04 La rebelión de las audiencias PDF

Title 04 La rebelión de las audiencias
Author Franco Bernasconi
Course Periodismo, Ética y Derechos Humanos
Institution Universidad Nacional Autónoma de México
Pages 184
File Size 4 MB
File Type PDF
Total Downloads 6
Total Views 153

Summary

Download 04 La rebelión de las audiencias PDF


Description

LA REBELIÓN DE LAS AUDIENCIAS

LA REBELIÓN DE LAS AUDIENCIAS De la televisión a la era del trending topic y el like JENARO VILLAMIL

Índice

9

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1. Las audiencias se rebelan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

15

2. La fórmula mexicana de la televisión . . . . . . . . . . . . . . . .

47

3. De la ley Televisa a la caída del rating. . . . . . . . . . . . . . . .

103

4. Las audiencias en la era del trending topic, del like y el on demand, facebook . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

153

Introducción

En menos de una década pasamos del imperio del rating al dominio del mundo hiperconectado a través de estos nuevos superpoderes de las nuevas tecnologías: Google, Facebook, Twitter, Apple, AT&T, Microsoft y sus tentáculos. El Big Brother orwelliano de la pantalla televisiva cambió al de la pantalla telefónica y los dispositivos móviles, pero con un sutil y riesgoso cambio de ecuación para las élites: los vigilados pueden vigilar, las audiencias pueden producir contenidos, los ciudadanos pueden reclamar sin la mediación de los partidos o los grandes medios de comunicación. La interacción ha convertido esta nueva galaxia comunicacional en un nuevo y complejo ecosistema, con riesgos y posibilidades aún inciertos. En 2005 escribí La televisión que nos gobierna, publicado por Grijalvo. El objetivo fundamental de esta obra fue describir la estructura e infraestructura del poder de la televisión en México. Apenas iniciaba la convergencia tecnológica (fusión del espectro radioeléctrico con las redes de telecomunicaciones 9

JENARO VILLAMIL

como el internet, la telefonía o el satélite), pero ya se veía venir una dinámica nueva sobre la misma y anquilosada estructura de concentración y poder monopólico. La obra era un duro recuento de la decepción frente a la alternancia foxista, sobre todo, en materia de democratización de los medios de comunicación masiva. Fue un libro previo a la ley Televisa que irrumpió en la sucesión presidencial de 2006 y demostró quiénes gobernaban realmente sobre la mentira de una transición fallida a la democracia. La televisión que nos gobierna se convirtió entonces en una radiografía y en un manual para entender esta estructura abusiva del poder mediático que demostró sus excesos y debilidades entre 2010 y 2017. Del tamaño de los excesos y de la impunidad del monopolio televisivo ha sido la caída y la acelerada deserción de sus audiencias, especialmente de la nueva generación de consumidores y generadores de contenidos que ya no son “gobernados” por la televisión. En menos de una década, el imperio colapsó junto con la caída del último presidente del retorno priista al poder: Enrique Peña Nieto. Al descenso brutal de Peña Nieto le ha sobrevenido el derrumbe del modelo de control televisivo sobre una sociedad indignada, una economía en franco estancamiento y un entorno violento y virulento, producto de una década de guerra civil indirecta y una explosión de fenómenos de corrupción y abusos de los poderes militares y criminales. Esta rebelión de las audiencias ha sido un proceso con características singulares del sistema político mexicano, pero 10

LA REBELIÓN DE LAS AUDIENCIAS Y EL LIKE

también con referentes globales similares a los de otras latitudes: la apropiación social y generacional de las nuevas tecnologías; la transmutación del imperio del broadcasting en el reino creciente del streaming; la sustitución y convergencia de los emporios telefónicos y televisivos con los tentáculos de Google, Facebook, Apple, Netflix; el crecimiento exponencial de movimientos y protestas sociales ajenos o distintos a los grupos clientelares que combinan las calles con las redes sociales; la era de la información instantánea que se transforma en “posverdad” o en mentiras socialmente admitidas; la irrupción de las audiencias hipersegmentadas, diversificadas y dispersas. Con frecuencia los analistas y observadores sociales de este fenómeno global y nacional confundimos a los grandes superpoderes que pretenden apropiarse de la comunicación digital en redes sociales con los auténticos protagonistas de este fenómeno: las propias audiencias. No es la tecnología per se sino sus usuarios, las audiencias digitales, quienes están encabezando esta nueva rebelión global. En menos de una década pasamos de un proceso de deliberación crítica restringida, acotada a los “generadores de opinión pública”, a una auténtica rebelión de las audiencias con múltiples características: anárquica, intensa, pasional; desinformada en muchos casos, desconfiada en la mayoría; desencantada con los viejos modelos y paradigmas partidistas y mediáticos; crédula y apocalíptica en algunos momentos, comprometida y solidaria, en otros. Algunos semiólogos como Umberto Eco han descalificado a estas audiencias como la “legión de idiotas”, observando sólo una parte de este fenómeno y no toda la complejidad de una 11

JENARO VILLAMIL

era de rebelión que es caldo de cultivo para demagogos como Donald Trump, pero también la posibilidad de múltiples formas de resistencia civil frente a los poderes insaciables, o una forma de enfrentar a las nuevos rostros de la autocracia y la censura. Los nuevos superpoderes de Facebook, Google, Apple, Twitter no le tienen miedo a las administraciones y gobiernos nacionales sino a la pérdida de sus audiencias y usuarios. Ahí radica la clave de un poder encubierto, poco analizado, que les otorga a los “vigilados” una responsabilidad y poder enormes. El mayor temor de las élites se ha cumplido: las víctimas del panóptico son las que vigilan ahora. Cobraron vida, tomaron voz, intervienen, inciden, presionan, insultan, comparten contenidos y puntos de vista, interactúan de manera neurótica o enajenante, con una intensidad no vista en anteriores generaciones. La rebelión de las audiencias puede conducir a nuevas y perniciosas formas de enajenación social en el “mundo líquido” de consumo que analizó un sociólogo tan sugerente como Zygmunt Bauman, pero también a una fórmula nueva de ecosistema comunicacional que se entiende poco y se practica menos por quienes provenimos del viejo paradigma analógico. El objetivo de este libro no es actualizar La televisión que nos gobierna, sino revisitar esa vieja “fórmula” del poder mediático en México para analizar lo que ha sucedido en los últimos años con la irrupción de la audiencias digitales. Dividimos en cuatro capítulos este análisis con el objetivo de aportar elementos de discusión teórica, descripción periodística de los fenómenos televisivos y digitales, una revisión 12

LA REBELIÓN DE LAS AUDIENCIAS Y EL LIKE

histórica del punto de partida hasta las últimas reformas legales en materia de telecomunicaciones, pero también un acercamiento a las claves del mundo de las redes sociales. Como toda obra escrita en una coyuntura cambiante, es un libro abierto a la interpretación y al enriquecimiento del lector. Es apenas un punto de partida para interactuar más allá del trending topic del día o del like instantáneo.

13

C A PÍ T U L O 1

Las audiencias se rebelan

“México es un país de una clase modesta muy jodida, que no va a salir de jodida. Para la televisión es una obligación llevar diversión a esa gente y sacarla de su triste realidad y de su futuro difícil… La televisión no es para los ricos como yo que tenemos muchas posibilidades ni para los que leen revistas de crítica política, sino para los jodidos, los que no leen y que aguardan a que llegue el entretenimiento.” Ésta fue la célebre explicación de Emilio Azcárraga Milmo el Tigre —el magnate que transformó Televisa en una de las 10 compañías televisivas más importantes del mundo—, para explicar la baja calidad de los contenidos de su empresa y la adhesión de las audiencias a sus telenovelas, concursos, programas deportivos y variedades del espectáculo. Cientos de páginas de estudios de comunicólogos, decenas de tesis para explicar el poder de Televisa, miles de apologistas del “canal de la familia mexicana” quedaron pasmados ante esta cínica y sincera confesión de parte de Azcárraga Milmo. Pronunció esas palabras en un discurso improvisado el 10 de febrero de 1993, cuando celebraba el éxito en Rusia y en 15

JENARO VILLAMIL

otros mercados extranjeros de la telenovela Los ricos también lloran, que catapultó a la fama internacional a Verónica Castro, el rostro de Televisa durante esa época. Y todavía abundó más: “Nuestro mercado en este país es muy claro: la clase media popular. La clase exquisita, muy respetable, puede leer libros o Proceso para ver qué dicen de Televisa… Éstos pueden hacer muchas cosas que los diviertan, pero la clase modesta no tiene otra manera de vivir o de tener acceso a la distracción más que la televisión”. Con la claridad del magnate que se siente intocable, Azcárraga Milmo confesaba así, sin los velos de la retórica, que la televisión comercial en México era un negocio para enajenar (“divertir”) a “los jodidos”. Para sacarlos de su realidad. No pretende más que incorporar a los pobres a la sociedad de consumo “porque ellos sí compran” todo lo que ven en la tele. Los gustos, necesidades y valores de su propia audiencia quedaban al margen porque el Tigre ya sabía la “fórmula” de su negocio: lealtad política a cambio de impunidad mediática y monopolio televisivo. En menos de 20 años este castillo de las certezas se derrumbó. Esa clase modesta “muy jodida” ha ido desertando a un ritmo vertiginoso de la pantalla televisiva y, sobre todo, de su confianza extrema en el contenido informativo, de su idea de entretenimiento y melodrama, y en la percepción de un sistema autoritario que le reclamó durante muchos años a los ciudadanos una condición: sumisión negociada a cambio de “estabilidad” y vida aspiracional al estilo Televisa. En un país mayoritariamente de morenos, todos podían sentirse un poco más estadounidenses gracias a la galaxia Televisa dominada 16

LA REBELIÓN DE LAS AUDIENCIAS Y EL LIKE

por rubios, blancos, de clase media alta, exitosos por estar en el “canal de las estrellas”. El malestar de las audiencias ya existía desde la época de Azcárraga Milmo, pero lo ignoraron con la soberbia que da el monopolio político y mediático. Televisa comenzó a mostrar sus cuarteaduras a raíz de los fraudes contra el pan en 1986, en Chihuahua, de su papel en la “caída del sistema” de 1988, de su creciente rezago ante un sector creciente de la sociedad que ya se concebía más como ciudadana con derechos y no solamente como “público” aplaudidor. El escritor Carlos Monsiváis, en un texto manuscrito que nunca llegó a publicarse, me compartió a principios de 2008 su propio diagnóstico de lo que estaba sucediendo. Obser vador agudo, intelectual que miraba la pantalla televisiva para analizarla y no sólo para denostarla, Monsiváis enunció así las tendencias que estaban ya presentes hace una década:

nativa. Los adolescentes y los jóvenes pasan gran parte de su tiempo frente a una pc o a la laptop y de allí desprenden lo que van necesitando y la interacción tiene una fuerza que el rating no ha conocido. tido de experiencia totalizadora. No es que el televidente crea al pie de la letra los mensajes de la televisión, ni que ajuste su vida a lo dictado en los programas; sino que no concibe la vida sin ajustar a diario su psicología ante la televisión. No es el contenido de la televisión sino su existencia misma la que norma el uso de su tiempo [las cursivas 17

JENARO VILLAMIL

son mías]. Y lo secundario son las versiones del entretenimiento y la información, la captación de la moda, y la obtención de los rumores que auspician la conversación social. (Si, en un nivel, las noticias nacionales en televisión no se oyen como chismes, no son creídas.) la idea de que los productos televisivos pueden cambiar la vida. Oz, Six Feet Under, The L. World, Desesperate Housewifes, Sex and The City, Queer as Folk, todo lo que habla de los nuevos e irrefrenables estilos de vida [Monsiváis escribió estos apuntes antes del boom de las nuevas series globales como House of Cards, Breacking Bad, Games of Thrones o las mismas narcoseries que han creado otra atmósfera de goce, consumo y percepción de los productos televisivos]. si ésta combinara el ágora, la profecía y el milagro de transformar un discurso inarticulado en un comercial de primera. Y su visión del mundo se incorpora a las obsolescencias planeadas (la senectud de una niñez placentera). Según el miedo sacramental de los políticos al medio, la televisión es dueña de todas las imágenes y si los suprime de la pantalla, les costará muchísimo trabajo instalarse públicamente. dena: la televisión es el único espejo social y gubernamental al alcance, sólo allí nos vemos, nos intuimos, nos irritamos sin esperanzas, nos alegramos, nos reconocemos. De allí el atractivo de los reality shows, el alborozo 18

LA REBELIÓN DE LAS AUDIENCIAS Y EL LIKE

ante los controles remotos que son la única prueba de la existencia de la multitud, de allí la ansiedad de los políticos por ver sus anuncios en la pantalla que es la única difusión certificada de su imagen… de sus capacidades porque acatan un determinismo de la época: no hay tal cosa como el uso de la inteligencia ante el aparato, y no es tarea de los medios electrónicos ponerles retos a la imaginación y la fantasía creativa, en todo caso son abstracciones sin patrocinador. En el principio creó el sponsor las risas y las lágrimas. Y los rostros de los espectadores estaban desordenados y vacíos. [Fragmento: “De la televisión entre nosotros”, ensayo inédito]. El determinismo de la época se quebró. Aun las audiencias que están condenadas a la televisión abierta como único referente de entretenimiento o información la ven de otra manera, sin la sumisión y admisión acrítica de su contenido. La hegemonía de Televisa y Tv Azteca se rompió justo cuando sonaban triunfales las trompetas de su gran ambición: convertirse no sólo en el monopolio de la diversión para una “clase media muy jodida”, sino en el monopolio de la opinión pública, capaz de dominar el círculo completo de la agenda informativa y política a través de su poder en la televisión abierta, su sociedad en la televisión restringida, su dominio en los periódicos afines, la réplica de sus conductores televisivos en los noticiarios radiofónicos de mayor audiencia, el alineamiento de las otras compañías que no querían pelearse con “el gigante”. 19

JENARO VILLAMIL

La era del rating se terminó. Inició una era del zapping, del contraste y, sobre todo, de la convergencia y la conectividad. Las audiencias masivas se han fragmentado. Combinan televisión con redes sociales, radiodifusión con telecomunicaciones, entretenimiento con crítica social, ironía y sarcasmo como una forma de liberar la tensión de los vencidos por la larga agonía de un sistema político basado en pura simulación. Utilizan en más de 80% el smartphone para socializar, divertirse, informarse, interactuar, sustituyendo la pantalla televisiva por la del teléfono móvil. La transición de un modelo a otro no se ha dado de manera fácil ni tersa. El especialista Raúl Trejo Delarbre retoma el término de “ciudadano monitoral” de la profesora Zizi Papacharisi para describir que: El ciudadano monitoral es simultáneamente monitor y voyeur, así como las culturas dominantes de infoentretenimiento político mezclan información que satisface el ojo vigilante del monitor cívicamente responsable, tanto como la curiosidad inherente del voyeur. Los usos cívicos de los medios convergentes son, simultánea o desfavorablemente, participativos y pasivos.1

Otros lo llamamos homo zapping, un ser pensante en búsqueda continua de entretenimiento, de contrastes, disperso, muy exigente, con escasa paciencia, productor y consumidor, simultáneamente, de contenidos de todo tipo: desde los más Rosalía Winocur y José Alberto Sánchez (coord.), “México enredado”, en Redes sociodigitales en México, fce, México, 2016, p. 21. 1

20

LA REBELIÓN DE LAS AUDIENCIAS Y EL LIKE

personales hasta los socialmente en boga. Son exhibicionistas y voyeuristas, al mismo tiempo. Son activos y pasivos en la esfera pública gracias a la propia “lógica conectiva”. ¿Cuál es esta lógica? Delarbre la explica como la posibilidad de adhesión a causas y expresiones de manera reticular, “en una repetición que se beneficia de las redes de relaciones que tiene cada uno de los simpatizantes del asunto”.2 En la “lógica conectiva” de las audiencias convergentes “asumir una acción pública o contribuir a una causa común se convierte en un acto de expresión personal y reconocimiento o autoidentificación que se alcanzan al compartir ideas y acciones en relaciones de confianza”.3 Esta misma “lógica conectiva” no sólo ha representado un desafío para los medios impresos y los televisivos. También abrió las compuertas de un océano de insatisfacción subyacente y permitió una auténtica rebelión desbordada de las audiencias que sorprende a los mismos observadores y ejecutivos de las televisoras. Nadie la encabeza. Nadie puede decir que tiene “la hegemonía” y, menos, la bola de cristal para predecir los derroteros de este océano desbordado. Es un fenómeno dinámico, incierto y profundamente contrastante con la larga agonía de un sistema político autoritario, anquilosado en sus formas, su estética, su narrativa. Desde 1999 el autor español Manuel Castells identificó una doble tendencia en el escenario futuro de la televisión y, en especial, en las audiencias: a mayor concentración empresarial, mayor fragmentación y diversificación de éstas: 2 3

Ibid., p. 35. Ibid., p. 36. 21

JENARO VILLAMIL

El resultado neto de esta mayor competencia y concentración empresarial es que mientras la audiencia se ha segmentado y diversificado, la televisión se ha comercializado más que nunca y cada vez se ha vuelto más oligopólica en el ámbito mundial. El contenido real de la mayoría de la programación no difiere mucho de un canal a otro, si se consideran fórmulas semánticas subyacentes en la mayor parte de los programas populares.4

Castells se burló de la “aldea global” de Marshall McLuhan y anotó: “no estamos viviendo en una aldea global, sino en chalecitos individuales, producidos a escala global y distribuidos localmente” (idem). En realidad son chalecitos virtuales desde donde cada quien interactúa de una manera intensa o relajada para formar parte de la era del trending topic en Twitter, del like en Facebook o de la viralización de videos de todo tipo. Los profesores Asa Briggs y Peter Burke, en su impresionante revisión histórica de los medios, De Gutenberg a Internet, consideraron que el modelo de análisis de la televisión y de los demás medios no pueden estar ajenos a sus respectivas fórmulas y estructuras nacionales y al enorme desafío que plantea la “convergencia tecnológica” en la era de las tecnologías de la información y la comunicación. Los autores de esta obra identifican nueve categorías tecnológicas que se entrelazarán: satélites, transmisión basada en láser, fibra óptica, sistemas digitales, redes aéreas locales, vínculos de banda ancha, nuevos usos de redes de teléfonos ya Manuel Castells, La era de la información, vol. I, Economía, sociedad y cultura. La sociedad red, Siglo xxi, México, 1996.

4

22

LA REBELIÓN DE LAS AUDIENCIAS Y EL LIKE

existentes, telefonía celular y nuevas formas de distribución off line. Podemos sumar una que ya está presente: el uso de la inteligencia artificial. Los escenarios que hace una década pronosticaban los especialistas ya están presentes e, incluso, rebasados. El español Mariano Cebrián Herreros advirtió que “la lucha se plantea ya no por empresas sino por plataformas. Se incrementa el pluralismo por la diversificación de canales, por la multiplicación de ofertas por decenas e incluso por centenas. Pero tal pluralismo se reduc...


Similar Free PDFs