Trastorno mixto ansioso depresivo PDF

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Trastorno mixto ansioso depresivo...

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Índice

Introducción………………...…………………….1 Causas…………………………………………….1 Síntomas…………………………………...……..2 Diagnóstico………………………………...……..3 Tratamiento.….…………….……………………..4 Conclusión.………………………….…………....5

Trastorno mixto ansioso-depresivo El trastorno mixto ansioso depresivo consiste en un diagnóstico donde entran aquellos pacientes que presentan síntomas de ansiedad y de depresión en igual medida, pero de forma menos intensa. Los pacientes no sufren ansiedad o depresión por separado, sino que padecen este trastorno en un grado menor. Lo más frecuente es que los síntomas de ansiedad sean más acentuados que los de depresión. Esta enfermedad es nueva y poco estudiada ya que es una forma de diagnosticar a pacientes que no sufren ninguno de los dos trastornos mencionados anteriormente. Es uno de los trastornos mentales más comunes y es más habitual en mujeres que en hombres.

Causas Como las causas de ambos trastornos son tan parecidas, no es extraño que se den conjuntamente. Un 58% de los pacientes con depresión sufren un trastorno de ansiedad, y un 17,2% de los pacientes con ansiedad sufren también depresión. Tanto los trastornos de ansiedad como los depresivos, surgen por una combinación de factores de tipo biológico, psicológico y ambiental, existiendo muchas causas diferentes. – Factores biológicos: son los desequilibrios en ciertas zonas cerebrales como la serotonina y sus receptores, además de predisposiciones genéticas. – Factores psicológicos: la personalidad, valores, creencias, etc. de la persona. – Factores ambientales: haber crecido en familias disfuncionales, entornos inestables, tener un nivel socio-económico más bajo.

Síntomas El trastorno mixto ansioso depresivo destaca por tristeza y ansiedad persistente que se extiende durante más de un mes, y tiende a ser crónico Puede causar numerosos signos, síntomas y consecuencias tales como:  

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Alteraciones en la atención y en la memoria que se traducen como falta de concentración y dificultad para aprender y recordar información. Trastornos del sueño como insomnio o hipersomnia, aunque también pueden darse dificultades para conciliar el sueño o despertar más temprano de la cuenta. Cansancio y fatiga durante el día. Preocupación recurrente, irritabilidad y llanto fácil. Apatía, con una importante pérdida de interés por las actividades que anteriormente le agradaban. Visión negativa o desesperanza hacia el futuro. Se dan síntomas de taquicardia, temblores, sequedad de boca, sensación de quedarse sin aire… Deterioro social, ya que pueden evitar el contacto con los demás. Autoestima baja. No cumplen con sus responsabilidades: normalmente faltan a la escuela o al trabajo. Apariencia descuidada, pudiendo notarse falta de aseo personal. Abuso de drogas o alcohol, ya que suelen adoptar estos hábitos con el objetivo de paliar o disminuir los síntomas que les atormentan. En algunos casos puede acompañarse de ideación suicida.

Diagnóstico Habitualmente, estos pacientes solicitan ayuda en consulta debido a los síntomas físicos, como alteraciones en el apetito o el sueño y ataques de pánico, sin saber que esconden detrás cuadros depresivo-ansiosos. Para diagnosticar este trastorno, deben darse síntomas de ansiedad y de depresión, que pueden ser muy parecidos. Además, ninguno de éstos debe predominar claramente sobre otro, o no deben presentar la intensidad suficiente como para hacer diagnósticos diferenciados.

Por todo esto, puede que sea muy difícil llegar a detectar correctamente este problema y es normal que se den diagnósticos incorrectos. Para detectarla se exige que se den síntomas como palpitaciones, temblores, molestias estomacales, boca seca, etc. Y es importante considerar que los síntomas no sean debidos a acontecimientos vitales complicados o estresantes, como una pérdida importante o una experiencia dolorosa. Ya que, si fuera así, se clasificaría como un trastorno de la adaptación. Existe un gran debate entre incluir este trastorno como una categoría diagnóstica, porque por un lado parece que no es un trastorno porque no presenta rasgos diferentes y típicos de él; pero por otro, no se puede dejar sin diagnóstico (y por tanto sin ayuda) a muchas personas que están sufriendo debido a esta condición.

Tratamiento Es frecuente que estos pacientes no lleguen a ser tratados, a causa de las dificultades y porque las manifestaciones clínicas suelen ser imprecisas o algo más leves y por ello no se le da importancia. El paciente aprende a convivir con esos síntomas y no suele acudir a consulta hasta que no presenta algún síntoma físico que le perjudique gravemente su día a día (como insomnio, por ejemplo). Por lo que se observa, la mayoría de los afectados no demandan atención psicológica ni psiquiátrica.

Ante estos pacientes, lo habitual es ayudarles a sentirse mejor a través de tratamiento farmacológico combinado con otras técnicas, sobre todo si se dan crisis de pánico o agorafobia. Hay antidepresivos que también parecen muy efectivos si se tiene depresión y trastorno

de

ansiedad,

lo

más

frecuente

es

utilizar antidepresivos y benzodiacepinas. Un error que no se debe cometer es sólo enfocarse en el tratamiento farmacológico, olvidando otras técnicas que son más útiles. Es importante saber que los fármacos por sí mismos no van a solucionar el problema, sino que son complementarios a otras intervenciones y las facilitan; promoviendo energía y bienestar en el paciente para que siga otras terapias. Otras técnicas muy útiles para la ansiedad son la exposición controlada a los estímulos temidos, el ejercicio físico intenso o técnicas de relajación.

Conclusión El trastorno mixto ansioso-depresivo es una enfermedad muy común que pueden llegar a padecer todas las personas a lo largo de su vida. Pero como hemos explicado anteriormente, su nivel de gravedad no es muy alto, se tiende a pensar que no tiene importancia, y que por lo tanto no merece la pena tratarlo. Pero al igual que el resto de trastornos, todos tienen que tratarse no únicamente con farmacéuticos sino con empeño y fuerza de voluntad....