Trastorno parafílico PDF

Title Trastorno parafílico
Course Introducción a la Psicología
Institution Universidad Nacional
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Resumen completo sobre el trastorno parafílico según el DSM V...


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Trastorno parafílico Valeria Corrales Jiménez Genacarlo Hernandez Bolaños Cindy Ramírez Rojas Noelia Trejos Valverde Escuela de Psicología, Universidad Nacional

Resumen(250 palabras) El trastorno parafílico, conocido también como desviaciones sexuales, a lo largo de la historia ha sido estigmatizado. Al principio, las parafilias se consideraban un pecado. Después, en el siglo XIX, se utilizó el modelo médico para transformar estos pecados en patologías. El DSM V (2014) clasifica este trastorno en dos grupos. El primero se basa en preferencias de actividad anómalas, y se dividen en trastornos de cortejo (voyerismo: espiar las actividades privadas de terceras personas, exhibicionismo: enseñar los genitales y frotteurismo: tocamiento o fricción contra una persona sin su consentimiento) y en trastornos de algolágnicos (masoquismo: someterse a humillación, ataduras o sufrimiento y sadismo: excitación al ver sufrir a otra persona). El segundo grupo se basa en preferencias de objetos anómalos, y se dividen en orientados a otras personas ( pedofilia: fijación sexual en los niños) y orientado a otros objetos (fetichismo: uso de objetos inanimados o partes del cuerpo diferentes a los genitales y travestismo: travestirse para excitarse sexualmente). La etiología y tratamiento del trastorno parafílico, varía dependiendo el modelo con el que se aborde.

I.Introducción Presentación del tema, de que trata, datos etiologico, información nacional e internacional del trastorno, breve descripción del trastorno

II.Clasificación DSM V: clasificación, criterios diagnósticos (que son varios) Subcategorias(cantrarse en las más generales)

III.Etiologia Revisión general del trastorno, sobre todo en la biología conductual y otras

IV.Tratamientos No hay muchos fármacos

V.Discusión VI.Bibliografia

I.

Introducción

Los actos y preferencias sexuales poco convencionales han sido, rechazadas a lo largo de los años, tal es el caso de la religión católica, quienes en sus inicios las declararon como pecados, estos “pecados” en el siglo XIX, el modelo médico lo designó como “crímenes” o “patologías”. Moser & Kleinplatz (2006) Las parafilias también llamadas perversiones o desviaciones sexuales de acuerdo a Capponi (1987) y estas se caracterizan porque: “están conformadas por fantasías sexuales especiales, prácticas masturbatorias, accesorios sexuales y peticiones de la pareja sexual”(Sarason & Sarason 2006,p.289). Así mismo las características deben permanecer por lo menos durante seis meses, de igual manera estos síntoma llegan a modificar la vida cotidiana del individuo, causado algún tipo de angustia ya que se ve afectada tanto su vida laboral, social y otros aspectos importantes para este, como lo expone Capponi(1987): “Éstas tienen

un carácter compulsivo, la conducta parafílica es

exclusiva o preferencial frente a alternativas más normales, y en algunos casos provoca daño a sí mismo o a los demás. Su presencia aislada y no dañina es considerada normal” (p.113) De acuerdo al DSM V(2013) las parafilias se dividen en dos grupos: preferencia de actividades anómalas y esta subdivide en; de cortejo en las cuales entran los trastornos de (Voyerismo, Frotteurismo, Exhibicionismo.) y algonania (masoquismo,

sadismo), el segundo grupo es la preferencia de objetos anómalas, orientado hacia personas (pedofilia), y los orientados a otros (Fetichismo, travestismo). Estos grupos, categorías y subcategorías se irán desarrollando a lo largo de la investigación. Con respecto a la etiología y el tratamiento, van a variar de acuerdo al modelo en el que este sea tratado ya que existen diferentes enfoques que explican las causas de los trastornos de parafilia como menciona Sarason & Sarason (2006): el enfoque psicodinámico se refiere a que hubo conflictos sin resolver en el desarrollo psicosexual, un enfoque biológico se enfoca más en que es un factor hereditario, entorno hormonal prenatal y causas biológicas de identidad sexual, así como las alteraciones cerebrales, hormonales y anormalidades cromosómicas. (p.297). De este modo, se irán especificando a lo largo del trabajo, sobre la clasificación, etiología y tratamiento de este trastorno.

II.

Clasificación

El DSM V (2014) divide los trastornos parafílicos en dos grupos. El primer grupo, está basado en las preferencias de actividad anómalas. Estos trastornos de subdividen en trastornos de cortejo, que presentan componentes distorsionados del comportamiento humano en el cortejo (trastorno de voyerismo, trastorno de exhibicionismo, y trastorno de frotteurismo) y en trastornos algolágnicos, que implican dolor y sufrimiento (trastorno de masoquismo sexual y el trastorno de sadismo sexual). El segundo grupo de trastornos está basado en preferencias de objeto anómalas. Estos trastornos incluyen uno orientado a otras personas como lo es el trastorno pedofílico y dos orientados en otros objetos (trastorno de fetichismo y trastorno de travestismo).

Trastorno de voyerismo Se refiere a la excitación sexual intensa y recurrente derivada de la observación de una persona desprevenida que está desnuda, desnudándose o dedicada a una actividad sexual, y que se manifiesta por fantasías, deseos irrefrenables o comportamientos.

Los actos de voyerismo son los más frecuentes para un potencial de comportamiento sexual delictivo. La prevalencia entre la población del trastorno de voyerismo se desconoce, sin embargo, basándose en muestras no clínicas de actos delictivos voyerísticos, la máxima prevalencia posible del trastorno a lo largo de la vida, es de aproximadamente el 12% en los hombres y el 4% en las mujeres. Los hombres adultos con trastorno de voyerismo a menudo se dan cuenta por primera vez en la adolescencia. La edad mínima para el diagnóstico del trastorno de voyerismo es de 18 años debido a la dificultad de diferenciarlo de la curiosidad y la actividad sexual propias de esas edades. Trastorno de exhibicionismo Se refiere a la excitación sexual intensa y recurrente derivada de la exposición de los genitales a una persona desprevenida, y que se manifiesta por fantasías, deseos irrefrenables o comportamientos. La prevalencia del trastorno de exhibicionismo se desconoce. Sin embargo, basándose en los casos de exhibicionismo observado en muestras no clínicas o en la población en general, la máxima prevalencia posible del trastorno es del 2,4% en los varones. La prevalencia en las mujeres es más desconocida, pero se cree que, es muy inferior a la de los hombres. Los hombres adultos con trastornos exhibicionista, a menudo exponen que la primera vez que se dieron cuenta de su interés sexual fue durante la adolescencia, un poco más tarde del desarrollo típico del interés sexual normativo en hombres o mujeres. Los subtipos del trastorno de exhibicionismo se basan en la edad o madurez física de las personas que, sin su consentimiento, son objeto preferente de la exposición genital. Trastorno de frotteurismo El trastorno de frotteurismo, hace referencia a la excitación sexual intensa y recurrente derivada de los tocamientos o fricción contra una persona sin su consentimiento y que se manifiesta por fantasías, deseos irrefrenables o comportamientos. Los actos de frotteurismo pueden suceder hasta un 30% en los hombres adultos en la población en general. No obstante, la prevalencia del trastorno es desconocida. Los hombres adultos con este trastorno, a menudo exponen que la primera vez que

se dieron cuenta de su interés sexual fue durante la adolescencia tardía o el inicio de la etapa adulta. Sin embargo, para el trastorno de frotteurismo, no hay una edad mínima establecida para diagnosticarlo, pese a la dificultad para diferenciarlo de los comportamientos del trastorno de conducta que no conlleva motivación sexual en los individuos de menor edad.

Trastorno de masoquismo sexual Se refiere a la excitación sexual intensa y recurrente derivada del hecho de ser humillado, golpeado, atado o sometido a sufrimiento de cualquier otra forma, y que se manifiesta por fantasías, deseos irrefrenables o comportamientos. La prevalencia de este trastorno en la población se desconoce. En Australia, se ha estimado que el 2,2% de los hombres y el 1,3% de las mujeres, han practicado algún acto sexual masoquista. Los individuos con el trastorno de masoquismo sexual, han expuesto una edad de 19,3 años para el inicio de fantasías masoquistas, aunque también se han comunicado edades más tempranas, como la infancia y la pubertad.

Trastorno de sadismo sexual Se refiere a la excitación sexual intensa y recurrente derivada del sufrimiento físico o psicológico de otra persona, y que se manifiesta por fantasías, deseos irrefrenables o comportamientos. La prevalencia de este trastorno en la población se desconoce. Los individuos con sadismo sexual son, en las muestras forenses casi exclusivamente hombres. La información sobre el curso y el desarrollo del trastorno es extremadamente ilimitada. Un estudio comunicó que las mujeres se dan cuenta de su orientación sadomasoquista a una edad adulta temprana y otro, que la edad media del inicio de su orientación sadomasoquista en un grupo de hombres había sido de 19,4 años. Trastorno de pedofilia Se refiere a excitación sexual intensa y recurrente derivada de fantasías, deseos sexuales irrefrenables o comportamientos que implican la actividad sexual con uno o

más niños púberes (generalmente menores de 13 años).El individuo tiene como mínimo 16 años y es al menos cinco años mayor que el niño/niña. La prevalencia de este trastorno en la población se desconoce. La máxima prevalencia posible del trastorno de pedofilia en la población masculina es de aproximadamente un 3-5%. La prevalencia del trastorno de pedofilia en las mujeres es todavía más incierta. Los hombres adultos con trastorno de pedofilia, pueden referir que se dieron cuenta de su interés sexual intenso o preferente por los niños en la época de la pubertad, sin embargo, diagnosticar el trastorno de pedofilia a la edad en que se manifiesta por primera vez es problemático por la dificultad de diferenciarlo durante la adolescencia del interés sexual por los iguales propio de la edad o curiosidad sexual.

Trastorno de fetichismo Se refiere a la excitación sexual intensa y recurrente derivada del empleo de objetos inanimados o un gran interés específico por partes del cuerpo no genitales, que se manifiesta por fantasías, deseos irrefrenables o comportamientos. Además, el trastorno de fetichismo reincorpora el término parcialismo que se define como, el interés específico en una parte concreta del cuerpo. Los individuos con este trastorno, es común que manifiesten combinaciones de fetiches que no son mutuamente excluyentes. No se ha comunicado de forma sistémica que este trastorno se presente en mujeres. En las muestras clínicas, el trastorno de fetichismo se ha descrito casi exclusivamente en hombres. El trastorno de fetichismo puede ser una experiencia multisensorial que incluya agarrar, degustar, frotar, introducir u oler el objeto fetiche mientras se lleva a cabo una masturbación, o preferir que el compañero sexual vista o utilice un objeto fetiche durante los encuentros sexuales. Algunos individuos con este trastorno, pueden llegar a reunir una gran colección de objetos fetiche muy deseados. El deterioro asociado al trastorno de fetichismo incluye la disfunción sexual en una relación de pareja romántica, cuando el objeto fetiche preferido o las partes del cuerpo más deseadas son inaccesibles durante la estimulación previa al coito o durante éste. Los individuos con este trastorno, pueden preferir la actividad sexual en solitario asociada a sus preferencias fetichistas incluso aunque mantengan una relación de pareja significativa y afectuosa.

Trastorno de travestismo Se refiere a la excitación sexual intensa y recurrente derivada del hecho de travestirse,

que

se

manifiesta

por

fantasías,

deseos

irrefrenables

o

comportamientos. El trastorno de travestismo, en hombres se acompaña a menudo de autoginoflia que se define como la tendencia parafílica en los

hombres a

sentirse sexualmente excitados por pensamientos o imágenes de sí mismos como mujer. Las fantasías y comportamientos autoginofílicos pueden centrarse en la idea de tener funciones fisiológicas femeninas (p. ej., lactancia, menstruación), de realizar acciones de mujer estereotipadas (p. ej., hacer punto) o de poseer anatomía femenina (p. ej., pechos). La prevalencia de este trastorno es desconocida. El trastorno de travestismo es raro en los hombres y extremadamente raro en las mujeres. Menos del 3% de los hombres refieren haberse excitado sexualmente al haber vestido atuendos de mujer. En los hombres, los primeros síntomas del trastorno de travestismo pueden empezar en la infancia en forma de fuerte fascinación por algún atuendo femenino en particular. Antes de la pubertad, travestirse produce un sentimiento generalizado de excitación placentera. Con la llegada de la pubertad, el vestirse de mujer empieza a provocar erecciones del pene, y en algunos casos, lleva directamente a la primera eyaculación. En algunos casos, el curso del trastorno de travestismo es continuo y en otros es episódico. No es extraño que los hombres con este trastorno pierdan el interés por travestirse cuando se enamoran por primera vez de una mujer y empiezan una relación, aunque esa disminución normalmente es temporal. Algunos casos de travestismo progresan hacia la disforia de género. El desarrollo de la disforia de género se acompaña habitualmente de lo que el individuo refiere como una reducción o eliminación de la excitación sexual al vestirse.

III.

Etiología

Según el DSM V (2013) para que una persona sea diagnosticada con algún Trastorno Parafílico, debe cumplir con los requisitos: debe presentar, durante un período de al menos seis meses, fantasías sexuales recurrentes y altamente

excitantes e impulsos sexuales o comportamientos ligados al objeto parafílico en cuestión. Además, estas fantasías, impulsos o comportamientos deben provocar un malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. Sin embargo la génesis de las parafilias han sido punto de debate en constante discusión dependiendo del modelo psicológico al que se someta su estudio, como se ha mencionado. A lo que se puede añadir que aparentemente no existen pruebas concretas de cuáles son las principales causas ya que son muy pocos los pacientes que buscan ayuda psicológica. (Jiménez,2012) Según Muse y Frigola (2003) las parafilias inician generalmente en la pubertad de las personas. Sarason & Sarason (2006) mencionan que, desde un enfoque biológico, un punto donde centra el origen de las parafílias es en las alteraciones orgánicas, como mal funcionamiento de partes de cerebro, anomalías cromosómicas, lo que no ha quedado claro aún es estas anormalidades son en los intereses parafílicos, correlatos neurológicos. Por otra parte la lectura psicoanalítica, supone que la raíz de los trastornos parafílicos se encuentra en que el sujeto tuvo una crisis en alguna de las etapas del desarrollo psicosexual. (Sarson & Sarson,2006) En su presentación sobre los modelos de mecanismos tensionales basado en el trastorno de evitación experiencial, Jiménez-Díaz (2011) propone que hay una sucesión de conductas que de alguna manera van evolucionando, en los sujetos que muestren rasgos de inseguridad o baja autoestima (25 sujetos). Teniendo en cuenta conductas “antecedentes” y conductas “consecuentes”. En cuanto a las primeras demuestra que los sujetos buscan la aproximación al objeto parafílico debido a que es más asequible que el objeto sexual normalizado o como consecuencia de algún trauma sexual en la infancia. Obteniendo como resultados: R. cognitiva: tengo que intentar no pensar en esto (evitación), aunque si no se entera nadie, tampoco es tan grave (ambivalencia), soy un pervertido por pensar así (culpa), seguro que acabo cayendo en la tentación (miedo) R. fisiológica: ansiedad, tensión R. conductual: se mantiene agitado De esta manera y como consecuencia propone que el sujeto El sujeto ha

eliminado tensión (reforzamiento negativo) pero ha llevado a cabo la conducta que pretendía evitar. R. cognitiva: no soporto la tensión, me rindo a mis pensamiento R. conductual: se masturba pensando en el objeto parafílico o lleva directamente a cabo la acción parafílica R. fisiológica: disminución de la tensión acumulada Del mismo modo Sarason & Sarason (2006) expone que visto las parafilias desde una perspectiva interaccionista, se ven como el producto del desarrollo psicológico en el cual tanto el factores ambientales como Biológicos influyen.

IV.

Tratamiento

Muse y Frigola (2003) amplían bastante sobre los tratamientos existentes para las parafilias. Si bien es cierto en el ámbito del tratamiento de estas ha sido difícil encontrar alguna técnica completamente eficaz, hay varias opciones que dan resultados bastantes favorecedores para el paciente, aunque a su vez, es poco común que el mismo acuda a algún tratamiento. Se asocia estrechamente a las parafilias con la testosterona que conforma la hormona masculina, “…es evidente que la testosterona se relaciona con el comportamiento sexual pero que la relación no es precisamente clara. (Dabbs, 2002, pág. 121)”. Por lo anterior, existen una serie de tratamientos de índole hormonal, como por ejemplo, la castración quirúrgica que es un método irreversible y la inhibición de testosterona, llamada comúnmente la castración química, la misma se ha implementado mediante la administración de progesterona sintética para así disminuir los índices de testosterona; este tratamiento es igual tanto para hombres como para mujeres, ya que se ha encontrado según las investigaciones niveles altos de testosterona en agresores sexuales y pacientes con trastorno parafílico, sin distinción de sexo. “Por su parte, Fitzgerald (1990) promueve el uso de la Medroxiprogesterona acetato (MPA) como un recurso idóneo para la disminución del crimen puesto que disminuye el deseo sexual del agresor sexual permitiéndole seguir con el programa terapéutico de rehabilitación, además que no viola la integridad del acusado al no generarle ningún daño cruel. (Pinto)”

Además, se han tratado a pacientes con estos trastornos con medicamentos psicoactivos que disminuyen la libido especialmente, aunque este último tratamiento no ha sido tan eficaz como los demás. (Muse y Frigola, 2003) Por su parte, la terapia conductual y cognitiva ha sido la más provechosa y que da índices de mejoría mayores en los pacientes. En cuanto a terapia conductual, se aplican técnicas de condicionamiento clásico, como métodos aversivos, esto quiere decir, que se relaciona la parafilia a algo desagradable o que acarree un sentimiento de malestar en el paciente, para así lograr que los comportamientos ligados al trastorno desaparezcan paulatinamente. Por su parte y ligado al aprendizaje operante y social, se trabaja con el paciente técnicas como: la biorretroalimentación (especialmente con un dispositivo llamado falómetro, que mide la excitación del pene y se conecta a luces que representan el grado de excitación; de esta forma el paciente intentará mantener encendida la luz más baja frente a imágenes asociadas al trastorno que padecen.), técnicas de masturbación (“…el conductista asigna la tarea al paciente de usar solamente imágenes no parafílicas durante la masturbación. El efecto es el de distanciar la conexión entre las imágenes parafílicas y el placer sexual (Muse y Frigola, 2003 p. 59)”), Adiestramiento en Empatía y Entrenamiento de Habilidades Sociales. (Muse y Frigola, 2003) Las

terapias cognitivas, se

enfocan

mayormente

en

las

distorsiones

conceptuales individualizadas para cada paciente y refutación de estas, donde se interpongan las distorsiones a ideas más apegadas a la reali...


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