derecho sobre las que todavía no se habían conquistado. (Suarez Acosta, J.J et al., 1988:36) Hernán Peraza y su hijo Guillen acometen juntos la ocupación de La Gomera y realizan varios asaltos a Gran Canaria y La Palma, en esta última y a consecuencia de una emboscada muere Guillén en 1452. Momento en el cual, el señorío se concentró todo en Inés de Peraza y su marido, quienes detentarán el señorío hasta 1477, año en el que Inés cede sus derechos a su hijo, Hernán Peraza el Joven, el gobierno de La Gomera con intención de fundar un mayorazgo; y a la vez que sus derechos de conquista sobre las tres islas no conquistadas. La rivalidad entre Castilla y Portugal Paralelamente a la cuestión de la pertenencia de los señoríos de las islas, con la presencia castellana en Canarias, chocó frontalmente con los interese de los portugueses sobre la expansión hacia los territorios del África atlántica, en la búsqueda de centros productores de oro más allá del Sahara.

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Donde en torno a 1420-1430, llevo a cabo unas expediciones a las islas para establecer un dominio, con la intención de desplazar a los castellanos. Pero fracasos los intentos, los esfuerzos de los portugueses se dirigieron a conseguir un reconocimiento pontificio de sus derechos, los cuales consiguieron en 1433 del papa Eugenio IV en las islas dominadas por la población autóctona. Ante esto, se produjo una reclamación diplomática castellana que surtió efecto al demostrar los mejores derechos de Castilla y su implantación en las islas con proyectos de evangelización y conquista total con la bula Ducum cum ad nos, concedida en 1436 y que así lo reconocía. Entre 1445-1465, se produjo un intento de consolidación por parte de los señores, bajo la amenaza de razias portuguesas, donde se van a producir en los siguientes seis años hostilidades por parte de los dos bandos. (Suarez Acosta, J.J et al., 1988:37) Hasta que en 1454, se produjeron unas series de negociaciones entre Castilla y Portugal, acabarían con la renuncia portuguesa a las islas a cambio de que los castellanos reconociesen el monopolio en la navegación hacia Guinea. Y que establecieron un precedente de la solución final dada en 1479, cuando las islas fueron reconocidas como parte de Castilla por el rey portugués, país que vio refrendado el monopolio en la navegación guineana. (Laredo Quesada, 1985: 35, 38)

3.1.3. LA CONQUISTA REALENGA (1478-1496) A pesar de los constantes intentos por parte de los señores, estos fueron incapaces de conquistar el archipiélago y obligaron a la Corona a intervenir, la cual acabaría apoderándose de Gran Canaria, Tenerife y La Palma. En el año 1478, con el objetivo de dominar Gran Canaria, los Reyes Católicos mandan una potente expedición armada al mando de 6Juan Rejón que desembarca en La Isleta y funda el Real de Las Palmas donde manda construir un fuerte. Sufrieron ataques de los nativos dirigidos por el mítico guerrero Doramas, pero no consiguieron expulsar a los castellanos.

6 Juan Rejón: Fue un hidalgo y conquistador por cuenta de la corona de Castilla que participó en la conquista de la isla de Gran Canaria en el siglo XV. Está considerado como el fundador de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. 8

No obstante, la resistencia guanche en el interior montañoso de la isla fue feroz y los castellanos fueron derrotados en el sur, en una zona conocida como Tijarafe. La contienda llego a un punto en el que no se encontraba vencedor hasta que, en el año 1481 bajo el mando del comandante castellano Pedro de Vera, en la batalla de Arucas derrotaron a los aborígenes. En 1483 la isla de Gran Canaria quedó sometida a Castilla. Pocos años después, la Corona pone su mirada en La Palma y en el año 1492 comenzó la campaña bajo las órdenes de Fernández de Lugo. Este personaje, obtuvo de los Reyes Católicos los derechos de conquista sobre las islas de La Palma y Tenerife. La conquista duró apenas un año ya que las tropas castellanas aprovecharon las luchas internas de los aborígenes, que se encontraban divididos en varias tribus. Un año después, Tenerife pasó a ser el objetivo a anexionar a la Corona. Ésta estaba divida en nueve 7menceyatos. Los nativos del sur de la isla prefirieron pactar la rendición. Por su parte, los norteños se unieron para repeler a los conquistadores e iniciar la resistencia. Los castellanos sufrieron derrotas, pero, la superioridad armamentística y los constantes asedios y las epidemias propiciaron la derrota de los guanches. Tras la firma de la Paz de Los Realejos en 1496, el archipiélago quedó bajo el dominio de las tropas peninsulares. Pese al total control y sometimiento de los aborígenes, existieron pequeños grupos de resistencia guanche que se negaron a ser dominados, a los que se les conoció como “los alzados”.

4. CONSECUENCIAS DE LA CONQUISTA Y COLONIZACIÓN 4.1.

EL IMPACTO DE LA COLONIZACIÓN La invasión por parte de los europeos convulsionó la sociedad preexistente. La

estructura social fue desarticulada, la economía de subsistencia fue suprimida y reemplazada por los nuevos sistemas de explotación castellanos y se les fue impuesta la religión católica, prohibiendo sus antiguas creencias y acusándolas de paganas, además, el propio ecosistema natural cambió radicalmente tras la llegada de los conquistadores. 7 Menceyatos: es la nomenclatura que le dio la población autóctona a los nueve territorios en que estaba dividida la isla de Tenerife, Canarias, en el momento de la conquista castellana en el siglo XV. 9

Además, tal y como ocurrió en América, la llegada de los colonos trajo consigo nuevas enfermedades hasta entonces desconocidas como el caso de la “modorra” que causó la muerte a muchos aborígenes en Gran Canaria y Tenerife. La construcción de nuevas ciudades y explotaciones agrícolas propicio que muchos nativos perdiesen sus antiguos hogares y acabasen viviendo en las cuevas de la isla o en las zonas más rurales. Hay que tener en cuenta que, muchos nativos fueron tomados como botín de guerra y vendidos como esclavos y muchos de los que se sometieron al dominio castellano acabaron convirtiéndose en los marginados dentro de la nueva sociedad canaria. No obstante, la política de Isabel la Católica orientada a la protección de los indígenas favoreció la supervivencia del pueblo guanche y el mestizaje. La labor de la iglesia también fue bastante notoria, de hecho, realizaron multitud de labores humanitarias y se encargaron de la inserción del pueblo guanche en la sociedad. En el año 1504 el censo del Obispo canario data la existencia de 1200 familias aborígenes en todo el Archipiélago, aparte de las familias mezcladas, lo que podría suponer unos 4000 individuos. 4.2.

LA ADMINISTRACIÓN DE LAS ISLAS Una vez finalizadas las campañas de conquista de las Islas Canarias, se siguió el

modelo europeo de organización del territorio, siguiendo los valores y las bases económicas de los conquistadores. Es importante distinguir entre las islas conquistadas directamente por la Corona, Gran Canaria, La Palma y Tenerife que pasarán a ser dominios de realengo frente a las conquistadas a título personal por los nobles que serán dominios de señorío. En las Islas de realengo se impondrá desde el primer...


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